Con más de 48 millones de creyentes, las iglesias bautistas de Estados Unidos, las cuales incluyen a la Convención Bautista del Sur y a las iglesias bautistas americanas, eran hasta hace poco el segmento cristiano más grande de Estados Unidos. Sin embargo, los últimos datos evidencian un gran cambio en la composición del protestantismo estadounidense.
Según un artículo reciente de Christianity Today, los cristianos no denominacionales son ahora el segmento más grande entre los cristianos protestantes de Estados Unidos y tal vez del cristianismo en general. Aunque de hecho podríamos discutir esta declaración, ya que el cristianismo no denominacional podría ser una confesión o forma de cristianismo por derecho propio en lugar de ser una rama del protestantismo. Esta es una cuestión que vale la pena tener en cuenta, aunque las revisiones actuales sobre las creencias de este grupo religioso tienden a indicar que este segmento de creyentes continúa siendo protestante en sus creencias centrales.
De acuerdo a los investigadores el ascenso de los cristianos no denominacionales puede ser llamado el ascenso de los nons.
El ascenso de los nons
No los nones, los cuales han atraído la atención de investigadores y sociólogos durante un buen tiempo, en la medida en que el número de estadounidenses que no se identifican con una religión específica ha crecido de solo el 5% desde la Guerra Fría a cerca del 30% hoy. Estos nos son diferentes, se trata de aquellas personas que continúan siendo cristianas pero que se han sacudido de las afiliaciones religiosas tradicionales, alejándose de las tradiciones, y liberándose a sí mismo de las iglesias establecidas.
Si estos cristianos se han alejado de las iglesias tradicionales, como señalamos anteriormente, estas personas ya no serían cristianos protestantes en el sentido tradicional, en lugar de eso serían simplemente cristianos sin afiliación denominacional, lo cual significa un cambio sustancial en el paisaje religioso estadounidense. Sin embargo, por paradójico que parezca, y como veremos más adelante, los cristianos no denominacionales tienden a ser los creyentes más conservadores cuando se trata de las creencias evangélicas clásicas acerca de Dios, el mundo, la Biblia y la moral.
¿Cuáles son los hechos que respaldan el crecimiento de los cristianos no denominacionales?
El número de iglesias no denominacionales ha crecido a cerca de 9 000 congregaciones durante el curso de la última década, de acuerdo con un nuevo estudio decenal publicado por el Censo de la religión de los Estados Unidos. Sin hacerse notar demasiado, los cristianos no denominacionales están cambiando el paisaje religioso estadounidense.
Ahora hay cinco veces más iglesias no denominacionales que congregaciones de la Iglesia presbiteriana de Estados Unidos. Hay seis veces más iglesias no denominacionales que parroquias de la Iglesia episcopal. Y hay 3.4 millones de personas más en las iglesias no denominacionales que el número de personas que se congregan en las iglesias Bautistas del Sur.
Si los cristianos no denominacionales fueran una denominación, podría ser la denominación más grande del cristianismo protestante (admitiendo que sean protestantes), reclamando el 13% de los asistentes a las iglesias en Estados Unidos.
“Las dos más grandes historias cuando se trata de religión en Estados Unidos son el ascenso de los nones y los nons”, dijo Ryan Burge, profesor de ciencia política en la Eastern Illinois University y experto en datos demográficos sobre religión. “Estamos en un periodo de transición para las denominaciones protestantes”, añadió Burge.
Los cristianos no denominacionales no aparecen en las encuestas que rastrean y estudian a la religión estadounidense, porque ellos no piensan que no denominacional sea una identidad. Ellos son más propensos a decir “soy solamente cristiano”, o quizás “protestante”. Si se les preguntara más a fondo, ellos podrían especificar si piensan o no de sí mismos como cristianos evangélicos o nacidos de nuevo. Pero pocos dicen de sí mismos que sean cristianos no denominacionales. Esta es la principal razón por la que ellos no aparecen en las encuestas tradicionales.
Sin embargo, el Censo de la Religión de Estados Unidos ha sido capaz de ver el ascenso de los cristianos no denominacionales porque su censo actual trabaja con amplios equipos de personas contando las congregaciones y recolectando reportes del número de personas asistiendo a iglesias particulares. Desde que el Consejo Nacional de Iglesias comenzó el proyecto en 1952, y desde que la Asociación de Estadísticos de los Cuerpos Religiosos de Estados Unidos lo reviviera en 1990, el muestreo de cada década se ha convertido en el conteo oficial de los grupos religiosos en Estados Unidos.
En 2010, el Censo Religioso de Estados Unidos identificó 35 496 congregaciones independientes sin ninguna afiliación denominacional formal. El investigador líder, Scott Thumma, dijo a Christianity Today que estaba seguro de que el número era más grande que eso, pero que era este era el conteo más preciso que alguien hubiera hecho hasta este punto.
Usando el mismo método en 2020, el equipo del Censo Religioso de Estados Unidos encontró 44 319 congregaciones no denominacionales, con un estimado de 21 millones de adherentes. Esto hace que el número de cristianos no denominacionales sea uno de los grupos de cristianos más grandes de Estados Unidos, dependiendo de cómo se cuente. El número de cristianos de la Convención Bautista del Sur es de cerca de 7 000 iglesias más, pero tiene 3.4 millones de personas menos.
El siguiente grupo protestante más grande, los Metodistas unidos, pueden solamente reclamar la mitad del número de personas que los bautistas del Sur, y la denominación ha perdido un número de congregaciones después de una división de la iglesia en relación con la aprobación a parejas del mismo sexo. Esta división en la Iglesia Metodista ha venido teniendo lugar desde que el Censo Religioso agrupó el número de iglesias metodistas totales en 30 051 para el año 2020.
Thumma, uno de los pocos expertos y observadores cercanos que han notado el crecimiento no denominacional durante la última década, dijo que varios factores están impulsando lo que él describe como “individualismo a un nivel congregacional”.
Es una expresión de un “individualismo organizado que tiene paralelos con el individualismo personal”, dijo Thumma, y permite que las iglesias se escapen de la carga de un bagaje cultural.
“Esta es una ventaja evangelística”, añadió Thumma. “Un potencial asistente a una iglesia no denominacional no tiene expectativas culturales de lo que ellos podrían encontrar dentro de la iglesia sobre lo que sí hacen otras iglesias, como lo son la iglesia episcopal, las Asambleas de Dios o la Convención Bautista del Sur. Más bien, el visitante tiene que experimentar la adoración de primera mano y de una forma única”.
Esto podría ser especialmente útil para aquellos cristianos que se encuentran preocupados por el hecho de que algunas tradiciones evangélicas se han vuelto “tóxicas”.
“Si esto tiene que ver con los lazos de la retórica cristiana nacionalista o con el expresidente Trump y el Partido repúblicano, he estado escuchando personas de todas partes que están tratando de encontrar un lenguaje más adecuado para describirse a ellos mismos aparte de evangélicos”, dijo Thumma. “Como si esta palabra estuviera tan empañada y de forma tan negativa que fuera ya bastante difícil restaurarla”.
El crecimiento de los nons también está siendo apoyado por un ecosistema de editoriales y varios grupos de organizaciones que producen contenido religioso no denominacional. Históricamente, las denominaciones suministraban a las iglesias varios tipos de música y currículos para las escuelas dominicales, así como currículos para el estudio de la Biblia. Ellas también organizaban viajes de misiones y servicio. Pero esto ha cambiando y las congregaciones tienen más probabilidades de conseguir estos contenidos comprando directamente en su librería cristiana local, la cual tiende generalmente a ser no denominacional.
Hoy incluso algunas iglesias no denominacionales terminan siendo “funcionalmente no denominacionales”, dijo Thumma, “desertando de las iglesias convencionales y renunciando silenciosamente para crear su propia ‘marca local’”.
Sin embargo, esto no significa que las denominaciones evangélicas estén desapareciendo. De acuerdo al Censo de Religión de Estados Unidos, muchas denominaciones evangélicas tradicionales han visto un ligero declive en sus números, pero no se han hundido completamente.
La Alianza Cristiana y Misionera perdió cerca de 200 congregaciones entre el 2010 y el 2020. Las iglesias de Cristo perdieron cerca de 700; la Iglesia de Foursquare perdió 400; los Bautistas del libre albedrío, 350; la Iglesia de Dios (Cleveland, Tennessee), 180; la Iglesia wesleyana, 150; y El Viñedo, cerca de 50.
La Iglesia Anglicana de América del Norte, a pesar de emerger como uno de los grupos más prominentes que se ha separado de la Iglesia epsicopal ha mostrado una ligera caída en el número de sus parroquias, yendo de 913 a 873.
Otras denominaciones han crecido, pero no en un gran número. La Convención Bautista del Sur y las Asambleas de Dios incrementaron el número de sus congregaciones en 500 cada una. La Iglesia Presbiteriana en América añadió solamente 100 nuevas congregaciones; la Iglesia de Nazarene, 100; y la Iglesia Evangélica Libre, 250.
Algunas iglesias protestantes negras han visto un modesto crecimiento también. La Iglesia de Dios en Cristo añadió más de 300 congregaciones entre 2010 y 2030. La Iglesia Cristiana Metodista Episcopal creció en 150 congregaciones, y los Bautistas del Evangelio Completo, crecieron en 100 nuevas iglesias locales.
Los datos del censo capturan el paisaje religioso en el comienzo de la pandemia del Covid-19, de acuerdo con Cliff Grammich, presidente del comité de la asociación de estadísticos, organización que emprende el conteo decenal. Alguna información había podido llegar un poco antes de que algunas organizaciones religiosas empezaran a sentir el efecto de la pandemia. El reporte de 2020 también sirve como un indicador para estudios posteriores y cualquiera que sean los efectos de largo plazo.
“Determinar el incremento en la afiliación o la desafiliación en respuesta a la pandemia y sus consecuencias es algo que tomará tiempo”, dijo Grammich.
Dado que el censo cuenta las congregaciones, en lugar de las creencias particulares, los datos también podrían mostrar algunas diferencias regionales más claramente que la mayoría de las encuestas de creencias religiosas. El catolicismo romano, por ejemplo, el cual ha crecido al menos en parte por la inmigración de latinoamérica, se ha movido del sur hacia el este. Hay congregaciones individuales en Nevada, Arizona, y California reclama tener desde 6 000 hasta 10 000 adherentes, aunque no todas estas personas se aparezcan para la misa del domingo.
Florida y Texas han visto ambas un crecimiento notable en el número de creyentes, lo cual parece estar relacionado con un incremento en la población. En el otro lado del país, la adherencia religiosa está declinando en el Medio Oeste alto.
Los datos muestran que muchos condados han visto un decrecimiento de cerca del 5% en las personas religiosamente activas en el transcurso de una década.
“Lo que es probable, no perceptible para el residente promedio”, dijo Burge. “Para la mayoría de los Estadounidenses, es relativa la estabilidad en el número de creyentes”.
En la medida en que los nones (no afiliados a ninguna religión) y los nons (cristianos sin una denominación particular) continúan creciendo, los observadores podrían verse forzados a re-interpretar algunas de las explicaciones más comunes para los cambios en la afiliación religiosa en Estados Unidos. La idea del fallecido Rodney Stark sobre la “tensión cultural”, por ejemplo, ha sido usada mucho para explicar el declive de las iglesias protestantes con una inclinación a la izquierda y el éxito en número de las congregaciones evangélicas. Pero esta tesis, que es vista con escepticismo por los expertos del campo, no se adecua bien con los datos a nivel de condado acerca de la diversidad religiosa ni tiene en cuenta las recientes fluctuaciones en los evangélicos y las muchas congregaciones evangélicas que se están alejando de la identidad denominacional.
Cualquiera que sea la explicación, la realidad es que los nons están creciendo, así como lo hacen los nones. Y en los años siguientes, es probable que más iglesias protestantes abandonen sus identidades denominacionales.
El ascenso de los cristianos no denominacionales tiene un fuerte impulso generacional
Para entender un poco lo que está sucediendo con el paisaje evangélico americano, tal vez sea bueno que nos remontemos a un estudio de Lifeway Research del 2017. De vuelta a ese año, los investigadores ya señalaban cómo los cristianos sin denominación estaban creciendo y qué podría significar este ascenso.
Aaron Earls de Lifeway Research señalaba: “El futuro de la religión en Estados Unidos está siendo impulsado de forma creciente por los nones y los nons”.
Para el 2017, Lifeway citaba un estudio de Gallup que encontraba que el número de estadounidenses que se identificaban con una denominación protestante específica había caído desde el 50% hasta el 30% en el 2016.
Lifeway Research también citaba al Pew Research Center, entidad que señalaba que los millennials parecen ser los más atraídos a las iglesias no denominacionales que las generaciones previas.
Entre todas las grandes familias que hacen parte de iglesias no denominacionales, se encontró que los millennials eran el porcentaje más grande de cristianos no denominacionales.
Mientras que las denominaciones bautista, luterana y presbiteriana cuentan con una amplia presencia de baby boomers y generaciones mayores, 3 de cada cinco creyentes de las iglesias no denominacionales hacen parte de la Generación X, millennial o Z.
Los cristianos no denominacionales son también más diversos racialmente que muchas de las principales iglesias protestantes tradicionales.
Mientras 7 de cada 10 no denominacionales son blancos, ese número es significativamente más alto para aquellos que hacen parte de los presbiterianos (81%), bautistas (85%), o para los fieles luteranos (92%).
Los cristianos no denominacionales son también el grupo cristiano más propenso a ser padres con hijos en casa, en la medida en que 38% de todos los miembros adultos de una iglesia no denominacional tienen hijos menores de 18 años.
¿En qué creen los cristianos no denominacionales?
Lifeway Research también destaca que algunos teólogos están preocupados de que el crecimiento de las iglesias no denominacionales sea parte de un cambio más amplio en el cristianismo estadounidense. Y es que ya lo sabemos, la imprenta y la Reforma acabaron con el monopolio del derecho a llamarse cristiano que detentaba el catolicismo, pero con la emergencia de internet y las redes sociales un cambio similar podría estar teniendo lugar hacia nuevas formas de identidad religiosa que buscan deshacerse de lo que se considera “las ataduras” de las denominaciones.
“Hay una tendencia hacia lo que yo llamo ‘cristianismo genérico’, el cual es muy centrado en los sentimientos y el pragmatismo, antes que estar centrado en las creencias y que tiende a ser anti-intelectual”, dijo a Christianity Today Roger Olson, un profesor de teología en el Seminario Teológico George W. Truett de la Universidad de Baylor.
“En la medida en que las particularidades no denominacionales son ignoradas o escondidas, lo que queda frecuentemente es un ‘mínimo común denominador’ de espiritualidad. Este mínimo con frecuencia es poco más que orar y un discipulado vacío de todo contenido cognitivo. El resultado frecuentemente es una religiosidad popular sentimental en vez del cristianismo histórico, clásico y bíblico”.
Pese a estas preocupaciones, lo que indican los datos es que el ascenso de los cristianos no denominacionales nos muestra que ahora hay un renovado impulso para las creencias cristianas clásicas. Esto significa que los cristianos no denominacionales tienden a ser más ortodoxos en sus creencias antes de representar una forma de pensamiento teológico novedoso como las diversas formas de teología progresista moderna.
De acuerdo a Pew, los cristianos no denominacionales son el grupo más propenso a decir que ellos creen que Dios existe (91%) y que hay claros estándares de lo que está bien y lo que está mal (57%).
Los miembros de las iglesias no denominacionales también están entre los más propensos a decir que ellos oran diariamente, a afirmar que la religión es importante para ellos, a asistir a la iglesia al menos una vez por semana, a participar en un pequeño grupo de discipulado al menos una vez por semana, y a leer la Biblia al menos una vez a la semana también.
Kevin Smith, director ejecutivo de la Convención Bautista de Maryland-Delaware, sin embargo dice que hay distinciones doctrinales, las cuales hacen que las denominaciones cristianas sean cada una única, y las cuales todavía desempeñan un rol importante en las vidas de los creyentes. “La identidad histórica protestante y las confesiones tendrán más importancia hacia el futuro, porque la palabra ‘evangélico’ se está convirtiendo cada vez en algo inútil” como un medio para describir a las personas teológicamente. Al fin y al cabo, si prestamos atención, cualquier persona puede decir de sí misma que es evangélica. El problema radica en que no todas las personas tienen la misma concepción sobre qué es el evangelio y cuáles son sus implicaciones.
J.D. Greear, pastor de la Iglesia de la Montaña, una iglesia de la Convención Bautista del Sur en Raleigh-Durham, señala que el problema tiene que ver más con el énfasis de las iglesias. “No pienso que la respuesta sea desestimar e infravalorar a las iglesias no denominacionales, sino en ser fieles al evangelio del amor”, dijo él. “El desafío más grande es proclamar claramente el mensaje del evangelio a una sociedad que tiene un creciente número de personas que no tienen fe en nada”.
Preguntas sin responder
A pesar de haber profundizado en el ascenso de las iglesias no denominacionales, los estudios que hemos analizado en la presente reseña aún nos dejan preguntas sin resolver.
Por ejemplo, ¿el ascenso de las iglesias no denominacionales tiene que ver con la pérdida de prestigio y eficacia de las iglesias denominacionales tradicionales? ¿El relato sobre la fe y el evangelio ha cambiado de manera sustancial en los últimos años en Estados Unidos? ¿Tienen miedo las nuevas generaciones a expresar creencias fuertes en consideración a temas difíciles o polémicos en relación a la religión? ¿Son las nuevas generaciones reacias a los debates dogmáticos de las denominaciones tradicionales? ¿Las denominaciones se están presentando como formas divisivas o fundamentalistas de ver la fe y por esto los cristianos evangélicos tienden hacia iglesias con una perspectiva mucho más genérica y ecuménica? O por el contrario, ¿las iglesias tradicionales se han vuelto demasiado liberales y están alejando de sus bancos a los creyentes más conservadores que se van a las iglesias no denominacionales?
Cualquiera que sea la respuesta a estas inquietudes, hacen falta aún estudios diferenciados más profundos para poder resolverlas. Y seguramente estas respuestas son sumamente urgentes en la medida en que las iglesias de las denominaciones tradicionales buscan herramientas para orientarse en medio de este paisaje religioso cambiante. Pero por ahora, una sola cosa es clara, al igual que en el siglo XVI, cuando emergió la Reforma protestante, los grupos religiosos tradicionales ya no pueden reclamar el monopolio de lo cristiano o de la identidad cristiana. El cristianismo continúa siendo hoy diverso, dinámico y vibrante. Este es un sello distintivo con el que tendremos que aprender a convivir como creyentes, pese a los enfrentamientos que puedan en algunas ocasiones verse agitados desde los púlpitos y detrás de las identidades particulares férreas.
Con información de Christianity Today y Lifeway Research.
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