Creo que a la mayoría de los cristianos nos gusta pensar que nuestros hermanos de la historia de la iglesia vivieron experiencias fuera del mundo natural, experimentaron una super fé o que su ministerio fue el cumplimiento de alguna promesa previa.
Una de esas profecías es la supuesta predicción de la Reforma protestante por parte de Jan Hus. Pero, por desgracia, todo apunta a que este relato no es cierto.
Empecemos por hablar del protagonista de esta historia. Jan Hus fue un pre reformador que dirigió una revuelta en la zona de la actual República Checa unos cien años antes que Lutero empezara su ministerio. Sin embargo, su movimiento se limitó a las regiones checas y no tuvo el mismo impacto internacional que tuvo la Reforma de Lutero.
Hus fue famoso por sus denuncias de un sacerdocio corrupto, la ausencia de la Escritura en medio de los laicos y por la riqueza del clero. Claramente, este tipo de predicación no fue del agrado de las autoridades religiosas, que lo convocaron a rendir cuentas sobre sus enseñanzas en un concilio eclesial que se llevaba a cabo en la ciudad de Constanza. A pesar de que el sentido común decía que Hus sería asesinado, las autoridades le proporcionaron un salvoconducto para viajar al concilio.
Pero a pesar de contar con la supuesta protección del documento, Jan Hus fue tachado de hereje y fue condenado. Como resultado, su salvoconducto se consideró inválido, ya que, según la iglesia oficial, la institución no podía mantener contratos o pactos con herejes o cismáticos. Jan Hus es entonces entregado al Estado y quemado como hereje, lo que no hizo sino empeorar la situación religiosa y política en las regiones checas, de donde era Hus. Los seguidores de Hus en Chequia se alzaron en armas en contra del gobierno y contra la iglesia, lo que generó una importante ola de violencia.
Sin embargo, este acontecimiento no tuvo un impacto significativo en otras partes de Europa Occidental, ni en el tiempo de Hus, ni en el siguiente siglo durante la época de la aparición de Lutero.
Pero la historia da un giro importante un poco más de un siglo después, mientras Martín Lutero buscaba ejemplos de reformas eclesiales previas y que coincidieran con la suya. El reformador alemán da el golpe de salida a la Reforma interpretando la Biblia y exponiendo públicamente sus 95 tesis, defendiendo éstas y otras creencias. Al cabo de un año, Lutero se da cuenta de que el asunto en cuestión era más importante que un mero desacuerdo doctrinal, y que podría acarrear consecuencias desastrosas para él y para sus seguidores. Durante este tumultuoso periodo, Lutero se entera de la existencia de Jan Hus y se consuela con el hecho de que no es la primera persona en desafiar al Papa.
Es bien sabido que durante el periodo de conflicto de Lutero con la iglesia y el juicio en la Dieta de Worms, Lutero declaró: “Sí, soy husita”. Curiosamente, pronuncia esta declaración en la disputa de Leipzig, concretamente mientras debatía con Johann Eck, el famoso defensor del catolicismo. Cabe señalar que la facultad de teología de la Universidad de Leipzig se estableció como resultado de una escisión del movimiento husita, que existía previamente en la misma región.
Lutero no admite simplemente: “Está bien, soy husita”. En lugar de ello, se alinea deliberadamente, y tal vez con un poco de temor, con Hus, señalando a quienes se habían opuesto a ellos que ahora él mismo está del lado del Pre reformador.
A medida que los primeros acontecimientos de la Reforma se acercan a su fin, la conexión entre Lutero y Hus se hace más pronunciada. La historia de Hus se considera una premonición del ministerio de Lutero, e incluso surge una obra en Wittenberg que presenta a Hus como precursor del Reformador.
Entonces, se crea el caldo de cultivo ideal para que surja el mito de que Hus no sólo sentó las bases para el ministerio de Lutero, sino que predijo su llegada. Este mito se perpetuó con una cita atribuida a las últimas palabras de Hus, que supuestamente predijo el surgimiento, en cien años, de un reformador que no podría ser suprimido por la Iglesia. Sin embargo, tras un examen más detallado, hay que reconocer que esta cita debe evaluarse cuidadosamente.
La supuesta profecía de Hus, dice textualmente: “Vas a asar un ganso, pero dentro de un siglo te encontrarás con un cisne que no podrás asar”.
Hus, literalmente significa “ganso” en el idioma checo, y John Foxe afirmó en su momento que el escudo de armas de la familia Lutero mostraba la imagen de un cisne.
No obstante, hay dos problemas con esta cita y con su cumplimiento profético. En primer lugar, el movimiento husita nunca fue suprimido, sino que por el contrario prosperó en las regiones de Bohemia e incluso fue la semilla de lo que hoy conocemos como la Hermandad de Moravia. En segundo lugar, es demasiado coincidente y premonitoria para ser creíble.
Sin embargo, esta historia se repite muy a menudo, incluso en ciertos círculos académicos, No obstante, si fuera cierta la “profecía” de Hus, tiene más importancia para el consuelo del propio Lutero que una luz de esperanza para el propio Hus. La razón es que Lutero encontró consuelo en la vida y labor de Hus y se inspiró en ella.
La utilidad de esta historia se trata principalmente de la necesidad que Lutero tenía de Hus, más que de la importancia que Hus pudiera darle a un futuro reformador. Es importante aclarar este punto porque Lutero buscaba cierta seguridad mental, y hasta emocional, de que no era el único en la historia que reconocía los problemas de la Iglesia institucional, y la historia de Hus probablemente le proporcionó ese consuelo.
Además, la supuesta profecía de que Dios levantaría a otro reformador en cien años tiene varios vacíos. En primer lugar, no tenemos evidencias de que hubiera husitas esperando que se cumpliera esta profecía. En segundo lugar, los únicos que hablaron de esta supuesta profecía fueron personas de la época de la Reforma. Y en tercer lugar, la historia de la profecía de Hus sólo se encuentra en fuentes luteranas, lo que sugiere que se podría tratar de una construcción de los seguidores de Lutero.
Entonces, ¿esto sugiere que Lutero mintió o que debamos desconfiar de él? Por supuesto que no.
Muchos historiadores están de acuerdo con que Lutero no está relacionado con este mito. Como dijo el profesor de teología histórica Ryan Reeves en un video al respecto: “Por lo que he podido averiguar, Lutero nunca propagó este mito, y no lo he encontrado en ninguno de sus escritos. Sin embargo, es posible que el mito surgiera con el tiempo como parte de una narración lúdica en torno a la historia de Jan Hus”.
Como suele ocurrir con mitos de este tipo, esta conexión entre Hus y Lutero podría haberse convertido en algo que la gente creyera que realmente ocurrió, aunque no fuera así.
Lo más probable es que ni Lutero ni sus seguidores crearon esta profecía de Jan Hus con mala intención, sino como una forma de volver a contar la historia de Lutero, y sobre cómo la vida y el ministerio de Jan Hus fueron de inspiración para él.
Por otro lado, es importante señalar que Hus y los husitas fueron importantes por derecho propio, y su influencia fue relevante y persiste hasta hoy mucho más allá de la ejecución de Hus, contrariamente al punto que señala el mito.
Basado en un video publicado en el canal de Ryan Reeves en YouTube