El cristianismo en la antigua Birmania, hoy conocida como Myanmar, ha mostrado un crecimiento esperanzador en un territorio dominado por el budismo como religión oficial. El trabajo misionero del siglo XIX ha empezado a dar frutos sobre todo en las etnias Chin y Kachin donde el 90% de sus integrantes son cristianos.
El golpe de estado militar ejecutado el pasado primero de febrero en contra de la líder Aung San Suu Kyi, quien había sido elegida democráticamente en noviembre de 2019, desató manifestaciones y enfrentamientos en distintos lugares de la nación del sudeste asiático.
Vuelve la represión, se fortalece el cristianismo
En el pasado, el cristianismo en Myanmar ha estado sujeto a restricciones por parte de los gobiernos militares, quienes a través del autoritarismo han impuesto y preservado la tradición budista, y que con el golpe de estado la iglesia podría empezar a vivir etapas similares. Según Christianity Today, líderes cristianos en esta nación publicaron comunicados condenando la toma del poder a través de las armas. “Los líderes que ocupan altos cargos en la iglesia son los que más tienen que perder. Si se expresan, ellos y sus denominaciones podrían ser objeto de arresto domiciliario o en prisión, o los militares podrían usar fuerza letal como lo han hecho en el pasado y en muchos de los recuerdos de los ex líderes”, cita el medio a Ellis Craft, director del ministerio del Sudeste Asiático para la organización misionera Reach A Village en Estados Unidos. En medio de las protestas tras el golpe de estado, muchos pastores y líderes cristianos salieron a las calles a manifestarse en contra de los hechos violentos que anularon la elección democrática. Según Michael Koko Maung, director de una red nacional de plantadores de iglesias, en el terreno los creyentes siguen con el movimiento de desobediencia civil pero de manera pacífica, acompañado del sonar de las ollas y sartenes, marchas en paz y coros contra los militares.
Tal parece que los momentos difíciles por los que han pasado los cristianos en Myanmar, ha traído consigo un avivamiento entre sus comunidades. En medio de la crisis, han buscado la manera de ayudarse mutuamente, orar juntos y manifestarse públicamente contra los atropellos si es necesario.
Poder militar, sinónimo de persecución a cristianos
A la antigua Birmania se le conoce por ser la nación con la guerra civil más larga del mundo, que comenzó a finales de la década del 40 y que ha afectado notablemente a los cristianos pobladores de tres estados principalmente: Shan, Kachin y Chin. En estas poblaciones, se encuentra la mayoría de los cristianos profesos de Myanmar, que según Open Doors, son casi 4,4 millones de los 54,8 millones de habitantes que tiene esta nación.
Históricamente, la fe cristiana ha enfrentado la persecución militar de los gobiernos de turno, apoyada en el nacionalismo budista que los dirige. Para el budismo, los cristianos son traidores a las creencias en las cuales fueron formados. Los ataques contra los cristianos han hecho que sea casi imposible convivir en sus comunidades. Entre 1962 y 2011, los creyentes en Jesús fueron víctimas de una persecución sistemática por parte del ejército.
Tras el golpe militar, el conflicto entre insurgentes y las fuerzas militares ha dejado a la iglesia en medio del fuego cruzado y se prevé que con el apoyo del ejército a los monjes extremistas, el budismo pueda fortalecerse y traiga muchos más ataques contra los cristianos.
Aunque no existe una agenda definida contra los creyentes en Myanmar por parte del gobierno militar, en el pasado mes de noviembre, un pueblo de la región de Chin fue notablemente afectado por ataques y saqueos a edificaciones, entre las que se encontraban iglesias. Según los reportes noticiosos, más de 160 edificios fueron afectados por bombardeos de las tropas gubernamentales, entre las que se encontraban dos iglesias.
Para Dave Euback, jefe del movimiento Free Burma Rangers que brinda ayuda humanitaria al pueblo cristiano en países difíciles, los ataques contra los creyentes en esta zona de Myanmar, al parecer no son una política dirigida a los cristianos, sino que los ataques van contra la resistencia al régimen y los cristianos han quedado en medio.
En tal sentido, el portal Baptist Standard informó que el 18 de septiembre, el pastor bautista Cung Biak Hum, fue asesinado por tropas oficiales cuando intentaba ayudar a un miembro de su iglesia a extinguir el fuego de su casa que había sido incendiada como resultado de los bombardeos. Días antes al asesinato de Cung, otro pastor de la iglesia Bautista Falam en Mandalay, fue arrestado en frente de su casa por hombres armados y vestidos de civil.
Christian Solidarity Worldwide, una organización que vela por los derechos humanos centrada en la libertad religiosa y con sede en Londres, Inglaterra, informó que en total 19 hogares cristianos del municipio de Thantlang fueron destruidos por los ataques militares.
Todavía hay esperanza
Chris Mabey escribió para Christianity Today un completo artículo donde muestra el panorama de la situación del cristianismo en Myanmar. Tras el intento fallido de cambio a través de la elección democrática, aún se mantiene encendida la llama de la esperanza a través de algunas realidades que vive este país actualmente.
La primera de ellas, es la masificación del uso de la redes sociales por parte de las nuevas generaciones, quienes la viven bien informados sobre la realidad tanto dentro como fuera de Myanmar. Mientras el gobierno no intervenga con el internet, existe una presión desde las clases medias y bajas hacía el gobierno por un cambio. La incorporación de un gobierno civil en 2015, generó un claro crecimiento en las libertades y oportunidades económicas de la clase media, algo completamente desconocido en dicho país desde hace más de 50 años.
Así mismo, el regreso de las nuevas generaciones que habían salido a estudiar al exterior ahora hacen parte de aportar en el desarrollo y productividad de la nación sobre todo en temas de salud, derecho, telecomunicaciones, entre otros. Finalmente, Dios ha levantado liderazgos internos en altas esferas del poder que pueden ser útiles para traer alivio a los creyentes. Como es el caso de Anna Sui Hiual, esposa del vicepresidente Henry Van Thio, quien es lingüista, investigadora y predicadora cristiana que defiende los derechos humanos. Así mismo, Thinzar Shunlei Yi, una joven activista quien fue criada en una familia militar pero que ha logrado reunir seguidores en su entorno con una visión más pacífica sobre el futuro de Myanmar.
Mabey termina su artículo revelando algunas formas en las que los cristianos alrededor del mundo podemos ayudar a que los vientos de transformación lleguen a Myanmar. En primer lugar, presionar a agencias internacionales para que miren hacía esta nación y las violaciones a los derechos humanos de sus habitantes, así mismo, apoyar a estudiantes birmanos a través de agencias que los apoyan para que en su momento estos vuelvan a su país de origen y sean agentes de cambio para su nación. Y finalmente, y con mucha más facilidad para todos los cristianos, no dejar de orar para que Dios ayude, fortalezca y sostenga a su iglesia en esta nación y traiga nuevos gobiernos que permitan la libertad religiosa.
Legado de Adoniram Judson
La presencia del cristianismo en el país asiático, no es más que el fruto de años de trabajo misionero del norteamericano Adoniram Judson, quien en 1813 huyó desde la India a la antigua Birmania, cuando apenas tenía 24 años de edad. Nació el 9 de agosto de 1778 en Malden, Massachusetts. Estudió en la Universidad de Brown y en el Seminario Teológico Andover, en este último conoció al Señor como su único salvador.
Tras un intento fallido de integrar la Sociedad Misionera de Londres ante la captura del barco donde viajaba, lo que provocó que en junto a sus compañeros de seminario y movidos por las misiones, Judson se convirtió en uno de los fundadores de American Board of Commissioners for Foreign Missions.
Se casó en 1812 con Nancy Hasseltine, con quien zarpó a Calcuta, India, días después de su ordenación al ministerio. Junto a sus compañeros de viaje, Samuel y Harriet Newell, se convirtieron en los primeros estadounidenses en trasladarse a otra nación para alcanzar a los pérdidos.
Al llegar a la India, los esposos Judson afirmaron su posición acerca del bautismo y fueron bautizados por el misionero inglés William Carey. Así mismo, renunciaron a la confraternidad congregacionalista que los patrocinaba y planearon la creación de la Asociación Misionera Bautista de Estados Unidos. En 1813, mientras viajaban desde la India a Rangún, Birmania, nació su primogénito, quien murió en el parto.
El ministerio de Adoniram Judson en Birmania estuvo marcado por el sufrimiento y el trabajo evangelizador. En 1824, Judson fue encarcelado junto a la mayoría de occidentales en ese país, acusado de ser espía de los británicos, allí sufrió de fiebre y desnutrición. Tras su salida de la cárcel, sirvió como traductor en el tratado de paz de Birmania con Inglaterra. Sin embargo, los sufrimientos no terminaron allí: su hija de dos años y su esposa fallecieron.
Tras este duro golpe, Adoniram construyó una choza en la selva donde se aisló de la civilización por 40 días. Tras sobrevivir a los peligros de la jungla, Judson empezó a orar y se fortaleció y continuó con su trabajo misionero, sobre todo en la etnia Karen. En 1834 se casó con Sarah Hall Boardman, pero en 1945 esta enfermó y finalmente falleció mientras viajaban a norteamérica.
Los 62 años de trabajo de Adoniram Judson en Birmania sembraron el cristianismo que ha traído frutos hasta ahora. Al momento de su muerte en 1850, se reportaban más de 7 mil cristianos bautizados y unas 63 iglesias establecidas en este territorio. Logró traducir la Biblia al idioma birmano y al Pali.
En Myanmar más del 74% de su población profesa la religión budista, y un 12% el animismo. Según cifras publicadas por el portal datosmacro.com, desde mediados del siglo XX hasta la primera década del presente siglo el cristianismo pasó de un 4,8% a un 7,7%. Para el 2010, el Islam es profesado por un 4,17% y el sincretismo con el 0,20% de sus habitantes.
Los bautistas fueron la primera denominación cristiana en hacer presencia en Myanmar a través de Judson y posteriormente a través de los esposos Arthur y Laura Carson para finales de 1890.
En la década de 1920, el pentecostalismo ingresó a través de las Asambleas de Dios al pueblo Lisu, luego a Kachin y Chin. Actualmente los bautistas, las Asambleas de Dios, el metodismo y los anglicanos constituyen las denominaciones con mayor presencia en Myanmar.
En el caso de los metodistas, existen dos corrientes, una la Iglesia Metodista del Bajo Myanmar, con más de 100 años de presencia en el territorio birmano fundada por misioneros estadounidenses y por otra parte la Iglesia Metodista del Alto Myanmar dirigida por británicos.
En 1985 el pastor Chan Thleng del pueblo Chin, fundó la iglesia Cristiana Unida, que luego pasó a llamarse Iglesia Reformada de Myanmar, con más de 50 congregaciones y unos 6 mil miembros. Para el año 2011, se adhirieron a la Iglesia Reformada en América del Norte. Otras denominaciones presentes en Myanmar son los Presbiterianos con más de 30 mil miembros y por lo menos 300 parroquias, la iglesia cristiana Mara con 17 mil miembros y unas 100 congregaciones, afiliadas oficialmente a la comunión mundial de iglesias reformadas.
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