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La importancia personal de la fe está aumentando en gran parte del mundo, según una encuesta realizada a más de 38.000 personas en 34 países que abarcan los 6 continentes.
En un análisis publicado esta semana, el Centro de Investigación Pew encontró que el 61 por ciento de los encuestados en su Encuesta de Actitudes Globales 2019 estuvo de acuerdo en que "Dios juega un papel importante" en sus vidas. Del mismo modo, el 62 por ciento dijo que la religión es muy o algo importante en sus vidas.
La proporción de personas que dicen que la religión es "muy importante" en sus vidas está aumentando en 19 países, y casi en todos los ámbitos del Sur Global, incluidos Argentina, Brasil, India, Indonesia, Kenia, Nigeria y Filipinas.
La religiosidad es particularmente vigorosa en el Medio Oriente. Desde 2007, el Líbano ha visto un aumento de 20 puntos porcentuales en los residentes que dicen que la religión es "muy importante" en sus vidas, del 50 por ciento al 70 por ciento. En Israel, apenas una cuarta parte de los residentes dijeron que la religión era "muy importante" en 2007. El año pasado, el 39 por ciento estuvo de acuerdo.
Incluso en algunos países europeos, las posiciones medias en materia de religión se están reduciendo a medida que crecen los que consideran la religión como "muy importante" o "nada importante", en oposición a "algo importante" o "no demasiado importante". Para el caso europeo específicamente, esto significa que la religión ahora es una realidad que se toma mucho más en serio, independientemente de si se acepta o se rechaza, por consiguiente las posturas medias o “tibias” van en caída.
Por ejemplo, los alemanes que otorgan gran importancia a la religión han crecido desde 2002, al igual que aquellos que no le dan importancia. Los griegos y los holandeses exhiben el mismo cambio sutil de las opiniones moderadas sobre la religión hacia los dos polos.
De los 34 países encuestados, las perspectivas tibias sobre la religión han disminuido en 24 países a favor de puntos de vista más fuertes sobre la importancia de la religión (siendo estos "muy alta" o "nada"). Las proporciones se han mantenido iguales en 4 países, y solamente en 6 países más personas ahora eligen las posiciones medias de la religión como "algo" o "no demasiado" importante que en años anteriores.
La religiosidad retoma su fuerza en los países de la ex-Unión Soviética.
Desde el declive de la Unión Soviética, la religiosidad ha experimentado un gran auge en varios estados del ex-bloque soviético, especialmente en Rusia y Bulgaria. Esto se corresponde con aumentos en la tasa a la que las personas dicen que Dios juega un papel importante en sus vidas personales. La proporción de rusos y ucranianos que dicen que Dios es personalmente importante para ellos ha aumentado en las últimas tres décadas en aproximadamente 10 puntos porcentuales cada uno.
Respecto al caso de las repúblicas independientes que surgieron del bloque soviético, vale la pena recordar que el régimen de la Unión Soviética promovió activamente el ateísmo en la práctica, pero aún así gran parte de la población se mantuvo como creyente, tanto de las denominaciones cristianas principales como del Islam.
Una mayor fuerza de la fe, pero con matices
Y mientras que aquellos en el sur de Asia, África, Medio Oriente y América del Sur tienen muchas más probabilidades de decir que la religión es importante en sus vidas, casi la mitad de los europeos todavía dicen lo mismo.
Sin embargo, la religiosidad no es necesariamente lo mismo que un apego hacia las doctrinas tradicionales de la fe que las personas dicen profesar. La investigación de Pew Research ha encontrado previamente que, si bien la mayoría de los europeos (71%) se identifican como cristianos y las mayorías significativas en Europa occidental apoyan el pago de impuestos de la iglesia, muchos menos creen en Dios tal es como este es descrito por los dogmas tradicionales de las iglesias o como las interpretaciones tradicionales de la Biblia lo han descrito. Una gran mayoría de los cristianos tampoco se aferran a posiciones sociales y doctrinales cristianas históricas.
Uso de la religión como una fuerza unificadora en torno a ideas políticas
Del mismo modo, numerosos movimientos populistas europeos apelan al cristianismo como una fuerza unificadora, pero "estos movimientos están principalmente interesados en defender el cristianismo como patrimonio cultural (y como un baluarte contra la inmigración y la influencia musulmana), no como una cuestión de fe viva", escribió Thomas Albert Howard en su revisión de Christianity Today de Is Europe Christian? por Olivier Roy.
Respecto a estos movimientos, vale la pena señalar el surgimiento, o resurgimiento en algunos casos, de partidos políticos de corte nacionalista como el Frente Nacional francés de Marine Le Pen o el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (ADF). Estos grupos generalmente afirman apoyar el cristianismo, pero lo hacen exclusivamente como un elemento identitario diferenciador frente a minorías religiosas, sociales o de inmigrantes, sin entrar en consideraciones ni debates sobre la importancia y la pertinencia de los valores cristianos en la sociedad.
El caso de Estados Unidos
Estados Unidos es algo atípico. Un total de 7 de cada 10 estadounidenses dicen que Dios juega un papel importante en sus vidas. Un segmento similar dice que la religión es importante para ellos, con casi la mitad (47%) diciendo que es "muy importante", mientras que el 16 por ciento dice que "no es en absoluto importante".
Los protestantes estadounidenses son algo más propensos entre toda la población estadounidense a decir que Dios juega un papel importante en sus vidas (con un 95% afirmando esta posición). Aproximadamente 3 de cada 10 estadounidenses no afiliados a la religión afirman también que Dios es importante en sus vidas.
Estos hallazgos se alinean con otro informe de Pew del año pasado que encontró que la mayoría de las personas en todo el mundo quieren que la religión se vuelva más importante en la sociedad.
Entre los estadounidenses, un 51% de los encuestados dicen que si la religión adquiere más importancia en el país sería un cambio positivo en comparación con el 18%, que afirmaron que sería un cambio negativo.
La fe en Dios y la percepción de que es necesaria para tener valores morales
En un análisis reciente del estudio se encontró que aproximadamente la mitad de los encuestados en las 34 naciones compartían la opinión de que la oración juega un papel importante en sus vidas (53%), y el 45% dice que creer en Dios "es necesario para ser moral y tener buenos valores"
Entre los estadounidenses, el año pasado el 44 por ciento dijo que creer en Dios es un requisito previo para ser moral: 14 puntos porcentuales menos que en 2002, siendo esta la mayor disminución entre todas las naciones en la encuesta de Pew. Los mayores incrementos en la respuesta positiva a esta pregunta fueron: Bulgaria, de 33 por ciento a 50 por ciento; Rusia, de 26 por ciento a 37 por ciento; y Japón, de 29 por ciento a 39 por ciento.
Más de 6 de cada 10 protestantes estadounidenses conectan la creencia en Dios con tener buenos valores, mientras que la tasa de respuesta es menor a esta pregunta en otras denominaciones cristianas y solo el 14 por ciento de los estadounidenses no afiliados a la religión dicen lo mismo.
Europa occidental y oriental tienen proporciones aún más pequeñas que responden lo mismo: con 22 por ciento y 33 por ciento, respectivamente afirmando que es necesario creer en Dios para tener valores morales.
Las personas en los países del sudeste asiático y africano son las más propensas a decir que creer en Dios es necesario para ser moral y tener buenos valores. Más de 9 de cada 10 en Indonesia, Filipinas, Kenia y Nigeria están de acuerdo, mientras que más de 8 de cada 10 en Sudáfrica, Túnez y Brasil dicen lo mismo.
Los investigadores encontraron que el porcentaje que dice que la creencia en Dios es necesaria para la moralidad se correlaciona bastante fuertemente con el PIB per cápita. Específicamente, aquellos que viven en países más ricos con economías más avanzadas tienen menos probabilidades de asociar la creencia en Dios con una buena moral que aquellos en economías emergentes y en desarrollo.
Nuevamente, Estados Unidos es un caso atípico, con su alto PIB per cápita y una tasa relativamente alta de los encuestados dicen que creer en Dios es necesario para la moralidad.
Incluso dentro de los países, las personas que tienen ingresos más altos son generalmente menos propensas a decir que es necesario creer en Dios para ser morales. De los 34 países encuestados, la discrepancia es mayor en los Estados Unidos, donde aquellos con "ingresos más bajos" dicen que la moralidad requiere creer en Dios con una tasa de respuesta positiva de 24 puntos porcentuales mayor que aquellos con "ingresos más altos".
Pew también descubrió que "las personas en las economías emergentes tienen más del doble de probabilidades que las personas en las economías avanzadas de estar de acuerdo en que la oración es una parte importante de la vida diaria".
En todo el mundo, los más jóvenes, los que tienen más educación y las personas en la izquierda política tienen menos probabilidades de asociar la creencia en Dios con la moral que las personas mayores, los que tienen menos educación y los de la derecha política.
Eslovaquia fue la única nación de 34 donde aquellos en la izquierda política tenían más probabilidades de conectar la creencia en Dios con la moral (por un margen de 16 puntos porcentuales).
Para este análisis, Pew encuestó a 38,426 personas en 34 países del 13 de mayo al 2 de octubre de 2019.
Análisis de los resultados
Al observar los resultados de manera detenida encontramos que la fe en Dios se percibe cada vez más como algo de gran importancia en la vida de las personas, lo cual contrasta fuertemente con la idea de que la sociedad venía experimentado un fuerte crecimiento de la secularidad propia de la modernidad. Este es un punto de ruptura fuerte con las posiciones que ha sostenido el movimiento del Nuevo Ateísmo, el cual afirma que en medida en que la sociedad progresaba en términos científicos, tecnológicos y políticos, la religión tendería a desaparecer. La evidencia ha demostrado de forma tajante que esta postura es errónea. No solo la religión no desaparece, sino que cada vez más personas expresan la necesidad y la importancia de referentes espirituales y religiosos en sus vidas.
Sin embargo, uno de los aspectos interesantes de este estudio, sobre todo en el caso europeo donde existe una fuerte tendencia secularista, es que quienes afirman tener creencias religiosas fuertes no las asocian a la visión tradicional de Dios, sino con ideas propias como “Poder superior”, o “Fuerza espiritual”. Esta tendencia también se ha visto en Estados Unidos, al punto que en este país solamente el 56% de las personas encuestadas afirman creer en la imagen bíblica de Dios.
Uno de los aspectos centrales de este estudio es que demuestra la existencia de una mayor consciencia de las implicaciones de la fe en la vida de las personas. Es decir, la fe ya no se percibe tanto como “algo relativamente importante”, “algo bueno, pero opcional” o “algo opcional”, sino que es percibida de una forma más radical, como algo que tiene una gran importancia, para el caso de los creyentes, o como algo que no tiene "ninguna importancia" para el caso de los no religiosos. En este contexto, se puede señalar que la sociedad está empezando a ver un fin a las posturas tibias en materia religiosa, favoreciendo afirmaciones más radicales sobre la necesidad espiritual del ser humano.
En una perspectiva más amplia y conectando este estudio con las proyecciones del estado de la religión en el mundo, observamos varios fenómenos interesantes: La irreligiosidad o el ateísmo están disminuyendo y el hecho de que la religiosidad es ahora más importante, pero ya no parece estar tan conectada a posiciones doctrinales concretas de una forma de religión organizada. Para un análisis más detallado recomendamos ver las proyecciones sobre el estado de la religiosidad en el mundo hechas por Pew. Las proyecciones actuales indican que para el año 2030 el ateísmo y la no afiliación religiosa disminuirán, mientras que el cristianismo y el Islam experimentarán un crecimiento en el número de fieles.
Finalmente, uno de los aspectos que no podemos dejar por fuera es el hecho de que no existe un acuerdo tan consistente entre los encuestados, como en el caso de la importancia de la religión en la vida de las personas, sobre si se requiere ser creyente en Dios para tener valores morales. El aspecto más destacado en este punto es que cuando las personas tienen mayor educación o un mayor nivel socioeconómico, tienden a pensar que las actitudes morales son indiferentes de si se tiene una creencia en Dios o no. En este sentido más personas, entre las más educadas y con mayor nivel socioeconómico, creen que no es necesario creer en Dios para ser buenas personas.
A modo de conclusión
Al ver que cada vez más personas conceden importancia a la religión y a Dios en sus vidas, podemos considerar este fenómeno como positivo. No por el hecho de que más o menos personas pertenezcan a una determinada religión, ya que el estudio no lo menciona, sino porque podemos prever una mayor discusión pública sobre los valores que definen nuestras vidas y una mayor apertura de las personas a encontrar respuestas en algo que definitivamente atraviesa sus vidas de forma crítica.
Mientras que desde el último estudio, se consideraba a la religión como “algo importante”, pero “no muy importante”, y esta posición conducía en gran medida a la indiferencia religiosa, que suele evitar el diálogo al respecto y generalmente conduce a una especie de relativismo religioso, hoy el hecho de que más personas consideren a la Religión y a Dios como algo muy importante en sus vidas, abre la puerta a un debate a conciencia, lo cual, desde una perspectiva cristiana, señala mayores espacios para la evangelización activa y una confrontación constructiva sobre cómo se vive la religión, qué es positivo y qué no, sobre qué consideramos esencial en nuestras vidas y qué no. Se trata pues de una oportunidad para cumplir el mandato evangélico de forma radical que no puede ser desaprovechada: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones”, Mateo 28:19 (NVI). En este sentido, cada cristiano debe estar en disposición de dar razón de su fe, animar a los demás a conocer el evangelio, ser testimonio vivo de la acción de Dios en el mundo y ayudar a aquellos que se encuentran en una búsqueda espiritual genuina a encontrar respuestas fundadas en Cristo y en Su Palabra.
Con información de Christianity Today
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