Todavía no es seguro, pero es posible que un día tú y yo pisemos el Arca de la que se habla en el libro de Génesis. No la que fabricaron a escala en Estados Unidos para los turistas, sino la que construyó el mismísimo Noé y que alguna vez descansó en los Montes de Ararat.
A lo largo de las décadas, los descubrimientos arqueológicos han revelado ciudades, artefactos y contextos que no solo son llamativos por sí mismos, sino que también confirman los escenarios descritos en la Biblia. Dentro de las narrativas escriturales, pocas son tan universalmente conocidas y fascinantes como la del Diluvio. Esta historia, que nos enseña sobre la fe de un hombre en Dios, el juicio divino contra toda la humanidad y la redención del Creador para Sus criaturas, ha impulsado a creyentes y exploradores a buscar su rastro físico a lo largo de los siglos.
Por eso hoy, la formación geológica de Durupinar recibe un notable interés. Se trata de una formación geológica particular en Turquía, cerca de las montañas de Ararat, que tiene una forma similar a la de un barco fosilizado. Si bien se descubrió hace más de medio siglo, las investigaciones más recientes han reavivado la esperanza y la pregunta de si este podría ser el lugar donde el Arca de Noé finalmente descansó. En el presente artículo, exploraremos brevemente los hallazgos y debates en torno a este sitio.

La historia de Durupinar
La investigación y el debate en torno al sitio de Durupinar son de larga data; están marcados por descubrimientos fortuitos, periodos de olvido y resurgimientos impulsados por el interés y la tecnología.
El inicio se remonta al 11 de septiembre de 1959, cuando el Capitán Ilhan Durupinar, un oficial del ejército turco, realizaba un vuelo de reconocimiento aéreo para la OTAN. Su misión era fotografiar una zona remota en las Tierras Altas de Turquía para actualizar mapas después de que tres grandes terremotos hubieran alterado el terreno. Fue entonces cuando, sobre una región desolada cerca de las montañas de Ararat, observó una formación “sorprendente e inusual” entre las rocas. Lo que se reveló en las fotografías aéreas parecía ser los restos de un “gran barco”, situado muy tierra adentro y a una altitud considerable: aproximadamente 6500 pies (casi 2000 metros sobre el nivel del mar).

Este hallazgo inicial captó la atención de muchos y fue destacado en la revista Life en 1960. También una expedición estadounidense visitó el sitio en junio de ese mismo año. Sin embargo, a pesar de que la apariencia del barco era notable, los investigadores iniciales encontraron que era solo “superficial”. Aunque uno notó que nada en la naturaleza podría producir tal simetría, no se descubrió nada hecho por el hombre, y la falta de evidencia llevó a que el sitio fuera temporalmente abandonado. Durante las décadas siguientes, el sitio de Durupinar fue en gran parte ignorado por la comunidad científica general.

El interés resurgió con fuerza en la década de 1980. Un explorador estadounidense, Ron Wyatt, se convirtió en una figura prominente en la promoción del sitio de Durupinar como el Arca de Noé, afirmando haber encontrado diversas evidencias como madera petrificada y artefactos metálicos. Sin embargo, hacia 1985 empezaron a surgir dudas sobre su trabajo en la zona y, más tarde, fue fuertemente refutado por análisis científicos rigurosos. De hecho, a pesar de su amplio reconocimiento, toda su labor respecto a otras afirmaciones fue altamente controvertida, incluida la de haber encontrado el Arca del Pacto.
A pesar de esto, el gobierno turco reconoció la importancia del sitio y, en 1987, lo declaró parque nacional. La decisión, sumada a factores geopolíticos y a conflictos internos, hizo que se convirtiera en una zona militar prohibida y que se dificultaran las investigaciones durante muchos años. Aun así, en estudios geológicos posteriores, como los realizados por Lorence Collins, se examinaron muestras de los supuestos hallazgos de Wyatt, que él había identificado como elementos descritos en Génesis. El “soporte de hierro” era en realidad gránulos de limonita derivados de minerales volcánicos alterados; la “madera de gofer” petrificada era peridotita metamorfoseada, y las “piedras de ancla” provenían de roca volcánica local y no de Mesopotamia.

Las investigaciones en el presente
Pero es claro que, a pesar de la controversia, un lugar que potencialmente tenía el Arca de Noé no iba a quedar en el olvido permanente. El sitio de Durupinar volvió a ganar prominencia en el 2019, cuando el equipo de investigación ToPa 3D de Estados Unidos realizó una expedición de investigación de campo de cuatro días con permiso del gobierno turco. Utilizaron tecnologías no destructivas —es decir, que analizan el sitio sin transformarlo— como el Radar de Penetración Terrestre (GPR por sus siglas en inglés) y termografía, lo cual ha permitido explorar bajo la superficie sin alterar la formación. Los resultados mostraron patrones interesantes, incluyendo lo que parecen ser estructuras angulares o rectangulares y lineales a varias profundidades.
Estos hallazgos iniciales con el GPR de 2019 fueron el catalizador para que más expertos se interesaran en Durupinar. Después de la pandemia del COVID-19, un equipo de investigación interuniversitario —con expertos de la Universidad Técnica de Estambul, la Universidad Agri Ibrahim Cecen y la Universidad Andrews— comenzó a enfocar sus esfuerzos en estudiar la formación a partir de 2021. Desde entonces, se han realizado diversas conferencias y simposios relacionados con el tema, y los investigadores han escrito libros que recopilan los hallazgos.

En los últimos años, desde el 2023 hasta los primeros meses de 2025, la investigación se ha concentrado en el análisis de muestras para planificar futuros trabajos. En el 2024 se recolectaron 22 muestras de suelo y roca, las cuales revelaron un pH más bajo, una mayor cantidad de materia orgánica y niveles más altos de potasio dentro de la formación en comparación con el exterior. El equipo de investigación interpreta estos cambios como consistentes con madera en descomposición. También se encontraron rastros de depósitos marinos (como carbonatos y sales), materiales arcillosos y restos de vida marina, incluyendo moluscos. Estos materiales se han datado entre 3500 y 5000 años de antigüedad, lo que coincidiría con la cronología del Diluvio descrito en la Biblia. Estos hallazgos se han llevado progresivamente a los medios de comunicación, por lo que el tema ha adquirido mucha más relevancia recientemente.
Los socios universitarios turcos continuarán realizando pruebas no destructivas, como muestreo de suelo, escaneos de radar, entre otras. Los próximos pasos incluyen la recolección de más muestras de suelo, un GPR más completo que abarque también el área circundante a la formación, y sobre todo, la perforación de núcleos. Este último método es considerado esencial para verificar in situ las características detectadas por el GPR y obtener muestras de las estructuras o vacíos, con la esperanza de poder utilizar cámaras para explorar las cavidades. La excavación solo se llevará a cabo después de que los equipos de investigación reúnan suficiente evidencia y tengan un plan de preservación adecuado.

Pero, a pesar de los nuevos hallazgos y de la esperanza de comenzar a aplicar tecnologías más avanzadas, es fundamental comprender que aún no se han iniciado excavaciones en Durupinar. La prioridad actual es la protección y preservación del área, que se encuentra en una zona de flujo de tierra activa y experimenta inviernos duros. Los desafíos logísticos, políticos (al estar en el este de Turquía) y las sensibilidades religiosas (con diferentes afirmaciones por parte de judíos, cristianos y musulmanes sobre la ubicación del Arca) también siguen siendo factores que complican el trabajo científico en el lugar. Además, encontrar académicos y universidades dispuestas a invertir su reputación profesional en un sitio tan controvertido es difícil.
¿Realmente se trata del Arca de Noé?
Ahora, vale la pena reflexionar un poco en la importancia de los hallazgos que acabamos de mencionar. Para aquellos investigadores y creyentes que ven en la formación de Durupinar el posible sitio de descanso del Arca de Noé, la evidencia recolectada, especialmente la obtenida mediante las técnicas no destructivas, ofrece fundamentos significativos. Los hallazgos presentan una serie de puntos que, en su conjunto, sugieren que esta formación podría ser más que una simple anomalía geológica natural.
El argumento más obvio y visualmente impactante es, por supuesto, la peculiar forma de barco de Durupinar. No se trata solo de una semejanza superficial, sino que sus dimensiones se alinean notablemente con las proporciones descritas en el relato bíblico. La Escritura menciona que el Arca tenía 300 codos de largo, y los defensores de esta hipótesis señalan que el sitio mide aproximadamente 300 codos reales egipcios —una medida antigua plausible—, lo que representa una notable coincidencia. Si bien existe debate sobre si el Arca era un barco con forma de casco o una caja, los investigadores como Andrew Jones argumentan que la palabra hebrea en Génesis no especifica la forma exacta del barco, solo sus dimensiones de capacidad, lo que permitiría una forma similar a la de Durupinar.

Pero más allá de la forma visible, la evidencia obtenida del subsuelo es considerada por los proponentes como particularmente convincente. Las exploraciones con GPR han revelado patrones subterráneos que no se esperaría encontrar en una formación natural aleatoria. Estos incluyen la detección de formas angulares y rectangulares a profundidades de hasta 7 metros, así como características lineales. En este sentido y como ya lo mencionamos, es particularmente notable la aparente existencia de un túnel central o vacío dentro de la estructura, que podría ser lo suficientemente grande como para que una persona pueda transitar agachada (alrededor de 4 metros de profundidad). La importancia de estos hallazgos se refuerza por el hecho de que los análisis de datos han sido realizados por geofísicos independientes del proyecto de búsqueda del Arca, quienes han identificado estas anomalías sin una agenda, creencia o interés particular.
Los resultados de los análisis de suelo también se presentan como un pilar fundamental para la hipótesis del Arca. El mayor contenido de materia orgánica, el pH más bajo y los niveles más altos de potasio dentro de la estructura, son consistentes con madera en descomposición. Adicionalmente, la observación de que el césped que crece sobre la formación cambia de color (se vuelve más claro y amarillo en otoño) de manera diferente al césped circundante también se toma como un indicio de que la formación es un objeto distinto y con una composición diferente del terreno que lo rodea.

Desde la perspectiva de quienes apoyan la identificación del sitio como el Arca, estos hallazgos, aunque aún preliminares, plantean una pregunta fundamental: si esta estructura no es el Arca de Noé, ¿entonces qué es? ¿Podría una formación geológica natural tener una forma de barco que simplemente coincide con las dimensiones bíblicas, patrones subterráneos que parecen estructuras hechas por el hombre y una composición del suelo que sugiere la descomposición de una gran cantidad de material orgánico? Andrew Jones lo explicó de la siguiente manera para CBN News:
…no creo que alguna vez vayamos a encontrar una placa que diga: “Hecho por Noé e hijos”. Todo se reduce a pruebas circunstanciales: la ubicación, la forma. Si no fue hecho por el hombre, entonces ¿qué es? (…) Con todos los datos que apuntan a que esto es un barco en las montañas de Ararat, estoy convencido de que estas deben ser las ruinas —deterioradas y enterradas— del Arca de Noé. No vamos a esperar encontrar algo completamente preservado. Creo que será como los barcos funerarios vikingos, o los barcos romanos o griegos que los arqueólogos excavan: lo que queda es la huella química, algunos restos de madera, la forma del casco. Para mí, este es el mejor candidato, hasta que alguien me muestre otro lugar.
Debate religioso: escépticos, musulmanes y cristianos
Como cristianos, sabemos que la narración del Arca constituye un hecho histórico; que el Diluvio fue universal y que los únicos humanos que no murieron fueron Noé y su familia. Sin embargo, la posibilidad de que la formación de Durupinar sea realmente el Arca ha suscitado discusiones de tipo religioso, planteando preguntas como: ¿realmente fue un evento cataclísmico en todo el mundo, o solo ocurrió en esta región de Turquía? O ¿su ubicación respalda la narración bíblica, o más bien confirma lo que dice el Corán? Así, incluso entre quienes creen que la historia del Arca de Noé es un hecho, no hay una unanimidad sobre el sitio de Durupinar o la naturaleza del evento.
Como ya lo mencionamos, una perspectiva significativa proviene del campo de la geología. Escépticos como Collins argumentan firmemente que la formación de Durupinar es una estructura geológica completamente natural. En realidad, la única forma de probar o refutar esta teoría es a través de las excavaciones, las cuales no se han realizado hasta la fecha.
Otra corriente de pensamiento que surge de los académicos ve el relato bíblico del Diluvio como un descendiente de mitos mesopotámicos muy antiguos, como el que se encuentra en la Épica de Gilgamesh. Esta narración es considerada la obra literaria más antigua conocida de la humanidad. Fue hallada en tablillas de arcilla escritas en cuneiforme, en lengua acadia, durante el siglo VII a. C. en la ciudad de Nínive, aunque su origen se remonta aproximadamente al año 2100 a. C. En esta épica, un personaje llamado Utnapishtim construye un arca y sobrevive a un gran diluvio enviado por los dioses, y su barco descansa en el Monte Nisir. Los paralelos entre las dos historias son notables.

Esta perspectiva sugiere que el Diluvio no fue necesariamente un evento universal, sino que podría haber sido inspirado por catástrofes regionales masivas. La teoría del “Diluvio del Mar Negro”, por ejemplo, propone que alrededor de 8000 años atrás, un colapso de glaciar causó una inundación masiva de agua del Mediterráneo en el Mar Negro, transformándolo de un lago de agua dulce a un mar salado y desplazando a miles de personas. Los supervivientes de tales eventos podrían haber transmitido historias de diluvios. Desde esta visión, la formación de Durupinar sería simplemente una estructura geológica cuya forma casualmente evoca la de un barco.
Como cristianos, reconocemos que es posible que inundaciones en diferentes lugares del mundo y momentos de la historia hayan dado lugar a narraciones similares a la del Génesis, e incluso que Durupinar constituya los restos de otro barco distinto. Con todo, nada de esto es razón suficiente para que pensemos que el Diluvio narrado por Moisés no ocurrió o es una simple interpretación artística de un evento menor; aún el hecho de que la Épica de Gilgamesh sea un texto más antiguo que la Biblia no desafía en nada su veracidad.
Por otro lado, la historia del Arca de Noé también es un elemento clave en el islam. El Corán narra la historia de Nuh (Noé) y afirma que el lugar donde descansó el Arca fue el Monte Judi, una ubicación que está al sur del actual Monte Ararat. En cuanto a Durupinar, muchos musulmanes dicen que esta formación demostraría que el Corán está en lo correcto y que la Biblia falla en su narración del Génesis. Su argumento es que Durupinar está más cerca del Monte Judi, y que el Monte Ararat es geológicamente más reciente, por lo que no pudo existir en los tiempos de Moisés.

Sin embargo, estas premisas ignoran algo muy importante: cuando Moisés dice que el Arca “descansó sobre los montes de Ararat”, en realidad no se refería al monte que actualmente conocemos por ese nombre, sino a una región muy amplia de lo que hoy es el este de Turquía. Andrew Jones dice que es como si hoy dijéramos en las “montañas de Colorado” o las “montañas de Canadá”, así que el sitio de Durupinar entraría dentro de lo que Moisés llamó Ararat. En todo caso, más allá de decir que realmente este sitio contiene el Arca, esto demuestra que la veracidad de la narración bíblica no es desafiada en ninguna medida por los resultados de las futuras excavaciones.
Finalmente, es importante decir que incluso entre académicos evangélicos hay discrepancias sobre la posibilidad de que el Arca de Noé esté en Durupinar. Si bien las razones que hemos mencionado antes llevan a muchos a pensar que en efecto sí está allí, hay otros que presentan argumentos para decir que el Arca necesariamente debió desaparecer. Por ejemplo, Andrew A. Snelling, geólogo y director de Answers in Genesis, dice: “Después del diluvio, Noé y su familia habrían necesitado refugio. Es lógico suponer que desmantelaron el arca para usar su madera, lo que significa que hoy no quedarían restos significativos por encontrar”.

Conclusión: expectativa y fe inamovible
Para nosotros como cristianos, es crucial entender que nuestra fe en la Escritura, incluyendo los sucesos del Diluvio, no depende, en última instancia, de la confirmación arqueológica de Durupinar como el Arca de Noé. La arqueología bíblica es valiosa para aportar contexto histórico y detalles sobre los relatos, pero no es una herramienta para demostrar la fe. Nuestra convicción inamovible proviene de la transformación por el Evangelio y el testimonio interno del Espíritu Santo; esta seguridad espiritual no será alterada por este u otros hallazgos similares.
Entonces, ¿qué sucederá si se confirma científicamente que Durupinar es en realidad el lugar donde descansa el Arca de Noé? Debemos tener en mente que Durupinar no vendría a ser un sitio especial de adoración ni nada parecido; simplemente sería una prueba más que se suma a los muchísimos datos arqueológicos e históricos que confirman las verdades en las que ya creemos.
Pero, si se confirma que no lo es, nuestra fe permanece intacta. De hecho, hay una gran posibilidad de que, aún si se encuentran más pruebas, muchos escépticos sigan rechazando no solo que esta formación es el Arca, sino que el Diluvio universal haya ocurrido en absoluto —como sucede con todos los demás relatos bíblicos—. Con todo, y esto es bastante personal, me generan mucha expectativa los hallazgos que arrojen las investigaciones en los próximos años. ¿No es fascinante siquiera pensar en que podemos pisar el mismo artefacto a través del cual Dios decidió salvar a la humanidad del juicio universal por agua y continuar con Su plan de redención?
Referencias y bibliografía
Noah’s Ark Project | Noah’s Ark Scans
Are excavations happening on the Durupinar boat formation this year | Noah's Ark Scans
Bogus “Noah's ark” from turkey exposed as a common geologic structure | Lorence Gene Collins
Is This Noah's Ark? Researcher's Compelling Evidence | CBN News
Myth or Reality? Hunting for the REAL Noah's Ark | History Channel
Is This Noah’s Ark? Researcher’s Compelling Evidence as Speculation Builds | CBN News
Two new English books on Noah's Ark | Noah’s Ark Scans
Noah’s Ark Discovery: New Evidence Establishing Links With Biblical Tale | Today Show
Could Türkiye’s Mount Agri hold remains of Noah’s Ark? | Türkiye Today
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