El cristianismo es la tercera religión más practicada en India, justo después del hinduismo y el islam, y paradójicamente superando al sijismo (una religión local) con cerca de 27.8 millones de adherentes, y constituyendo así el 2.3% de la población. Sin embargo, los cristianos de India hoy se enfrentan a graves peligros, y los políticos locales, la ideología nacionalista que ha cobrado fuerza bajo el impulso del actual del gobierno nacional, están haciendo que cada vez sea más difícil ser cristiano en India.
Las denominaciones más populares del cristianismo en India son el protestantismo (59%) y el catolicismo (33.19%), aunque también hay una fuerte presencia de la iglesia ortodoxa (7.44%) y de otras denominaciones no especificadas (0.15%).
¿Qué está sucediendo en India hoy?
Muchos ciudadanos de India han manifestado estar consternados y horrorizados al ser testigos de los movimientos de los gobiernos de los estados gobernados por el Partido Popular de la India (Bharatiya Janata Party, o BJP) y de otros partidos políticos, que se dirigen a hacer más difícil la vida de los cristianos, musulmanes, dalits, adivasis, y mujeres hinduistas, usando leyes anti-conversión en la India.
Los simpatizantes de la Hindutva (ideología de la hinduidad o calidad de Hindú) en varios partidos, y especialmente aquellos que han evolucionado de los movimientos nacionalistas Rashtriya Swayamsewak Sangh e Hindu Mahasabha, hicieron lobby de manera dura para poner en marcha las primeras leyes anti-conversión en el estado de Odisha en 1967, la cuales fueron seguidas por otros nueve estados en India.
Estos estados incluyen Madhya Pradesh, Chhattisgarh, Jharkhand, Gujarat, Rajashan, Uttarakhand, Himachal Pradesh y Arucachal Pradesh. En Tamil Nadu, el entonces jefe del partido Toda India Anna DMK, el señor J. Jayalalitha puso en marcha una ley similar, pero la retiró luego de fuertes protestas en el estado.
En cualquier parte que se han aplicado las leyes anti-conversión, irónicamente llamadas como la Ley de Libertad de Religión, estas se convirtieron en justificación para la persecución de las minorías religiosas y otras identidades marginalizadas. Los ataques a estas minorías han crecido rápidamente en años recientes, especialmente después de que las leyes fueran retocadas con el fin de ser usadas como un arma para atacar la dignidad de los cristianos y los musulmanes que residen en la India.
El último debate sobre una ley anti-conversión ha tenido lugar en el estado de Karnataka este 8 de febrero, donde la resistencia de los ciudadanos ha crecido con el fin de asegurar de que el proyecto presentado por la Asamblea Legislativa no se convierta en ley.
Una India hinduista, el sueño de los nacionalistas
Para las fuerzas de los movimientos asociados a la Hindutva, la ideología nacionalista india que promueve la idea y los sentimientos de hinduidad o de sentirse hindúes, las leyes anti-conversión son un camino natural hacia el establecimiento de un Hindu Rashtra (un estado hindú) en la India, el cual podría desentenderse de los musulmanes y los cristianos, convirtiendo así la república secular y democrática en un estado xenófobo.
Sin embargo los musulmanes y los cristianos no son los únicos amenazados por este tipo de leyes, esta ley tiene graves implicaciones para la supervivencia de minorías como los dalits, los adivasis, y algunas secciones de la misma comunidad hindú. Las leyes también representan graves peligros para las libertades de las mujeres y la libertad social en general.
En este sentido, India está siguiendo el camino hacia convertirse en un estado cada vez más autoritario, asemejándose así a naciones como China o Arabia Saudí, en las que la idea de una sociedad democrática y en la que todas las personas fueran escuchadas jamás prosperó.
El chantaje y las prácticas sociales de exclusión como una amenaza contra los conversos de los grupos sociales más pobres.
Bajo las disposiciones de las nuevas leyes, cualquier dalit que se convierta al cristianismo o al islam pierde las provisiones y reservas constitucionales para convertirse en un empleado del gobierno, así como en las instituciones de educación. Por ejemplo, un profesor o un abogado dalit que se convierta al cristianismo ya no tendría el derecho a aplicar para un empleo del estado o de una escuela y/o colegio.
De manera más crítica, los conversos al cristianismo y al islam también perderían su protección derivada de las leyes contra la segregación por castas. Así, en caso de que un ciudadano converso pertenezca a la casta de los intocables, este perdería las provisiones estatales que le prohíben al resto de los ciudadanos tratarlo como un “intocable”. Para dar un ejemplo más concreto de esto, las empresas, los comercios y demás entidades públicas y privadas podrían discriminar abiertamente a los conversos que pertenezcan a la casta de los “intocables” y ya no recibirían ninguna sanción gubernamental.
Una persecución dirigida especialmente contra los cristianos y los musulmanes
Las actuales leyes anti-conversión también muestran un ensañamiento dirigido hacia las comunidades cristianas y musulmanes. Un dato concreto que prueba esto es que se seguirán aceptando como legítimas las conversiones hacia el sijismo, el budismo o el jainismo, permitiendo que los ciudadanos que se convierten a tales religiones puedan seguir conservando los derechos y beneficios que tenían cuando practicaban su fe hindú.
De la misma manera, cualquiera que elija unirse a una nueva religión ahora tiene el requerimiento de probar que él o ella no fue convertido por el uso de la fuerza, la coerción, el adoctrinamiento o la seducción. Este último es especialmente problemático dado el hecho de que las conversiones realmente auténticas son motivadas en un grado u otro por la predicación y la exposición activa de la doctrina. En términos prácticos esto se convierte en un fuerte obstáculo para la predicación del evangelio en India.
Según los grupos de derechos humanos, estas leyes son más draconianas (estrictas) de lo que podrían parecer a primera vista. Ellas se dirigen principalmente a evitar las conversiones hacia el cristianismo y el islam. Así mismo ellas animan a un retorno al budismo y al hinduismo, religiones tradicionales indias. Pero también ellas ejercen una presión hacia las comunidades Dalits y Adivasis para no profesar el cristianismo y el Islam.
La coerción y el chantaje se encuentran implícitas en el artículo 341 Parte 3 de la ley, el cual es inmediatamente evocado para quitarles los derechos y beneficios, así como protección a aquellos que se conviertan al cristianismo o al Islam. En efecto, un ciudadano dalit es hoy forzado por el estado hindú a permanecer dentro del hinduismo.
Para el islam y el cristianismo, esto significa que mientras los actuales creyentes pueden profesar de manera personal su fe, ellos ya no tienen más el derecho a propagar su fe. Esto va contra el artículo 25 de la Constitución Nacional de India, el cual dice que las personas tienen la “libertad de conciencia y de libre profesión de su fe, así como a practicar y promover su religión”.
Estas disposiciones no solo son discriminatorias contra el cristianismo y el islam, también están minando los fundamentos seculares y laicos de la constitución, la cual trata a todas las religiones igualmente.
Las leyes anti-conversión y su impacto negativo frente a los derechos de las mujeres
Desde el 2019, esta notoria ley también se ha convertido en una herramienta para perseguir a las mujeres y minar sus derechos, quitándoles su derecho a elegir en temas muy personales como su sexualidad o criminalizando su elección de casarse con una pareja musulmán o cristiana. Las mujeres ahora tienen el requerimiento de ir con el gobierno para obtener un permiso con el fin de casarse con un musulmán o un cristiano. Estas leyes también exponen a las mujeres a daño físico y al repudio social de sus comunidades ya que incluso sus familiares lejanos pueden presionar a las autoridades gubernamentales con el fin de prohibir un matrimonio interreligioso. El hombre que ella escoja como su esposo, si es de otra religión, será arrestado sin derecho a fianza.
En los estados de Uttar Pradesh y Madhya Pradesh, las leyes anti-conversión están siendo usadas para prevenir que las parejas de confesiones diferentes puedan casarse. Las fuerzas leales a la ideología nacionalista de la Hindutva están usando estas leyes para perseguir a los musulmanes, acrecentando las pasiones comunales y sectarias contra lo que los políticos han llamado “la yihad del amor”.
Hasta hace unos meses, las leyes anti-conversión fueron usadas en varios estados contra los hombres musulmanes, hoy estas leyes están siendo usadas para acosar a los pastores, presbíteros, profesores o directores cristianos de las instituciones académicas. Sin embargo, los arrestos a causa de la imposición de esta legislación han sido pocos y espaciosos en el tiempo, ya que los gobiernos estatales no han sido capaces de aducir ningún dato o evidencia para justificar la implementación de sanciones contra los ciudadanos que las infrinjan.
Capacidad de elección
El núcleo, y elemento justificador de estas leyes, es el argumento para ponerlas en prácticas que es que las comunidades dalit o los más pobres no tienen capacidad de elección ni entendimiento en asuntos de religión. Aún así, en otros aspectos, incluyendo el derecho a votar y la libertad de elegir a sus representantes políticos para los gobiernos locales y el parlamento, estas comunidades son consideradas como capaces y suficientemente informadas para hacer sus propios juicios. En términos prácticos, esto equivale a decir que las personas más pobres son ignorantes en materia religiosa y que solo las comunidades religiosas de élite del hinduismo están capacitadas para decidir y guiar a los más pobres en asuntos de fe. Esta visión, sin duda alguna paternalista, también denigra toda posición religiosa que no sea compatible con las creencias tradicionales de la India, por lo cual equivale a un trato desigual de los ciudadanos y una violación flagrante de los derechos de libertad de consciencia inherentes a cada persona.
De acuerdo a un artículo publicado por The Citizen,“esta concepción es altamente insultante al intelecto y sabiduría de los dalits y las personas más pobres de India, los cuales han sido mantenidos oprimidos por la fuerza social del sistema de castas, y también esta visión denigrante de los pobres ha sido implementada por amenazas de uso de la fuerza o amenazas de castigo”.
Las leyes anti-conversión son violatorias de la Constitución
El Código Penal Indio tiene también demasiadas provisiones dirigidas a enfrentar crímenes como el fraude, los sobornos y temas tales como los intentos de interrumpir la armonía entre las comunidades, o la creación de mala voluntad y animadversiones entre varios sectores de la sociedad. Sin embargo, las leyes anti-conversión y la aplicación de las mismas, así como la concepción cultural de que las personas más pobres no pueden hacer juicios libres sobre su religión y la fe que desean profesar, se presentan como una clara contradicción de los principios establecidos en el Código Penal dirigidos a fomentar la armonía entre los miembros de la sociedad.
Aún más, los juristas más respetados del país han sostenido y expresado abiertamente que esta ley es una violación total del derecho a profesar, practicar y propagar la fe personal. Babasaheb Ambedkar, quien presidió el Comité de redacción de la Constitución India en la última asamblea nacional constituyente, así como varios subcomités que discutieron temas como los derechos de los ciudadanos, discutió estos temas ampliamente antes de ponerlos en los estatutos de la Constitución. Ambedkar, así como otros juristas, considera que las leyes anti-conversión violan el espíritu de la constitución y que por lo tanto deben ser repelidas.
La Constitución Nacional de India provee seis amplios derechos fundamentales. Todas las personas tienen los mismos derechos y deben ser tratadas de las misma manera, en libertad, sin discriminación ante la ley (Artículos 14 y18) y (Artículos 19 y 22). El estado provee la libertad de conciencia y el derecho de profesar, practicar y propagar la religión (Artículos 25 al 28), así mismo las personas gozan de derechos culturales, de educación y estos aplican de la misma manera para las minorías religiosas (Artículos 29 y 30). Por lo tanto, cada persona tiene el derecho a ser tratada igualmente, a no ser discriminada y a gozar de las libertades de conciencia en el mismo grado que todos los demás ciudadanos.
Las nuevas leyes también violan los pactos internacionales suscritos por India
Aparte de estos derechos, las leyes anti-conversión violan los pactos internacionales y los instrumentos y provisiones del derecho internacional de los cuales India es firmante. Los artículos 1, 18 y 19 de la Declaración Universal de las Naciones Unidas, los Artículos 18 y 19 del Pacto Internacional de derechos civiles y políticos, y los artículos 2 y 3 de la Declaración de las Naciones Unidas para la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación basada en la religión o la creencia, señalan esto claramente y de forma categórica.
Así se expresa la Carta Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas:
Artículo 18: Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.
Artículo 19: Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.
El llamado del Foro Nacional de Solidaridad para defender a los cristianos de India
Para las personas en India, las leyes anti-conversión son discriminatorias contra el cristianismo y el Islam frente a todas las demás religiones, creando así un ambiente de exclusión, hostilidad y animadversión que anima un odio y violencia física dirigida contra múltiples personas e instituciones.
El Foro Nacional de Solidaridad, una institución de origen indio constituida de más de 70 organizaciones y grupos que se unieron para alzar la voz en el 2008, justo en medio de una ola de violencia contra las comunidades cristianas, se ha expresado abiertamente en contra de las leyes anti-conversión.
Así, la entidad ha señalado:
“Nosotros, el Foro Nacional de Solidaridad, estamos convencidos de que tales leyes discriminatorias no deberían tener espacio en una sociedad democrática como la India.
Somos conscientes de la necesidad de un involucramiento más grande de todas las personas seculares y de valores democráticos para apoyar la campaña para que se retiren tales leyes.
Y por lo tanto, apelamos a todas las personas que respetan los derechos humanos, la dignidad, la paz, la armonía y la justicia para que se unan a esta declaración contra las leyes anti-conversión en India.
Juntos, unamos nuestras manos para defender los valores ensalzados en la Constitución India y de protección de los derechos humanos de las minorías y otros grupos marginalizados en India”.
El Foro Nacional de Solidaridad, una red de organizaciones que surgió justo después del Genocidio de Kandhamal*, ha estado activo durante los últimos trece años. Muchas acciones a favor de los derechos humanos han surgido como iniciativa de este Foro, con un objetivo primario de mantener la justicia, la paz y la armonía así como de garantizar la protección de la Constitución India y los valores seculares y democráticos.
¿Quiénes son los dalits?
Dalit es una palabra originaria del sánscrito que significa “persona rota/hecha pedazos. Este es el nombre para todas las personas que pertenecen a los estratos sociales más bajos en la India, previamente conocidos como la casta de los intocables. Los dalits fueron excluidos del sistema varna cuádruple del hinduismo y se considera que formaban un quinto grupo, también conocido con el nombre de Pachama. Los dalits ahora profesan varias creencias religiosas, incluidas el hinduismo, el budismo, el sijismo, el cristianismo, el islam y varios otros sistemas de creencias.
De acuerdo a un reporte de 2007 de la organización de activismo por los Derechos Humanos, Human Rights Watch, el tratamiento de los dalits has sido como un apartheid escondido, ya que ellos enfrentan la segregación y la discriminación en aspectos tales como el acceso a la vivienda, las escuela y el acceso a servicios públicos esenciales.
Mientras que la discriminación contra los dalits ha cedido en las áreas urbanas y en la esfera pública, todavía existe en las áreas rurales y en la esfera privada, en los asuntos de cada día tales como el acceso a restaurantes y bares, escuelas, templos y fuentes de agua. Algunos dalits se han integrado dentro de la sociedad urbana de India, donde los orígenes por castas son menos obvios. Sin embargo, en las comunidades rurales, los orígenes por casta son más fáciles de identificar, lo cual lleva a que los dalits permanezcan excluidos de la vida religiosa local de sus comunidades, aunque algunos análisis cualitativos sugieren que esta exclusión podría estar disminuyendo.
Los dalits conversos al cristianismo
Los cristianos dalits existen en varias regiones de Asia como India, Pakistán, Bangladesh y Nepal. Las conversiones masivas de las castas más bajas del hinduismo hacia el cristianismo y al islam han tenido como finalidad principal escapar de la discriminación que les impone el sistema de castas del hinduismo. Aún así, incluso después de su conversión, algún grado de segregación, restricción, jerarquía y pureza ritual permanece como un indicador social para discriminar a las personas de estos grupos sociales. En muchos casos, las iglesias se refieren a los dalits como “nuevos cristianos”, lo cual parece ser hoy considerado como un término derogatorio dentro de las iglesias. Incluso la discriminación contra los dalits sigue siendo persistente en algunas iglesias, donde ellos no están bien representados como miembros activos del clero. De hecho, el matrimonio entre personas de distintas castas no es algo comúnmente practicado entre los dalits conversos al cristianismo. Por ejemplo, los cristianos asirios de Kerala no se casan con cristianos dalits.
Con las nuevas leyes anti-conversión, los dalits que tenían algún tipo de protección contra la discriminación por castas en el sistema social indio, perderían tales prerrogativas en el caso de que se convirtieran al cristianismo. En este sentido, las leyes que se están tratando de imponer, no solo afectan a los cristianos sino que se constituyen como una forma legalmente aceptable de continuar discriminando a las personas más vulnerables y olvidadas de la sociedad.
Sobre el genocidio de Kandhamal
El genocidio de Kandhamal fue un evento violencia dirigida contra los cristianos, supuestamente organizado por organizaciones nacionalistas indias en el distrito de Kandhamal en el estado de Orissa en la India. Esta violencia tuvo lugar en el mes de agosto de 2008 después del asesinato de un monje hindú llamado Lakshmanananda Saraswati.
De acuerdo a los reportes del gobierno, la violencia resultó en al menos 39 cristianos asesinados y 3906 casas de cristianos completamente destruidas. Los reportes del estado señalan que más de 395 iglesias fueron quemadas, y más de 600 villas fueron arrasadas dejando a más de 60.000 personas desplazadas. Otros reportes ponen la cifra de muertos en cerca de 100 personas y sugieren que más de 40 mujeres cristianas fueron abusadas sexualmente.
Los reportes no oficiales por su parte sugieren que cerca de 500 personas fueron asesinadas. Muchas familias cristianas fueron quemadas vivas. Miles de cristianos fueron forzados a convertirse al hinduismo bajo la amenaza de violencia. Muchas familias hindúes fueron atacadas en algunos lugares porque ellas apoyaban al Partido Político del Congreso Nacional de la India.
La violencia de 2008 fue organizada por el grupo nacionalista Bajrang Dal y la organización paramilitar india Rashtriya Swayamsevak Sangh.
Las tensiones comenzaron con incidentes de violencia en la Navidad del 2007, los cuales resultaron en la quema de más de 100 iglesias e instituciones eclesiales, incluyendo hostales, conventos y más de 700 casas. Tres personas fueron también asesinadas los tres días siguientes después de la Navidad.
Después de las manifestaciones de violencia, 20.000 personas fueron recibidas como refugiadas en 14 campos establecidos por el gobierno y 50.000 personas huyeron a los distritos aledaños y a otros estados. La Comisión para la Libertad Religiosa de los Estados Unidos reportó que para el mes de marzo de 2009, al menos 3.000 personas todavía estaban en campos de refugiados establecidos por el gobierno.
La violencia en el distrito de Kandhamal se ha constituido con cada uno de los elementos señalados como uno de los peores episodios de violencia contra los cristianos en el siglo XXI.
Con información de The Citizen.
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