Para nadie es un secreto que la libertad religiosa es mucho más limitada en países de África, Medio Oriente y Asia. Si hablamos del cristianismo, el término de la ‘Ventana 10/40’ nos da un panorama de cuáles son esas regiones en el mundo en las que el mensaje del evangelio es poco accesible y hasta reprimido. De hecho, gran parte de los países en donde la iglesia de Cristo es perseguida están ubicados en esa zona. Pero, ¿cuál es el estado de este derecho en Occidente?
En Norteamérica, Latinoamérica y Europa, hay mucha más apertura al cristianismo pues es la religión mayoritaria y, en general, se promueven la democracia y la libertad de culto. A pesar de esa tendencia, diferentes hechos sociales y políticos en Occidente vienen afectando dicha libertad. En este artículo haremos un análisis de tres de ellos, de acuerdo con investigaciones realizadas por instituciones expertas en el tema.
1. La autocensura
En el 2022, el Observatorio de Intolerancia y Discriminación contra Cristianos en Europa (OIDAC por su siglas en inglés), el Observatorio de Libertad Religiosa (OLIRE) en América Latina y el Instituto Internacional para la Libertad Religiosa (IIRF por sus siglas en inglés), presentaron un informe en Viena sobre el estado de ese derecho en Europa y Latinoamérica. A través de estudios en cuatro países (Francia, Alemania, Colombia y México), en los cuales se encuestó a un grupo representativo de cristianos, se concluyó que ellos:
…encuentran muy difícil manifestar opiniones basadas en su fe en espacios públicos o privados, especialmente cuando se trata de temas relacionados con vida, matrimonio, familia, eutanasia, adopción entre personas del mismo sexo y otros relacionados, por lo que, en ocasiones, optan por autocensurarse. Esta dificultad radica no solo en el temor de ser sancionados administrativa o penalmente bajo la aplicación de leyes antidiscriminación, sino también en ser desacreditados socialmente. Vale aclarar que la desacreditación social no se limita tan solo a críticas. En ocasiones, el entorno social hostil trae consigo una carga que se traduce en exclusión de determinados círculos y por tanto aislamiento social, lo que repercute en la forma como se desenvuelve la persona día a día.
En otras palabras, los cristianos deciden no manifestar sus opiniones y creencias por miedo a las consecuencias que ello implica. Así, la religión en Occidente es atacada de forma implícita a través del entorno y las sanciones sociales, que en apariencia no parecen ser tan terribles, pero resultan en que las personas se sientan reprimidas y abandonen poco a poco sus creencias. Teresa Flores, abogada e investigadora del Centro de Investigaciones Sociales Avanzadas en México, le explicó a Omnes algunas de las consecuencias de la autocensura:
…están quienes se autocensuran por temor a las sanciones legales y/o sociales. También se encuentran quienes, debido a la constante autocensura y el nulo o casi inexistente acompañamiento en la fe de una comunidad religiosa, cristiana, van perdiendo su fe poco a poco y dejan de ver las características relacionadas con la autocensura como un problema (…) Las consecuencias no siempre conllevan a abandonar la creencia por completo; sin embargo, el hecho de identificar la propia fe o las opiniones basadas en las propias creencias como algo dañino, como una desventaja o una carga que no permite “avanzar” en el entorno social, es una forma de presión, con la posible consecuencia de dejar de alimentar la fe o la falta de interés por compartirla. Incluso, quienes no tienen una formación sólida en su fe pueden llegar a adoptar contenidos doctrinales más afines a lo ‘políticamente correcto’.
Es evidente que la oposición a la religión en Latinoamérica y Europa, aunque es implícita, es real y tiene efectos palpables. Esto contradice la creencia, quizás popular, de que los cristianos no sufren persecución en Occidente.
2. La falta de penalización
El pasado 15 de mayo, la Comisión de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF por sus siglas en inglés) publicó su reporte anual sobre el empeoramiento de las condiciones de este derecho en todo el mundo, teniendo en cuenta su desarrollo en 199 países. En él, se resaltaron los Estados que muestran un progreso en el tema, se dieron recomendaciones a las diferentes autoridades estadounidenses para promover la libertad religiosa en todo el mundo y se hizo seguimiento a su respectiva aplicación.
Además, se designaron tres listas de especial interés: ‘Países de Preocupación Particular’, entre los que se encuentran Cuba y Nicaragua, ‘Lista de Vigilancia Especial’ y ‘Entidades de Preocupación Particular’. Una de las declaraciones que más llamó la atención de los medios fue la del vicepresidente de la comisión, Abraham Cooper, quien hizo un llamado de atención al Departamento de Estado por dar exenciones de sanciones a naciones que han violado la libertad religiosa de sus ciudadanos.
La declaración de Cooper fue: “La administración y el Congreso deben utilizar ahora este conjunto de pruebas para presionar a los gobiernos a proteger la libertad religiosa y sancionar con consecuencias tangibles a aquellos que continúen flagrantemente cometiendo violaciones atroces”. Esto es coherente con los hallazgos de la comisión en el 2022, pues de los doce Países de Preocupación, cuatro no fueron sancionados de ninguna manera por sus abusos: Pakistán, Arabia Saudita, Tayikistán y Turkmenistán.
También el senador republicano de Florida, Marco Rubio, lamentó que Nigeria, que en 2020 había hecho parte de los Países de Preocupación, saliera recientemente de dicha lista. Según su página web, declaró lo siguiente:
Como nación, es tanto moralmente imperativo como estratégicamente importante que mantengamos firme nuestro compromiso de combatir la persecución injusta de individuos en todo el mundo que viven su fe o creencias de forma pacífica. Es lamentable que tiranos en todo el mundo sigan socavando este derecho otorgado por Dios. Genera una preocupación profunda que la Administración Biden continúe dando excusas por la falta de acción del gobierno nigeriano para abordar la creciente violencia religiosa contra las comunidades cristianas en el país.
Por ejemplo, hasta hoy Leah Sharibu, una niña que fue secuestrada a sus 14 años por el grupo extremista Boko Haram en Nigeria, sigue en cautividad después de 5 años. El gobierno de ese país no ha tomado aún las medidas necesarias para asegurar su liberación. Esto y las declaraciones provocadas por los hallazgos del reporte demuestran que la violación a la libertad religiosa no está siendo suficientemente penalizada por la comunidad internacional.
Si bien los países de Occidente afirman que la libertad religiosa es uno de sus principios más importantes, y que tienen la responsabilidad de promoverla en todo el mundo, sus acciones y omisiones parecen demostrar lo contrario. Sin duda, esto suscita la cuestión de si este derecho fundamental continuará siendo prioritario en los países occidentales.
3. Nuevas leyes y restricciones
En otros artículos de BITE, hemos discutido la tendencia de países orientales a intensificar sus restricciones en contra de la religión. Algunos de los ejemplos más conocidos son Corea del Norte y China. Sin embargo, los gobiernos de países occidentales también siguen esa misma tendencia, aunque en menor medida. (Ver: ¿Cómo viven su fe los cristianos en Corea del Norte? y China intensifica la persecución contra los cristianos)
El Pew Research Center revisó cómo las restricciones de los gobiernos relacionadas con la religión crecieron en el mundo entre 2007 y 2017. Entre los muchos hallazgos de los reportes anuales de esos años, encontraron que:
Las restricciones gubernamentales han aumentado de varias formas diferentes. Las leyes y políticas que limitan la libertad religiosa (como exigir que los grupos religiosos se registren para poder operar) y el favoritismo gubernamental hacia los grupos religiosos (a través de financiamiento para la educación religiosa, propiedades y clero, por ejemplo) han sido consistentemente los tipos de restricciones más prevalentes a nivel global y en cada una de las cinco regiones analizadas en el estudio: América, Asia-Pacífico, Europa, Oriente Medio y Norte de África, y África subsahariana. Ambos tipos de restricciones han aumentado; la puntuación promedio global en cada una de estas categorías aumentó más del 20% entre 2007 y 2017.
Esto evidencia que la tendencia es global y no se limita a países de ciertas organizaciones sociopolíticas o en donde hay religiones predominantes distintas al cristianismo. Europa es un ejemplo de ello.
Otro de los hallazgos de los reportes anuales fue que, aunque el hostigamiento ha disminuido hacia algunos grupos religiosos, ha crecido en la última década. “Por ejemplo, la puntuación promedio de las limitaciones gubernamentales a las actividades religiosas en Europa (incluyendo los esfuerzos por restringir el proselitismo y la circuncisión masculina) se ha duplicado desde 2007”.
La abogada Teresa Flores señaló que cada vez hay más leyes o proyectos que afectan la expresión de puntos de vista cristianos. Estos limitan la libertad en pro de no contradecir las políticas de orientación sexual e identidad de género. Ella trajo a colación el ejemplo de México:
Podemos mencionar la iniciativa que se presentó en el 2020, con la que se buscó reformar la fracción IV del artículo 29, correspondiente al capítulo de las infracciones y sanciones de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público de México. La propuesta pretendía sancionar actos de discriminación con motivo de la identidad sexual o expresión de género de las personas que provinieran de organizaciones religiosas y sus agentes, y que estuvieran en contra de la población perteneciente a las minorías sexuales. La iniciativa no prosperó, pero es una muestra de los intentos de limitar la libertad de expresión de líderes religiosos en temas relacionados con sexualidad y género.
Mil cortes
Los fenómenos ya mencionados (la autocensura, la falta de penalización y la creación de restricciones) poseen un efecto lento, pero profundo en la iglesia de Cristo. Este puede describirse con las palabras de Janet-Epp Buckingham, famosa promotora de la libertad religiosa de cristianos en el mundo, acerca del reporte en Viena de 2022:
A menudo pensamos en la persecución religiosa como algo que implica ser encarcelado, enfrentar cargos criminales o incluso morir por la fe. Pero en países seculares existe una especie de ‘muerte por mil cortes’, en el sentido de que numerosas cuestiones más pequeñas se suman al problema más amplio de sentirse bajo presión por tu fe y tener un efecto intimidante que te hace pensar “no puedo decir nada sobre mi fe”. El caso de México muestra que los niños en la escuela tienen miedo de ser intimidados y las personas temen que en su trabajo no obtengan una promoción.
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En Cristo,
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