Mahalia Jackson nunca se imaginó inspirar el gran discurso “Tengo un sueño” de Martin Luther King. Su voz llevó la esperanza del evangelio a muchos lugares, desde iglesias modestas hasta marchas históricas.
Eduardo VI, el primer monarca protestante de Inglaterra, heredó el trono tras la ruptura con Roma liderada por su padre, Enrique VIII. Su breve reinado marcó un periodo crucial para el desarrollo del anglicanismo.
“No hay ni una pulgada cuadrada en todo el dominio de nuestra existencia humana sobre la cual Cristo, quien es soberano sobre todo, no exclame: ‘¡Mía!’” Esta convicción de Abraham Kuyper lo llevó a redefinir la cultura neerlandesa.
Martín Lutero fue un monje agustino alemán y profesor de teología que se convirtió en el iniciador de la Reforma protestante.
Aunque la fe del emperador Constantino ha sido cuestionada, es imposible negar su legado en la historia del cristianismo: creó la relación Iglesia-Estado, abolió la crucifixión y los sacrificios paganos, y detuvo la persecución contra los cristianos.
Sabelio intentó conciliar la unicidad y particularidad del Dios cristiano basándose en las Escrituras, pero su interpretación trinitaria resultó en un error teológico. Esto dejó en evidencia la necesidad de dar una definición ortodoxa de la trinidad.
Ignacio de Antioquía, un discípulo del apóstol Juan, se convirtió en el primer mártir conocido, fuera del Nuevo Testamento, en ser asesinado por su fe en el Coliseo romano.
¿Una teología seria y el activismo social están en conflicto? No para Carl Henry. En un contexto de tensiones ideológicas, este humilde teólogo emergió como el arquitecto de un nuevo movimiento cristiano: el neoevangelicalismo, que puso en sinergia el evangelismo, la justicia y la teología.
Aunque solo vivió 28 años, Keith Green dejó un legado musical centrado en la adoración y la predicación. Era un apasionado por compartir el evangelio y solía plasmar sus luchas espirituales en sus canciones.
Un impresionante artista que reflejó su deseo por la espiritualidad, el perdón y la redención en sus más importantes obras religiosas. Aunque fue alguien moralmente controversial, la gracia de Dios se sobrepuso a sus errores.
Durante su vida, este hombre atendió a miles de niños sin hogar y predicó el evangelio en muchos países. Siempre confió en que Dios proveería de forma milagrosa, y así fue.
Aunque sufrió de ceguera, compuso entre 5000 y 10.000 himnos a lo largo de una vida marcada por el servicio. Nunca se lamentó por su discapacidad y, en cambio, dejó un legado musical que ha influenciado a muchas generaciones de cristianos.