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En Occidente, la poligamia ha sido rechazada a nivel social, religioso y ético por milenios. Incluso antes de que Roma se hiciera cristiana oficialmente, la monogamia era la regla general, y se hizo más evidente después de la cristianización de toda Europa. Sin embargo, la encuesta anual de Gallup sobre los asuntos morales muestra que la aceptación de la poligamia ha crecido de manera acelerada en las últimas dos décadas: hoy el 23% de los estadounidenses creen que es “moralmente aceptable”.
¿Por qué en nuestro siglo se está comenzando a tolerar algo que fue intolerable por miles de años? ¿Qué desafíos enfrentará la iglesia en una sociedad occidental futura que normalice la poligamia? ¿Qué dice la Biblia al respecto?
Un fenómeno escaso en Occidente
La poligamia es un tipo de matrimonio en el cual se permite a una persona estar casada con varios individuos al mismo tiempo. Proviene de las palabras griegas polís y gámos, “muchos matrimonios”. Cuando un varón se casa con múltiples mujeres, se conoce como “poliginia”, y cuando una mujer se casa con múltiples varones, se le llama “poliandria”.
El término poligamia es usado más a menudo para referirse a relaciones múltiples que tienen una base religiosa o tradicional y una normatividad preestablecida. Se diferencia del “poliamor”, que significa tener más de una relación íntima simultáneamente, con el pleno conocimiento y consentimiento de todas las personas involucradas, pero sin la necesidad de una normatividad. Entonces, mientras que cualquier relación polígama podría considerarse poliamorosa, no todas las relaciones entre varias personas son consideradas “poligamia”.
La poligamia ha sido históricamente rechazada en las sociedades occidentales, tanto a nivel cultural, como legal y ético. La monogamia (el matrimonio con una sola persona) está profundamente arraigada en normas religiosas y sociales establecidas en Occidente, influenciadas en gran medida por el cristianismo y el derecho romano, que promovían esta forma de familia como el ideal. Los emperadores romanos y algunos miembros de las élites podían tener varias concubinas, pero esto no se consideraba poligamia en el sentido estricto, ya que la ley solo reconocía a una esposa legal.
Gracias a que el cristianismo se convirtió en la religión oficial de Roma, la monogamia pasó a ser la norma de todo el Imperio desde el siglo IV. Jesús dice que “el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne (…). Así que no son ya más dos, sino una sola carne”, Mt 19:4-6 (NBLA). También Pablo, al hablar de los requisitos para los obispos, dice que “Es necesario, pues, que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer”, 1Ti 3:2 (NBLA).
La Iglesia católica consolidó esta norma en la Europa cristiana a través de la canonización del derecho eclesiástico. Las pocas excepciones en las que miembros de la nobleza tuvieron relaciones múltiples por razones políticas o relacionadas con la herencia fueron mal vistas por la sociedad. Igualmente, los reformadores rechazaron la poligamia en términos generales; solo hay algunas excepciones, como cuando Lutero y Melanchthon concluyeron que la bigamia estaba permitida para Felipe de Hesse, según el ejemplo de los patriarcas Abraham y Jacob.
Durante el siglo XIX, hubo algunos intentos de introducir la poligamia en Occidente, como es el caso de los mormones en Estados Unidos. Las enseñanzas de Joseph Smith sobre el matrimonio plural comenzaron en 1843 cuando, según esta secta, su líder recibió una revelación específica para ayudar a su primera esposa a aceptar a sus nuevas mujeres: “Y que mi sierva, Emma Smith, reciba a todas las que han sido dadas a mi siervo Joseph (…). Pero si no obedece este mandamiento, será destruida, dice el Señor” (Doctrinas y Convenios, sección 132).
Sin embargo, esta práctica fue enfrentada con una fuerte oposición legal y social. En 1882, el gobierno estadounidense la criminalizó, y hasta la fecha sigue siendo ilegal en la mayoría de los países occidentales. Un informe del Pew Research sobre los arreglos de convivencia en 130 países y territorios, publicado en 2019, analizó el número de personas que residen en hogares polígamos, así como otros tipos de hogares. Se encontró que:
- Solo alrededor del 2% de la población mundial vive en hogares polígamos, y esa proporción es inferior al 0.5% en la gran mayoría de países.
- La poligamia se encuentra con mayor frecuencia en África subsahariana, donde el 11% de la población vive en arreglos que incluyen más de un cónyuge, particularmente en un segmento de África Occidental y Central conocido como el “cinturón de la poligamia”.
- Muchos de los países que permiten la poligamia tienen mayorías musulmanas, y la práctica es poco común en muchos de ellos.
En resumen, la poligamia es un fenómeno muy escaso en el mundo, limitado mayormente a la región africana que ya mencionamos. Incluso en Estados Unidos son muy contados los casos de personas que son enjuiciadas por involucrarse en una relación matrimonial adicional después de tener un cónyuge. La afirmación del Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas sobre la poligamia resume la posición de la gran mayoría del mundo:
La poligamia viola la dignidad de las mujeres. Es una discriminación inadmisible contra ellas. Por lo tanto, debe ser definitivamente abolida dondequiera que continúe existiendo.
“Moralmente aceptable” en el siglo XXI
Pero la aceptación de la poligamia ha mostrado un crecimiento significativo en el siglo XXI. Según la investigación realizada por Gallup, que evaluó la opinión de los estadounidenses sobre diversos asuntos morales, cada vez más personas consideran que la poligamia es aceptable. En 2003, solo el 7% de los encuestados opinaba que era “moralmente aceptable”, mientras que un abrumador 92% la consideraba “moralmente incorrecta”.
Sin embargo, para 2024, las cifras cambiaron notablemente, con un 23% que ve la poligamia como aceptable. En otras palabras, el apoyo a esta práctica se ha triplicado en el transcurso de dos décadas, lo que significa que hoy casi uno de cada cuatro estadounidenses no encuentra un problema moral en ella. ¿A qué se debe este aumento en la aceptación? Frank Newport, uno de los científicos principales de Gallup, explicó:
La poligamia ha sido, en esencia, parte de una creciente ola de aceptación de diversos comportamientos morales entre los estadounidenses. Esto significa que una de las explicaciones para el aumento en la aceptación de la poligamia —y quizás la más plausible— reside en el hecho de que forma parte de una tendencia general de mayor liberalismo en cuestiones morales.
Este liberalismo, que está transformando el matrimonio tradicional en la sociedad americana, es promovido por la televisión y otros medios culturales. Un ejemplo de ello es el documental My Five Wives (Mis cinco esposas), transmitido entre 2013 y 2014, que narra la vida de Brady Williams, un hombre polígamo que vivía en una comunidad cerrada en Utah junto con sus cinco esposas y sus 25 hijos. Esta “familia”, que no oficializó legalmente sus matrimonios para no ser enjuiciados por la ley, es aplaudida; las cinco esposas afirmaron a lo largo del programa que “ser diferente no es algo malo”.
Ahora, el número de personas que practican la poligamia en Estados Unidos no es muy elevado: según un artículo de Andrew Solomon para New Yorker, aproximadamente 60.000 personas en los Estados Unidos lo hacen, incluyendo a estadounidenses de origen hmong, musulmanes de diversas etnias, miembros de la Sociedad Pan-Africana Ausar Auset y mormones fundamentalistas. Este número corresponde a menos del 0.02% de toda la población de ese país. Entonces, ¿por qué una de cada cuatro personas acepta hoy la poligamia, así sea teóricamente?
En realidad, más que una tolerancia hacia la poligamia en sí misma, la sociedad está abrazando la posibilidad de una nueva estructura familiar y de diferentes maneras de tener relaciones sentimentales y sexuales. En un reporte especial acerca del estado del matrimonio como institución, The Economist afirmó que en este siglo se ha dado una gran transformación en Occidente:
En 2015, dos quintos de todos los bebés estadounidenses nacieron de madres no casadas. En Francia, la proporción es del 59%, mientras que en Colombia asciende al 84%. Esto refleja tendencias globales de aumento en los nacimientos fuera del matrimonio, particularmente en países occidentales y latinoamericanos, donde las estructuras familiares tradicionales han cambiado significativamente en las últimas décadas. (…) Occidente parece seguir un rumbo distinto al del resto del mundo, especialmente en Asia, donde persisten actitudes tradicionales. En las zonas rurales de China, un hombre soltero de más de 20 años es visto como patético y quizás incluso peligroso. En Japón, solo el 2% de los nacimientos son de mujeres no casadas; en India y en gran parte del norte de África y Medio Oriente, esta cifra puede ser aún menor. En muchos países de ingresos bajos y medios, la ley todavía no reconoce a las parejas no casadas y trata a sus hijos prácticamente como personas inexistentes.
Así, las personas buscan nuevas formas de relacionarse distintas al matrimonio y sin caer en la infidelidad —según el reporte de Gallup, el 86% de los estadounidenses ven la infidelidad como “moralmente incorrecta”—. ¿Qué tipo de relación está comenzando a ser aceptada? La del poliamor: mantener relaciones románticas y/o sexuales consensuadas con múltiples personas a la vez, con el conocimiento y consentimiento de todos los involucrados. El poliamor se vuelve cada vez más común en la cultura popular, como lo destacó la columnista Jennifer Wilson en un artículo para New Yorker:
El matrimonio ha estado algo inestable últimamente. Dondequiera que mires, la puerta que las parejas cierran tras de sí al entrar en el santuario del matrimonio parece dejarse entreabierta. Cansada del enfoque tradicional, la televisión ha cambiado la infidelidad por un modelo más nuevo y joven, explorando las relaciones abiertas como fuente de drama.
Wilson mencionó muchos ejemplos de estas relaciones abiertas en la televisión, como se puede ver en la serie Riverdale, en la cual cuatro de sus personajes principales terminan en una relación poliamorosa entre sí. “En cierta medida, el arte va a la par con la vida”, afirmó la columnista. “El 51% de los adultos menores de 30 años le dijeron a Pew Research, en 2023, que el matrimonio abierto era ‘aceptable’”.
El desafío de la poligamia para la iglesia cristiana
Como resaltó Solomon, hoy los polígamos enfrentan innumerables obstáculos legales, “que afectan cuestiones como la herencia, las visitas al hospital y los derechos de paternidad. Si las esposas solicitan beneficios como madres solteras, están mintiendo y podrían estar cometiendo fraude de asistencia social; pero si presentan declaraciones de impuestos conjuntas, están infringiendo la ley”.
Entonces, es posible que en los próximos años los sectores más liberales busquen la legalización de la poligamia. Después de que el matrimonio entre personas del mismo sexo fue establecido como un derecho constitucional en 2015 en Estados Unidos, el juez presidente John Roberts afirmó acerca del poliamor:
[Las restricciones matrimoniales] faltan al respeto y subordinan a las personas que encuentran realización en relaciones poliamorosas. (…) Aunque la mayoría inserta aleatoriamente el adjetivo “dos” en varios lugares, no ofrece ninguna razón por la cual el elemento de dos personas en la definición central de matrimonio pueda mantenerse…
La posición de Roberts ya se ha comenzado a hacer real en los últimos años. En mayo de 2020, en el estado de Utah, se aprobó una ley que redujo el castigo por la poligamia, cambiándola de un “delito grave de tercer grado” a una “infracción menor”, similar a una multa de tráfico.
¿Qué puede hacer la iglesia frente a esta ola de tolerancia hacia el poliamor, que poco a poco comienza a tener lugar en el ámbito legal? Quizás lo más importante es que debe tomar el tiempo para abordar el tema desde la Escritura. Hoy, muchos cristianos influenciados por las fuerzas de la cultura se preguntan qué tan bíblica es la poligamia y qué posibilidades hay para ellos de tener varios matrimonios —tal fue el caso de un lector de Desiring God que vive en África y le preguntó a John Piper si podía tener otra esposa—. Sam Emadi, escritor de 9Marcas, explicó al respecto:
La Escritura fundamenta la monogamia en el orden creado, ordenado por el mismo Dios como una imagen de Cristo y la iglesia. Las representaciones de la poligamia y el concubinato en la Escritura no anulan ese hecho. En cambio, revelan la fealdad y el dolor que acompañan la actividad sexual fuera de los límites establecidos por Dios. Lejos de recomendar la poligamia, los relatos de patriarcas y reyes polígamos en Israel revelan la devastación espiritual y familiar que está inextricablemente ligada a este pecado.
Finalmente, la iglesia debe prepararse para servir con el evangelio a aquellas personas que vienen de trasfondos poliamorosos. Jeff Iorg, autor de Ministry in the New Marriage Culture (Ministerio en la nueva cultura del matrimonio), dijo en el contexto de la legalización del matrimonio homosexual:
La iglesia debe superar su aversión a este tipo particular de comportamientos pecaminosos y reconocer que nuestra responsabilidad —sin importar el comportamiento de la persona— sigue siendo presentar el evangelio, guiar a esa persona a la conversión y ayudarla a convertirse en discípula de Jesucristo (...). No hay ninguna excepción bíblica dada a la iglesia para ningún segmento de nuestras comunidades. Sin importar su comportamiento, debemos amarlos, servirles y evangelizarlos.
Referencias y bibliografía
¿Qué creen los mormones sobre el matrimonio? | The Gospel Coalition
Doctrina y Convenios 132 | La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días
La poligamia es rara en el mundo y está mayormente confinada a unas pocas regiones | Pew Research
Poligamia: Lo que nunca te han dicho | YouTube
Cómo los poliamorosos y los polígamos están desafiando las normas familiares | The New Yorker
El estado del matrimonio como institución | The Economist
Poliamor en América: Reseña de "More" de Christopher Gleason | The New Yorker
¿Puedo tener dos esposas? Seis vetos | Desiring God