Muchos cristianos sostienen creencias que no son compatibles con las posturas doctrinales de sus respectivas confesiones.
El más reciente estudio del Pew Research Center sobre perspectivas y tendencias en América brinda bastante claridad sobre la forma en que creyentes y no creyentes ven fenómenos como el mal, el sufrimiento, la relación de estos con Dios y las preguntas fundamentales de la vida.
En otros tiempos, pensadores como Agustín de Hipona, Epicuro, Pascal o Descartes no podrían dejar de pensar en Dios al momento de enfrentarse a cuestiones fundamentales como el sufrimiento y el sentido de la vida. Y es que durante siglos, los filósofos y los teólogos han intentado responder esta pregunta espinosa: Si hay un Dios bueno y todopoderoso, entonces, ¿por qué hay tanto sufrimiento y mal en el mundo?
El pensamiento sobre el mal, su relación con la justicia, el hombre y su justificación en un mundo donde hay un Dios omnipotente y benevolente ha sido frecuentemente conocido como teodicea. El primer pensador en hablar de forma sistemática sobre la teodicea fue Gottfried Leibniz, quien usó el término en una de sus obras: Ensayo de Teodicea, Acerca de la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal. Aún así, en los primeros siglos del cristianismo, Agustín de Hipona ya había desarrollado un pensamiento bastante amplio en lo referido a la explicación del mal en el mundo y sus implicaciones teológicas. Incluso en la misma Biblia, personajes como Job se cuestionan sobre esta realidad y sus posibles respuestas por parte de Dios.
Sin embargo, en la época moderna, las personas han dejado de acudir a Dios para explicar el mal y el sufrimiento. Otros factores como el azar, el destino y la responsabilidad personal han entrado en la conversación como factores explicativos de esta realidad.
Un contexto en el que la pregunta por el mal y el sufrimiento se hace más apremiante
La pregunta sobre el mal y el sufrimiento cobran hoy especial relevancia en medio de una pandemia global que ha dejado más de cinco millones de muertos, y de desastres naturales que se han agudizado por el cambio climático como las inundaciones, los huracanes e incendios forestales. Con todos estos eventos como trasfondo, la mayoría de ciudadanos estadounidenses dicen que durante el último año han pasado algún tiempo pensando acerca de las grandes cuestiones como el significado de la vida, si hay algún sentido detrás del sufrimiento humano y por qué las personas buenas tienen que pasar por malas situaciones.
El Centro de Investigación Pew ha estado estudiando todas estas preguntas y lo que piensan los ciudadanos estadounidenses al respecto. De acuerdo a Pew, cerca de un cuarto de los adultos estadounidenses (el 23%) dicen que han reflexionado sobre estos temas “mucho”.
Dios y su relación con el mal en el mundo, según la mayoría de los estadounidenses
En su más reciente estudió, Pew intentó por primera vez enfrentar a los ciudadanos estadounidenses con cuestiones filosóficas de este tipo, encontrando que una gran mayoría de los americanos culpan a la suerte —así como a las decisiones de las personas y la forma en que la sociedad está estructurada, por el sufrimiento humano, mientras que relativamente pocos creyentes culpan a Dios por el sufrimiento o elevan dudas acerca de la existencia de Dios por estas razones.
El estudio dio a los encuestados múltiples oportunidades de expresar sus posturas sobre por qué pasan cosas terribles —tanto en sus propias palabras a preguntas abiertas, y también escogiendo de una lista de posibles explicaciones para el sufrimiento e indicando si cada una de esas declaraciones expresas su postura muy bien, algo bien, no tan bien, o no bien del todo. Las respuestas a estas preguntas no fueron mutuamente excluyentes; de modo que los entrevistados podían responder afirmativamente a más de una declaración, y muchos lo hicieron así.
Preguntas sobre el sufrimiento y el mal en el mundo
Hay muchas maneras de entender las causas y consecuencias del sufrimiento humano. Las personas pueden estar pasando por algún tipo de sufrimiento ellas mismas, debido a decisiones malas o a acciones mal guiadas. Otro tipo de sufrimiento puede ser causado por la forma en que la sociedad está estructurada. Algunos podrían creer que el sufrimiento surge como un castigo o como una lección de Dios o por alguna razón que ellos no pueden entender. Otros podrían llegar a dudar de la existencia de Dios debido a que ellos no pueden reconciliar el sufrimiento que existe en el mundo con la idea de que hay un Dios todopoderoso y benevolente que está en control del universo. Y por supuesto, hay sufrimiento que puede ser percibido como algo que está causado por el azar y otro que es percibido como algo que ocurre sin ninguna razón aparente.
Para que los encuestados tuvieran la oportunidad de expresar sus creencias sobre estos temas, el Centro de Investigación Pew realizó una encuesta sobre una variedad de formas en las que se pueden explicar las causas y consecuencias del sufrimiento y le dio a los encuestados la oportunidad e indicar cuál de estas opciones de respuestas describía bien sus propias posturas.
Finalmente, mientras que el estudio tocó muchas razones posibles para el sufrimiento, se debe indicar que no hay manera de proveer una lista exhaustiva de posibles respuestas. De manera que en adición a las opciones de respuesta predeterminadas, también se incluyeron preguntas abiertas que invitaban a los encuestados a describir en sus propias palabras cuáles eran las razones por las que ellos creían que en ocasiones cosas terribles les ocurre a personas que consideran buenas o frente a las cuales no ven una justificación inmediata para que algo malo les ocurra.
El papel del azar
Como un ejemplo que describe lo que piensan muchos estadounidenses sobre estas cuestiones, la vasta mayoría de los adultos estadounidenses suscriben, al menos parcialmente, la idea de que el sufrimiento se debe al azar, afirmando que la frase “algunas veces las cosas malas simplemente pasan”, describe su punto de vista muy bien (44%), o algo bien (42%). Aún así, también es común que muchos ciudadanos americanos sientan que el sufrimiento no es algo que ocurre en vano. Más de la mitad de los adultos estadounidenses (61%) piensa que el sufrimiento existe para proveer una oportunidad a las personas de “volverse más fuertes”. Y en un conjunto de preguntas separadas acerca de varias creencias religiosas o espirituales, dos tercios de los estadounidenses (68%) dijeron que “todo en la vida pasa por una razón”.
Responsabilidad personal
Muchos estadounidenses afirman que la culpa por el sufrimiento que ocurre en el mundo recae sobre los individuos o sobre las instituciones sociales. Aproximadamente siete de cada diez adultos (71%) dicen que las siguientes declaraciones describen sus creencias o puntos de vista al menos algo bien: “El sufrimiento es principalmente la consecuencia de las propias acciones de las personas”. Una similar proporción de todos los adultos (69%) expresan apoyo por la declaración “el sufrimiento es mayormente el resultado de la forma en que la sociedad se encuentra estructurada”.
Para muchas personas, sus puntos de vista sobre el sufrimiento están conectados con las creencias acerca de Dios. Los pensadores religiosos han intentado por mucho tiempo reconciliar la idea de un Dios todopoderoso, omnisciente y benevolente —como es presentado Dios en las tradiciones religiosas abrahámicas (el judaísmo, el cristianismo y el Islam)— con la existencia de los terribles males que aquejan al mundo. Los escépticos como el pensador británico y ateo del siglo XVIII David Hume, han argumentado que hay una contradicción lógica entre la idea de un Dios benevolente y todopoderoso y las realidades de sufrimiento que se expresan en el mundo. Por otra parte, escritores como San Agustín hasta el filósofo americano del siglo XX Alvin Platinga han ofrecido varios razonamientos para defender la idea de Dios en un mundo de sufrimiento, tales como que Dios tiene razones para permitir el mal que los seres humanos no comprenden, o que el libre albedrío hace inevitable realidades como el sufrimiento y el mal.
Cómo es Dios para los adultos estadounidenses
El nuevo estudio de Pew encontró que cerca de seis de cada diez adultos estadounidenses (58%) dicen que ellos creen en Dios como es descrito en la Biblia, y un tercio adicional (32%) creen que hay algo como un tipo de fuerza espiritual o poder más alto en el universo. Los creyentes en Dios o en algún tipo de poder superior, los cuales conformaban el 91% de los encuestados, respondieron a una serie de preguntas de seguimiento acerca de la relación entre Dios y el sufrimiento humano. (Aquellos que expresaron no creer en Dios o en una fuerza superior no fueron entrevistados con estas preguntas).
Una gran mayoría de los adultos estadounidenses (el 80%) son creyentes que dicen que la mayoría del sufrimiento que hay en el mundo viene por causa de las personas en lugar de resultar por causa de Dios. De forma relacionada, cerca de siete de cada diez personas dicen que, en general, los seres humanos son libres para actuar en formas que van contra los planes de Dios o de un poder superior. Al mismo tiempo, la mitad de todos los adultos estadounidenses (o el 56% de los creyentes) también adhieren a la idea de que Dios elige “no detener el sufrimiento en el mundo porque este es parte de un plan más grande”.
Mientras tanto, 44% de todos los adultos estadounidenses (48% de los creyentes) dicen que la noción de que “Satanás es responsable por la mayoría del sufrimiento en el mundo” reflejan sus perspectivas ya sea “muy bien” o “algo bien”, siendo los protestantes, bien sea de las tradiciones evangélicas o de las iglesias afroamericanas aquellos con mayores probabilidades de tomar esta posición.
Dudas sobre la existencia de Dios a partir de la idea del sufrimiento y el mal en el mundo
Por comparación, relativamente pocos estadounidenses parecen cuestionar sus creencias religiosas por el hecho que el sufrimiento humano exista. Por ejemplo, 14% de todos los adultos estadounidenses (o el 15% de los creyentes) afirman que “algunas veces pienso que el sufrimiento en el mundo es una indicación de que no hay un Dios”. Los resultados son similares en preguntas acerca de si el sufrimiento ha causado que los estadounidenses dudan que Dios es todopoderoso o un Dios totalmente amoroso.
En adición a esto, menos de uno de cada cinco adultos estadounidenses que son creyentes dicen que ellos frecuentemente (3%) o algunas veces (14%) se enojan con Dios “por permitir tanto sufrimiento”. Y relativamente un pequeño número de ellos cree que el sufrimiento es un castigo de Dios: Solo el 4% de los adultos estadounidenses en general son creyentes que dicen que “todo o la mayoría” del sufrimiento es un castigo de Dios, y 18% de los estadounidenses creyentes dicen que “Algo” del sufrimiento en el mundo corresponde a un castigo divino. El restante de los creyentes dice que “solo o un poco” (22%) o “nada” del sufrimiento del mundo es un castigo de Dios, o que ellos no creen en Dios ni en un poder superior (9%).
Sentimientos frente al mal y el sufrimiento que se experimenta en el mundo
La mayoría de los adultos estadounidenses dicen que cuando ellos ven o escuchan noticias acerca de cosas terribles pasándole a las personas, ellos frecuentemente se sienten agradecidos por las cosas buenas que ocurren en sus propias vidas o tristeza por aquellos que están sufriendo. Cerca de un cuarto dicen que ellos sienten la necesidad de desconectarse de las malas noticias “porque es demasiado para ellos”, y uno de cada diez admite que sienten placer o que se sienten felices “si una persona (que está sufriendo) parece ser merecedora de ese sufrimiento”.
Estos son algunos de los descubrimientos clave del nuevo estudio del Centro de Investigación Pew que entrevistó a 6485 adultos estadounidenses, el cual fue conducido por el panel de Tendencias en América del Centro. Aunque el estudio fue conducido entre estadounidenses de diferentes perspectivas y trasfondos religiosos —incluyendo judíos, musulmanes, budistas, hinduistas, mormones y otros— no obtuvo suficientes respuestas de aquellos que pertenecen a los grupos religiosos más pequeños, los cuales expresaron de forma separada sus perspectivas.
Perspectivas sobre la vida después de la muerte
El nuevo estudio también entrevistó a las personas acerca de sus perspectivas acerca de la vida después de la muerte, descubriendo que muchos estadounidenses creen en una vida después de la muerte donde el sufrimiento termina para siempre o continua a perpetuidad.
Cerca de tres cuartos de todos los adultos estadounidenses (73%) dicen que ellos creen en el cielo, mientras que una proporción más pequeña, pero aún una mayoría (62%) creen en el infierno. Ambas cifras son similares a lo que el Centro de investigación Pew encontró la última vez que hizo estas mismas preguntas en el 2017. Entre los cristianos, abrumadoramente la mayoría de todos los grandes grupos, la mayoría expresó su creencia en el cielo, pero los protestantes que pertenecen a las tradiciones evangélicas y a las iglesias afroamericanas tradicionales, son más propensos que los evangélicos de corriente principal y los católicos a expresar su creencia en el infierno. Mientras que, aproximadamente un cuarto de todos los adultos estadounidenses dicen que ellos no creen ni en el cielo ni en el infierno, incluyendo un 7% quienes creen en algún tipo de vida después de la muerte y el 17% que expresaron que no creen en ninguna forma de vida después de la muerte.
El cielo y el infierno
Los estadounidenses que expresaron su creencia en el cielo y en el infierno fueron entrevistados con varias preguntas para descubrir sus perspectivas sobre estos conceptos. La vasta mayoría de los que creen en el cielo —los cuales son la mayoría de los adultos estadounidenses— dicen que el cielo es “definitivamente” o “probablemente” es un lugar donde las personas se encuentran libres de sufrimiento, y reunidos con sus seres amados que murieron previamente, donde pueden reunirse con Dios, y tienen cuerpos perfectamente saludables. Y cerca de una mitad de todos los adultos estadounidenses (la mayoría de los que creen en el infierno) ven al infierno como un lugar donde las personas experimentan sufrimiento físico y psicológico y son conscientes del sufrimiento que ellos han creado en el mundo. Un porcentaje similar dice que las personas que están en el infierno no pueden tener una relación con Dios.
¿Quiénes pueden ir al cielo?
En adición a estas preguntas sobre la naturaleza del cielo, los encuestados expresaron su creencia en el cielo también fueron entrevistados sobre sus creencias acerca de a quienes se les permite estar allí. Cuatro de cada diez adultos estadounidenses (39%) dicen que ellos piensan que las personas que no creen en Dios pueden ir al cielo, en comparación con cerca de un tercio (32%) que afirman que solamente los creyentes en Dios pueden obtener acceso al cielo. (De nuevo, 27% de los adultos estadounidenses no creen en el cielo ni en el infierno). Los católicos tienen más probabilidades que los protestantes de decir que las personas que no creen en Dios pueden ir al cielo (68% versus un 34%). Los protestantes evangélicos son especialmente más restrictivos en sus posiciones, con solo el 25% de ellos diciendo que las personas que no creen en Dios pueden ir al cielo.
¿Otras religiones conducen a Dios?
También hay una amplia variación entre los cristianos sobre las preguntas acerca de si “muchas religiones” pueden llevar a una vida eterna en el cielo o si su religión es la “única fe verdadera” que lleva al cielo. Los protestantes tienen el doble de probabilidades que los católicos de decir que solo su fe es la única que puede llevar a las personas a la vida eterna (con un 38% de los protestantes expresando esto versus un 16% de los católicos afirmando lo mismo), mientras que la mitad de los protestantes evangélicos expresan esta misma postura. Por otra parte, el 44% de los protestantes evangélicos dicen que muchas religiones pueden llevar a la vida eterna en el cielo, aunque ellos están divididos sobre si el cielo es concedido sólo a los miembros de otras ramas del cristianismo (19% que afirma esto) o si los seguidores de las religiones no cristianas pueden también ir al cielo (23%).
Otros descubrimientos del estudio incluyen:
Un tercio de todos los adultos estadounidenses dicen que ellos creen en la reencarnación, la idea de que las personas pueden renacer una y otra vez en este mundo. A diferencia de los patrones de muchas de las creencias religiosas —incluyendo el cielo y el infierno— los adultos estadounidenses más jóvenes (menores de 50 años ) son más propensos que los mayores a expresar esta creencia. Mientras que los adultos hispanos y afroamericanos también son más propensos que los adultos blancos a decir que ellos creen en la reencarnación.
Una gran proporción (el 44%) expresan su creencia en el destino —la idea de que el curso de sus vidas está predeterminado— incluyendo aproximadamente dos tercios de los afroamericanos (65%) que mantienen esta creencia.
Más de ocho de cada diez adultos estadounidenses dicen que ellos creen que hay cosas que ocurren que no pueden ser explicadas por la ciencia o por causas naturales. Y, en respuesta a las preguntas más específicas, las mayorías dicen que es posible sentir la presencia de alguien que ha muerto, para recibir una revelación de Dios, para recibir una respuesta a una petición de sus oraciones y para tener una experiencia cercana a la muerte en la cual el espíritu de una persona puede dejar realmente su cuerpo.
Conclusiones
El reciente estudio presentado por el Pew Research Center presenta un panorama bastante completo sobre la forma en que los ciudadanos estadounidenses ven fenómenos como el mal, el sufrimiento y el dolor, así como sus perspectivas sobre Dios, la relación de Dios con el sufrimiento humano y conceptos tradicionales de la fe cristiana como la creencia en el cielo y el infierno.
Al hacer una revisión del mismo podemos ver que muchas de las declaraciones de los entrevistados pueden diferir de manera notable con las proposiciones doctrinales de sus iglesias. Para el caso de las comunidades protestantes evangélicas es notable que no pocos creyentes pueden llegar a afirmar que Dios, en lugar de ser un Ser personal con el que el creyente se pueda encontrar y tener una relación personal vital, es concebido como una fuerza superior o una simple energía. De la misma manera, aunque no son declaraciones que sostienen la mayoría de los creyentes, también es posible que muchos de los entrevistados de las comunidades evangélicas pueden llegar a negar la existencia del cielo y el infierno, proposiciones doctrinales que son centrales para la fe cristiana y sin las que no se entiende la importancia cardinal que tiene el sacrificio de Cristo en la cruz en la historia de salvación.
En este sentido, el estudio puede brindar luz a los líderes eclesiales sobre las necesidades de acción de evangelización que se requieren en las comunidades en las que sirven, de manera que estos puedan actuar y aclarar a los fieles de manera coherente las perspectivas doctrinales de sus propias iglesias. Así mismo es importante que los pastores y líderes tomen nota de las perspectivas de los creyentes que surgen cuando estos evalúan y debaten aspectos como el sufrimiento y el mal que existe en el mundo. El no tener una respectiva orientación pastoral apropiada al respecto puede conducir a perspectivas en las cuales los creyentes consideran que Dios es indiferente al mal y el dolor que se experimenta en el mundo o en las cuales se afirma que todo el dolor y el sufrimiento del mundo son responsabilidad de un Dios iracundo y enojado con el ser humano que no muestra misericordia ni amor alguno por sus criaturas.
En este contexto, la orientación pastoral adecuada es vital para que los creyentes no se formen una imagen errónea de Dios y puedan tener un encuentro real y auténtico con él, dejando de lado las perspectivas que pueden enturbiar su relación con él o hacer que los creyentes decidan que es mejor no tener una relación con el Creador.
Una formación seria de los pastores y líderes eclesiales en estos temas también es necesaria, de manera que estos puedan responder de manera coherente las inquietudes que los creyentes tienen cuando se preguntan por la relación de Dios y el mal en el mundo, puesto que no son pocas las personas que deciden que para ellas es “más lógico” pensar que Dios no existe al ver todo el mal y el sufrimiento que hay en el mundo. Así, la respectiva formación teológica con un énfasis claro en los principios de una Teodicea coherente con la visión cristiana del mundo es esencial para que se planteen principios de apologética que respondan a las preguntas más apremiantes que se hacen los creyentes en momentos críticos de sus vidas, como la muerte de un familiar, una tragedia personal o social o simplemente cuando miran a su alrededor y ven todo el sufrimiento que les rodea.
Con información de Pew.
Apoya a nuestra causa
Espero que este artículo te haya sido útil. Antes de que saltes a la próxima página, quería preguntarte si considerarías apoyar la misión de BITE.
Cada vez hay más voces alrededor de nosotros tratando de dirigir nuestros ojos a lo que el mundo considera valioso e importante. Por más de 10 años, en BITE hemos tratado de informar a nuestros lectores sobre la situación de la iglesia en el mundo, y sobre cómo ha lidiado con casos similares a través de la historia. Todo desde una cosmovisión bíblica. Espero que a través de los años hayas podido usar nuestros videos y artículos para tu propio crecimiento y en tu discipulado de otros.
Lo que tal vez no sabías es que BITE siempre ha sido sin fines de lucro y depende de lectores cómo tú. Si te gustaría seguir consultando los recursos de BITE en los años que vienen, ¿considerarías apoyarnos? ¿Cuánto gastas en un café o en un refresco? Con ese tipo de compromiso mensual, nos ayudarás a seguir sirviendo a ti, y a la iglesia del mundo hispanohablante. ¡Gracias por considerarlo!
En Cristo,
Giovanny Gómez Director de BITE |