Escucha este episodio en formato podcast:
A propósito de la publicación del último informe sobre la persecución a los cristianos en el mundo por parte de Puertas Abiertas, vale la pena reflexionar sobre los datos allí plasmados.
La pregunta surge cada vez que se publica la Lista Mundial de la Persecución de Puertas Abiertas, una organización que se dedica a monitorear el acoso, la intolerancia y la violencia contra los cristianos en todo el mundo. En su revisión número 30, publicada a principios de 2023, la organización enumera las 50 naciones donde los cristianos son más perseguidos y hostigados debido a su fe.
Sin embargo, es importante destacar que en la presentación de la lista, Puertas Abiertas hace una declaración que despierta ciertas suspicacias: “los cristianos son el grupo religioso más perseguido del mundo”. Esta afirmación ha sido cuestionada por muchos debido a diversas razones.
La primera objeción radica en la posibilidad de que las declaraciones de la organización sean un ejercicio de relaciones públicas a favor de la fe cristiana, en lugar de una representación fiel de la realidad. En respuesta, Puertas Abiertas afirma que sus investigaciones son auditadas por organizaciones independientes y aconfesionales, como el Instituto Internacional para la Libertad Religiosa, y que la Lista Mundial de la Persecución es compilada por expertos y analistas independientes de diversos campos de estudios.
Otra objeción común se relaciona con la supuesta falta de proporcionalidad en la Lista Mundial de la Persecución. Si bien es cierto que los cristianos son más perseguidos en términos de números absolutos, algunos argumentan que no lo son en términos proporcionales.
Según análisis realizados por el Proyecto Religión y Estado de la Universidad Bar- Ilan y la organización Ayuda a la Iglesia que Sufre, la religión cristiana es la más perseguida en todo el mundo. Sin embargo, al igual que en el caso de Puertas Abiertas, estos estudios hacen hincapié en los números absolutos y no en la proporción de creyentes perseguidos en comparación con el número total de creyentes de una determinada religión o credo.
Actualmente, el número de cristianos perseguidos en todo el mundo asciende a 360 millones de creyentes, lo que representa aproximadamente uno de cada siete cristianos. De hecho, según Javier Menéndez, director de la organización Ayuda a la Iglesia que Sufre en España, los cristianos representan el 75 por ciento de todas las personas creyentes perseguidas a nivel mundial.
Sin embargo, estas cifras deben ser consideradas en el contexto de que la fe cristiana es la religión más numerosa del mundo, con más de 2520 millones de creyentes de diferentes denominaciones y confesiones cristianas. En contraste, la gran mayoría de cristianos, alrededor de 2160 millones, no experimentan persecución u hostigamiento debido a su fe.
Teniendo esto en cuenta, la pregunta que surge es: si el cristianismo no es la religión más perseguida en términos proporcionales, ¿cuál lo es?
Otras religiones perseguidas
De acuerdo con el profesor e investigador del Proyecto Religión y Estado, Jonathan Fox, otras religiones podrían estar enfrentando una persecución aún más severa que la que enfrenta el cristianismo. En un artículo publicado en la revista Foreign Affairs, Fox señala que los musulmanes también son objeto de persecución en países como China, Rusia o Austria, donde se les obliga a registrarse ante los organismos gubernamentales y se les imponen fuertes restricciones a la práctica de su fe. Además, en países occidentales como Estados Unidos, Francia o Dinamarca, se ha limitado el uso de prendas religiosas como el hiyab o velo islámico y se han impuesto restricciones a la inmigración desde países con tradición musulmana.
Pero la persecución no se limita solo a Occidente. En Corea del Norte y China, los musulmanes también enfrentan restricciones similares a las que sufren los cristianos, ya que las autoridades consideran enemigo del estado a todo aquel que no se ajuste a los postulados ideológicos del partido gobernante.
Otro caso destacado de persecución religiosa es el de la religión Bahai, que cuenta con solo 8 millones de creyentes en todo el mundo. Esta religión, originaria de Irán en el siglo XIX, ha sido objeto de una feroz persecución por parte de las autoridades islámicas del país desde su fundación. Desde la revolución islámica en 1979, la situación se ha intensificado, con bahaístas enfrentando asesinatos, expulsiones de empleos y escuelas, encarcelamientos, negación de derechos cívicos y la destrucción de lugares de culto. Considerando el número de creyentes, el bahaísmo podría ser la religión más perseguida del mundo.
Generalidades de la persecución religiosa
La persecución religiosa en el mundo es un fenómeno complejo que afecta tanto a cristianos como a no cristianos en diferentes regiones del planeta. Los cristianos, por ejemplo, enfrentan persecución en países asiáticos, africanos y de Oriente Medio, mientras que los musulmanes experimentan niveles de persecución en naciones occidentales o ateas. Las causas de esta persecución son diversas, incluyendo la opresión islámica, la paranoia dictatorial, el nacionalismo religioso y la intolerancia secular.
El fenómeno de la persecución religiosa nos lleva a entender que hay causas inherentes a todo tipo de persecución, y que no se trata de que una religión en particular sea perseguida por su simple identidad. Las causas comunes incluyen la defensa de la identidad en el caso de los nacionalismos religiosos, el apego al poder y la sed de control político en el caso de la paranoia dictatorial, y la incapacidad para aceptar la diferencia en el caso de la intolerancia secular.
El acoso a causa de la religión es una negación del principio que declara que solo un grupo determinado de personas es digno de respeto y reconocimiento. Además, la persecución religiosa declara que los primeros son los que tienen el poder y ejercen el control político sin importar la dignidad de los gobernados. La intolerancia secular, por su parte, declara que Dios ya no es necesario para el ser humano y que solo aquellas personas que expresan su negación pueden ser valoradas y respetadas en la vida pública.
La perspectiva de la iglesia
La persecución religiosa nos lleva a reflexionar sobre la importancia del anuncio evangélico en el mundo y de la necesidad de vivir plenamente los valores cristianos. En este sentido, no se trata de fomentar un cristianismo meramente nominal o identitario, ya que incluso la protección denominacional puede ser una causa de persecución religiosa. Más bien, se busca promover un auténtico encuentro con Cristo y una vivencia de los valores evangélicos en el mundo.
Es esencial que los cristianos vivan al servicio del Reino de Dios y se conviertan en promotores de éste en un mundo caído y limitado. La Escritura nos anuncia que la persecución religiosa es una consecuencia de la resistencia del mundo a los valores del Reino de Dios, pero esto no significa que los cristianos y las personas de fe deban acostumbrarse a ella.
En este contexto, es importante que nadie sea forzado a actuar en contra de su conciencia o perseguido a causa de su fe. La persecución religiosa es una negación de los valores cristianos y una manifestación del pecado y la caída humana. Por tanto, es necesario anunciar el evangelio a un mundo en el que la libertad religiosa está siendo violentada cada vez más.
Los cristianos, los más perseguidos en número
En un mundo cada vez más diverso, resulta interesante destacar que aquellos territorios donde se respeta la libertad de culto suelen tener una base cristiana.
Sin embargo, a pesar de esta tendencia, los cristianos siguen siendo el grupo religioso más perseguido en todo el mundo, y su sufrimiento se debe a una amplia gama de factores culturales, políticos, económicos y religiosos.
¿Pero por qué el cristianismo resulta ser tan incómodo para muchos en tantos lugares? En primer lugar, la falta de comprensión acerca de lo que el cristianismo realmente significa es un factor importante en la persecución. Además, en lugares donde el cristianismo afecta la cultura tradicional, el orden social, la religión organizada y/o la política de un territorio, suele haber resistencia.
Sin embargo, hay dos factores esenciales del cristianismo que lo hacen particularmente vulnerable al rechazo. En primer lugar, los cristianos no obligan a nadie a abrazar su fe, lo que a menudo promueve la libertad individual y la libre conciencia, lo que es incómodo para el status quo en muchos contextos. En segundo lugar, el simple hecho de que un creyente convertido hable de una verdad única y superior es incómodo para aquellos que intentan monopolizar el discurso de la verdad.
En resumen, aunque la persecución religiosa puede tener múltiples causas y motivaciones, el cristianismo es el grupo religioso más perseguido en todo el mundo, y su vulnerabilidad se debe en gran medida a su esencia y valores fundamentales.