Las últimas noticias que llegan desde Myanmar exponen la difícil situación del cristianismo en este país. Con estos registros, Myanmar se une al grupo de naciones donde la persecución a los cristianos es especialmente grave.
Panorama religioso de Myanmar
Myanmar, país del sudeste asiático que también es conocido como Birmania, es una nación de mayoría budista con una significativa minoría de otras religiones, entre ellas el Islam y el Cristianismo. La sección 361 de su constitución declara: «El gobierno reconoce la posición especial del budismo como la fe profesada por la gran mayoría de los ciudadanos de la Unión».
De acuerdo con un censo de 2016 encargado por el gobierno, la religión dominante es el budismo, practicada por el 90 por ciento de la población. La fe budista tiene una presencia especialmente fuerte entre las etnias Bamar, Rakhine, Shan, Mon, Karen y China.
La constitución actual, además, declara la libertad religiosa como un derecho inalienable; sin embargo, también concede amplias excepciones que le permiten al gobierno restringir los derechos religiosos de los ciudadanos a voluntad.
En este contexto de autoritarismo político, las minorías religiosas han encontrado un lugar de paz en el cristianismo (practicado por un 6.3 por ciento de los ciudadanos y particularmente por las etnias Chin, Kachin y Karen). El Islam es practicado por el 2.1 por ciento de la población, particularmente entre la etnia Rohynga, Malay y las personas de Yangon y de otras minorías. El hinduismo es practicado apenas por el 0.5% de los ciudadanos.
El culto «Nat» también es popular en Myanmar. Los Nats son centros de culto establecidos a lo largo del país, ya sea erigidos solos o como parte de los templos budistas en un marco de sincretismo religioso.
Los cristianos en Myanmar
El cristianismo es practicado por el 6.2 por ciento de los birmanos, primariamente entre los Kachin, los Chin y los Karen, debido a las misiones euroasiáticas que tuvieron lugar en las respectivas áreas de estas minorías étnicas. Cerca de cuatro quintos de los cristianos del país son protestantes, en particular los bautistas de la Convención Bautista de Myanmar, mientras que los católicos conforman el quinto restante.
Contexto histórico del cristianismo en Myanmar
Una prohibición de larga data a la entrada de misioneros cristianos y de material religioso, desde la independencia en 1948, la cual fue vista como hostil al cristianismo, llevó a un lento desarrollo de la actividad misionera en el país. La quema constante de iglesias ha sido reportada continuamente en el Sudeste de Myanmar, donde los integrantes de la etnia Karen viven.
La historia del cristianismo en Myanmar puede rastrearse hasta el siglo XVII. Los cristianos han enfrentado hostilidades y una persecución abierta desde 1920, tiempo desde el cual la actividad misionera se ha incrementado notablemente.
La llegada de los primeros misioneros
En el siglo XVII llegaron los primeros misioneros europeos. Varias misiones católicas llegaron en 1830, y para 1841 habían 4.500 católicos en el país. Las primeras monjas llegaron entre 1847 y 1852. La actual membresía de católicos es de unos 27.000 creyentes, pero habían alcanzado un alto grado de popularidad en 1933 cuando llegaron a ser 121.000.
El protestantismo en Myanmar
Las iglesias protestantes en Myanmar fueron abiertas por primera vez en el siglo XIX por Adoniram Judson, un misionero estadounidense bautista. A Judson le tomó años de intensa predicación consolidar una iglesia y los primeros conversos, pero después de eso los números empezarían a crecer rápidamente, alcanzando los 10.000 creyentes en 1851.
Adoniram tradujo la Biblia al birmano en 1834, siendo este uno de los hitos más notables en la historia cristiana del país.
En 1865, la Convención Bautista de Myanmar fue establecida, y para 1927, varias escuelas para la formación de pastores fueron abiertas bajo el auspicio de la Orlinda Pierce Divinity School. Hoy en Myanmar todavía sigue abierto el instituto de teología fundado en aquellos días, formando a los estudiantes de muchas denominaciones protestantes.
La mayoría de los conversos al protestantismo provienen de la etnia Karen, un grupo que reside en áreas montañosas, en lugar de provenir de los budistas practicantes.
Después de 1914, el budismo empezó a adquirir un aspecto más nacionalista y altamente resistente a la influencia del cristianismo. Había hostilidades hacia los cristianos de la etnia Karen, así como a los inmigrantes de origen indio. Para el año 1926 los protestantes alcanzaron una población de 192.000 fieles, con los bautistas al frente, y con más de 200 misioneros en el terreno. De forma cada vez más creciente las comunidades nativas comenzaron a tomar el liderazgo en las iglesias protestantes que se habían establecido en el país.
Cuando los japoneses tomaron Myanmar en 1942, los misioneros británicos y estadounidenses se fueron, pero volvieron en 1945. La independencia del Reino Unido llegó en 1947 y desde entonces ha habido una fuerte tensión por parte de las acciones militares en las áreas donde viven los Karen, y donde se encuentran la mayoría de conversos al cristianismo.
La fortalecida religiosidad de los cristianos de la etnia Karen, y la profundizada hostilidad de la mayoría budista del país hacia los cristianos, ha hecho que las relaciones entre las dos religiones permanezcan en un estado de alta tensión hasta el día de hoy.
El cristianismo en las décadas recientes
En 1966 todos los misioneros extranjeros fueron expulsados por el gobierno, pero la iglesia protestante del país se había convertido en un movimiento vibrante de misioneros, a pesar de las limitaciones de la geografía, el aislamiento y la carencia de recursos financieros.
El crecimiento del cristianismo en el país también puede ser atribuido a las conversiones de los grupos minoritarios de animistas, así como al ascenso de la fe entre miembros de la etnia Chin, donde hoy el 90% de ellos se considera cristiano.
Generalmente hablando, la mayoría de cristianos provienen de las minorías étnicas, tales como los Chin, los Karen, los Lisu y los Kachin. Las principales denominaciones cristianas al día de hoy en Myanmar siguen siendo los bautistas, los pentecostales, los anglicanos y los católicos.
En el campo político Herny Van Thio, un pentecostal afiliado a la Iglesia Pentecostal Unida Internacional, y quien es el segundo vicepresidente del país desde 2016, es el primer no budista, al tiempo que es el primer cristiano en ejercer como vicepresidente en toda la historia del país. La fe de Van Thio ha sido un tema de controversia, ya que después de su nombramiento varios monjes nacionalistas budistas protestaron afirmando que solos los budistas podían ser electos para posiciones políticas.
En el 2015, la embajada de los Estados Unidos en Myanmar anunció que había dado un estipendio de 125.000 dólares al Fondo Mundial de Monumentos (WMF) para restaurar la histórica Primera Iglesia Bautista de Mawlamyine por medio del Fondo de Embajadores para la Preservación Cultural. La iglesia había sido construida por el legendario misionero del siglo XIX Adoniram Judson.
Las iglesias cristianas ortodoxas, por su parte, conforman una pequeña minoría en el país. Hay una pequeña iglesia cristiana armenia, cuyo centro de culto es la Iglesia Apostólica Armenia de San Juan Bautista en Yangon.
Según el censo de 2020, los cristianos eran unos 3.172.479, mientras que el total de la población era de más de 50 millones de personas.
Los eventos recientes de persecución contra los cristianos en el país
El 28 de marzo de 2022 se reportó que el ejército del país había destruido más de 100 construcciones religiosas, entre ellas 47 iglesias cristianas, en núcleos de resistencia armada en el noreste, en el centro y en el sudeste del país, desde el intento de golpe de estado del año pasado.
Desde el año pasado, la junta militar ha conducido ataques aéreos y de artillería en áreas civiles en los estados de Chin y Sagaing, así como en la región Magwe y en el estado Kayah. El ejército ha enfrentado una fuerte resistencia de rebeldes armados en estas áreas
Los ataques del régimen en las áreas civiles no han reparado en los edificios religiosos, en los cuales frecuentemente los civiles se refugian cuando los enfrentamientos comienzan.
En el estado de Chin, predominantemente cristiano, cerca de 35 iglesias y 15 construcciones afiliadas a las iglesias fueron destruidas en ataques del ejército ocurridos entre febrero de 2021 y enero de 2022, esto de acuerdo a la Organización de Derechos Humanos de Chin.
En el también estado predominantemente cristiano de Kayah, en el sudeste de Myanmar, cerca de 12 iglesias fueron destruidas en el mismo periodo, según informó el Grupo de Derechos Humanos de Karenni.
En mayo del año pasado, las fuerzas del gobierno bombardearon continuamente la Iglesia del Sagrado Corazón en la capital del estado de Kayah, la ciudad de Loikaw, matando a cuatro personas que habían buscado refugio allí, esto sin mencionar el daño que se causó a la construcción misma. Las justificaciones del gobierno para el ataque fueron que la construcción estaba siendo usada para albergar elementos armados de la resistencia, lo cual fue negado tajantemente por los ciudadanos del lugar. El ataque llevó al cardenal Charles Maung Bo a instar al régimen que se abstuviera de atacar instalaciones religiosas.
Pero los líderes de la junta militar han rechazado los llamados a la paz de los líderes religiosos, bombardeando una de las iglesias principales del estado de Kayah, la Iglesia de la Reina de la Paz en el condado de Demoso.
Un líder cristiano de la etnia Karen ha dicho que el ejército ha bombardeado varias iglesias, incluso en ocasiones en las que no había combates con los grupos rebeldes. Algunas de las instalaciones religiosas atacadas se encontraban lejos de las áreas de combates, dijo él.
«Ellos están atacando a las iglesias de manera intencional para suprimir el espíritu de la gente cristiana al atacar sus lugares sagrados. Yo condeno sus malas acciones», dijo este hablando en condición de anonimato debido a razones de seguridad.
Thantlang ha sido la región más afectada en el estado de Chin en el noroccidente de Myanmar, sufriendo ataques de artillería y bombardeos por parte del régimen en 26 ocasiones desde septiembre del año pasado, lo cual ha forzado a los residentes a alejarse de la ciudad de Thantlang. Durante los ataques, un pastor de Chin fue herido de muerte y su anillo de bodas fue cortado de su dedo por soldados de la junta militar de Myanmar cuando salió a intentar apagar los incendios causados por los bombardeos del ejército. Las imágenes aéreas de la ciudad bombardeada con humo saliendo hacia el cielo de forma constante han impactado al mundo. Tres iglesias en la ciudad fueron asoladas por incendios solamente durante el 29 de octubre.
Solo fue hasta el 1 de noviembre de 2021 que el gobierno de los Estados Unidos se pronunció de manera tajante condenando las atrocidades y la violencia horrorífica usada por la Junta Militar de Myanmar en el estado de Chin.
Los ataques dirigidos contra iglesias en los estados de Kayah y Chin reflejan la frustración del régimen al no poder ser capaz de controlar de manera efectiva los estados, esto a pesar de 12 meses de intensa lucha contra los rebeldes y núcleos de resistencia existentes en los estados de Karenni y Chin, durante la cual el régimen ha recurrido al uso de ataques aéreos y armas pesadas, incluyendo la artillería.
Adicionalmente, las fuerzas del régimen—que han prometido proteger al budismo—han destruido y lanzado ataques e incendios contra monasterios budistas, especialmente en las regiones de Sagaing y Magwe, dos núcleos fuertes de la resistencia armada contra el régimen en el corazón de Myanmar.
Con base en los reportes de los medios de comunicación, al menos 30 monasterios budistas en la región de Sagaing, y 20 en la región de Magwe, han sido destruidos, acorralados y saqueados por las fuerzas gubernamentales desde abril del año pasado.
Durante las operaciones de vigilancia en las áreas donde los militares sospechan que los locales están albergando a las fuerzas de resistencia, las fuerzas militares de la junta han usado armas altamente potentes y han conducido ataques de incendios contra los monasterios, así como destrucciones de la propiedad y el robo de objetos valiosos, al tiempo que se han resguardado en las construcciones que fueron atacadas.
A principios de este mes, cerca de seis personas murieron cuando el monasterio en el que se estaban refugiando fue bombardeado en la ciudad de Latpandaw en la región Sagaing.
La misma ciudad sufrió la brutalidad de los ataques del régimen a finales de febrero cuando varios soldados rodearon el monasterio de Phone Village y detuvieron a 80 niños de escuela primaria durante 36 horas.
«Cuando el abad del monasterio trató de negociar con las fuerzas del régimen, ellos lo apuntaron con un arma y le dijeron que no dejarían el monasterio», recordó un habitante de la ciudad.
Las fuerzas del régimen convirtieron el monasterio budista en un centro de interrogación y torturaron y mataron a nueve personas, incluyendo a una mujer de 19 años, y robaron también 50 millones de kyats (la moneda de Myanmar) donados por los habitantes de la ciudad al monasterio.
U Waryama, un monje budista que protestaba y era miembro de la Red Sanga de la Revolución de Primavera, dijo que mientras que el régimen ha hecho mucho ruido acerca de la protección y promoción del budismo, nunca ha dejado de mostrar sus verdaderas intenciones cuando su poder es desafiado. Es decir, el régimen militar realmente no está protegiendo a los budistas, en vez de eso ataca a todos los que se le oponen, ya sean estos budistas, musulmanes o cristianos, si es que ve su poder desafiado.
«Ellos [el régimen] podrían construir pagodas y monasterios [lugares de oración budista] para mostrar que son guardianes del budismo, pero no vacilan al matar a los monjes si estos representan una amenaza a su poder», dijo el monje.
El actual conflicto político y militar en Myanmar
El país ganó su independencia de Reino Unido en 1948 y había sido gobernado por las fuerzas armadas desde 1962 hasta 2011, cuando un nuevo gobierno comenzó a acelerar el retorno a un régimen civil.
El régimen militar había cambiado el nombre del país de Birmania a Myanmar en 1989. Las dos palabras significan lo mismo pero Myanmar es la versión más formal.
En medio del cambio de régimen que se había venido dando, hacia uno basado en el gobierno civil, los militares tomaron de nuevo el poder en febrero de 2021 después de una elección general ganada por el partido NLD de Aung San Suu Kyi, el cual ganó en una batida abrumadora.
Desde entonces varios activistas de oposición formaron una Campaña de Desobediencia Civil y han organizado manifestaciones y protestas masivas contra el golpe de estado orquestado por los militares.
Los militares respondieron con fuego, cañones de agua y balas de goma. Así, lo que comenzó como una campaña de desobediencia civil contra el golpe de estado se convirtió pronto en una guerra civil en todo Myanmar.
Las milicias locales se llaman a sí mismas Fuerzas de Defensa Popular y han atacado a los convoyes de los militares y han asesinado a funcionarios del estado.
El gobierno, por su parte, ha llevado a cabo violentas actividades de represalias contra las milicias rebeldes, incluyendo la tortura y el asesinato de 40 civiles en junio de 2021, en el núcleo de oposición del distrito de Sagaing.
La Asociación de Asistencia de Prisioneros Políticos, la cual lleva el registro de los asesinatos, detenidos o encarcelados por el régimen, dice que 1503 personas han sido asesinadas desde que el régimen militar tomó el poder (cifras correspondientes a los registros que van hasta febrero de 2022).
La organización Acled con sede en Estados Unidos, la cual compila los registros de los reportes de noticias y las publicaciones de organizaciones de derechos humanos, dice que 12.000 personas han muerto en el conflicto.
¿Quién está ahora a cargo de Myanmar?
Actualmente el comandante en jefe, el general Min Aung Hlaing, ha tomado el poder. Min tradicionalmente ha tenido una amplia influencia política, manteniendo exitosamente el poder sobre el Tatmadaw: el ejército del país, incluso cuando Myanmar se estaba moviendo hacia la democracia. De hecho, fue el mismo Min quién estuvo detrás del golpe de estado como líder.
Él ha recibido la condena internacional y una amplia gama de sanciones por su supuesto rol en los ataques del ejército contra las minorías étnicas, entre las cuales se encuentra la gran proporción de cristianos y musulmanes del país.
El general Min ha dicho que el ejército se encuentra del lado de la gente y que podría formar una «democracia verdadera y disciplinada». El ejército dice que mantendría unas elecciones «libres y justas» una vez que el estado de emergencia haya terminado, es decir, una vez se hayan derrotado a las fuerzas rebeldes que se alzaron contra el golpe de estado.
¿Quién es Aun San Suu Kyi y qué papel desempeña en el actual conflicto en Myanmar?
Aun San Suu Kyi se hizo famosa mundialmente en los años noventa cuando hizo campaña a favor de la restauración de la democracia.
En el 2015, ella lideró la victoria del partido NLD en la primera elección libre del país después de 25 años.
Anteriormente, había ganado el Premio Nobel de la Paz y había sido retenida en custodia domiciliaria por las fuerzas del régimen militar, esto debido a su activismo a favor de la democracia. Sin embargo, en la década del 2010 perdió el favor de la comunidad internacional al no manifestarse por los crímenes que líderes budistas y el gobierno mismo estaban cometiendo contra la minoría de los Rohingya, una etnia minoritaria principalmente compuesta por musulmanes y a los que se le ha tratado como ciudadanos de segunda clase y a los cuales también se ha intentado exterminar.
Actualmente las fuerzas del régimen han detenido de nuevo a Aun San Suu Kyi y la han acusado de corrupción, por la compra de un helicóptero, entre otras acusaciones.
¿Quiénes son los Rohingya y cómo han sido perseguidos?
Miles de Rohingya han sido asesinados, por ciudadanos del común o por las fuerzas militares, y más de 700.000 de ellos han huido a Bangladesh después de una campaña de represión militar iniciada en 2017.
Cuando el país se estaba moviendo hacia la democracia y Aun San Suu Kyi estaba en el poder, ella compareció ante la Corte Internacional de Justicia en 2019 y negó las acusaciones de que el ejército había cometido genocidio.
La ACNUR señala que los Rohingya son una minoría musulmana apátrida en Myanmar, esto quiere decir que no tienen ciudadanía ni derechos de ningún tipo. Tanto el régimen militar, antes del 2011, como el gobierno civil que gobernó desde el 2011 hasta el 2021, no hicieron nada para resolver la situación jurídica y legal de los Rohingya.
El último éxodo de los Rohingya comenzó cuando el 25 de agosto de 2017 estalló la violencia en el estado de Rakhine, lo cual obligó a más de 723.000 personas a buscar refugio en Bangladesh.
A pesar de que el gobierno de Bangladesh ha respondido a la masiva llegada de refugiados, los rohingyas continúan hoy en una situación dramática. Muchos de ellos están alejados en campamentos temporales o asentamientos improvisados. Viven en frágiles cabañas de bambú y plástico, sin acceso a agua potable, saneamiento ni servicios de salud.
¿Cuál ha sido la reacción internacional ante el golpe de estado en Myanmar?
Las Naciones Unidas han alertado sobre la profundización de la crisis humanitaria en Myanmar, con «una intensificación de la violencia y un rápido crecimiento de la pobreza».
El Secretario de Estado de Estados Unidos Antony Blinken ha acusado a las fuerzas militares de Myanmar de un «reinado del terror» en el país.
Los Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea han impuesto sanciones sobre varios funcionarios del ejército. Sin embargo, China bloqueó una declaración del Consejo de Seguridad de la ONU condenando el golpe, aunque ha apoyado las llamadas por un retorno a las normas democráticas.
Ashin Wirathu y el nacionalismo budista en Myanmar
A pesar de que muchos monjes budistas han expresado su rechazo ante el régimen militar de Myanmar y sus acciones, una figura sobresaliente del budismo de Myanmar ha llamado la atención en el escenario internacional. Se trata del monje Ashin Wirathu, quien incluso ha sido comparado con Osama Bin Laden.
Wirathu es la expresión del budismo nacionalista de Myanmar, señalando que la religión oficial del país debe ser el budismo y que todas las demás deberían ser ilegales o al menos fuertemente restringidas. Dice que los musulmanes son «perros rabiosos» y los acusa de robar y violar a las mujeres birmanas, así como de «reproducirse rápidamente».
Durante muchos años las autoridades del país le han brindado protección y apoyo a Wirathu, el cual es considerado de lejos el monje budista más polémico del mundo. El respaldo del gobierno permitió a Wirathu seguir promoviendo sus discursos incendiarios, llevando incluso campañas para boicotear los negocios de los musulmanes desde 2001.
Wirathu también ha usado las redes sociales para expandir su mensaje de nacionalismo religioso, aunque usa sistemas más convencionales como libros y CDs para llevar sus palabras. En el 2018 Facebook lo puso en su lista negra por sus mensajes de odio contra las minorías religiosas del país. Pero él dijo que buscaría plataformas alternativas.
Wirathu, sin lugar a dudas, ha sido uno de los principales impulsores de los discursos que animan la violencia religiosa, una violencia que se ha manifestado no solamente contra los musulmanes sino también contra los cristianos.
Cómo luce hoy la persecución a los cristianos en Myanmar
Según Open Doors, los conversos al cristianismo se encuentran a sí mismos perseguidos por sus familias, sean estas budistas, musulmanas o tribales. La conversión implica que ellos tengan que dejar a sus familiares y se encuentren alejados de la vida en comunidad. Aquellas comunidades que quieren ser solo budistas hacen que la vida de las familias cristianas sea imposible al no permitirles usar los recursos de agua de la comunidad. Los grupos de iglesias no tradicionales enfrentan oposición, especialmente si están localizados en áreas rurales o se hacen conocidos por predicar activamente.
Mientras que muchos monjes budistas se encuentran divididos sobre la cuestión de apoyar el golpe de estado de los militares de 2021, muchos aún manifiestan su apoyo. Los cristianos, por su parte, temen que el retorno del régimen militar al poder lleve a una persecución brutal contra los creyentes en Cristo.
Los cristianos que más riesgo enfrentan de ser perseguidos son aquellos que se han convertido desde el budismo, ya que se arriesgan a enfrentar la oposición del gobierno y sus comunidades. Asimismo, los cristianos que pertenecen a minorías étnicas son frecuentemente el objetivo de los ataques de las fuerzas gubernamentales.
Según Open Doors, Myanmar es el país número 12 en la lista de naciones bajo vigilancia y en donde más difícil resulta ser cristiano hoy. La principal fuente de persecución allí es el nacionalismo religioso enarbolado por los militares y líderes religiosos como Ashin Wirathu. En los últimos años los niveles de persecución han sido especialmente altos en las categorías de violencia y vida en comunidad; sin embargo, la vida de la iglesia, la vida nacional, la vida familiar y privada registran niveles altos de persecución contra las comunidades cristianas.
Todas las situaciones anteriormente descritas llevan a considerar que el cristianismo en Myanmar se encuentra en estado de máxima alerta. Con apenas el 6% de la población y una guerra civil en curso, los cristianos se enfrentan a una amenaza existencial.
¿Qué podemos hacer? Tres acciones necesarias hoy por los cristianos perseguidos
En este contexto, son diversas las acciones que las iglesias de todo el mundo pueden emprender para ayudar a sus hermanos perseguidos en este país. La primera y más importante, como siempre lo hemos señalado en BITE, es la oración, pidiendo que el Reino de Dios se haga extensivo al pueblo de Birmania para que la paz y solidaridad que proceden de Cristo puedan tener presencia en el corazón de todas las personas. Asimismo, es importante que los cristianos de todo el mundo alcen la voz en los diversos escenarios internacionales y de discusión pública para que los derechos de los cristianos sean respetados.
El presente reporte intenta hacer esto último, y desde aquí hacemos un llamado a que todas las partes involucradas en el conflicto depongan las armas y velen por los derechos inalienables de todos los ciudadanos del país. Y, finalmente, otras opciones que los cristianos podemos considerar es la ayuda humanitaria básica que es promovida por las organizaciones cristianas que trabajan en el lugar, con el fin de paliar las situaciones de emergencia a las que diariamente se enfrentan nuestros hermanos en la fe y que no dan espera.
Nota: redactado con información tomada de Open Doors, ACNUR, The Christian Post y BBC.