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El 24 de enero se celebra el Día Internacional de la Educación, una fecha proclamada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de concientizar a todo el planeta de la importancia de la educación para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Aún así, la situación de la educación y escolarización a nivel mundial todavía presenta muchas carencias, y los datos hacen pensar que queda mucho trabajo por hacer para conseguir el acceso de todos a una educación de calidad. Pero revisemos algunos antecedentes1:
- En el mundo hay aproximadamente 258 millones de niños y jóvenes sin escolarizar.
- 617 millones de niños y adolescentes no saben leer ni tienen conocimientos básicos de matemáticas, lo mínimo para defenderse en la vida cotidiana.
- En los países en desarrollo el 91% de los niños se matriculan en la escuela, pero de ellos 57 millones de niños no asisten a la escuela.
- La África Subsahariana tiene el récord de niños sin escolarizar.
- Los conflictos y guerras impiden que los niños asistan al colegio.
- Los niños refugiados tampoco pueden asistir, alcanzando la cifra de 4 millones.
Este escenario se ha visto aún más agudizado debido a las consecuencias asociadas a la crisis por el COVID-19. Sin embargo, a lo largo de la historia ha habido hombres y mujeres que han realizado grandes esfuerzos por acortar las brechas educativas, entendiendo este desafío como un campo en el que desarrollar una vocación y unos dones al servicio de la sociedad y la Iglesia. En este marco, la figura de Juan Amós Comenio destaca en pleno desarrollo de la escolástica protestante por su monumental aporte al desarrollo de la pedagogía y especialmente de la didáctica.
El término didáctica proviene originalmente del verbo griego disdaskein, que significa, entre otras acepciones, enseñar, instruir, explicar, hacer saber y demostrar. A la vez, otras palabras con la misma raíz conservan un significado parecido: didaskalia = enseñanza, didaskalos = maestro, didaché = lo que ha de ser enseñado. El uso actual del término conserva su significado original, tanto si se usa como sustantivo o como adjetivo; en esta última forma nos encontramos con la literatura didáctica que tiene como finalidad enseñar valores en forma de poemas, cuentos, representaciones teatrales, etc. En su forma sustantiva, la didáctica se refiere a algún tipo de conocimiento sobre la enseñanza. De su etimología griega, pasó después a la voz latina de discere = aprender y docere = enseñar, junto con las demás voces que se derivan de ella, tales como disciplina, discípulo, doctrina, etc.
En el Diccionario de la Real Academia Española (1994) el término didáctica aparece como «el arte de enseñar» y didáctico como «perteneciente o relativo a la enseñanza». Este significado, en realidad, no aparece hasta el siglo XVI, siendo Comenio el que más tarde (s. XVII) y de manera definitiva le otorga su carácter pedagógico en su Didáctica Magna, surgiendo como disciplina formalizada y estructurada para organizar la enseñanza y su metodología. Más tarde Herbart (s. XIX) y Willman (finales s. XIX) sientan las bases de un conocimiento centrado en la organización de la enseñanza y el aprendizaje escolar2.
Detengámonos, pues, en Juan Amós Comenio. Considerado el padre de la didáctica, fue teólogo, filósofo y pedagogo, pero su fuerza está en su convencimiento de que la educación tiene un importante papel en el desarrollo de las personas, y en su esfuerzo para que el conocimiento llegara a todos, hombres y mujeres por igual, sin malos tratos, buscando la alegría y motivación de los alumnos.
Los orígenes de Comenio
Jan Amos Komenský, en latín Comenius, nació el 28 de marzo de 1592. Sus padres decidieron bautizarlo con el nombre de Juan Amós Comenio en honor a Juan de Huss, del cual deseaban fuera imitador. El lugar de nacimiento es incierto, pues pudo ser Komná (de ahí Komenský), una pequeña aldea en la que vivieron sus padres; Nivnice, donde pasó su niñez, o Uherský Brod en Moravia (actual república Checa), pueblo al que fue a vivir durante su niñez y en el que se conserva un museo a su nombre. Murió en Ámsterdam el 15 de noviembre de 1670.
Para entender su existencia y su obra es necesario conocer que vivió una época agitada, en una Europa en guerra: la de los 30 años, y en medio de una serie de conflictos, generalmente entre católicos y protestantes. El panorama ideológico, político, religioso y económico de Europa era muy complejo, debido a los terribles y sangrientos movimientos de reforma y contrarreforma, los cuales adquirieron un tinte bélico.
La familia de Comenius pertenecía a «la Hermandad», una modesta iglesia fundada en 1547 por Rehor (seguidor del movimiento basado en las ideas reformistas del sacerdote y teólogo Jan Hus). Allí se predicaban ideas con las que querían llevar a la iglesia a recuperar la sencillez de la primitiva sociedad cristiana, por lo que la Hermandad fue perseguida desde un principio. La iglesia fue prohibida y sus miembros acosados. Muchos de los hermanos murieron martirizados; sin embargo, la Hermandad persistía. Las lecturas comentadas por su padre fueron ayudando al joven Jan a desarrollar su pensamiento crítico y sus ideas sobre la fe en la justicia que tarde o temprano llegaría. Tras morir sus padres y perder sus pertenencias en un terrible incendio, huyó en compañía de una tía.
Los estudios
Aprendió el latín, le gustaba leer a los poetas Virgilio, Ovidio, Cicerón, y con la misma atención leía la Biblia. El espíritu crítico que fue mostrando hizo merecer que lo enviaran a la Universidad de Herborn—escuela de gran prestigio—donde enseñaban los mejores profesores. Criticaba el método memorístico con el que los maestros obligaban a aprender pasajes bíblicos, cánticos religiosos y preguntas de catecismo, relegando a segundo plano la lectura, la escritura y el cálculo
En la universidad de Heidelberg (entre 1611 y 1614) se introdujo al mundo de las ciencias naturales, que giraban alrededor de la teología, y comenzó a planificar, siguiendo a Wolfgang Ratke, pedagogo alemán que proponía nuevos métodos basado en la filosofía de Francis Bacon, cuyo principio consistía en pasar de las cosas a los nombres, de lo particular a lo general y de la lengua materna a las lenguas extranjeras3.
De regreso a la Universidad de Heidelberg, ya en su tierra, entre Prevov y Fulnek, desarrolló su actividad de maestro; allí propuso nuevas ideas en relación a la forma de enseñar, fundamentadas en que los alumnos aprendan por gusto, sientan la alegría de aprender y que estudien, no por obligación, sino por deseo, convencido de que los alumnos tomarían interés por la enseñanza sin necesidad de gritos ni amenazas: «Una sonrisa en lugar de una vara». En resumen, el sistema de Comenio se basaba en tres pasos: comprender, retener y practicar; quedando sintetizado en tres voces griegas que repetía a menudo: autopsia, autocracia y autopraxia.
Él mismo lo resume de la siguiente manera:
«Llamó escuela, que perfectamente responde a su fin, a la que es un verdadero taller de hombres; es decir, a aquella en la que se bañan las inteligencias de los discípulos con los resplandores de la Sabiduría para poder discurrir prontamente por todo lo manifiesto y oculto. En una palabra; escuelas en las que se enseñe todo a todos y totalmente».4
Fue nombrado por la hermandad morava, como ministro evangélico, a la edad de 24 años. También se se casó con Magdalena, hermana de un gran amigo suyo. Así comenzó su trabajo como pastor y capellán de escuela en 1618, justamente cuando comenzaba la Guerra de los Treinta Años (1618-1648). En ese contexto, escribió Un llamado de los pobres al cielo, criticando las grandes desproporciones entre el lujo de la nobleza y la miseria de quienes tenían menos recursos. A esto hubo muchas reacciones: católicos, sobre todo la orden de los agustinos, y algunos luteranos, lo trataron como ateo y lo acusaron de corromper a los niños.
Represión y persecución
En 1620, tras la invasión de los soldados de Carlos V y la derrota del pueblo Checo en la Montaña Blanca, murieron Magdalena y sus dos hijos a causa de la peste. Comenio tuvo que huir, pues los soldados tenían la orden de acabar con todo aquello que se relacionara con el protestantismo. Los invasores localizaron la casa de Comenio, y por orden de la Inquisición, quemaron los manuscritos del maestro, junto con otros escritos protestantes, en la plaza de Fulnek, y ejecutaron a los principales líderes.
Estuvo escondido siete años en su patria, como fugitivo en su propio país, ocultándose en chozas abandonadas, en cuevas e incluso en árboles huecos. Escribió Historia de la contrariedad de la iglesia checa, para relatar las atrocidades que se cometían en su tiempo, cómo eran quemados los autores con sus libros, la persecución de los recién nacidos, y los asesinatos de los sacerdotes.
Tras una década de conflicto, la religión católica fue declarada la única confesión legítima en Moravia. A esto siguió la represión, ordenada por Fernando II rey de Bohemia, contra los reformados. A Comenio y a los miembros de las clases altas se les dio la oportunidad de elegir: convertirse al catolicismo o abandonar el país. En 1628 cruzó la frontera y se instaló en la ciudad polaca de Leszno, importante centro de la Unión de Hermanos Moravos en Polonia, como maestro de escuela. Aquello marcó el principio de un exilio que duraría cuarenta y dos años y que le privaría de regresar a su patria. Por esta época contrajo matrimonio con Dorotea. En Polonia vivió mayor tranquilidad y siguió escribiendo. Su fama le llevó por varios países, en los que expuso su reforma educativa, y en Inglaterra, en la que conoció al cardenal Richelieu, que le solicitó que iniciara en Francia una escuela Pansófica.
No aceptó la propuesta por miedo a la persecución de los católicos franceses, pero viajó a Suecia, en donde contagió a la corte con sus reformas, debido al entusiasmo que despertaron en la reina Cristina, su primera alumna. Inició allí su gran reforma, beneficiando la educación popular con sus métodos participativos y activos, los textos ilustrados y amenos, y la característica forma de sus escuelas, con jardines y espacios abiertos. La relación entre Descartes, que establecía la razón como punto de partida del conocimiento, y Comenius, que declaraba la educación paidocéntrica (es decir centrada en el niño/estudiante), contribuyó sin duda al ocaso de la escolástica, uniendo pedagogía y filosofía, la razón y la práctica.
Desarrollo de su pensamiento y trabajo
La publicación de Didáctica magna (1632) y de Orbis pictus (1654) difundió por toda Europa su fama de humanista y pedagogo. Ya estaba trabajando en aquellos años en la integración, en un único sistema, de todos los conocimientos científicos. Comenius sostenía que existía una única verdad: «La luz de la razón debe someterse en obediencia a la voluntad Dios», en el convencimiento de que con una educación completa, integrada, bien dirigida, se haría posible lograr una humanidad pacífica que acabara con la persecución de las ideas y las guerras.
Durante el desarrollo del tratado de Westfalia en 1648, que acabó la guerra de los 30 años, Comenius intentó sin éxito que Checoslovaquia se viera beneficiada por el tratado y se viera libre de los Habsburgo. Por ello, decidió regresar a su tierra natal. En Checoslovaquia, cayó enferma y murió su segunda esposa, Dorotea, que lo dejó solo y con cuatro hijos.
Otra vez en soledad, y perseguido, se establece nuevamente en la ciudad polaca de Leszno, con sus manuscritos bajo el brazo. En 1650 asiste a la boda del Príncipe Segismundo con la hija de Federico V, que le promete meditar sobre el movimiento liberador checo. Comenio se instaló en Sárospatak, donde se dedicó nuevamente a dictar clases y mostró su faceta de dramaturgo. Allí escribió la obra Orbis Pictus, el primer texto visual en la historia de la pedagogía, e introdujo el teatro como un instrumento auxiliar en aprendizaje escolar. Al morir el Príncipe Segismundo, Comenius perdió las esperanzas de la libertad de Checoslovaquia.
Escribió alrededor de trescientas obras, más de la mitad no descubiertas; otras se destruyeron en el incendio de su casa: escritas en checo, en latín y en alemán, y fueron inspiradas en las ideas de reformadores protestantes como Lutero y Calvino, filósofos como Bacon y Campanella, y pedagogos como Vives y Ratke. En el plano de la educación, Comenio proyectó un sistema sumario del saber realista, el cual denominó «pansofía»: todos pueden aprender de todo.
Las obras de Comenio comienzan a ser redescubiertas y tienen un fuerte renacer a partir del siglo XIX por Juan Kvacala, en 1931 le sigue el profesor Soucek de la universidad de Brno, quién encuentra manuscritos en Leningrado. En Londres fueron descubiertas en 1933 las cartas que escribió a su amigo Samuel Hartlib; este descubrimiento lo hizo el profesor Turnbull de la universidad de Sheffield.
Permaneció en Transilvania (desde finales de 1650) dos años, y fundó la escuela onmiscientífica, en la que mejoró sus métodos y la participación de los alumnos, lo que le hizo conseguir mayores éxitos en su aprendizaje y con ello convenció a los maestros, reacios a cambiar de sistema, de la eficacia de sus procedimientos. En 1654 vuelve a Leszno donde la hermandad morava lo retiene para aprovechar su sabiduría en sus últimos años.
Los últimos años
Al abdicar la reina Cristina de Suecia en favor de su hijo Carlos Gustavo, Carlos X, este declaró la guerra a Polonia. El ejército sueco no entró a Leszno por respeto a Comenio, pero los polacos no perdonaron a Leszno por haber albergado al hereje. La ciudad polaca de Leszno, su hogar por muchos años, fue quemada hasta sus cimientos. Su atesorada biblioteca y los numerosos manuscritos, algunos de ellos, como El tesoro de la lengua Checa, en la que había trabajado durante 40 años, fueron destruidos totalmente en el fuego, dejando a Comenio, un hombre de 64 años, con poco más que sus ropas.
Comenio deambuló durante varios años perseguido por la peste, los enemigos y el hambre, pero es invitado por el holandés Lorenzo de Geer, hijo de Luís, quién le brindó su protección en Ámsterdam. Comenio, en agradecimiento con sus mecenas, les dedicó las obras didácticas completas. Con este nuevo período de paz y bonanza, logró recopilar sus escritos pedagógicos, que se publicaron en Ámsterdam en 1657 con el título de Opera didactica omnia, de la cual su obra cumbre La didáctica magna dedicó a la ciudad de Amsterdam. Con la reedición de Orbis Pictus, El mundo a través de la ilustración, Comenio se ganó el sobrenombre de «el príncipe de la instrucción». En la Consulta General se mostró su opinión de que no podíamos entregarnos únicamente a la providencia, que tenemos el derecho y la obligación de crear y cambiar el mundo de acuerdo con nuestras ideas, y según nuestra conciencia.
Finalizando la guerra entre Inglaterra y Holanda, y realizando la junta de Breda con delegados de los dos países, para lograr la paz, Comenio les envió una ponencia simbólicamente titulada «el ángel de la Paz», en la cual se les proponía a las dos partes realizar las conversaciones abiertas y francas, ya que los acuerdos que se lograban repercutirían en toda Europa, y especialmente en Checoslovaquia. Decidió escribir sus «confesiones» y dictar las últimas cartas para mantener en la humanidad la conciencia por la paz. El 15 de Noviembre de 1670, a la edad de 78 años, murió Comenio. Su cuerpo fue sepultado en la iglesia Naarden en Holanda.
La propuesta pedagógica de Comenio
El principal concepto que se aplica para resumir las ideas pedagógicas de Comenio es el de pansofía, o como él mismo lo expresa en la Didáctica Magna (su principal obra de referencia): «En las escuelas hay que enseñar todo a todos»5.
Señala así claramente que todos los hombres tienen una aptitud innata hacia el conocimiento y no lo restringe solamente a una elite o para algunos iluminados. En la Didáctica magna lo expresa de la siguiente manera:
«Es un principio admitido por todos que el hombre nace con aptitud para adquirir el conocimiento de las cosas, en primer lugar porque es imagen de Dios. La imagen, sí es fiel, debe representar y reproducir todos los rasgos de su modelo, de otro modo no sería verdadera imagen. Entre todas las demás cualidades de Dios, ocupa un lugar preeminente la Omnisciencia; luego necesariamente debe aparecer en el hombre alguna señal de dicha cualidad. ¿Y cómo? El hombre está realmente colocado en medio de las obras de Dios, teniendo su luminoso entendimiento a la manera de un espejo esférico suspendido en lo alto que reproduce las imágenes de todas las cosas. Es decir, de todo lo que le rodea. Pero además, nuestro entendimiento no solamente es ocupado por las cosas próximas, sino también se deja impresionar por las remotas (ya en el tiempo, ya en el espacio), acomete las difíciles, indaga las ocultas, revela las desconocidas e intenta investigar las inescrutables; por lo tanto, es en cierto modo infinito e ilimitado»6.
Esto implica la implementación de una escuela popular de gran cubrimiento y a la que todos tengan acceso:
«Quede, pues, sentado que a todos los que nacieron hombres les es precisa la enseñanza, porque es necesario que sean hombres, no bestias feroces, no brutos, no troncos inertes. De lo que se deduce que tanto más sobresaldrá cada uno a los demás cuanto más instruido esté sobre ellos. Acabe el sabio este capítulo: El que no aprecia la sabiduría y la disciplina es un mísero; su esperanza (es decir, el conseguir su fin) será vana, sus trabajos infructuosos y sus obras inútiles. (Sab., 3.11.)»7.
Incluso, se adelantó a su época al alentar la inclusión de las mujeres en los centros educativos:
«No existe ninguna razón por la que el sexo femenino (y de esto diré algo en especial) deba ser excluido en absoluto de los estudios científicos (ya se den en lengua latina, ya en idioma patrio). Es también imagen de Dios, partícipe de su gracia y heredero de su gloria; está igualmente dotado de entendimiento ágil y capaz de la ciencia (a veces superiores a nuestro sexo) y lo mismo destinado a elevadas misiones, puesto que muchas veces han sido las mujeres elegidas por Dios para el gobierno de los pueblos, para dar saludables consejos a los reyes y los príncipes, para la ciencia de la Medicina y otras cosas saludables para el humano linaje, le encomendó la profecía y se sirvió de ellas para increpar a los sacerdotes y obispos. ¿Por qué hemos de admitirías a las primeras letras y hemos de alejarlas después de los libros? ¿Tenemos miedo a su ligereza? Cuanto más las llenemos de ocupaciones tanto más las apartaremos de la ligereza que suele tener por origen el vacío del entendimiento»8.
Para Comenio, la educación en la primera infancia es clave: «Únicamente es sólido y estable lo que la primera edad asimila»9, y explicó la educación como el arte de hacer germinar las semillas interiores que se desarrollan, no por incubación, sino cuando se estimulan con oportunas experiencias, suficientemente variadas y ricas y sentidas siempre como nuevas, incluso por quien las enseña, expresando de la siguiente manera sus ideas:
«Se deduce claramente de lo dicho que la condición del hombre y la de la planta son semejantes. Pues así como un árbol frutal (manzano, peral, higuera, vid) puede desarrollarse por sí mismo, pero silvestre y dando frutos silvestres también; es necesario que si ha de dar frutos agradables y dulces sea plantado, regado y podado por un experto agricultor. De igual modo el hombre se desarrolla por sí mismo en su figura humana (como todo bruto en la suya); pero no puede llegar a ser Animal racional, sabio, honesto y piadoso sin la previa plantación de los injertos de sabiduría, honestidad y piedad»10.
En el proceso las escuelas son fundamentales, pues como señala él mismo:
«Y aunque no faltarán padres que puedan dedicarse completamente a la enseñanza de sus hijos, es mucho mejor que se eduque la juventud reunida, porque el fruto y la satisfacción del trabajo es mayor cuando se toma el ejemplo y el impulso de los demás»11.
En ese mismo sentido precisa cómo debe enseñarse: sin usar el temor, el cual no genera aprendizajes sino rechazo:
«Para educar a la juventud se ha seguido, generalmente, un método tan duro que las escuelas han sido vulgarmente tenidas por terror de los muchachos y destrozo de los ingenios, y la mayor parte de los discípulos, tomando horror a las letras y a los libros, se ha apresurado a acudir a los talleres de los artesanos o a tomar otro cualquier género de vida»12.
Ante la objeción de que se podría caer en un modo de proceder permisivo profundiza con la siguiente reflexión:
«Cierto es aquel proverbio tan repetido y popular entre los bohemios; escuela sin disciplina es molino sin agua. De igual manera que si quitas el agua a un molino, se parará al momento, si suprimes la disciplina en una escuela, forzosamente han de retardarse todas las cosas. Como si un campo no se escarda, nace en él la cizaña perniciosa para la mies, y si no se podan los árboles, echan mucha madera y producen brotes inútiles. No hay que inferir tampoco de esto que la escuela debe estar siempre llena de gritos, golpes y cardenales, sino por el contrario, colmada de vigilancia y atención, tanto por parte de los que aprenden como de los que enseñan»13.
Así se centra el esfuerzo en un modelo pedagógico para reglamentar y prescribir qué se debe, cómo y cuándo enseñar, dando fundamental importancia al niño al que se le debe estimular positivamente para que ame el conocimiento.
Otro aporte de gran importancia, con una de sus obras Orbis Pictus, es la inclusión de ilustraciones para enseñar, y la utilización del teatro y la interpretación teatral como un instrumento importante de motivación y estimulación del aprendizaje. El Orbis Pictus, o Mundo en Imágenes, inauguró el tipo de publicaciones que apoyan el texto escrito con ilustraciones:
«Contrariamente a lo que pudiera pensarse, la práctica de ilustrar los libros con fines meramente didácticos data de los principios de la modernidad, que es cuando se establecen diversas prácticas y discursos sobre la escuela que hoy nos resultan familiares»14.
Las principales ideas de Comenio pueden resumirse en los siguientes puntos:
- Un solo maestro puede enseñar a un grupo de alumnos.
- Ese grupo debe ser homogéneo respecto de la edad.
- Se debe reunir en las escuelas a toda la juventud de uno y otro sexo
- Los alumnos de la escuela deben ser distribuidos por grados de dificultad, principiantes, medios y avanzados.
- Cada escuela no puede ser completamente autónoma sino que deben organizarse sistemas de educación escolar simultáneos.
- Todas las escuelas deben comenzar y finalizar sus actividades el mismo día y a la misma hora (un calendario escolar único).
- La enseñanza debe respetar los preceptos de facilidad, brevedad y solidez.
- Recomendaciones para los maestros:
- Enseñar en el idioma materno
- Conocer las cosas para luego enseñarlas
- Eliminar de la escuela la violencia.
- El medio más adecuado para aprehender a leer es un libro que combine: lecturas adaptadas a la edad con gráficos e imágenes, etc.
- El aprendizaje debe incluir el juego, los niños ir a la escuela con alegría y la visita de los padres a la escuela, una fiesta.
- La escuela debe tener una arquitectura específica: con patios, jardines y espacios alegres y abiertos.
Para resumir, la reforma educativa que propuso Comenio estaba íntimamente ligada con la búsqueda de una renovación moral, política y cristiana de la humanidad, defendió la idea de una escuela para todos, hombres y mujeres, señalando a las autoridades gubernamentales como responsables de su difusión y organización, pues la instrucción ayuda a aumentar el bienestar de un país, así como también sus buenos modales.
En sus obras propone un método de enseñanza basado en las necesidades de los estudiantes y su grado de desarrollo, y sin exclusión de las mujeres (algo que tomó mucho tiempo superar), ni por recursos económicos. Destacando también la importancia de la labor de la familia en el proceso educativo.
«Intentemos, pues, en nombre del Altísimo, dar a las escuelas una organización que responda al modelo del reloj, ingeniosamente construido y elegantemente decorado»15.
Escribió muchas obras, siendo las más relevantes: Didáctica Magna y Orbis Pictum. Su gran obra Didáctica Magna le hizo famoso en toda Europa y dio una gran importancia al estudio de las lenguas, además de dejar plasmadas sus ideas en torno a la educación, en tanto, en Orbis Pictum muestra un mundo visible en dibujos, un libro para el aprendizaje del latín, que puede ser considerado el primer libro ilustrado para niños.
Comenius imaginó una escuela primaria en cada pueblo de Checoslovaquia y deseó que ésta llamara la atención de los alumnos: con árboles alrededor y flores en las huertas. Las paredes de los salones debían ser adornados con cuadros. Cerca de ella debían estar los talleres y junto a las aulas los campos para los juegos de los alumnos.
Sus planteamientos sorprenden por lo adelantado a su tiempo, aunque no por su pertinencia para días como hoy en que dos de las instituciones fundamentales de la sociedad: la familia y la escuela están en una aguda crisis. Descubrir cómo, a partir de su comprensión del evangelio, emanaron ideas clave para su vocación educativa, nos desafía a analizarlas y rescatarlas para mejorar también nuestra labor como padres, corresponsables de la formación de nuestros hijos e hijas. En el caso de los docentes a analizar preconceptos y prácticas para realizar la gran labor que les ha sido encomendada, confiando en que están enviados por el Creador de todas las cosas:
«Solo toca, por tanto, a los que instruyen a la juventud el sembrar con destreza en las almas las semillas de las doctrinas, regar abundantemente las plantitas de Dios, el éxito e incremento vendrán de arriba»16.
Para profundizar: las principales obras de Comenio
Reglas gramaticales más fáciles: de 1616, es la primera que publica Comenio a sus 24 años de edad. Son conceptos gramaticales que siguen un proceso inductivo, de casos particulares se deduce la regla.
La puerta abierta de las lenguas: Su primera obra famosa, escrita en 1631, es un cuaderno de lectura bilingüe, basado en al latín con 100 títulos compuestos con 10 frases, dando como resultado 1000 frases.
La escuela materna: en el mismo 1631, esta obra trata la educación durante los 6 primeros años del niño, para prepararlo al ingreso a la escuela primaria. La educación doméstica debe realizarse en el hogar, lo cual transforma a la madre en educadora. Es el primer estudio sistemático de la psicología del niño e invitación a la creación de escuelas maternales y de jardines de infantes.
La puerta de la sabiduría: propedéutica para quienes quieren alcanzar el verdadero saber. Escrita en 1673. El científico es erudito, acumula conocimientos, el sabio es contemplativo, rumia lo conocido.
Didáctica Magna: De 1632. Su gran obra.
El aprendizaje del latín: de 1637, es un manual dirigido a los niños que inician el estudio del latín por medio de conversaciones latinas, el método novedoso está en empezar hablando como el niño aprende la lengua materna.
Pródromo de la pansofía: publicada en 1638, es una introducción a la sabiduría universal que dan al hombre los años, para que los adultos que la han adquirido faciliten su consecución a los jóvenes, pues Comenius no soportaba ver que se enseñaba, no por lo jóvenes aprendices, sino por la petulancia de los viejos que enseñaban.
El camino de la luz: escrito en Inglaterra en el año de 1641. Es un tratado de política trascendente en la cual confía su idea de que ilustrando a la humanidad entera se elevaran los niveles de cultura y moralidad en el mundo, no existirán guerras y reinará la paz en todas las naciones. Con el libro Comenio pide crear un consejo de la luz o academia mundial de sabios, que formaran una liga internacional.
Tratado sobre las oportunidades que hay para proseguir la investigación didáctica: de 1643. El maestro no solo debe impartir asignaturas, sino estudiar a cada alumno para dar la respuesta adecuada a sus exigencias personales, no solo instruir sino formar.
La dilucidación pansófica: escrita en 1643 en Suecia. Describe un itinerario que arranca de la naturaleza, para llegar al hombre, a Dios y a la sabiduría. Llama templo a la enciclopedia del conocimiento universal.
Compendio de física proyectada hacía Dios: manual de 1643, en el cual Comenio reforma la filosofía natural, para proyectar la cosmología espiritualizada que eleva al hombre hacia su creador.
Moderno método lingüístico: escrito en 1648, es una gramática de treinta capítulos, en la cual se habla del concepto, variedades, prerrogativas de algunas lenguas, en especial la latina, expresando un método más reciente para enseñarla.
El testamento: obra pastoral, especie de sermón. Escrita en 1650, son palabras de aliento a compatriotas que vivieron el destierro con él.
Mandamientos para evitar el mal: de 1653, para que los hombres vivan con buenas costumbres.
La felicidad de la nación: dedicada en 1654 al Príncipe Jorge. Describe la personalidad de un gobernante sabio y prudente, orienta los caminos que debe seguir el mandatario para dar bienestar a su pueblo.
La clase juego: obra teatral, con la cual quiere hacer de la escuela un lugar agradable. Escrita en 1655.
Panegírico de Carlos Gustavo: pieza oratoria en honor del Rey Carlos Gustavo X en 1655.
Vestíbulo de la lengua latina: introducción bilingüe, en latín y alemán, de la puerta de la lengua latina, en 1656.
Puerta de la lengua latina: expone nociones de gramática. Define el arte de hablar correctamente, dividida en: etimología, sintaxis y ortografía.
Adnotaciones gramaticales: Complemento de la puerta de la lengua latina.
Opera didáctica omnia: obras didácticas completas de 1657, contiene diversas obras de Comenio, desde 1627 a 1657. Al comienzo del volumen coloca su Didáctica magna, que aparece por primera vez en su forma completa, tal y como la conocemos hoy.
Diccionario latino: manual de sentencias, frases con las letras del alfabeto; publicado en 1657.
Templo de la latinidad: con ejercicios graduales en latín, en el orden que Comenio siempre utilizaba: pórtico, atrio, vestíbulo y santuario.
Disertación del latín: Escrito para facilitar el aprendizaje del latín.
El mundo en imágenes. Orbis sensualium pictus. Primer texto escolar ilustrado de la historia de la pedagogía; de 1658, ha sido modelo para los posteriores textos escolares, con este libro, se da a Comenius el título de: precursor de la educación audiovisual. Ver completo aquí.
El laberinto del mundo y el paraíso del corazón: escrito en Checo desde 1623 y después de la batalla de la Montaña Blanca (1620). Este libro aparece en 1633, refleja una sociedad trastornada, llena de injusticias y de abusos. El mundo es una ciudad donde por cada calle pululan gente de diversas profesiones. Diagnóstica males, sugiere soluciones constructivas.
Tratado universal para la reforma de la humanidad: Comenio quiere ayudar a los hombres a salir del gran desorden babilónico en que están perdidos. Se divide en varias partes como: 1) La Pampedía que trata la educación universal de todo género humano, el plan de educación que propone en este capítulo es más amplio que el de la didáctica magna. 2) La Panotorsia: «renovación universal». Lo único necesario: profundo y conmovedor testamento espiritual y confesión pública ante el mundo y con el cual pide a la humanidad reprimir la violencia y profesar amor entre todos.
Consulta general sobre la enmienda de los asuntos humanos (escrita entre 1644-1670). En ella se compromete de lleno con la gran restauración de los hombres, de las sociedades, de los saberes; el medio para lograrlo, es precisamente la educación de todos los hombres, en todas las cosas, en todos los tiempos. En la primera parte, Panegersia, marcaba las tareas a realizar; en la segunda, Panaugia, dio a entender y desarrolló su idea de que el medio para la corrección (o enmienda del mundo) era la sabiduría, que actuaría con beneplácito, como la luz. Tres lámparas alumbrarán las oscuridades: la naturaleza, la mente y las Escrituras... Pero las personas deberemos despertar de la indiferencia; debemos alumbrar la razón y fortalecer la voluntad. La meta de los esfuerzos correctivos debe ser, ante todo, la paz. Panraedia (tercera parte) contenía un esbozo sobre la educación desde la niñez hasta la vejez. En Panglotia, la cuarta, intentó determinar una lengua internacional común. Solamente esta obra reformista, contenía más de cuatro mil páginas. Comenius, perseguido por el sufrimiento, había querido salvar al mundo, pero el mundo era sordo y no lo quiso escuchar.
Ángelus Pacis: un urgente mensaje a la conciencia mundial de la Paz.
1 Fuente, consultado abril de 2021
2 Escribano González, Alicia “Aprender a enseñar: fundamentos de didáctica general”, Ediciones de la Universidad de Castilla – La Mancha, Cuenca, 2004, pág. 26
4 Astrid Oyarzún Chicuy, “Una educación que enseñe todo a todos y totalmente”, Centro de Estudios Sociales CIDPA, Valparaíso, Chile, mayo 2005 aquí. (consultado abril de 2021), Pág. 1
5 Juan Amós Comenius “Didáctica Magna”, Editorial Porrúa, México, 1998, Pág. 24
6 Juan Amós Comenius “Didáctica Magna”, Editorial Porrúa, México, 1998, Pág. 7
7 Juan Amós Comenius “Didáctica Magna”, Editorial Porrúa, México, 1998, Pág. 17
8 Juan Amós Comenius “Didáctica Magna”, Editorial Porrúa, México, 1998, Pág. 22-23
9 Juan Amós Comenius “Didáctica Magna”, Editorial Porrúa, México, 1998, Pág. 19
10 Juan Amós Comenius “Didáctica Magna”, Editorial Porrúa, México, 1998, Pág. 18
11 Juan Amós Comenius “Didáctica Magna”, Editorial Porrúa, México, 1998, Pág. 21
12 Juan Amós Comenius “Didáctica Magna”, Editorial Porrúa, México, 1998, Pág. 27
13 Juan Amós Comenius “Didáctica Magna”, Editorial Porrúa, México, 1998, Pág. 106
14 María Esther Aguirre Lora “Enseñar con textos e imágenes. Una de las aportaciones de Juan Amós Comenio” Revista Electrónica de Investigación Educativa, Vol. 3, Núm. 1, 2001, Centro de Estudios sobre la Universidad Universidad Nacional Autónoma de México, disponible aquí (revisado junio de 2021)
15 Juan Amós Comenius “Didáctica Magna”, Editorial Porrúa, México, 1998, Pág. 36
16 Juan Amós Comenius “Didáctica Magna”, Editorial Porrúa, México, 1998, Pág. 43
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