La técnica del tamizado húmedo nos acerca más que nunca al mundo de Jeremías, Isaías y Ezequías.
En un depósito de agua excavado en Jerusalén se cree que el profeta Jeremías fue dejado a su suerte por funcionarios de la corte del Rey de Judá, a quienes no les gustaban los mensajes del profeta.
La historia se encuentra relatada en el libro de Jeremías 38:6. Jeremías pudo haberse hundido en el barro en ese sitio, soportando las inclemencias del tiempo y el hambre. Sin embargo, sin un registro exacto como una firma, un sello, o algún tipo de inscripción es imposible saber si ese depósito de agua es el mismo en el cual Jeremías fue arrojado.
“Entonces se apoderaron de Jeremías y lo echaron al pozo de Melquías, hijo del rey, situado en el patio de la guardia, bajándolo con cuerdas. En el pozo no había agua, sino puro fango, y Jeremías se hundió en el fango”, Jeremías 38:6.
Uno podría imaginarse al profeta arrojado en ese pozo, preguntándose si Dios lo rescataría, pero sin poder ver la palabra “Jeremías” inscrita en la pared, o en algún sello, nadie podía afirmar con certeza que ese sea el sitio en el que según el relato bíblico Jeremías fue abandonado por los lugartenientes del rey.
La arqueología puede llevarte tan cerca del mundo bíblico y aun así dejarte deseando que alguien haya dejado una firma.
Cuando la gente encuentra firmas, eso es algo muy importante. En los últimos años, de hecho, los arqueólogos han encontrado muchos de los sellos de arcilla impresos que los antiguos israelitas usaban para asegurar el nudo de la cuerda que ataba un pergamino, un libro o un edicto.
Los sellos con los nombres de los villanos que arrojaron a Jeremías al pozo
En 2005, el arqueólogo israelí Eilat Mazar dirigió una excavación de la parte más antigua de Jerusalén. Su equipo encontró la huella de un sello, y en ese sello de arcilla había un nombre: Jehukal, el hijo de Selemías, uno de los hombres que arrojaron a Jeremías a un pozo.
Tres años después, Mazar anunció el descubrimiento de otra “bulla”, como se llama comúnmente a los sellos. Este también tenía un nombre: Gedalías, hijo de Pasur, otro funcionario de la historia de Jeremías 38.
Los dos villanos bíblicos parecieron cobrar vida con estos descubrimientos. Habían tocado estos sellos, dejando sus nombres como evidencia física para ser descubiertos miles de años después.
“Nada es más emocionante en una excavación que el descubrimiento de un sello o bulla”, dijo Scott Stripling, director del Instituto Arqueológico del Seminario Bíblico en Katy, Texas. “A menudo, hay huellas dactilares parciales o completas, que nos recuerdan la conexión humana. Eso nos dice que estas eran personas reales”.
Una explosión de descubrimientos de sellos de arcilla
Los sellos de arcilla son hallazgos raros, pero se han vuelto más comunes desde 2005. Son pequeños, a menudo del tamaño de la yema de un dedo. Y están hechos de arcilla, básicamente el mismo material que los arqueólogos están desenterrando, lo que los hace difíciles de detectar. En los archivos de la revista de noticias de arqueología bíblica Artifax, se ven muy pocas menciones de sellos desde principios de la década de 1990 hasta 2005.
Desde entonces, sin embargo, ha habido tantos descubrimientos de sellos de arcilla impresos que la noticia se ha vuelto casi común. Y algunos de los hallazgos son tan notables, incluido uno con el nombre del rey Ezequías y otro que puede pertenecer al profeta Isaías, que a menudo figuran en la lista anual de los 10 descubrimientos arqueológicos bíblicos más importantes de Christianity Today.
El cambio se remonta al desarrollo de la técnica arqueológica conocida como tamizado en húmedo.
Las innovaciones desarrolladas en el valle de Kidrón que han permitido encontrar nuevos sellos
Todo comienza con una gran cantidad de toneladas de tierra, vertidas sin ceremonias en el valle de Kidrón. En 1999, las autoridades musulmanas a cargo del Monte del Templo de Jerusalén decidieron construir una tercera mezquita en el lugar sagrado en los “establos subterráneos de Salomón”. Excavaron una entrada y extrajeron una gran cantidad de tierra sin supervisión arqueológica.
La evidencia histórica que podría recuperarse en ese espacio es de vital interés para los estudiosos y muchos cristianos y judíos. Pero en Israel, donde las afirmaciones ancestrales se disputan enérgicamente, la arqueología también es tema político que genera discusiones sobre quién tiene el derecho a realizar excavaciones y a quedarse con los descubrimientos.
Los eruditos quedaron muy consternados ante la escala del crimen cometido en Kidrón contra la arqueología. Sin embargo, algunos también se dieron cuenta de que era una oportunidad única. Podían mirar a través de los 400 camiones llenos de tierra. Esta podría ser una forma de obtener una visión poco común del Monte del Templo a una distancia segura de la política incendiaria.
“Ha perdido el 90 por ciento de su valor científico”, dijo a sus colegas el arqueólogo israelí Gabriel Barkay, refiriéndose a la evidencia que se ha perdido en el Monte del Templo. “Nos queda un 10 por ciento. Pero eso es mucho mejor del cero por ciento”.
En 2004, Barkay y el arqueólogo Zachi Dvira lanzaron el Proyecto de Tamizado del Monte del Templo (TMSP), utilizando un tamizado húmedo para ver qué quedaba todavía en la tierra.
Cómo funciona el proceso de tamizado en húmedo
El proceso funciona así: un balde de tierra se vierte sobre un colador o filtro (tamiz) sujeto a la altura de la cintura con un marco de madera. Un voluntario toma una manguera y rocía agua, empujando la suciedad a través del filtro, lo cual va dejando pequeños objetos: cerámica, piedras, huesos, monedas, otros trozos de metal, vidrio, teselas de mosaico y sellos sobre el filtro.
“Se nos ocurrió la idea (del tamizado) en los primeros días”, dijo Dvira a Christianity Today, “Dado que era muy difícil diferenciar entre piedras naturales y tiestos. Esto es porque el suelo está lleno de polvo ceniciento... que recubre los objetos”.
Dvira y su equipo pronto desarrollaron un método que podían enseñar a los voluntarios. Durante los siguientes 17 años, más de 170.000 voluntarios arrojaron balde tras balde de tierra del Monte del Templo en filtros o coladores, rociaron la tierra y examinaron todo lo que quedaba.
Lo que encontraron fueron miles de artefactos de la Edad de Piedra en adelante. Se han recuperado más de 6.000 monedas judías, islámicas, romanas y medievales.
Los sellos de arcilla, una evidencia que confirma gran parte de los relatos bíblicos
Otro descubrimiento importante: un sello de 3.000 años de antigüedad de la época del rey Salomón. Los eruditos dicen que puede desafiar las teorías de los minimalistas arqueológicos que afirman que las Escrituras exageraron la edad y el significado del templo en Jerusalén.
“Por eso la arqueología es tan fascinante”, dijo Mazar al arqueólogo Gordon Govier una década antes de morir en mayo. “Muchas cosas están escritas en la Biblia, y luego encontramos estas impresiones de sellos. Esto es lo que nos lleva a la conclusión de que esta historia bíblica es tan precisa”.
Mazar quedó impresionada con el potencial del tamizado en húmedo y comenzó a enviar tierra de las excavaciones que supervisaba al Proyecto de Tamizado del Monte del Templo. Ahí fue donde los voluntarios en 2004 descubrieron los sellos con los nombres de los oficiales que intentaron matar al profeta Jeremías.
“Los sellos y las bullas han demostrado repetidamente ser una categoría muy importante de evidencia fuera de la Biblia que corrobora el relato bíblico”, escribió Larry Mykytiuk, profesor emérito de la Universidad Purdue cuya investigación se centra en la historicidad de las Escrituras, en un correo electrónico a Christianity Today. “Estos sellos son extremadamente valiosos, porque confirman la existencia y los cargos oficiales de reyes, sumos sacerdotes y oficiales reales que se mencionan en la Biblia hebrea o Antiguo Testamento, y los títulos en algunos sellos y bullas muestran que estaban en posición de hacer lo que la Biblia dice que hicieron”.
Los laicos a menudo no se dan cuenta de cuán pocos textos escritos han sobrevivido desde los tiempos bíblicos. La Escritura se conservó mediante duplicación, pero quedan pocas de las copias más antiguas de los libros de ley, los profetas, los poemas y de los libros históricos. En comparación con los cientos de papiros jeroglíficos egipcios y miles de tablillas cuneiformes mesopotámicas excavadas en los últimos dos siglos, el corpus de textos judíos antiguos es minúsculo.
“Los sellos y las impresiones de sellos son la mayor parte de los elementos inscritos que hemos descubierto”. dijo Robert Deutsch, un erudito y comerciante que ha publicado información sobre numerosos sellos en revistas académicas.
Deutsch ha sido criticado por arqueólogos por comprar y vender sellos en el mercado de antigüedades. El comercio crea incentivos para los saqueadores y también les da una mayor motivación a los falsificadores para crear objetos ilegítimos.
Deutsch responde que ignorar los muchos objetos de las colecciones privadas significa desterrarlos a la inexistencia. Él sostiene que los arqueólogos se benefician al conocerlos, incluso si tienen una historia dudosa.
El sello del rey Ezequías
En 1997, por ejemplo, publicó información en una revista académica sobre un sello con la impresión del rey Ezequías. No tiene procedencia conocida y podría haber sido falsificado. Pero en 2015, Mazar descubrió un sello idéntico en Jerusalén. El hallazgo habría sido significativo por sí solo, pero el sello de propiedad privada agregó algo de contexto a la historia.
Hay tan pocos ejemplos de hebreo antiguo, dice, que todos deben considerarse importantes.
La práctica del Tamizado húmedo: Todavía no es una práctica estándar en la arqueología
A pesar del valor obvio del tamizado en húmedo, su uso no se ha vuelto estándar en los sitios de excavación en Israel.
Scott Stripling, quien trabajó como supervisor con el Proyecto de Tamizado del Monte del Templo en 2008 y 2009 y dirigió excavaciones en Khirbet el-Maqatir y Tel Shiloh, cree que la Autoridad de Antigüedades de Israel debería hacer obligatorio el tamizado en húmedo. Le preocupa lo que los arqueólogos pueden perder cuando no tamizan en húmedo la tierra. En Tel Shiloh, Stripling hizo que voluntarios examinaran un vertedero dejado por una excavación realizada en la década de 1980. Encontraron cinco escarabajos, amuletos egipcios con forma de escarabajo.
Hizo lo mismo en un antiguo sitio de excavación en el monte Ebal. Stripling encontró una hoja de cuchillo de bronce y una tablilla que pudo haber sido utilizada para maldiciones ceremoniales. Señaló que el monte Ebal se describe como una montaña de maldición en Deuteronomio 27.
“Los montones de vertederos de excavaciones pasadas contienen una enorme cantidad de material. Estos son los tipos de hallazgos que la mayoría de las excavaciones están desechando debido a una falla en el tamizado húmedo”, dijo durante una presentación de 2020 en la reunión de la Sociedad Arqueológica del Cercano Oriente.
“El tamizado en húmedo tiene el potencial de revolucionar lo que estamos encontrando en los sitios arqueológicos”.
El tamizado en húmedo es un proceso dispendioso
Otros arqueólogos que trabajan en excavaciones israelíes dicen que el proceso no debería ser obligatorio. Requiere mucha mano de obra y consume mucha agua. Puede requerir muchos voluntarios, que no están disponibles para cada excavación, y mucha agua, que no está disponible en el desierto. Algunos dicen que es mejor usar este método con discreción.
Robert Mullins, presidente del Departamento de Estudios Bíblicos y Religiosos de la Universidad Azusa Pacific, dice que usa el tamizado húmedo cuando es fundamental para interpretar un sitio. En la excavación que dirige en Abel Beth Maacah en el norte de Israel, el equipo tamizó en húmedo la tierra de un almacén que contenía docenas de frascos de 2.800 años. De esa forma encontraron todo lo que había quedado dentro de los frascos o en el suelo.
El método correcto para el contexto correcto
Daniel Master, quien actualmente dirige la excavación en el valle de Jezreel, dijo que es cuestión de conocer “el método correcto para el contexto correcto”.
“Tiendo a pensar que usar un método en particular como un sustituto de una 'buena' excavación no es el punto”, dijo. “Un arqueólogo, como cualquier investigador, necesita un repertorio de técnicas y herramientas diversas y necesita saber cuándo utilizar cada una de ellas”.
Pero todo arqueólogo conoce historias de descubrimientos hechos no por el trabajo duro y la experiencia sino por casualidad, accidente o suerte de principiante. Jimmy Hardin, codirector de la excavación de un pequeño sitio llamado Khirbet Summeily en el borde norte del desierto de Negev, recuerda hace varios años cuando algunos voluntarios encontraron ocho o nueve sellos de arcilla. No estaban utilizando el tamizado húmedo, y los sellos se veían con tierra a su alrededor, pero los estudiantes atentos pudieron verlos.
Esto ocurre con la suficiente frecuencia como para hacer que los arqueólogos más experimentados se pregunten de qué podrían haberse perdido en sus excavaciones.
“Una vez que excavas estas cosas, desaparecen”, dijo Hardin. “Es tu responsabilidad recopilar la mayor cantidad de datos posible”.
Una evidencia convincente
Los datos sobre los sellos, ahora tan comúnmente descubiertos gracias al tamizado húmedo, son especialmente convincentes. Llevan la autoridad de nombres antiguos, comprometidos con la arcilla y conservados durante milenios. Hay un sello que dice “Nathan-Melec, siervo del rey Josías”. Y otro descubrimiento reciente es un sello perteneciente a la familia sacerdotal de Immer.
“Cada sello e impresión de sello da vida a una persona”, dijo Deutsch. “La Biblia cobra vida”.
¿Un sello perteneciente al profeta Isaías?
Un tercer sello, partido casi por la mitad y encontrado en un antiguo pozo de basura, puede decir “perteneciente al profeta Isaías”. Sin embargo, no está claro porque la palabra que podría ser “profeta” está interrumpida. Sin el aleph final, ¿Quién puede decirlo con certeza?
Es fácil imaginar al profeta presionando su marca en la arcilla, tocando ese objeto exacto, marcándolo con su nombre. Pero tal vez no le haya pertenecido.
En el artículo titulado, “¿Es esta la inscripción del profeta Isaías?”, la autora y arqueóloga Eilat Mazar sugiere que la antigua escritura hebrea impresa en el óvalo de arcilla de media pulgada dañado puede haberse leído alguna vez como “Perteneciente al profeta Isaías”.
Si la interpretación de las letras del sello de 2700 años es correcta, podría ser la primera referencia extrabíblica del profeta Isaías. El profeta es descrito como un consejero del rey judeo Ezequías, quién gobernó desde el final del siglo VIII hasta principios del siglo VII antes de Cristo.
El sello de arcilla, o bulla, fue uno de los 34 encontrados durante las excavaciones de Ophel realizadas por Mazar en el 2009 en la base del muro sur del Monte del Templo en Jerusalén o Haram al-Sharif. Los sellos, o bullas, fueron recuperados de pequeños pozos de basura de la Edad de Hierro (1200- 586 Antes de Cristo), afuera del muro que Mazar describe como una panadería real levantada al mismo tiempo que la destrucción de Jerusalén por Babilonia en el año 586 a.C.
El profeta Isaías
El sello se encuentra impreso en hebreo antiguo con el nombre Yesha'ya [u] ( El nombre hebreo de Isaías), seguido de la palabra nvy.
Dado que el sello es dañado al final de la palabra nvy, Mazar sugiere que la lectura de Isaías podría ser incompleta y errónea. Si nvy fuera originalmente seguida por la letra hebrea aleph, el resultado podría ser la palabra “profeta”, dando como resultado una lectura del sello como “Perteneciente al profeta Isaías”.
Para reforzar esta interpretación, escribe Mazar, lo que importa es el contexto arqueológico en el que el sello fue encontrado.
La relación del Rey Ezequías con el profeta Isaías y el contexto en que los sellos fueron encontrados
En el 2015, el anuncio de otro descubrimiento de un sello de arcilla, que se supone que pertenece al rey Ezequías, fue noticia mundial. De acuerdo con el más reciente artículo, el sello de 'Isaías' fue encontrado solo a 10 pies del sello de Ezequías durante la misma excavación del 2009.
La relación cercana entre el profeta y el rey está descrita en la Biblia, juntos con la proximidad de los dos sellos “...parece dejar abierta la posibilidad de que, a pesar de las dificultades presentadas por el área dañada del sello presuntamente de Isaías, este podría ser el sello verdadero del profeta Isaías, quien fuera consejero del rey Ezequías”, escribe Mazar.
En la Biblia podemos leer: “Por aquel tiempo enfermó gravemente Ezequías. El profeta Isaías, hijo de Amós, fue a visitarlo y le dijo:
— Así dice el Señor: Pon en orden tus asuntos, pues vas a morir; no te curarás”. Isaías 38:1.
Obstáculos en la identificación del sello de Isaías
Dado que la interpretación sobre el propietario de este sello es tentadora, Mazar concede que hay “obstáculos mayores” en la identificación del sello, más notablemente en el caso de la palabra nvy. Sin una letra aleph al final, nvy es probablemente solo un nombre personal “frecuentemente el nombre del padre de una persona”, o una locación (de donde la persona proviene).
Christopher Rollston, profesor de lenguajes semíticos en la Universidad George Washington, concuerda con el problema de la lectura de la palabra nvy en el presunto sello de Isaías.
“La letra críticamente importante que sería necesaria para confirmar que la segunda palabra es el título de ‘profeta’ es una aleph. Pero ninguna aleph es legible en este sello, de manera que la lectura no puede ser confirmada del todo”, dice Rollston.
El potencial descubrimiento de artefactos, asociados tanto al rey Ezequías como a Isaías, el profeta bíblico que asesoró al rey durante los tiempos tumultuosos que siguieron a la conquista asiria del Reino norte de Israel, y la continua amenaza al reino del sur, Judá, “es una rara oportunidad para revelar vívidamente este tiempo específico en la historia de Jerusalén”, concluye Mazar.
“Por supuesto, la presunción de que este es un [sello] del profeta Isaías es algo brillante, pero ciertamente no es algo que nosotros deberíamos asumir como si fuera del todo cierto”, nos alerta Rollston. “No es cierto del todo”.
Con información de Christianity Today y National Geographic.
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