Introducción
Varias semanas antes de la invasión rusa en Ucrania, Ray Peng, el presidente de las Misiones Unidas de Taiwán, se reunió con misioneros internacionales y oró tanto por Ucrania como por Taiwán. Muchos en el grupo se acercaron a él, ya que era el único taiwanés, para expresarle sus preocupaciones acerca de la situación de su patria.
Poco tiempo después, Peng abrió su página de Facebook para revisar sus notificaciones, sus amigos en la isla (tradicionalmente conocida como Formosa y hoy Taiwán o República de China) estaban publicando fotografías de reuniones de comidas y celebraciones alegres al tiempo que prometían perder peso después de comer en abundancia durante las celebraciones del Año Nuevo Chino. Para Yeng se sentía como si sus compañeros misioneros estuvieran hablando de un Taiwán diferente.
«Era realmente extraño», dijo Peng. «No sé cómo explicarlo».
Él comparó la típica indiferencia de las personas de Taiwán a la actitud de sus familiares que viven en una ciudad propensa a los terremotos, en Hualien en la costa este de Taiwán. Un terremoto tuvo lugar mientras Peng los visitaba y él inmediatamente quedó conmocionado y preocupado por su fuerza. Pero los familiares de Peng no le dieron tanta importancia en la medida en que ya estaban acostumbrados a los temblores. En el mismo sentido, los taiwaneses que han vivido bajo la amenaza de una invasión de China continental viven su vida diaria sin preocuparse demasiado por esta posibilidad.
Pero la preocupaciones comenzaron a brotar de nuevo con fuerza este 24 de febrero.
La invasión rusa ha resonado entre los taiwaneses con un sentido de emocionalidad muy fuerte en la medida en que ellos han visto las transmisiones de noticias desde Ucrania de lo que un día podría ser su propia realidad. En línea, algunos dicen que «hoy es Ucrania, mañana será Taiwán», mientras que los expertos debaten si el ejército de Estados Unidos podría realmente salir en ayuda de Taipei en caso de que se presente una invasión por parte de Beijing. Las estaciones de noticias de televisión han recomendado las cosas que las personas deberían incluir en sus maletas de emergencia (tales como pan japonés y otros ítems).
Aún así, durante las mañanas de los domingos, las iglesias no tocan estos temas, excepto para nombrar a Ucrania y su situación como un tema de oración por el cual rezar.
Las personas que se congregan en los bancos de las iglesias tiene una variedad de opiniones políticas sobre las relaciones entre China y Taiwán: desde aquellos que quieren la plena independencia hasta aquellos que desean que su país se unifique con China de nuevo. Aún así, los líderes cristianos buscan ver los actuales conflictos geopolíticos a través de las perspectivas que les brinda la lectura de la Biblia y encuentran esperanza en su fe en un tiempo de incertidumbre.
Dos Chinas
El gobierno de la República de China gobernó China continental y Taiwán desde el 25 de octubre de 1945 hasta el 1 de octubre de 1949, cuando la República de China fue derrotada por el ejército comunista de Mao Tse Tung. Desde 1949, cuando se proclamó la República Popular China en Beijing, la República de China gobierna únicamente en Taiwán y en algunos archipiélagos menores.
La República de China que fue fundada en 1912 era una agrupación nacionalista que buscaba la transformación industrial del país y el derrocamiento de la dinastía Qing , pero encontró rápidamente la oposición de los líderes maoístas de inspiración marxista, con quienes iniciaron una guerra civil que terminaría con el exilio de los líderes nacionalistas a Taiwán en 1949.
El gobierno de Beijing (República Popular China) no reconoce a la República de China (Taiwán) y ha afirmado de manera enfática que no pueden existir dos Chinas al tiempo que ha establecido la idea de la reunificación, bajo el mando de Beijing, como una política de estado.
En la práctica Beijing solo le ha dejado dos opciones sobre la mesa a Taiwán, o se incorpora pacíficamente a la República Popular China o es invadida y anexada por la fuerza. Frente a esta segunda opción, de la que Taiwán es consciente de sobremanera, el país ha buscado una relación más estrecha con Estados Unidos a fin de evitar e intentar disuadir una posible intervención militar desde Beijing.
Una isla dividida
Mientras que Taiwán se encuentra a 5000 millas de la guerra de Ucrania, la invasión a golpeado una fibra sensible en los 23.6 millones de residentes de la islas, quienes enfrentan su propia amenaza existencial.
China reclama a Taiwán como parte de su territorio y ha amenazado con el uso de la fuerza para atraer a Taiwán bajo su gobierno. Las relaciones entre las dos naciones han tenido sus alzas y sus puntos bajos durante los últimos setenta años, aún así la amenaza se ha intensificado recientemente debido a la confluencia de varios factores: el deterioro de las relaciones entre China y Estados Unidos; la consolidación del presidente chino Xi Jinping en el poder y el fortalecimiento del ejército chino; así como con los crecientes lazos diplomáticos de Tsai Ing Wen con Occidente. Un alto almirante de los Estados Unidos ha estado recientemente en los titulares cuando dijo que China podría lanzar una invasión de Taiwán en los próximos seis años.
«Si alguien se refiere a la situación de ser un pequeño país democrático viviendo a la sombra de un país más grande y no democrático, pienso que los taiwaneses tienen una perspectiva única al respecto», dijo el ucraniano-estadounidense Alex Khomenko, quien ha estado protestando contra la guerra en Taipei.
Muchas iglesias taiwanesas han mantenido la fe y la política como dos asuntos separados. Los pastores evitan discutir los temas políticos percibidos para prevenir las discusiones y los argumentos. La política en Taiwán es un tema polarizador y divisivo. Frecuentemente los legisladores del partido del Kuomintang amigable con Beijing (KMT) y el partido de línea independentista Partido de la Democracia y el Progreso (DPP) se enfrentan en discusiones y peleas físicas en la legislatura.
Uno de los elementos fundamentales que alimentan la división es la identidad. Los simpatizantes del DPP frecuentemente pertenecen a familias que han vivido por generaciones en Taiwán—incluyendo el periodo bajo la colonización japonesa—mientras que los simpatizantes del KMT tienen conexiones con aquellos que han huido con el ejército nacionalista desde China a Taiwán al final de la guerra civil china en 1949. Sus factores de base van desde cómo ellos vena Taiwán, a China y sus relaciones.
Para mantener la paz, muchas iglesias tratan de permanecer neutrales. David Doong entiende este desafío de primera mano: Como secretario general del Centro de Coordinación Chino de Evangelismo Mundial, una coalición de iglesias chinas fuera de China Continental, Doong necesita mantener relaciones diplomáticas y amistosas en en muchos niveles, incluyendo el estatus de Taiwán.
En lugar de hablar de los temas polémicos, Doong trata de referirse siempre a los temas comunes.
«Dado que estamos unidos por el evangelio, necesitamos referirnos siempre a la Palabra de Dios. El evangelio tiene una voz crítica frente a todas las ideologías», dice Doong.
Doong no toma una postura política cuando él predica, pero en vez de eso trata de enseñar lo que dice la Biblia respecto a cada tema en particular. Él cree que el trabajo del pastor es equipar a sus congregantes para ver todos los temas desde una perspectiva cristiana. Aún así, en cierto punto, la situación puede convertirse en algo tan urgente que los pastores tienen la responsabilidad de hablar sobre ello.
«¿Pero cuándo es el momento para hablar? Realmente es un arte y en muchas ocasiones tú no puedes verlo claramente sino hasta después de que suceden los hechos», dice Doong. Los pastores están en peligro de convertirse en santurrones o de quedarse en silencio, añadió él. «Realmente se necesita sabiduría cuando se trata de abordar estos temas».
Los hongkoneses que viven en el exilio
El silencio sobre la política en las iglesias de Taiwán sorprendió a Timothy Lee cuando él se movió desde su hogar en Hong Kong a Taiwán para asistir al seminario hace seis años. Él había asumido que porque Taiwán era una democracia, las iglesias estarían más abiertas a discutir estos temas que en Hong Kong. En vez de eso, él encontró que había incluso menos espacio para discutir aquellos temas considerados políticos dentro de las iglesias.
Esto ha hecho difícil para algunas de las iglesias de Hong Kong trasladar sus actividades a Taiwán o unirse a las iglesias taiwanesas. Miles de personas dejaron Hong Kong después de que Beijing aprobará la Ley de Seguridad Nacional en el 2020, reprimiendo a los disidentes en su territorio. Pero cuando los cristianos de Hong Kong quisieron hablar acerca de lo que ellos han experimentado en los últimos dos años, ellos encontraron que los cristianos taiwaneses se mostraban incómodos y creían que hablar de política no era algo apropiado dentro de las iglesias.
Lee lucho para encontrar un espacio de reunión para los Hongkoneses en su Hermandad Taiwanesa, la cual ahora tiene 100 asistentes. Las iglesias no quieren permanecer asociadas a este grupo por que Hong Kong es un tema político muy divisivo. Actualmente la congregación se reúne dos veces al mes en el Seminario Evangélico de China en Taipei, donde Lee trabaja.
Las noticias de la invasión de Ucrania fueron particularmente preocupantes para Lee y para otros hongkoneses en Taiwán. Ellos ya han dejado sus hogares y muchos incluso no saben si podrán volver. La guerra les trae de vuelta las memorias de su éxodo y sus miedos renovados de que su nuevo hogar podría enfrentar una destrucción total.
«Pienso que los hongkoneses en Taiwán tienen un gran miedo de China porque hemos visto durante los últimos dos años cómo el gobierno trató a Hong Kong», dijo Lee. «Nosotros nunca pensamos que ellos harían lo que hicieron en Hong Kong, pero el gobierno chino ignoró la respuesta internacional y las sanciones. De manera que si la comunidad internacional no hace nada en respuesta a la invasión de Ucrania... ¿Taiwán también enfrentará este mismo peligro?».
El caso de Hong Kong
Hasta 1997 Hong Kong era formalmente una colonia británica. El Reino Unido cedió la soberanía del país a China continental ese mismo año poniendo así fin de forma definitiva al Imperio Británico. Tras la entrega de la soberanía del territorio a China, se acordó que la isla mantendría una administración autónoma durante cincuenta años, periodo bajo el cual China no podría alterar el ordenamiento democrático de Hong Kong.
Sin embargo, durante los últimos años, China ha minado la autonomía del territorio y ha empezado a transgredir los principios de «un país, dos sistemas» que le brindaban a los hongkoneses amplias libertades civiles y políticas.
Tras la reciente agresión a la autonomía política de Hong Kong por parte de China, muchos ciudadanos hongkoneses han emigrado de la isla, algunos como el pastor Timothy Lee encontrando refugio en la todavía independiente Taiwán.
Los desafíos de las nuevas generaciones
La guerra también ha imprimido en Lee un sentido de urgencia sobre la importancia de preparar a la siguiente generación de hongkoneses en Taiwán, muchos de los cuales son estudiantes. Se trata de un grupo que ha experimentado muchas cosas difíciles durante los últimos años—la desaparición de las libertades en Hong Kong, la angustia emocional causada por las protestas y la represión frente a las nuevas leyes de extradición, el estrés causado por una pandemia global—y esto ha dejado un sentimiento de desesperanza e incertidumbre entre ellos sobre su futuro. Lee quiere ayudar a las nuevas generaciones a encontrar su propia identidad como cristianos y hongkoneses en el exilio, ayudarlos a explorar lo que ellos pueden hacer en Taiwán, y a establecer su dirección para el futuro.
Lee cree que en la medida en que los cambios geopolíticos llegan a Taiwán, su iglesia será forzada a tomar una postura más abierta y crítica frente a estos temas, en la misma medida en que algunas iglesias de Hong Kong lo hicieron en el 2019 durante las protestas contra China continental. De hecho, Lee ya ha visto a las iglesias protestantes tomar algunos pasos: después de la invasión de Ucrania, los seminarios más grandes de Taiwán han publicado declaraciones llamando a la oración por la gente de Rusia y Ucrania, lo cual no era algo común durante las crisis anteriores.
Los presbiterianos comprometidos
Una denominación que se ha resistido a esta tendencia de silencio es la Iglesia Presbiteriana de Taiwán, la denominación protestante más grande de la isla. Históricamente la iglesia presbiteriana ha sido activa en su apoyo de los reclamos independentistas de Taiwán. En una declaración de 1977, la denominación le pidió al partido del Kuomingtan declarar a Taiwán un país independiente. Aún así, dentro de una denominación, las iglesias locales son diversas y varían en su nivel de compromiso político.
Ng Tiat-gan, el director de investigación y desarrollo en la Oficina de la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana, dice que él espera que China no invada; sin embargo si lo hace, los cristianos taiwaneses necesitan permanecer de pie y defender su tierra. «Necesitamos entender que Dios nos dio este pedazo de tierra y buscar cumplir Su misión aquí».
La iglesia presbiteriana de Taiwán publicó una declaración llamando a sus iglesias particulares a orar por Ucrania, así como por la propia seguridad de Taiwán y por la paz.
«Pidamos al Señor que nos ayude, por medio de la inspiración de los eventos de Ucrania, para tener la voluntad de defender nuestra patria», añadía la declaración.
Los presbiterianos también están buscando maneras tangibles de ayudar a los ucranianos más allá de la oración, tales como trabajando en grupos de ayuda y buscando ayudar a un pastor de su iglesia en Finlandia, quien está abriendo su iglesia para los refugiados ucranianos.
Ng no se encontró particularmente sorprendido por la decisión del presidente ruso Vladimir Putin de invadir Ucrania, pero él se encontraba impresionado por la respuesta de los ucranianos que se han alzado en defensa de su país contra Rusia.
«La situación de Taiwán es diferente de la de Ucrania en múltiples aspectos», dijo Ng. «Pero la invasión de Ucrania ha causado que muchos taiwaneses vean que cuando se trata de enfrentar el acoso de un enemigo, tú necesitas ponerte de pie. No se trata de quién vendrá en tu ayuda - muchos taiwaneses dicen que Estados Unidos vendrá en la ayuda de su nación- pero nosotros podríamos encontrarnos con el hecho de que necesitamos permanecer de pie y confiar en nosotros mismos, y luego de eso los demás vendrían en nuestra ayuda».
Buscando la paz
Timothy Liao, decano de asuntos estudiantiles del Christ's College de Taipei, cree que no importa cuáles sean las consecuencias del actual conflicto en Ucrania—si terminan en un cese al fuego, con Ucrania destruida; o con el declive de Rusia—la geopolítica en la segunda mitad del siglo XXI cambiará de forma drástica.
Esto tendrá un gran impacto en los misioneros, cuyas vidas ya han experimentado un gran vuelco con la pandemia del Covid19 y en la forma en que ellos exponen el evangelio. Liao cree que los misioneros necesitan entender estas tendencias globales con el fin de encontrar nuevas estrategias para llegar a diferentes naciones y grupos de personas.
Liao personalmente cree que la invasión de Ucrania debería causar que Taiwán tome una mirada atenta a el hecho de si el país está preparado para la guerra, a lo que podría hacer si se encuentra enfrentado en una situación precaria con China, y a cómo puede buscar maneras de preservar la paz. Él quiere que Taiwán sopese de forma cuidadosa sus acciones actuales a la luz de lo que podría ocurrir en el futuro.
Por ejemplo, Taiwán recientemente se unió a las sanciones lideradas por Occidente contra Rusia, dejando a Rusia en una lista de las naciones no amistosas con la isla. Liado se encuentra preocupado de que esto podría llevar a Taiwán a convertirse en una nación más aislada, perdiendo acceso al gas natural ruso y quedando sin poder acceder al espacio aéreo ruso, el cual Taiwán usaba para acceder al continente europeo.
Liao también ha alertado a los cristianos taiwaneses sobre los peligros de demonizar rápidamente a otros pueblos y personas, o de crear héroes a partir de los conflictos. En vez de eso, los cristianos taiwaneses deberían tratar de entender lo que está sucediendo desde diferentes ángulos, de manera que ellos puedan tener una perspectiva más balanceada y, como el apóstol Pablo dice, hacer «peticiones, oraciones, intercesión y acción de gracias (...) por todas las personas, por los reyes y por aquellos que están en posiciones de autoridad, para que ellos liderar de forma pacífica con toda bondad y santidad» (1 Ti 2, 1-2).
La iglesia de Liao se abstiene de las discusiones políticas. Aún así él cree que los seminarios y los grupos de pensamiento cristiano deberían enseñar a los pastores de Taiwán acerca de las realidades geopolíticas de manera que ellos puedan pastorear mejor a sus congregaciones.
Mientras que las iglesias protestantes están llenas de puntos de vista diferentes, Doong cree que una crisis es lo que puede unir a las personas, justo como lo que está ocurriendo ahora en Ucrania. Él y otros líderes cristianos que han sido entrevistados por Christianity Today han dado diversas sugerencias sobre cómo las iglesias occidentales podrían apoyar a las iglesias protestantes taiwanesas en caso de que se produzca una invasión, comenzando por la intercesión.
«¿Cómo quieres que los cristianos en China oren y muestren compasión hacia los creyentes taiwaneses si una guerra comenzará?», dijo Peng.
Liao hizo eco de esta llamada.
«En este ambiente caótico, los cristianos necesitan afirmarse más aún en su fe: No importa qué dificultades o peligros de guerra enfrentemos, todos necesitamos tener una postura de oración», dijo él. «Lo más importante que podemos hacer por las iglesias de otras naciones es orar por ellos, orar por la paz en el mundo».
En medio de un orden mundial cambiante, los cristianos necesitan prepararse para las dificultades del futuro, dijo Doong, señalando al paradigma del exilio descrito en el libro de Daniel y en las cartas de Pedro.
«La esperanza cristiana nunca estuvo en el ascenso y en la caída del los reinos del mundo», dijo Doong. «Al final, esta es nuestra esperanza: que el Reino de Dios vendrá y que todo en lo cual habíamos puesto nuestra confianza mundana se habrá desvanecido».
Doong señaló que esto es mucho más fácil de decir durante un tiempo de paz, pero algo mucho más difícil de vivir en tiempos de guerra. Esta es la razón por la que él cree que es importante aprender de las iglesias ucranianas en su sufrimiento; no como algo frente a lo cual sentir lástima, sino como un «testimonio glorioso del evangelio».
El cristianismo en Taiwán
Taiwán tiene una minoría cristiana que conforma el 3.9% de la población. Aproximadamente la mitad de los cristianos de Taiwán son católicos romanos y la otra mitad se encuentra conformada por protestantes, anglicanos y grupos no denominacionales. Debido al pequeño número de practicantes, el cristianismo no ha tenido una influencia significativa en la cultura de la isla. Unos cuantos cristianos han dedicado sus vidas al trabajo caritativo en Taiwán, convirtiéndose en ejemplos bien conocidos para la sociedad, como George Leslie Mackay (presbiteriano) y Nitobe Inazo (metodista y después quákero).
Pocos presidentes han sido al menos cristianos nominales, incluyendo a los fundadores de la nación (congregacionalista), Chiang Kai-Shek, y Chiang Ching Kuo (ambos metodistas), así como Lee Teng-hui ( presbiteriano).
De acuerdo con las últimas estadísticas compiladas por las Misiones Unidas de Taiwán en Taipei, el país cuenta con cerca de 4000 iglesias evangélicas. Sin embargo, el número de cristianos protestantes de la isla—cerca de 920.000—solo representaba el 4.1 de la población entera del país de 23 millones de personas. Entre las ciudades y condados de Taiwán, Taipei tiene la tasa más alta de cristianos, la cual es del 8.9 por ciento, según las Misiones Unidas de Taiwán.
Muchos líderes eclesiales están de acuerdo en que mientras la prosperidad es uno de los principales obstáculos parar la conversión de las personas al cristianismo en Taiwán, muchas otras dificultades permanecen en el camino hacia la expansión del evangelio. «Taiwán tiene libertad religiosa, lo cual debería permitirles a las personas evangelizar», dice un pastor. «Sin embargo, la dificultad es que cuando las personas se convierten al cristianismo en Taiwán, ellas usualmente enfrentan persecución familiar, porque ellas dejas de practicar los rituales de veneración a sus familiares difuntos y otra series de rituales tradicionales que se encuentran fuertemente arraigados dentro de la cultura».
Timothy Conkling, un misionero en la isla ha explicado que el cristianismo siempre crece rápidamente bajo condiciones de persecución gubernamental pero muy lentamente en condiciones donde los que persiguen a los cristianos son miembros de su misma familia. «En la mayoría de los casos, cuando los adolescentes se hacen cristianos, parece como si estuvieran perturbando las relaciones familiares y posiblemente no cumpliendo con sus roles y obligaciones como se espera en la cultura tradicional china», señaló Conkling. «Entonces, básicamente , convertirse en cristiano en Taiwán para muchas personas significa perder la identidad cultural y posiblemente alejarse de su familia».
La supervivencia del cristianismo en Taiwán bajo estado de constante amenaza
Al observar esta realidad, teniendo en cuenta que la persecución familiar puede tener efectos mucho más devastadores para la expansión del mensaje evangélico que la persecución gubernamental, y teniendo en cuenta que el cristianismo en Taiwán es una minoría muy pequeña, así como el hecho de que existe una amenaza muy real de invasión por parte de China al país, es posible señalar que los cristianos de Taiwán se enfrentan a una posibilidad muy seria de desaparecer. En la medida en que China se convierte en una potencia económica mucho más fuerte y en que el régimen comunista de Beijing reafirma sus deseos de que Taiwán se una a China continental, esta posibilidad se hace mucho más creíble.
En este contexto, es preciso que nos unamos en oración por nuestros hermanos en Taiwán, para que el Señor continué enviando obreros a su mies, para que Su Palabra se siga extendiendo y para que encontremos nuevas formas de apoyar la evangelización en este país.
Nota: Este artículo ha sido redactado con información de Christianity Today y Taiwán Today