Tras la guerra de Nagorno Karabakh en el 2020, los cristianos de Armenia buscan unirse para reconstruir su país y dejar atrás el pasado. La guerra enfrentó a Azerbaiyán, país de mayoría musulmana, con Armenia, un país de mayoría cristiana, por el enclave histórico de Nagorno Karabakh.
¿Qué fue el conflicto de Nagorno Karabakh y cuáles fueron sus consecuencias?
El conflicto de Nagorno Karabakh fue una guerra en la región de Nagorno Karabakh y en los territorios cercanos. Los principales combatientes fueron, por un lado, Azerbaiyán, con el apoyo de Turquía y grupos mercenarios, y, por otro lado, la autoproclamada República de Artsakh y Armenia, que recibieron el apoyo de Rusia.
El conflicto del 2020 fue la última escalada de un conflicto sin resolver en la región, la cual fue anexada por Azerbaiyán durante la era soviética y reconocida a nivel internacional como parte de Azerbaiyán. Sin embargo, la región ha sido gobernada parcialmente por la República de Artsakh, un estado independentista de mayoría étnica armenia.
Durante el conflicto Rusia ha actuado como proveedor de armas de Armenia y sus tropas han permanecido en la región como garantes de la paz. Sin embargo, con el actual conflicto en Ucrania, el papel de Rusia como estabilizador de la región se ha puesto cada vez más en duda.
En 2020 se firmó un acuerdo que reconocía la soberanía de Azerbaiyán sobre Nagorno Karabakh, lo cual ha marcado oficialmente el final del conflicto, aunque las tensiones entre Armenia y Azerbaiyán han permanecido.
Como resultado de la victoria de Azerbaiyán, la población armenia de la región tuvo que huir de Nagorno Karabakh y refugiarse en Armenia. En algunas ocasiones los desplazados quemaron sus casas y mataron su ganado para evitar que estos cayeran en manos de la nueva población de Azerbaiyán.
Víctimas de conflicto entre Azerbaiyán y Armenia por Nagorno Karabakh
Las víctimas han sido numerosas, oficialmente en los miles. De acuerdo a los datos oficiales publicados por las partes beligerantes, Armenia perdió 3360 soldados, mientras que Azerbaiyán perdió 2853 soldados. Sin embargo, es importante notar que ambas partes han subestimado sus propias bajas y han exagerado las bajas del enemigo.
El impacto del conflicto en las comunidades religiosas armenias
Armenia es una nación de mayoría cristiana. La mayoría de los ciudadanos se declaran parte de la Iglesia apostólica armenia, una confesión de la ortodoxia oriental. Es importante aclarar que la iglesia apostólica armenia es independiente tanto de la iglesia católica romana como de la iglesia ortodoxa en comunión con el Patriarcado de Constantinopla, por lo cual no debe confundirse ni con la iglesia católica armenia ni con la iglesia ortodoxa.
En Armenia también hay una presencia de la Iglesia católica armenia, la cual es una de las 23 iglesias sui iuris (de derecho propio) que están en comunión con la Iglesia católica romana. Asimismo, el protestantismo es la minoría religiosa más importante de Armenia, superando ampliamente a la iglesia católica armenia. Los protestantes son el 1.3% de la población de Armenia según los registros oficiales, pero este número podría ser aún mayor debido a las conversiones no registradas durante los últimos años.
Después de la guerra, los cristianos de Armenia, tanto los ortodoxos como los protestantes y católicos han buscado unirse en las labores de reconstrucción del país, sin que esto implique una unidad en posturas doctrinales. Sin embargo, a pesar de la buena voluntad de los líderes de las diversas confesiones, esta tarea sigue siendo difícil debido a la prevalencia de prejuicios y reservas de cada grupo frente al futuro religioso del país.
Algunos líderes evangélicos agradecen hoy a la Iglesia Apostólica Armenia por su labor al preservar el legado de la nación en medio de la guerra. Mientras tanto algunos presbíteros armenios temen que los protestantes puedan dividir a la nación y superar con un crecimiento demográfico el paradigma histórico de la iglesia armenia.
El testimonio personal de un pastor evangélico de origen armenio
Christianity Today, por su parte, ha reportado cómo las comunidades evangélicas y del cristianismo no-evangélico se han enfrentado juntas al desafío de la reconstrucción de Armenia. Uno de los testimonios que tiene en cuenta Christianity Today es el del pastor Craig Simonian.
Criado como un cristiano nominal de la iglesia apostólica armenia, Simonian llegó a conocer a Jesús personalmente cuando llegó a la universidad. Craig Simonian sirvió como pastor en la Iglesia del Viñedo en New Jersey por cerca de dos décadas, pero continuó abrazando la herencia de su Iglesia Apostólica.
La fe de la iglesia apostólica armenia estableció las bases de su fe, dice Simonian, pero también ha establecido las bases del origen de la nación armenia.
«La razón por la que Armenia todavía existe hoy es gracias a la iglesia», dice él. «Mantuvo a la gente que había sido desgarrada junta, especialmente en la época de la diáspora».
Cuando era niña, la abuela de Simonian fue testigo de cómo su padre y su madre fueron asesinados durante el genocidio armenio, una matanza a gran escala perpetrada por el Imperio Otomano, pero que los turcos se empeñan en negar aún hoy.
Después del genocidio, la abuela de Simonian llegó a Estados Unidos y fue la iglesia apostólica la que acogió a su familia. Simonian recuerda emotivamente las visitas de los presbíteros de la tradición ortodoxa oriental quienes, en medio de la tragedia y la desesperación, le dieron una perspectiva profunda de la soberanía y confiabilidad de Dios.
Fue su despertar evangélico, sin embargo, el que lo llevó de vuelta a Armenia, y en particular a la iglesia. Él se instaló en 2018 en una nación enfrascada en una guerra fría con su vecino Azerbaiyán. Como un excéntrico autoconfesado, Simonian ha anhelado que la Iglesia apostólica abrace completamente el evangelio que él descubrió en Estados Unidos.
«Si nosotros queremos alcanzar a esta generación, no podemos hacerlo sin ellos», dijo Simonian, refiriéndose a la Iglesia Apostólica. «Yo estoy llamando a las personas a que vengan a Jesús, pero nunca a que dejen su Iglesia».
Sin embargo, dos años después de su llegada a Armenia, las cosas se complicaron sobre el terreno.
La iglesia apostólica armenia y su papel durante la guerra
Azerbaiyán invadió el enclave controlado por Armenia de Nagorno Karabakh en octubre de 2020. El territorio ha sido reconocido internacionalmente como parte integral de Azerbaiyán, pero aún así los residentes que los armenios llaman «Artsakh» votaron por la independencia en 1991. Por cerca de tres décadas Armenia retuvo el control de la situación, pero pronto se vio enfrascada en una guerra de 44 días en la que se vio superada por la tecnología militar superior suministrada a Azerbaiyán por parte de Israel y Turquía.
La intervención rusa forzó a un cese al fuego, pero Nagorno Karabakh ya había sido destruida y los armenios solo quedaban con una fracción del territorio que una vez habían controlado en la región disputada. La nación entera se sintió entumecida después de la derrota, pero muchas personas encontraron refugio en la Iglesia Apostólica Armenia.
Acercamientos de los evangélicos a los líderes de las iglesias cristianas tradicionales
Hoy, Simonian provee apoyo espiritual ad-hoc, al tiempo que construye relaciones tanto con la iglesia armenia como con los evangélicos del país.
Su culto principal lo realiza por medio de la Iglesia Internacional de Yeveran. Pero pocos en su círculo personal han dado la bienvenida a sus esfuerzos de asistir a la liturgia evangélica al tiempo que él cultiva relaciones con los presbíteros de la ortodoxia oriental.
Muchos evangélicos se sienten discriminados y resentidos por años en los que la antigua tradición cristiana etiquetó a sus iglesias como sectas o, peor aún, como cultos. Sin embargo, Simonian tampoco ha encontrado en la Iglesia Apostólica Armenia de hoy el compañerismo y el apoyo que la caracterizaban a principios del siglo pasado.
«La calidez que sentí en mi juventud por parte de la iglesia, ya no está presente aquí», dice Simonian. «La iglesia no es en sí misma una comunidad».
Simonian entiende estos cambios. El comunismo soviético purgó al clero y lo reemplazó con uno más fácil de dominar y menos comprometido. Siguiendo la independencia de la Unión Soviética en 1991, esa generación de presbíteros mudos todavía existe, pero está dando paso un liderazgo espiritual que reconoce que la iglesia necesita mucho más que sus antiguas tradiciones.
«Nosotros no necesitamos reevangelizar Armenia», dice Shahe Ananyan, decano del Seminario Teológico de Gervokian en la santa sede Apostólica de Etchmiadzin, 13 millas al occidente de Yerevan. «Nuestra principal tarea es considerar sabiamente cómo unir las tradiciones orientales y occidentales en una síntesis».
La iglesia armenia todavía está discutiendo la aplicación de estos postulados, dijo Ananyan. Pero él reconoce que la vida moderna ha alejado a muchas personas de la asistencia litúrgica y de la lectura de la Biblia.
La respuesta de los cristianos orientales a las propuestas de reforma evangélica en Armenia
Intentando hacer avances se encuentra Bagrat Galstanyan, obispo de Tavus, 100 millas al noroeste de Yerevan, en la frontera con Azerbaiyán. Previamente Galstanyan estaba presidiendo la diócesis apostólica canadiense de Montreal. La idea de Galstanyan es ayudar en esta síntesis, pero la responsabilidad de su trabajo pastoral ha impedido que pueda realizar un diálogo ecuménico fructífero y más pleno con las comunidades evangélicas.
«Prácticamente estamos cargados de muchas tareas», dijo Galstanyan. «Estoy confiando en la memoria institucional de la iglesia».
Antes de la pandemia, el obispo Galstanyan estableció el programa «una comunidad», una escuela para llevar la educación religiosa y el trabajo social a las áreas remotas de Tavush. De 70 parroquias, su diócesis tiene 18 iglesias en funcionamiento, pero solo tienen allí a 10 presbíteros ordenados.
En su toma de posesión como obispo de su diócesis, Galstanyan se comprometió «a llevar a Cristo a todos los hogares». Las actividades del tipo de la escuela dominical tienen lugar todos los días después de las clases regulares y se convierten en un espacio de reunión para todos los niños de las aldeas. En medio de este trabajo, Galstanyan está uniendo a cada grupo de su diócesis bajo temas rotativos, como lo son la familia, la identidad, la salvación y la vida eterna.
«Comenzamos con temas sencillos y que las personas puedan entender fácilmente», dice él, enfocándose en los temas prácticos de cada día. «El imperativo del Evangelio es que la Palabra se convierta en carne».
En medio de todo este trabajo, el obispo Galstanyan ha dado la bienvenida a la acción de evangelización del protestantismo en Tavush. Pero aún hay pocos grupos evangélicos allí, dice él, cada uno persiguiendo su propio interés. A lo largo del país hay tantas denominaciones evangélicas, cada una con su propio énfasis y agenda, lamenta Galstanyan.
«¿Cómo puedes tú reclamar seguir a un Cristo no cambiante e indiviso», preguntó el obispo de forma retórica refiriéndose a la amplia diversidad de iglesias, tanto evangélicas como de tradición oriental, «cuando tu iglesia está internamente dividida?».
La diversidad de iglesias evangélicas en Armenia
Armenia también carece de una alianza evangélica, ha destacado un pastor. Los esfuerzos previos fracasaron cuando el nuevo gobierno amplió la libertad religiosa, relajando la necesidad de la solidaridad. Cada grupo cristiano entonces se dividió siguiendo sus propios caminos.
Es algo muy confuso para los armenios, admitió Hovhannes Hovsepian, un pastor armenio.
Como pastor de la Iglesia Evangélica de Armenia en Yeveran, Hovsepian también es el asistente del director de la denominación protestante histórica del país. Fundada en 1846 durante un avivamiento armenio y un esfuerzo de reforma en Turquía, su presencia es más reciente en Armenia. Sus ministerios de alcance y ayuda humanitaria se han expandido dramáticamente después del terremoto de 1988.
La «madre iglesia»
A diferencia de la mayoría de los bautistas y los pentecostales, estos evangélicos se han comprometido activamente en los esfuerzos ecuménicos y buscan honrar a la ortodoxia oriental como la «madre iglesia».
«Nosotros declaramos la importancia de la Palabra de Dios y el evangelio, contra las tradiciones que los dejan a un lado», dijo Hovsepian. «Pero una vez que la Reforma tenga lugar [en la iglesia apostólica], podemos sentirnos libres de volver a la ortodoxia».
Por siglos, Hovsepian explica, la Iglesia Apostólica no solamente predicó el cristianismo sino que también mantuvo al pueblo armenio unido, convirtiéndose en la iglesia de la nación. Ellos no pueden comprender otra denominación bajo su redil.
La iglesia apostólica armenia reclama una tradición de sucesión ininterrumpida que se remonta hasta los apóstoles y sus raíces históricas se pueden rastrear hasta el año 301 cuando San Gregorio se convirtió en el rey de Armenia y creó lo que en su momento fue la primera nación cristiana del mundo.
Hovsepian dice que la Iglesia tiene una explicación bíblica para cada tradición apostólica, pero la mayoría de los presbíteros no dan a conocer esto a los fieles. Y cómo la liturgia, las misas, se llevan a cabo en el lenguaje armenio antiguo, aquellos que se sientan en las bancas de los templos no pueden entender la riqueza de su herencia religiosa.
Pero también el calendario de la iglesia apostólica está lleno de santos que distraen de la interseción que los cristianos deben buscar en Jesús mismo: el único mediador entre el Padre y la Humanidad.
«Ellos prefieren encender una vela», dice Hovsepian, «que abrir sus corazones a Dios».
¿Una iglesia evangélica diversa o dividida?
Ananyan, quien es el director del departamento ecuménico de la Iglesia Apostólica, aprecia a regañadientes la etiqueta de «madre iglesia» que algunos evangélicos le quieren dar a la iglesia oriental. Y él mismo no se encuentra posicionado en contra de la fe reformada. El actual kathólicos (también conocido como Patriarca), Karekin II, es también el actual presidente del Consejo Mundial de las Iglesias y supervisa un diálogo oficial con la comunión anglicana.
Pero el líder del seminario ortodoxo sospecha que los evangélicos locales estén confundidos sobre lo que significa ser armenio. Más de 100 entidades protestantes diferentes están registradas ante el gobierno hoy.
«¿Su propósito es crear tantas comunidades evangélicas como les sea posible o renovar la vida espiritual de los creyentes?», pregunta Ananyan, llamando a la proliferación del evangelicalismo un sin sentido. «En vez de eso, ellos están creando división y una comunidad deformada».
Él ve tales divisiones, o diversidad dirían algunos, como algo peligroso. Al pluralizar la identidad cristiana, los protestantes generan un divorcio entre las identidades étnicas y religiosas, tal como lo ve Ananyan. Miren los resultados en Europa, dice él, donde la fe entera está bajo amenaza.
Hovsepian ve las cosas de manera diferente.
«Las personas pueden elegir qué tipo de iglesia habla más claramente a su corazón», dice él, en la medida en que algunos buscan algo en la tradición, la música o el estilo de predicación. «Dios está usando la Iglesia en su diversidad, al tiempo en que cada persona se reúne bajo una iglesia particular».
La cooperación ecumémica en Armenia
Pero también hay un amplio espacio para la cooperación entre los cristianos evangélicos y los cristianos de la iglesia apostólica. La mitad de la última década ha visto un diálogo no-oficial entre la Iglesia Apostólica y la Iglesia Evangélica Armenia, lo cual ha resultado en una mejoría constante de las relaciones.
Por medio de la Sociedad de la Biblia de Armenia, Hovsepian se ha unido a los católicos en la enseñanza de la Biblia a los profesores de las escuelas públicas, bajo los auspicios de la Iglesia Apostólica en Etchmiadzin. Las tres denominaciones se han unido para traducir el Nuevo Testamento al armenio moderno, el cual pronto será lanzado al público.
El Foro de las Mujeres Cristianas añade a este tipo de proyectos la participación de la Iglesia Ortodoxa Griega y de la Iglesia Asiria, proveyendo apoyo moral, financiero y servicios básicos de salud y ayuda humanitaria para las mujeres jóvenes que una vez consideraron el aborto o que se encuentran frente a esta disyuntiva.
La Junta de la Sociedad Bíblica está compuesta por cinco miembros de la ortodoxia oriental, dos evangélicos y un católico. Ananyan dice que han vendido 30.000 biblias durante el último año, una evidencia fuerte del hambre por la Palabra de Dios en Armenia, un país que no tiene más de 3 millones de habitantes.
Pero aunque Ananyan alaba la labor misionera de la Iglesia Apostólica, un trabajo que data desde el siglo VI, él cree que tal alcance no es apropiado hoy entre sus vecinos musulmanes. En vez de eso, los creyentes de la iglesia se han visto ocupados en la preservación de su legado histórico—especialmente de los monasterios históricos incautados por Azerbaiyán durante la guerra—y con la tarea de proteger su identidad cultural armenia.
Esta fe firme debería ser respetada mucho más por los protestantes y los católicos, dice Ananyan.
«Nosotros como nación estamos llamados a dar testimonio de Jesucristo en una región muy difícil», continúa él. «Nuestra sola existencia es ya de hecho un testimonio de la fe cristiana».
Esto también es algo que resuena fuertemente en el corazón del pastor Craig Simonian, quien se encuentra entusiasmado de trabajar con los ortodoxos para promover el crecimiento de la iglesia y el evangelismo.
La iglesia tiene una larga historia, pero continúa viva hoy.
«Yo amo a la Iglesia Apostólica», dice él. «Cada sueño que tengo para Armenia, los incluye».
Lo que sucede al otro lado de la frontera (el evangelismo en Azerbaiyán)
Pero mientras que el evangelismo está encontrando su espacio en Armenia, con la cooperación de las iglesias de distintas denominaciones, en Azerbaiyán las cosas resultan un poco más complejas y difíciles para los evangélicos.
Los líderes evangélicos están entusiasmados de que en Azerbaiyán haya libertad de credos.
Azerbaiyán, sin embargo, es una nación de mayoría musulmana. La tarea de llevar el evangelio allí resultará mucho más difícil.
El 95 por ciento de los azerbaiyanos práctica el Islam, mientras que el cristianismo es practicado solamente por poco más del 2 por ciento de la población. Entre tanto, los líderes ortodoxos y católicos han alertado a los evangélicos sobre las dificultades que se presentan sobre el camino en este país.
El sueño del pastor Emil Panahov, fundador de la Iglesia del Viñedo de Azerbaiyán, es que la mayoría de la población del país confiese su fe en Cristo.
Actualmente la Sociedad Bíblica de Azerbaiyán estima que cerca o más de 20.000 Azeris se han convertido en evangélicos, la mayoría de ellos durante las últimas dos décadas. Y el gobierno, a pesar de estar empañado de acusaciones de violaciones derechos humanos extendidas, se ha ganado el apoyo de los locales por su nivel de libertad religiosa, especialmente la que se le ha brindado a los cristianos y a los judíos.
La historia propia de Panahov apoya su optimismo. ¿Pero es este optimismo algo sabio? Los líderes católicos, ortodoxos y presbiterianos han ofrecido una palabra de alerta.
Proveniente de una familia azeri musulmana, con un padre comunista, en 1989 Panahov se convirtió al cristianismo a la edad de 12 años a través de la Iglesia Bautista local. Pero en la medida en que él crecía y se interesaba en las artes y la danza, algo que su comunidad conservadora no aceptaba, fue etiquetado como mundano por sus propios correligionarios.
Panahov se alejó de su fe al tiempo que él viajaba por el mundo para desarrollar su trabajo artístico, hasta que en el 2007 él tuvo un accidente en el menisco. Los doctores en Turquía, donde él vivía en ese momento, le dijeron que él no podría volver a bailar de nuevo.
Fue en ese momento en que él recordó a Jesús, de quién él había hablado como un sanador. Pero por medio de su pastor de Turquía, Dios le dio una nueva misión: volver a Azerbaiyán, y compartir lo que Dios había hecho por él.
Al saber que sus hermanos en la fe aún rechazaban su pasión por la danza como algo pecaminoso, él decidió iniciar una iglesia en su casa, con su familia. Con el paso de los años, la iglesia creció notablemente y se requirió que se registrara ante las autoridades. Hoy la iglesia cuenta con más de 350 creyentes en 16 grupos diferentes.
Y Dios ha usado su talento artístico. Por medio de la danza ha desarrollado presentaciones en la capital, así como en representaciones fílmicas que ponen su mensaje en internet. La Iglesia del Viñedo ha bautizado 64 nuevos creyentes durante la pandemia, y 36 más durante la guerra de Azerbaiyán contra Armenia.
Del mismo modo que Panahov, muchos evangélicos celebran la libertad religiosa que hoy tienen, y el movimiento del Espíritu Santo que ha impulsado un avivamiento en la fe. Aún así algunos notan problemas emergentes internos, y han establecido sus mentes en una deficiente eclesiología que creen que ayudará eventualmente a la expansión de la iglesia.
«Nosotros hacemos gran énfasis en la teología bíblica de la iglesia», dice Parvis Mahmudov, pastor de la Iglesia Presbiteriana que se reúne en la Iglesia Luterana Histórica del Salvador. «En comparación con otras denominaciones, quizás nosotros tenemos un estándar más alto para el aprendizaje académico», dice él en referencia a la iglesia presbiteriana.
Los desafíos de las iglesias evangélicas en Azerbaiyán
Mahmudov, quien también proviene de un entorno musulmán, ha notado que hasta tres cuartos de las iglesias evangélicas están dominadas por un solo líder carismático. Con una carencia de revisión y responsabilidad, con los años se ha visto a muchos de estos líderes caer en el pecado moral o en la corrupción financiera.
Otros, especialmente en las iglesias en casa, tienden hacia el legalismo y hacia un espíritu controlador de los fieles. Y donde hay conexiones con los patrocinadores internacionales, algunos se han visto tentados con la idea de inflar sus números de feligresía.
Mahmudov señala que a pesar de todo esto, las iglesias históricas están haciendo un fuerte énfasis en la formación bíblica, llegando a requerir al menos un año de formación en la Escritura a cada nuevo catecúmeno antes de que este pueda recibir el bautismo. Esto le asegura a las iglesias que los nuevos creyentes sean fieles auténticos y se encuentren bien formados en la Palabra de Dios.
Emil Panahov: el pastor que se acerca al gobierno de Azerbaiyán para predicar el evangelio
Durante la guerra con Armenia por el enclave de Nagorno Karabakh, Panahov obtuvo permiso por parte del gobierno para distribuir biblias a los soldados azerbaiyanos que se encontraban en el frente. Más tarde, en conjunto con los alcaldes locales, extendió este servicio, así como ayuda humanitaria a las familias que perdieron a sus seres queridos o cuyas casas resultaron dañadas por los misiles armenios.
Esto les da a los azeri una imagen diferente del cristianismo.
Después de la guerra, Panahov y su iglesia organizaron un concierto oficial para promover el Día Nacional de la Tolerancia en el Centro Bakú. Actualmente Panahov y su iglesia están negociando con el gobierno para establecer una especialización en cristianismo en el Instituto de Teología de Azerbaiyán. Panahov también fue uno de los 20 pastores evangélicos que se unieron a la Sociedad Bíblica, a la iglesia ortodoxa y a otros líderes cristianos en la firma de una carta abierta promovida por el gobierno que apoya a Azerbaiyán en su guerra contra Armenia de mayoría cristiana.
Pero Panahov dice que él no se doblega ante las autoridades.
Una vez en el Comité Estatal de Asociaciones Religiosas, que otorga el registro a todas las entidades religiosas, se le preguntó a Panahov por qué abandonó su fe musulmana. Les contó la historia de su rodilla y recuerda que todos se quedaron boquiabiertos. La mitad del comité eran ex-agentes del KGB, afirmó él, y estaban más acostumbrados a los ortodoxos de barba larga.
Aún así, él continuó con su relato de fe.
«Yo no cambié de religión, ustedes lo hicieron», les dijo Panahov, sin confrontación, pero con una sonrisa. «Azerbaiyán era un país cristiano antes de que llegara el Islam en el siglo VII. Estoy volviendo a la fe de nuestros padres».
Panahov aún visita al comité con frecuencia, haciendo amigos y conversos entre las filas de los líderes del gobierno. Todos son humanos de todos modos, dice él, y necesitan salvación. Esta audacia le ha servido bien hasta ahora. En el futuro, es parte de su visión para Azerbaiyán.
«Estoy loco», dice Panahov. «Pero cada vez que obtenemos los permisos de las autoridades gubernamentales, estamos listos para llenar estadios».
El futuro de la fe cristiana en Azerbaiyán y Armenia
Mientras que resulta difícil hacer predicciones sobre el futuro del cristianismo en Armenia y en Azerbaiyán, la realidad de la que todos los cristianos deberíamos alegrarnos es que a pesar de que el cristianismo evangélico es minoría allí, los pastores y los misioneros están presentes en estas naciones.
En el caso de Armenia, los pastores buscan encontrar un lugar y un espacio de armonía y cooperación con las iglesias cristianas tradicionales, al mismo tiempo que buscan su reforma a la luz de la Palabra de Dios.
Mientras tanto, en Azerbaiyán, los pastores están encontrando un camino de cooperación con las autoridades locales, al tiempo que disfrutan del hecho de que en el país haya hoy libertad religiosa. Si bien estas asociaciones siempre despiertan suspicacia y llamadas de alerta entre las iglesias, es loable que la fe pueda transmitirse libremente y que los cristianos están haciendo conversos entre las poblaciones musulmanas del país.
En estos dos escenarios, es importante resaltar que los líderes y pastores precisan de un mayor trabajo interno para lograr una mayor unidad interna dentro del pueblo evangélico. Esta unidad será clave para plantear propuestas de reforma religiosa seria a las iglesias cristianas tradicionales, las cuales aún no han abrazado el paradigma bíblico y de libertad de conciencia de la Reforma Protestante.
En el caso de Azerbaiyán, a pesar de que existe una declarada libertad religiosa, la capacidad para avanzar en el trabajo misionero también depende en gran medida de la unidad entre el pueblo evangélico y de la disposición de sus líderes a dar un testimonio fiel a la Palabra de Dios, ya que como se mencionó anteriormente, los casos de fallas morales y corrupción financiera son una amenaza seria frente a la credibilidad de los cristianos en este país.
Nota: redactado con información de Christianity Today en: After War, Can Armenia’s Evangelicals and Orthodox Save Their Nation Together? y Azerbaijan’s Churches Explain Their Evangelism y de La Vanguardia.
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