A pesar de ser uno de los países más grandes del mundo por extensión, ocupa el puesto decimonoveno en área, Mongolia se ha visto alejada de la escena geopolítica global durante la modernidad y es una de las naciones de las que menos sabemos en Occidente.
Debido a los conflictos históricos del siglo XX y el dominio del régimen comunista leal a los soviéticos, el país había estado por fuera del radar de muchas misiones cristianas, hoy sin embargo, el cristianismo se encuentra en un proceso de expansión y a pesar de ser todavía una minoría frente a los grupos religiosos tradicionales, los cristianos mongoles miran con optimismo el futuro en un escenario en el que la cultura, la economía y la política están cambiando de forma vertiginosa las costumbres de los mongoles y están suscitando preguntas fundamentales que no obtienen respuestas fáciles o satisfactorias por parte de los credos convencionales.
Contexto histórico
Mongolia es un estado soberano que no tiene acceso al mar, se encuentra en Asia Oriental y limita con Rusia al norte y con China al sur. Su población es de apenas 3 millones doscientas mil personas, siendo uno de los países menos densamente poblados del mundo.
Cuando hablamos de Mongolia es inevitable casi inmediatamente pensar en figuras como Gengis Khan o en Marco Polo, ya que el país tiene sus raíces en el Imperio Mongol que dominó gran parte del continente asiático durante el siglo XIII.
Antes de ser una nación con una historia, un idioma y una cultura propia, los mongoles eran un conjunto de tribus que luchaban internamente para mantener el control unas sobre otras. La historia de los mongoles cambiaría en el año 1206 cuando un líder joven y destacado en las tareas de la guerra al que llamaban Temuujn sucedió a su padre, Esugey Baater, como líder de su tribu a la edad de trece años. Temuujin era un guerrero feroz en el campo de batalla así como un político hábil y de gran determinación. Su padre había muerto asesinado por una tribu rival y su deseo de venganza lo llevó a conquistar y dominar a las demás tribus de Mongolia. Cuando conquistó todo el territorio de Mongolia, Temuujin se proclamó rey del Imperio Mongol y adoptó el nombre de Gengis Khan.
Gengis Khan y sus sucesores inmediatos conquistaron casi toda Asia, parte de Rusia y algunas de las tropas del imperio mongol alcanzaron a llegar hasta Europa Central. Uno de los emperadores más notables del Imperio, Kublai Khan, nieto de Gengis Khan, conquistó China y fundó la dinastía Yuan. En el mundo occidental, Kublai Khan sería reconocido gracias a los escritos del viajero y comerciante veneciano Marco Polo. El Imperio Mongol llegaría a ser uno de los más grandes de la historia y su influencia perduraría durante muchos siglos en la mayoría de países asiáticos.
Sin embargo, Mongolia no permaneció como una nación independiente ni como imperio por mucho tiempo. Durante el siglo XVII los mongoles perdieron toda su influencia geopolítica global al ser derrotados y conquistados por los manchúes, un grupo tribal que conquistó China en el 1644 y que fundó la dinastía Qing, ocupando el trono imperial chino hasta el año 1911. Tras la caída de la dinastía Qing en 1911 por cuenta del ascenso de las fuerzas republicanas en China, se hizo posible la independencia de la Mongolia Exterior, el territorio que actualmente corresponde a la República de Mongolia. Aún así, la independencia del país en el siglo XX fue breve, ya que tropas chinas ocuparon la capital mongola en 1919. La agitación política en China con la revolución de Mao Tse Tung y la indefinición histórica propia que se originó con la Segunda Guerra Mundial hicieron que la independencia efectiva de los mongoles se viera retrasada durante dos décadas más.
Aunque en 1921 Bogd Khan, un líder religioso y político budista, había sido proclamado Gran Khan con el apoyo de un general zarista ruso, este fue derrotado por las fuerzas leales a los soviéticos y en 1924 se proclamaría la moderna República Popular de Mongolia. Pero fue solo hasta el final de la Segunda Guerra Mundial cuando la Unión Soviética dio el respaldo definitivo a la existencia de Mongolia como una nación independiente de China, que este país pudo alcanzar el pleno reconocimiento internacional como una nación soberana.
Bajo la influencia soviética, desde el final de la Segunda Guerra Mundial y hasta la década de los noventa, Mongolia tuvo un modelo de gobierno de partido único en el que el Partido Comunista actúo como la única entidad política legítima. A partir de 1990 surgieron nuevos partidos y el país entró en un proceso de modernización política y cultural aceptando la democracia, la libertad de culto y de pensamiento.
Historia religiosa de Mongolia
Mongolia tiene una tradición religiosa que se remonta hasta la prehistoria. Durante el periodo prehistórico, antes de la formación de la nación mongola, el chamanismo y el animismo eran las formas religiosas predominantes entre las tribus nómadas que habitaban en Asia Central. Desde el siglo I y hasta la modernidad, las religiones ancestrales fueron cediendo terreno a favor del budismo tibetano (religión tradicional india y que llegó al país por China). El budismo se convirtió en la religión mayoritaria desde el periodo de la dinastía Qing de los manchúes y continúa siendo hoy la religión predominante. El Islam también ha tenido una presencia importante en la parte occidental del país debido a la influencia de los turcos y de los kazajos. Sin embargo, a pesar de las nuevas influencias religiosas el chamanismo todavía pervive en el país.
Durante el siglo XX y bajo la influencia soviética, el gobierno comunista reprimió fuertemente todas las prácticas religiosas. Si bien los líderes budistas habían brindado su apoyo a los gobiernos mongoles a lo largo de la historia y habían dotado a estos de un cariz de “legitimidad divina”, en la década de 1930 el gobierno comunista dirigido por Khorloogiin Choibalsan, ordenó el cierre de más de 700 monasterios budistas en Mongolia y el asesinato de 30.000 budistas practicantes, de los cuales unos 18.000 eran lamas, sacerdotes budistas. Para 1990, luego de décadas de represión, en Mongolia quedaban apenas unos 110 sacerdotes budistas y la mayoría de la población se declaraba irreligiosa o atea.
Tras la caída del gobierno comunista en 1991, las prácticas religiosas volvieron a cobrar vida en el país. Las religiones dejaron de ser practicadas en secreto y el budismo tibetano, la religión predominante en el país antes del régimen comunista, surgió de nuevo como la religión más popular de Mongolia. También otras religiones comenzaron a expandirse en el país. El cristianismo se vio especialmente beneficiado con la caída del régimen y vio una etapa de florecimiento que hoy continúa. Según estimaciones de la ONG cristiana Baranabas Fund, en 1989 sólo habían cuatro cristianos en Mongolia, para el año 2008, el número de cristianos ya era superior a los 40.000.
Panorama religioso en Mongolia
La influencia del régimen comunista dejó una fuerte impronta en el carácter religioso del país. Actualmente el 38% de los mongoles se declaran ateos o no pertenecen a una religión organizada, el 53% de la población es budista, el 3% es musulmán, un 2.9% práctica el chamanismo, y el 2.2% son cristianos. Otras cifras no oficiales indican que los cristianos mongoles ya serían el 10% de la población.
¿Quiénes son los cristianos en Mongolia? ¿Cómo viven y cómo creen?
El cristianismo es una religión minoritaria en Mongolia. Para el año 2005, el Departamento de Estado de los Estados Unidos señaló que el número de cristianos en la capital de Mongolia, Ulán Bator, era de aproximadamente 24.000, lo cual es lo mismo que decir que el 2.5% de la población total de la ciudad hace parte de alguna confesión cristiana. Para el año 2018 se reportó que en el país habían una 196 iglesias de distintas confesiones, cifras no oficiales de la Alianza Evangélica Mongola indican que el número de iglesias locales ya ascendería a más de 500.
La caída de la Unión Soviética representó una bendición para la expansión del cristianismo en Mongolia, ya que la mayoría de cristianos en el país llegaron a serlo solamente después de la caída del régimen comunista que gobernaba el país.
Para el año 2010 el Censo Nacional de Mongolia identificó que en el país habían 41.117 cristianos que eran mayores de 15 años, lo que se corresponde con el 2.1% de la población total. Esta cifra podría verse superada en la actualidad, ya que las misiones cristianas continúan avanzando en el país.
En el país los cristianos son un grupo diverso. La principal corriente cristiana es el protestantismo (luteranos, presbiterianos, evangélicos y adventistas), aunque también hay una fuerte presencia de la iglesia mormona (considerada secta por la mayoría de cristianos occidentales), la iglesia católica y la iglesia ortodoxa.
Historia del cristianismo en Mongolia
Por paradójico que parezca el cristianismo llegó a Mongolia mucho antes de que lo hiciera en muchas naciones occidentales como Estados Unidos o Brasil, países que son mayoritariamente cristianos. El nestorianismo fue la primera forma de cristianismo en ser predicada entre los mongoles durante el siglo séptimo, y varios mongoles, se estima que al menos una docena, se hicieron cristianos durante esta etapa de predicación. El nestorianismo, llamado así por el Obispo Nestorio, fue una doctrina que apareció en los primeros siglos de la historia de la iglesia, hacia el año 428 y que defendía principalmente que en Cristo se hallaban dos naturalezas, la divina y la humana, y que ambas naturalezas estaban completamente separadas en dos personas diferentes. El nestorianismo fue considerado como una doctrina no ortodoxa durante el Concilio de Éfeso en el año 431.
Durante el apogeo del imperio mongol, los grandes khanes fueron principalmente budistas o pertenecientes a los credos chamánicos, aunque también fueron tolerantes frente al cristianismo nestoriano, también se toleró el maniqueísmo y el Islam. Muchos de los khanes mongoles tuvieron esposas cristianas de credo nestoriano pertenecientes al clan Kerait, las cuales fueron muy influyentes en la corte imperial. Durante el mandato de Möngke Khan, el cristianismo fue la corriente religiosa más influyente del imperio, aunque después de la ruptura del imperio mongol, el cristianismo nestoriano fue perdiendo su influencia y empezó a desaparecer de la región.
Solo quedan algunos rastros arqueológicos que relatan la historia de la prosperidad del cristianismo nestoriano entre los mongoles. En la Mongolia Interior, varias tumbas cristianas habían sido registradas en el pasado, aunque ya ninguna de ellas permanece en el lugar donde fueron descubiertas.
La iglesia ortodoxa también ha tenido una influencia importante en la historia de Mongolia. A principios del siglo XIII los cristianos ortodoxos de Europa oriental fueron víctimas del ataque del ejército imperial. Sin embargo, los obispos ortodoxos llegaron a acuerdos con las autoridades imperiales y fueron capaces de emitir certificados de protección o un Jarling que eximía a los clérigos de pagar impuestos al imperio y les permitía transitar libremente por las tierras mongolas. Desde 1771 hasta 1845 aproximadamente, al menos ocho misiones de la iglesia ortodoxa rusa visitaron Mongolia intentando ganar conversos. La primera iglesia ortodoxa en Mongolia fue la Iglesia de la Santísima Trinidad en 1872, la cual fue establecida en la capital mongola que en ese entonces era conocida con el nombre de Urga. La iglesia aún permanece y fue reconstruida en el año 2007.
El catolicismo también llegó a Mongolia en la Edad Media ejerciendo una relativa influencia, aunque no tanta como la que alguna vez llegó a tener el nestorianismo. Varios misioneros franciscanos y dominicos fueron enviados al territorio mongol y las cortes imperiales para predicar. Sin embargo, estos misioneros habían llegado a Mongolia desde China y cuando la dinastía Ming derrocó a la dinastía Yuan en el imperio chino, los misioneros católicos fueron expulsados de estos territorios, lo cual llevó a que casi toda influencia cristiana y occidental desapareciera de la región. El catolicismo solo reaparecería a mediados del siglo XIX después de la segunda guerra del opio y una misión fue establecida para la región de Mongolia exterior, aunque el trabajo misionero sería de nuevo prohibido con el establecimiento de la República Socialista de Mongolia y luego nuevamente bajo el régimen comunista que duró hasta 1991.
Después de la caída del comunismo, los misioneros católicos regresaron a Mongolia y reconstruyeron la iglesia desde cero. Para el 2006, el catolicismo contaba con una prefectura apostólica y un obispo. Para el año 2014, ya se habían establecido seis parroquias en el país y se estimaba que el número de católicos ascendía a más de 1000.
Una comunidad religiosa occidental que también ha tenido una fuerte influencia en Mongolia es la Iglesia de los Santos de los Últimos Días o mormones. Los mormones llegaron al país en 1992 con seis misioneros. Para 1995, una misión completa fue establecida en Ulaanbaatar bajo el liderazgo de Richard Cook. Para el año 2009 ya se habían establecido seis congregaciones y para el año 2016 el número de congregaciones ascendía a nueve. Sin embargo, a pesar de que el mormonismo tuvo un importante crecimiento en el país, en el 2010 nuevas leyes de visado establecidas por el gobierno limitaron la llegada de misioneros extranjeros y muchos de los mormones extranjeros que predicaban en el país fueron reasignados a otros países. Aún así, actualmente ya hay cerca de 110 misioneros mormones nativos dentro del país que trabajan a tiempo completo. Para el año 2014, la Iglesia Mormona ya contaba con más de 12.000 seguidores en Mongolia.
El protestantismo en Mongolia
El protestantismo llegó a Mongolia a mediados del siglo XIX, gracias al trabajo y la predicación del misionero James Glimour. El ascenso del gobierno comunista en el país significó el fin de las misiones protestantes hasta 1991. Sin embargo, al igual que en los casos anteriores, como los de la iglesia ortodoxa y la iglesia católica, la actividad misionera regresó una vez que el régimen comunista cayó y la libertad religiosa fue decretada en el país con la llegada de la democracia.
Los protestantes son tal vez la comunidad cristiana más vibrante y numerosa dentro de este país. Las iglesias protestantes en Mongolia son La iglesia luterana, la presbiteriana, la adventista, así como grupos evangélicos independientes y no denominacionales, los cuales son mayoritarios.
De acuerdo al sitio web de Misión Eurasia, los protestantes en Mongolia eran apenas unos 40, o tal vez menos, en 1991. Hoy la Alianza Evangélica Mongola estima que hay al menos unos 35000 cristianos protestantes en el país. Otras estimaciones indican que el número de cristianos protestantes ya habría pasado los 50.000.
Cómo se difunde la fe cristiana en el país
Actualmente Mongolia cuenta con una estación de Televisión evangélica y una estación de radio pro-cristiana llamada Radio Familia, medios que transmiten el mensaje cristiano a una nación que durante gran parte de su historia, ya sea por razones políticas o culturales, ha parecido ser renuente a Cristo y la predicación del evangelio. Adicionalmente, las iglesias que una vez fueron plantadas por misioneros extranjeros ya están formando a pastores y misioneros locales que comparten el evangelio con los ciudadanos dentro del país.
Los misioneros occidentales señalan que los cristianos mongoles han estado muy comprometidos con el evangelismo y el crecimiento de la iglesia, por lo que se cree que los conversos ya habrían sobrepasado ampliamente los últimos censos (señalados anteriormente) y que apuntaban a que los cristianos eran apenas un 2.2% del total de la población mongola.
Una de las razones para este explosivo crecimiento puede haber sido el énfasis en una predicación sencilla del evangelio sin acudir a la predicación de esquemas religiosos complejos caracterizados por las creencias particulares de cada denominación. De la misma manera que los mentores extranjeros que plantaron iglesias al comienzo de la década de los noventa, los misioneros mongoles locales tienden a ser no denominacionales e incluso muchos creyentes jóvenes no son conscientes de la existencia de las diversas denominaciones cristianas.
Desafíos y oportunidades para el cristianismo evangélico en Mongolia
Debido a que el cristianismo en Mongolia sigue siendo minoritario, los misioneros evangélicos estiman que existe una gran oportunidad para el crecimiento de la fe evangélica en el país.
Misión Eurasia, un grupo misionero evangélico con sede en los Estados Unidos, actualmente está desarrollando un trabajo misionero en Mongolia que involucra la creación de escuelas y la preparación de jóvenes misioneros y pastores para que puedan predicar en sus comunidades locales.
El programa de Misión Eurasia, llamado Escuela sin muros, se enfoca en que los cristianos mongoles puedan apropiarse del mensaje cristiano desde su propia perspectiva cultural y manteniendo sus estilos locales de adoración y de evangelismo.
En el año 2012, varios estudiantes del programa Escuela Sin Muros comenzaron a organizar sus propios campamentos de la Biblia y la plantación local de iglesias en el país dirigidas por pastores nativos. Ahora, los líderes jóvenes del programa de Escuela Sin Muros están comprometidos con el liderazgo de las comunidades mongolas para sacarlos del ateísmo y de las creencias supersticiosas, llevándolos a una vida llena de esperanza en Cristo.
Como muchas otras comunidades cristianas jóvenes que se han plantado en países en vías de desarrollo, los creyentes mongoles se enfrentan a toda una serie de desafíos que ponen a prueba su fe y el futuro de la iglesia, o al menos cuestionan la forma en que la iglesia podrá crecer allí en el futuro. La pobreza y la corrupción estatal, así como la corrupción de los líderes privados puede fácilmente permear a la iglesia, incluso se reportó el caso de un pastor que llevó a su congregación a su fin luego de haber solicitado un préstamo y haber puesto los terrenos de la iglesia como propiedad. Tras el impago del préstamo, las propiedades de la iglesia fueron incautadas por el banco emisor del crédito.
También es importante señalar que aunque la actividad misionera evangélica ha crecido de forma sustancial en el país, también lo ha hecho la oposición al evangelismo. Muchos críticos han informado que el uso de grandes cantidades de dinero gastadas para animar la conversión no ha sido algo exclusivo del mormonismo, confesión que se caracteriza por un fuerte proselitismo. Y aunque la oposición del gobierno y de los fieles budistas al evangelismo es algo modesto, el cristianismo en tanto que crece ha empezado a despertar los celos de otras comunidades religiosas y sus creyentes.
En este contexto, la fe cristiana en Mongolia ha mostrado que ha llegado para quedarse y su crecimiento parece solo estar en sus inicios, lo cual ciertamente es una buena noticia. Sin embargo, los cristianos mongoles se encuentran frente al desafío de definir su identidad. Si bien la renuencia a las iglesias denominacionales es la norma y por su parte las iglesias no-denominacionales experimentan un crecimiento acelerado, estas comunidades deben ser capaces de transmitir la fe en su integralidad y defender unos criterios y principios básicos de fe a pesar de sus diferencias. Por lo demás, no podemos dejar de celebrar el crecimiento que experimenta la iglesia mongola y animar a las demás comunidades de fe que predican en todo el mundo a que sigan el ejemplo de nuestros hermanos en este país, exponiendo el mensaje del evangelio sin miedo alguno o vergüenza, pero sobre todo con gran entusiasmo y alegría.
Con información de Misión Eurasia y PC USA.