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Con su gran energía física, astucia natural, confianza en sí mismo y optimismo permanente, este hombre podría haberse convertido en un gigante industrial como John Rockefeller. En cambio, se convirtió en uno de los grandes evangelistas del siglo XIX.
Bienvenidos a este resumen de la vida de Dwight Lyman Moody (1837-1899).

Una nueva vida en Boston
D. L. Moody nació en Northfield, Massachusetts, en una familia de albañiles. Su padre murió cuando Dwight tenía 4 años, dejando nueve hijos. Su madre nunca alentó a Dwight a leer la Biblia, y él solo adquirió el equivalente a una educación de quinto grado. A los 17 años, Dwight se mudó a Boston. Después de buscar oportunidades por toda la ciudad durante semanas, consiguió un trabajo como vendedor de zapatos en la tienda de su tío. Sin embargo, para mantener al joven Moody alejado de las malas influencias, el empleo estaba condicionado a su asistencia a la Iglesia.
Mientras estaba en Boston, Moody asistió a la Iglesia Congregacional Mt-Vernon para escuchar la predicación del famoso Edward Norris Kirk (1802-1874). Su maestro de escuela dominical en Mt-Vernon, llamado Edward Kimball, empezó a interesarse en la vida espiritual del joven Moody, así que el 21 de abril de 1855, Kimball sintió que era hora de pedirle a Moody un compromiso con Cristo. Por lo tanto, se dirigió a la zapatería y entró corriendo mientras Moody estaba envolviendo y guardando zapatos. El joven estaba listo para escuchar sobre el evangelio. Ese día, D. L. Moody se hizo cristiano.
Pero, pasó un tiempo antes de que Moody entendiera las implicaciones de su fe. De hecho, al principio se le negó la membresía de la iglesia porque no aprobó el examen de ingreso, pues no podía explicar lo que Cristo había hecho por él. Pero su corazón había cambiado. No se avergonzó de ser cristiano y siguió aprendiendo más sobre su fe. Durante el renacimiento espiritual de 1857 y 1858, Moody se involucró en la YMCA (Young Men's Christian Association).


De camino al Oeste
Sin embargo, pronto se cansó de Boston y llevó sus sueños al oeste, a Chicago. Sus maneras atrevidas eran mucho más aceptables allí y logró conseguir otro trabajo como vendedor de zapatos. También se involucró en algunos esfuerzos evangelísticos. Una vez, entró en una misión en North Wells Street y preguntó si podía enseñar una clase de escuela dominical. Le dijeron que la misión tenía muchos maestros, pero no suficientes estudiantes. Si podía llevar el evangelio a los estudiantes, podría enseñarles. Esto no fue un problema para Moody, así que pronto le estaba mostrando el evangelio a multitudes de jóvenes escépticos.
Para 1861 había dejado su trabajo de vendedor de zapatos para concentrarse en el trabajo social y evangelístico. A través de su labor empezó a atraer a los niños de la clase baja de inmigrantes alemanes y escandinavos a su misión, con dulces y paseos en pony, y atrajo a los adultos mediante reuniones de oración por la noche y clases de inglés. Constantemente decía que "Si realmente puedes hacer que un hombre crea que lo amas, lo has ganado".
Mientras desarrollaba su labor, conoció y luego se casó con una de las maestras de escuela dominical llamada Emma C. Revell, con quien tuvo tres hijos.

Presencia y poder
Como presidente de la YMCA de Chicago durante cuatro años, Moody defendió causas evangelísticas como la distribución de tratados por toda la ciudad y celebró reuniones diarias de oración. Durante la Guerra Civil se negó a luchar, pero trabajó a través de la YMCA y la Comisión Cristiana de los Estados Unidos para evangelizar a las tropas. En todo esto, trató de mezclar el trabajo social con el evangelismo. De 1861 a 1865, ministró en campos de batalla y en toda la ciudad, estado y país a miles de soldados, tanto de la Unión como de la Confederación.
El deseo de Moody era llegar a la juventud perdida de la ciudad: los niños con poca o ninguna educación, con situaciones familiares desfavorables y circunstancias económicas difíciles. Pronto la Escuela Dominical superó el salón utilizado como sala de reuniones. A medida que las clases crecieron, los asociados alentaron a Moody a comenzar su propia iglesia. Finalmente, el 28 de febrero de 1864, la Illinois Street Church abrió en su propio edificio con Moody como pastor.

Para 1871, el ministerio de Moody en Chicago era cómodo, seguro y próspero. Había pensado en viajar como evangelista, pero ¿por qué dejar una posición tan cómoda? El gran incendio de Chicago lo hizo cambiar de opinión. Su iglesia, su hogar y la YMCA estaban en cenizas, al igual que los negocios de muchos de sus apoyadores. Resultó difícil recaudar dinero en otras ciudades para reconstruir el ministerio de Chicago, por lo que Moody partió.
Viajó a Nueva York en busca de recaudar fondos para reconstruir la iglesia y el YMCA, pero mientras caminaba por Wall Street, sintió lo que describió como "presencia y poder" como nunca antes había conocido, tanto que lloró en voz alta. Así que regresó a Chicago con una nueva visión: predicar el Reino de Dios, no el trabajo social, cambiaría el mundo. Ahora dedicó sus inmensas energías únicamente a la evangelización.
Las cruzadas evangelísticas de Moody
En 1873 se dirigió a Inglaterra. Sus reuniones evangelísticas tomaron por sorpresa a las Islas Británicas. La visita de Moody causó una impresión duradera e inspiró a los laicos de toda la región a comenzar ministerios infantiles y escuelas de capacitación ministerial para mujeres. Después de dos años en Inglaterra, Escocia e Irlanda, regresó a los Estados Unidos como una celebridad. Fue invitado a predicar en muchas ciudades americanas. Él predicó un evangelio simple, libre de divisiones denominacionales, lo que amplió su influencia y apoyo.
Inmediatamente, se iniciaron las cruzadas. Durante estas cruzadas, Moody fue pionero en muchas técnicas de evangelismo. Un grupo de evangelistas de casa en casa antes de una cruzada; un enfoque interdenominacional que requería la cooperación de las iglesias locales y de los líderes evangélicos laicos, independientemente de las afiliaciones denominacionales; apoyo financiero por parte de la comunidad empresarial; alquiler de un gran espacio central; intervención de un cantante cristiano durante la cruzada; y el uso de un espacio para aquellos que deseaban conocer el evangelio.

Pasión y compromiso con la educación cristiana
En 1879, Moody dirigió su atención hacia la educación, estableciendo el Seminario Northfield para niñas y luego la Escuela Mount Hermon para niños. Comenzó las conferencias bíblicas de verano y un instituto bíblico que ahora lleva su nombre. Al principio, temía competir con los seminarios existentes, pero veía cada vez más la necesidad de una capacitación práctica en el ministerio. Su objetivo era entrenar predicadores que pudieran llevar la verdad de Dios a las masas que la necesitaban.
Alternando entre Europa y América, Moody realizó numerosas campañas evangelísticas ante más de 100 millones de personas. En sus reuniones de 1883 en Cambridge, Inglaterra, siete estudiantes universitarios, los famosos "Cambridge Seven", se comprometieron a convertirse en misioneros en China, bajo el ministerio de Hudson Taylor.
Moody aprovechó cada oportunidad para predicar. Cuando los gerentes de la Exposición Mundial de 1893 en Chicago decidieron mantener la Feria abierta los domingos, muchos líderes cristianos pidieron un boicot, pero Moody no. Él dijo: "Abramos tantos lugares de predicación y presentemos el evangelio de manera tan clara que la gente quiera venir a escucharlo". En un solo día, más de 130,000 personas asistieron a reuniones evangelísticas coordinadas por Moody.

El legado de Moody
La visión de Moody de presentar el evangelio de manera práctica y sencilla ha continuado en las instituciones que llevan su legado. El Instituto Bíblico Moody, por ejemplo, continúa entrenando a pastores, misioneros y otros trabajadores de la iglesia. Pero la influencia de Moody se ha extendido mucho más allá de eso. Fue un precursor de evangelistas como Billy Sunday (1862-1935) y Billy Graham (1918-2018), y el aspecto social de su evangelismo ayudó a inspirar un compromiso profundo con el ministerio social entre los evangélicos.
Finalmente, Moody lanzó otro trabajo más, la Asociación Colportage, más tarde llamada Moody Press, una organización que utilizaba "vagones del evangelio" tirados por caballos, desde donde los estudiantes vendían libros y tratados de bajo costo en todo el país. La organización continúa operando hasta hoy. Al final de su vida, Moody continuó evangelizando en todo Estados Unidos, a menudo predicando en las principales ciudades y en varias universidades.
A pesar de un horario incansable, llegó a predicar seis sermones al día solo un mes antes de morir. Le encantaba pasar tiempo con sus hijos y nietos en su granja de Northfield, Massachusetts, donde murió el 22 de diciembre de 1899.

Dwight L. Moody vivió una vida completamente rendida a Dios, cuyos hábitos de oración fueron siempre un ejemplo. También fue un estudioso profundo de las Escrituras con una actitud siempre humilde y una pasión más que admirable por los perdidos. Además de esto, fue un gran administrador que no usó el dinero para sí mismo, sino que lo invirtió de todas las formas que tuvo a su alcance para la extensión del reino de Dios.
¿Y tú? ¿Qué piensas? ¿De qué formas crees que Dios puede despertar la pasión por los perdidos entre los cristianos de nuestro tiempo? ¿Cómo te puedes comprometer a mostrar el evangelio a los que no conocen al Señor?