John Cotton (1585-1652) fue un líder puritano de Nueva Inglaterra que, luego de escapar de la persecución a los no conformistas por parte de la Iglesia de Inglaterra, fungió como maestro de la Primera Iglesia de Boston (1633-1652). Podemos considerarlo como una piedra angular para la edificación, formación y constitución de la tradición bautista particular reformada, principalmente por su contribución al desarrollo del gobierno eclesiástico conocido como “congregacionalismo”.
El congregacionalismo es una tradición que está representada y comprometida con los estándares de la Segunda confesión bautista de fe, o como es más conocida, Confesión bautista de fe de Londres de 1689. Tiene elementos de la Declaración de Saboya (1658) y su plataforma de gobierno, así como de la Confesión de fe de Westminster (1646).
James Renihan, doctor en Teología del Trinity Evangelical Divinity School, en su comentario a la edición y traducción al español de la obra de John Cotton titulada Las llaves del reino de los cielos, escribió: “Lo que se ve en el capítulo XXVI de nuestra confesión de fe [la bautista reformada] depende, en gran parte, del trabajo de John Cotton y el desarrollo posterior del congregacionalismo”.
El Pr. Jorge A. Rodríguez Vega, ministro ordenado de la Iglesia Bautista Reformada Gracia Soberana en Santo Domingo, Ecuador y miembro del Consejo Directivo de la editorial Legado Bautista Confesional, comentó en su prólogo a la misma edición:
John Cotton fue un ministro congregacionalista que, aunque fue muy conocido en Inglaterra como un teólogo destacado, excelente predicador y pastor fiel, emigró a Nueva Inglaterra por causa de la persecución en su Inglaterra natal. Su ministerio pastoral y escritos fueron los instrumentos que Dios utilizó para solidificar y expandir el entendimiento congregacionalista de la iglesia.
El impacto de Cotton fue significativo; sus contribuciones llegaron a influenciar de manera determinante a teólogos puritanos de la alta academia, como Thomas Goodwin (1600-1680) y John Owen (1616-1683). Pero, ¿cómo es que John Cotton llegó a tener tal impacto en la tradición reformada? ¿Por qué, aún en la actualidad, es importante conocer sobre sus aportaciones y trabajos?
Nacimiento, preparación y conversión
John Cotton nació el 4 de diciembre de 1585, en Derby, una ciudad o locación cercana al río Derwent, en Inglaterra. Roland Cotton, su padre, era abogado de profesión y gozaba de un buen estatus económico, y Mary Hurlbert, su madre, era una mujer piadosa. No se sabe demasiado de la vida temprana de John, excepto que se educó en la Escuela Derby, entre los años 1593 y 1597, en las instalaciones que, actualmente, corresponden al Centro de Patrimonio de Derby. Evidenció un talento único para la erudición desde muy joven.
Posteriormente, hizo sus estudios en el Trinity College de Cambridge, Inglaterra. Destacó en términos académicos, al grado de ser rápidamente estimado como candidato para formar parte del cuerpo de docentes. El ministro congregacionalista y autor estadounidense Cotton Mather (1663-1728), uno de sus biógrafos y además su nieto, señaló al respecto: “Más tarde fue profesor titular, decano y catequista en ese famoso colegio”.
En 1603 culminó su licenciatura. Luego asistió al Emmanuel College de Cambridge, conocido como “la universidad más puritana de Inglaterra”, donde llegó a obtener una maestría en 1606. Debido a su alta erudición, le fue otorgada una beca que le permitió continuar sus estudios durante los años siguientes, en los cuales hizo un énfasis en hebreo. Para 1613, tiempo después de dejar la universidad, recibió su titulación de Licenciado en Divinidad. En 1612, se convirtió en vicario de la Iglesia de San Botolph en Boston, Lincolnshire.
Pero, a pesar de poseer capacidades intelectuales sobresalientes y gozar de un prestigio académico singular, Cotton no había experimentado la obra regeneradora del Espíritu Santo. Siete años después de una carrera académica y religiosa, fue llamado por la gracia de Dios mediante un sermón que fue expuesto por el teólogo y predicador, Richard Sibbes (1577-1635), cuyo tema primordial era la regeneración.
Luego de su conversión, Cotton cambió drásticamente su vida y, de un modo particular, su estilo de predicación. De alguien que se caracterizaba por un uso muy marcado de sus habilidades y conocimientos intelectuales al momento de sus exposiciones y disertaciones, pasó a dar pie a la sencillez, enseñando y predicando como “un pobre hombre suplicando a otros que se arrepintieran”.
“Inconformismo” con la iglesia nacional y ministerio eclesiástico
Gradualmente, John Cotton se fue tornando cada vez más puritano en sus comprensiones teológicas y doxológicas, dejando de considerar la gama de rituales propios del anglicanismo en el ejercicio de sus funciones. Con el paso del tiempo, empezó a haber una acérrima persecución religiosa por parte de la Iglesia oficial de Inglaterra hacia todos los ministros no conformistas –también llamados inconformistas–. Ellos, a pesar de su adherencia a la denominación oficial, estaban en desacuerdo con algunos de los preceptos y enseñanzas que ésta sostenía.
El “inconformismo” de Cotton en cuanto a la Iglesia institucional gravitaba alrededor de dos cuestiones: la relevancia que ésta otorgaba a sus ceremonias religiosas y la “autoridad suprema” que se atribuyó para determinar e imponer ceremonias que el Señor no había ordenado. Su oposición fue un detonante para que, en 1632, el clérigo y académico William Laud, emprendiera medidas legales en su contra. Laud, quien fue nombrado Arzobispo de Canterbury, era un férreo perseguidor de los disidentes de la Iglesia nacional –por lo cual, a posteriori, fue enjuiciado y ejecutado por la Cámara de los Comunes–, así que citó a Cotton ante el Tribunal Superior.
Es así que en julio de 1633, en asocio a aproximadamente otras 200 personas, entre ellas, el clérigo británico Thomas Hooker (1586-1647) y el ministro puritano Samuel Stone (1602-1663), Cotton se embarcó hacia Nueva Inglaterra, hoy Estados Unidos, a la colonia de la bahía de Massachusetts. Su propósito fue encontrar y disfrutar una libertad religiosa que le diera la oportunidad de adorar a Dios en la forma que, según entendía, se prescribía en las Sagradas Escrituras.
Tras su llegada a la Nueva Inglaterra, Cotton se convirtió en maestro dentro de la Primera Iglesia de Boston (1633-1652). Su ministerio eclesiástico no solo resonó entre las colonias británicas norteamericanas, sino también en su Inglaterra natal. Su gran impacto escaló al punto de decirse: “Si Boston es la sede principal de Nueva Inglaterra, [entonces] Cotton fue el padre y la gloria de Boston”.
Cotton y su alcance en la Asamblea de Westminster
En este contexto histórico, es necesario tener en mente ciertas precisiones. El avance del movimiento congregacional denominado ‘brownismo’, en honor al teólogo Robert Browne (1550-1633), estaba en auge. Browne fue uno de los principales y originales defensores del movimiento separatista –una facción que, a diferencia de los inconformistas, exigía un distanciamiento y separación de la Iglesia de Inglaterra–. Los ‘brownistas’, grosso modo, pretendían desarrollar una eclesiología basada en la independencia de la Iglesia respecto del Estado, e insistían en la autonomía y organización democrática de las comunidades.
En ese sentido, debido a la influencia de los separatistas –que tenían una forma de gobierno congregacionalista–, así como a su impacto más general en las colonias británicas, Cotton, junto a otros ministros, fue llamado a participar a la Asamblea de Westminster, en aras de que “las formas de las iglesias de Nueva Inglaterra” pudieran considerarse en los debates. Sin embargo, él y los otros invitados no llegaron a viajar a Inglaterra, pero fue en medio de este panorama que escribió Las llaves del reino de los cielos, su obra magna sobre el gobierno eclesiástico, la cual se constituyó en su respuesta a la eclesiología presbiteriana y dejó en evidencia su distinción de la comprensión congregacional ‘brownista’.
La comprensión eclesiológica de Cotton se condensó en la denominada Plataforma de Cambridge, una declaración eclesiológica que surgió a partir de una reunión celebrada en 1648 por una pluralidad de ministros de las iglesias de Nueva Inglaterra, en la Universidad de Harvard. Cabe señalar que el fin de la asamblea era examinar el alcance del presbiterianismo en las colonias y constituir una política eclesiástica para sus iglesias, la cual fue abrazada y suscrita por una gran mayoría de ellas.
El Dr. Renihan, en su tesis doctoral respecto a la eclesiología de los bautistas particulares (1675-1705), señala que el debate acerca del gobierno eclesiástico en la Asamblea de Westminster es sumamente famoso. La gran mayoría presbiteriana esgrimió la idea del jure divino (en español, por derecho divino), como una forma de gobierno presbiteriana/nacional, con cortes eclesiásticos jerárquicos que conformaban una iglesia centralizada controlada por presbíteros. Una minoría de corte independiente se opuso a este sistema y, en su lugar, propuso un gobierno eclesiástico local, donde la autoridad se le confería a los presbíteros de cada iglesia, sin que estuvieran subordinados a una estructura superior.
El término jure divino proviene del latín. En un contexto eclesiológico y político, se refiere a la creencia de que una autoridad, particularmente la de la iglesia o el monarca, es otorgada directamente por Dios y no depende de la voluntad o el consentimiento humano.
Los “Hermanos disidentes”, independientes en Westminster, fueron los teólogos Thomas Goodwin, Philip Nye, Jeremiah Burroughs, William Bridge y Sidrach Simpson, quienes en su obra An Apologeticall Narration (en español, Narración apologética), presentaron una clara descripción de un gobierno congregacionalista. En 1644, Goodwin y Nye fueron los responsables de la publicación de la obra de Cotton titulada Las llaves del reino de los cielos (originalmente, The Keyes of the Kingdom of Heaven), que, en palabras de Goodwin, desarrollaba los principios para el camino intermedio entre el brownismo y el presbiterianismo. Ellos anhelaban una realidad similar en Inglaterra, por lo que querían convencer a la Asamblea de que, finalmente, se adoptara una postura congregacionalista.
[Puedes leer: La historia de la Asamblea y la Confesión de Westminster]
A pesar de que no lograron convencer a la gran mayoría de la Asamblea de abrazar la postura congregacionalista, que estaba bien articulada y definida, el impacto de la pluma de Cotton no fue menor. El propio John Owen tuvo que reconocer que se acercó a su obra, a priori, con la intención de refutarla, pero terminó siendo convencido. En ese tenor, Owen escribió:
En la prosecución y dirección de esta obra, muy al contrario de mis expectativas (en un tiempo y época en que no podía esperar otra cosa de este tratado que la ruina en este mundo, [pues] no conocía ni había hablado ni recibido la orientación de ninguna persona que tuviera estas convicciones), fui convencido de abrazar [esas convicciones] y aquellos principios a los que había pensado oponerme.
¿En qué consiste Las llaves del reino de los cielos?
En términos generales, Cotton argumenta en su tratado acerca de la autoridad suprema de Cristo sobre Su iglesia. También señala la identidad de los receptores de las llaves del reino de los cielos y cómo los tales deben interactuar entre sí con el fin de cumplir con lo que Su Señor ha prescrito para Su Cuerpo, pero a la vez permitiendo a cada cuerpo local de creyentes gozar de independencia sobre las otras iglesias. Aún así, aborda lo concerniente a la asociación (interacción) con otras iglesias locales, a fin de acatar el mandato de la Gran Comisión, sin que exista autoridad jerárquica de una sobre la otra.
Cotton ofrece una serie de argumentaciones bíblicas que permiten sostener una comprensión orgánica y equilibrada en lo relativo al gobierno eclesiástico y al ejercicio de las llaves del reino. Él se refiere a la existencia de diferentes “llaves” que representan alguna forma de poder u autoridad dada por el Señor a la iglesia. La distribución tradicional de estas llaves en el pensamiento de otros teólogos era la siguiente: la llave del conocimiento (clavis scientie) y la llave del poder (clavis potestatis), y ésta última se divide a su vez en una llave de orden (ordinis) y una llave de jurisdicción (jurisdictionis). En su lugar, Cotton abogó por una distribución “que se ajusta más a la fraseología de las Escrituras”; habló de “la llave de la fe” y “la llave del orden”, así:
Cuando Pablo vio y se regocijó al contemplar cómo la iglesia de Colosas había recibido al Señor Jesús y andaba en Él, resumió todo su estado eclesial –es decir, su belleza y poder– con estos dos [términos]: la fe y el orden (Col 2:5-6).
En cuanto a “la llave de la fe”, Cotton señala que es común a todo creyente:
Un alma fiel que conoce las Escrituras y a Cristo en ellas, recibe a Cristo y entra por Él en el Reino de los cielos, tanto en la vida presente como en la venidera. En esta vida entra en un estado de gracia por medio de la fe (Heb 4:3); y, por la profesión de su fe, entra también en la comunión de la Iglesia –que es el Reino de los cielos en la tierra–.
A “la llave del orden” la define como: “el poder por el cual cada miembro de la iglesia camina ordenadamente, conforme a su lugar en la iglesia, y ayuda a sus hermanos a caminar ordenadamente también”. Sobre esta, procede a hacer dos distinciones: la primera, concerniente a lo que llamó “la llave de la libertad”, y la segunda, lo que llamó “la llave de la autoridad”.
Cotton explica que “la llave de la libertad” debe entenderse como la participación, por y en Cristo, que todo cristiano tiene en el marco de su comunión eclesiástica, eligiendo y llamando a hermanos dotados para el oficio a la iglesia (en general), tomar los sacramentos, unirse a los oficiales en la disciplina y otras cosas afines; todo como parte de la vida corporativa eclesial a la que pertenece. Así, señala que “la llave de la autoridad” corresponde a los ancianos de la iglesia, quienes en conformidad al Testamento de Cristo y habiendo recibido la confirmación por el cuerpo de creyentes, ejercen su gobierno sobre la comunidad local.
En una de sus objeciones, podemos encontrar una tesis importante respecto a su comprensión del gobierno de la iglesia y, por extensión, al ejercicio de la disciplina eclesiástica:
Es un principio común reconocido por muchos de nuestros mejores teólogos que el gobierno de la iglesia es una mezcla de monarquía, aristocracia y democracia. Con respecto a Cristo, la Cabeza, el gobierno de la iglesia es soberano y monárquico. En cuanto al gobierno del presbiterio, tiene que ver con la mayordomía y es aristocrático. En cuanto al poder del pueblo en las elecciones y disciplinas, es democrático, lo que argumenta que el pueblo tiene algún tipo de κράτος [kratos] poder y autoridad en el gobierno de la iglesia.
Influencias, posturas y otras contribuciones
Cotton fue grandemente influenciado por una lectura y atención de la teología patrística, escolástica y reformada. Durante sus años de preparación y a la postre de su ministerio, una diversidad de teólogos moldearon en gran medida su pensamiento. Entre ellos, Richard Sibbes; William Perkins, el principal arquitecto del puritanismo; Juan Calvino; Teodoro de Beza, considerado el sucesor de Calvino; y William Ames (1576-1633), figura importante en la disputa contra el arminianismo.
Como puritano, estaba comprometido con la ortodoxia reformada y, tal como caracterizó a la tradición bautista particular a la postre, llevó “los principios de la Reforma a su conclusión apropiada”. En ese orden de ideas, sus mayores escritos están dirigidos al congregacionalismo, que, como se expuso antes, fue su principal contribución. Además, está su tratado The Way of Congregational Churches Cleared (en español, El camino de las iglesias congregacionales aclarado), en el cual aboga por una política eclesiástica congregacional, en oposición al gobierno presbiteriano.
Sin embargo, también escribió de otros asuntos, no solamente teológicos sino civiles. Entre sus manuscritos y tratados están: Christ the Fountaine of Life (en español, Cristo, fuente de vida), The Covenant of Gods Free Grace (El pacto de la gracia gratuita de Dios), A Brief Exposition of the Whole Book of Canticles, or Song of Solomon (Una breve exposición de todo el libro de los Cantares), An Exposition upon the Thirteenth Chapter of the Revelation (Una exposición sobre el capítulo trece del Apocalipsis); y Singing of Psalmes a Gospel Ordinance (El canto de los Salmos, una ordenanza evangélica). En cuanto a sus contribuciones civiles, destacamos An abstract of the Lawes of New England (Un extracto de las leyes de Nueva Inglaterra), un tratado que resumía el código legal de su sociedad colonial, el cual contenía en sus márgenes una pluralidad de referencias bíblicas.
Vida familiar, fallecimiento y legado
En 1613 contrajo nupcias con Elizabeth Horrocks en Balsham, Cambridgeshire. Diecisiete años después, en 1630, su esposa falleció. Luego de dos años, Cotton se casó con Sarah Hawkred, con quien tuvo seis hijos. Falleció el 23 de diciembre de 1652, pero se desconoce su causa de muerte. Fue enterrado en el cementerio de King's Chapel, en Boston, Massachusetts. Hasta sus últimos días de vida, se interesó en escribir, aclarar y defender la política eclesiástica congregacionalista.
Desde una perspectiva histórica, el legado de Cotton, y las demás contribuciones en materia de eclesiología que se han producido desde aquel entonces, permite entender que el congregacionalismo no es una democracia donde la iglesia ostenta un poder que elimina toda autoridad a los ancianos o pastores. Tampoco corresponde a un gobierno de ancianos en donde se priva a la membresía de una participación real en su vida corporativa.
El “congregacionalismo” ha sido mal definido y con frecuencia se le ha tergiversado al momento de analizarlo y ver su sentido práctico. No obstante, es una tarea importante el reivindicar y entender de forma correcta en qué consiste y cómo se aplica. En la actualidad, ha crecido el interés en la investigación y rescate de la tradición bautista reformada, y Cotton, al igual que muchos otros, es un pilar esencial de tal legado, especialmente, en su constitución del congregacionalismo.
Tal como comenta el Pr. Jorge Rodríguez, no es menos cierto que:
…nuestros padres bautistas particulares tuvieron diferentes posturas en ciertos detalles relacionados con el gobierno de la iglesia, [pero] todos los que subscribieron La confesión de fe de 1677/1689 entendieron y defendieron esta verdad, a saber: que la autoridad que Cristo dio a cada iglesia local es ejercida a través de la autoridad de los pastores y la libertad de los miembros de la iglesia. Esto es lo que significa el congregacionalismo desde una perspectiva histórica.
Referencias y bibliografía
Las llaves del reino de los cielos (2023) de John Cotton. Legado Bautista Confesional.
Edificación y belleza: La Eclesiología Práctica de los Bautistas Particulares Ingleses, 1675-1705 (2020) de James Renihan. Legado Bautista Confesional.
John Cotton, líder de América colonial | Britannica
Cotton Mather, líder religioso estadounidense | Britannica
Thomas Hooker, clérigo colonial americano | Britannica
Reverendo Samuel Stone | Society of the Descendants of the Founders of Hartford
William Laud, Arzobispo de Canterbury | Britannica
Biografía de John Cotton | The Mather Project
John Cotton | The Digital Puritan
Richard Sibbes | Banner of Truth
John Cotton (ministro) | Wikipedia
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