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Hoy, la música cristiana es una industria que a nivel global tiene un valor de mil millones de dólares. Esto contrasta con el hecho de que, por milenios, devotos a Dios lo adoraron sin que hubiera dinero de por medio: “Alaben a Dios por Sus hechos poderosos. Alábenlo con arpa y lira”, Salmos 150:2-3 (NBLA). Así, a lo largo de la historia, la música ha sido un medio por el que el ser humano ha expresado sus más profundos sentimientos, incluido su amor a Cristo. Ha usado salmos, himnos y, en décadas más recientes, coros gospel y diversos estilos musicales.
Sin embargo, no fue sino hasta el último siglo que este medio de adoración se convirtió en una poderosa industria, que hoy tiene presencia en el mundo entero. Actualmente, son miles, incluso millones, las personas que adoran a Dios con canciones cristianas contemporáneas. Pero, ¿cómo es que la música de exaltación al Creador cuenta hoy con cinco categorías en los premios GRAMMY, dos en los Latin GRAMMY, y su propia edición de galardones (los Dove Awards)? En este artículo, presentaremos un panorama de la industria musical cristiana, pero previamente traeremos a colación el estado actual que, en general, la música tiene en el mercado.
La música como producto
Carlos Torres, gerente de la agencia de marketing Cielo Extremo, describió la música como un proceso de creación con varias etapas. La primera es la de inspiración, creatividad y arte, la cual incluye la composición y la musicalización. La segunda es la de producción, mucho más técnica. La tercera es el análisis estratégico de cómo dar a conocer la canción al público, necesaria por nuestro contexto mercantilizado. En determinado punto, la música también se convierte en datos que se consignan en un contrato, del cual se derivan los derechos de autor, las regalías, etc. Así, incluso en el entorno cristiano, las canciones que siguen este proceso demuestran ser un producto.
Actualmente, según Music Business Worldwide, “se graba y se publica más música que en ningún otro momento de la historia de la humanidad”. Desde el 2018 hasta el 2023, hubo un aumento del 167 % en la cantidad de contenidos publicados en plataformas de streaming. En el primer trimestre de 2023, a diario se añadieron en promedio 120 000 audios musicales. Es decir, se estima que al finalizar el año pasado se subieron casi 44 millones de canciones a Spotify, YouTube Music y otros servicios de música. Para hacernos una idea de lo que esto significa, si cada una de esas 44 millones de canciones tuviera una duración de cuatro minutos, serían necesarios más de 334 años para escucharlas todas.
Este aumento exponencial se debe en gran parte al crecimiento de la distribución digital de música y al auge de las herramientas de inteligencia artificial. Según Music Business Worldwide, si bien en estas cifras entran a competir los audios de ruido blanco a la par con las canciones publicadas por artistas, líderes de la industria musical, como el presidente y director general de Universal Music Group, Sir Lucian Grainge, catalogan este suceso como un “exceso de oferta”.
La industria musical cristiana
Ahora, ¿qué rol juega la alabanza cristiana dentro del gran mercado musical? Según World Metrics, el valor monetario de la industria global de la música cristiana –teniendo en cuenta la producción, distribución y el consumo– es de mil millones de dólares. El portal web señala que esta cifra da muestras de “un mercado próspero, con oportunidades comerciales sustanciales para artistas, sellos discográficos, plataformas de streaming, promotores de conciertos y otros interesados en la creación y difusión” de la música cristiana contemporánea (MCC de ahora en adelante).
Si bien no hay números exactos de cuántos lanzamientos hay solo en la música cristiana, esta ha tenido la misma tendencia de crecimiento que la industria musical en general, y también ha aumentado la publicación de sencillos (ya no de álbumes) en las plataformas de streaming. Estos patrones de crecimiento son reflejo o consecuencia de la distribución digital. En el 2019, “la música cristiana obtuvo 1600 millones de reproducciones en los EE. UU.”, de acuerdo con información publicada por World Metrics.
Otra evidencia de la relevancia de esta industria es que, como ya se mencionó, tiene sus propias categorías en los premios GRAMMY, que incluyen al género gospel, y en los GRAMMY Latino. Según Torres, el criterio para clasificar las canciones cristianas es las letras: si estas no demuestran la fe del artista, no quedan nominadas, incluso si los artistas son públicamente conocidos como cristianos. Quizás por eso Jesus Is King, el álbum de Kanye West, apareció como nominado a Mejor álbum de música cristiana en los GRAMMY de 2021, a pesar de no llevar mucho tiempo proclamando su conversión al cristianismo.
También es importante destacar que la Asociación de Música Gospel (GMA por sus siglas en inglés) creó en 1969 los Dove Awards, premios que destacan lo mejor de la escena musical cristiana en géneros como rock, pop, hiphop y country. En Latinoamérica, están los Premios ARPA, que fueron establecidos hace 22 años por la Academia Nacional de la Música y las Artes Cristianas.
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Hegemonía de las megaiglesias
Según el portal Worship Leader Research (WLR), la oferta de canciones cristianas proviene de “diferentes iglesias, de diversas perspectivas teológicas, en varios estilos musicales, presentando personas de diferentes etnias”. Pero, a pesar del gran tamaño de la MCC y la gran diversidad de canciones –que incluso puede llegar a abrumar a los líderes de alabanza al momento de escoger las canciones para los servicios eclesiásticos–, solo unas cuantas agrupaciones dominan el mercado: Bethel Music, Hillsong (United y Worship) Elevation Worship y Passion.
¿Por qué hay, por así decirlo, una hegemonía de las megaiglesias en esta industria? Creo que hay varias razones que entran en juego. Para explicarlas, tomaremos a la banda australiana Hillsong como ejemplo.
1. Fuentes confiables
WLR afirmó que “la mayoría de los líderes de adoración confían en las canciones lanzadas por esas fuentes, incluso si tienen reservas sobre otros aspectos de su trabajo”. Algunas de esas “reservas” podrían ir desde diferencias doctrinales muy marcadas, en especial en lo relacionado con el evangelio de la prosperidad, hasta los escándalos en los cuales se han visto envueltas algunas congregaciones, como fue el caso de Hillsong.
2. Canciones pegadizas y a la vanguardia
En el documental Hillsong: A Megachurch Exposed (Hillsong: una megaiglesia expuesta) explican que la agrupación australiana se propuso cantar en la iglesia música que encajara con el estilo contemporáneo (o secular). Por eso, sus canciones de los años 2000 suenan como el pop de esa época, y la de hoy suena como Coldplay. Esta tendencia, según lo explicó Carlos Torres, se llama “sound alike”, que en español podría traducirse como “[música] al estilo de…”. Se trata de crear melodías originales, pero que evoquen el estilo o la canción de algún artista.
Por ejemplo, los sonidos atmosféricos y las guitarras etéreas de las canciones de Hillsong son similares a las de U2; sus arreglos, ritmos y crescendos se parecen a los de Coldplay; además, Delirious? la influenció en sus inicios. Esto explica por qué hay cierta uniformidad en la MCC en cuanto a sonidos, y por qué varios cantantes o grupos cristianos suenan similar a Hillsong o a las otras bandas dominantes.
La periodista Kelsey McKinney, quien fue entrevistada para el documental ya mencionado, escribió un artículo para The Fader sobre cómo Hillsong conquistó la industria musical. Allí explicó y cuestionó el uso que la agrupación le da a la música para crear ciertas sensaciones en sus oyentes:
Están haciendo música que saben que a la gente le gustará y, en lugar de renovar los viejos himnos de la abuela, hacen algo nuevo y brillante. Estos tipos de oleadas de emoción y progresiones de acordes monumentales están hechos para hacerte sentir algo. Quieren que sientas la presencia de Dios dentro de ti, pero es fácil confundir la manipulación emocional con un movimiento de Dios, ¿verdad? ¿Estás llorando porque el Señor está llevando a cabo algún tipo de intervención en tu vida o estás llorando porque la estructura de los acordes está construida para hacerte llorar?
[Puedes leer: De los himnos antiguos al góspel: el desarrollo de la música cristiana]
3. Mercadeo efectivo.
Aquí llegamos a un punto álgido de la MCC: la mezcla del ministerio con metodologías de mercadeo propias de una empresa. Por ejemplo, Hillsong prueba sus nuevas canciones durante los servicios semanales de la congregación, antes de lanzarlas oficialmente al público, de tal forma que los feligreses hagan una retroalimentación y ellos puedan ajustar las canciones. Desde el punto de vista comercial, es una estrategia brillante: se trata de un estudio de mercadeo realizado con una gran muestra de sus consumidores –más de 21 000 personas–, que básicamente no les genera ningún costo.
Para muchos, esta mezcla de mercado y ministerio es problemática, mientras que para otros, resulta simplemente necesaria y natural. McKinney dijo: “las personas en el escenario que te están guiando en esta adoración emocional están probando sus nuevos productos contigo. Es una dinámica un poco extraña”. Esta problemática nos sirve como antesala para un aspecto bastante controvertido: el dinero.
¿Cobrar por cantarle a Dios?
Un artículo sobre la industria musical cristiana publicado en Forbes Colombia inicia de la siguiente forma:
La industria de la música gospel o música cristiana crece de la mano de grandes iglesias y artistas en Latinoamérica y Estados Unidos. No funciona como caridad, sino como un negocio cualquiera que con boletería, reproducciones y derechos de autor puede generar entre 1 y 3 millones de dólares anuales para un artista consolidado.
La afirmación “no funciona como caridad” refleja que entre los no creyentes existe la expectativa de que los cristianos hagan música y no reciban ningún beneficio de ella. Los comportamientos o modos de operar de algunas congregaciones, especialmente de las megaiglesias, dejan una sensación de que son un negocio, de que se comportan como una empresa, y de que sus líderes parecen más gerentes que pastores. Sin embargo, en el mismo artículo se cita la siguiente frase de Henry Alonzo, fundador de la productora de artistas cristianos Adarga Group: “Lo que la gente no entiende es que la industria cambia, pero el negocio no”.
Hillsong United hace giras y llena estadios, en los que incluso se presentan artistas seculares como Taylor Swift. En el 2022, la agrupación hizo un tour junto al cantante Chris Tomlin en escenarios con gran aforo y producción, como el Madison Square Garden y el Banc of California Stadium. Lo mismo sucede, por ejemplo, con la agrupación Miel San Marcos de Guatemala: vendió todas las boletas para un concierto en el Crypto Arena de Los Ángeles, cuya capacidad es de 20 000 asistentes. “Por una presentación pueden ganar entre 5 mil y 30 mil dólares libres, excluyendo ya los gastos de producción del evento”, informó Forbes Colombia.
La iglesia Hillsong también tiene su propio sello discográfico, el cual cobija a Hillsong Worship, Hillsong United y Hillsong Young & Free, y ha vendido más de veinte millones de álbumes a nivel global. En 2017 obtuvo ganancias por más de 100 millones de dólares, aunque esta cifra incluye varios de sus negocios. El de la música fue de 14 millones de dólares. Además, teniendo en cuenta que la distribución digital está en auge, Hillsong obtuvo 7100 millones de reproducciones en Norteamérica hasta 2022. Chris Tomlin, por su parte, acumuló 4600 millones a nivel global.
Sumado a lo anterior, los artistas cristianos suelen ser los compositores de sus propias canciones. Según Forbes Colombia, “los ingresos que reciben no solo vienen de los shows en vivo, sino también de los derechos de reproducción de sus canciones”. Alexandria Dávila, CEO de Adarga Group, le dijo a ese medio que “un artista de música cristiana consolidado en el mercado puede recibir entre 1 y 3 millones de dólares anuales solo por sus derechos de reproducción y streaming”. En contraste, un artista emergente puede generar entre quince mil y treinta mil dólares al año.
Sobre la música cristiana, Torres dijo: “se volvió un negocio y creo que los negocios pueden dañar los corazones muy fácil”. No obstante, reconoció que cada quien debe obtener un pago justo por su trabajo y que es apenas comprensible que un empresario espere rentabilidad de la industria musical cristiana si invirtió en ella.
¿Inversión sin retorno?
Pero no todas las canciones cristianas tienen la misma rentabilidad. La cantidad de dinero que se requiere para producir una canción con su respectivo video es tan alta que incluso la industria musical supone un riesgo financiero, en especial para artistas no tan consolidados, aquellos que apenas están surgiendo o son independientes.
Torres, quien ha trabajado con artistas como Alex Campos, Danilo Montero y Christafari en la distribución, monetización y el marketing de su música y contenidos, dijo que aproximadamente el 80 % de los músicos que invierten dinero para crear un producto audiovisual nunca lo recuperan.
Según la información de Sound on Sound, Music Consultant, Tunecore Blog y Medium, el rango del costo de producción de una canción está entre 1000 y 20 000 USD, discriminados así:
- Producción: 500 a 10 000 USD (o más, dependiendo del productor).
- Grabación: 50 a 500 USD por hora en un estudio profesional.
- Mezcla: 150 a 700 USD por canción.
- Masterización: 50 a 250 USD por canción.
- Músicos adicionales: 50 a 300 USD por músico.
Carlos Torres explicó la importancia de la promoción de una canción: “algunos se pueden gastar mucho dinero en construir un video y una canción, pero nunca lo promocionan. Así entierran su propio trabajo”. Los costos de marketing pueden oscilar entre 3000 y 30 000 USD:
- Marketing en redes sociales: 500 a 5 000 USD (campañas en Facebook, Instagram, X, etc.).
- Relaciones públicas: 1000 a 5000 USD (contratar un publicista para entrevistas, artículos, etc.).
- Videos musicales: 1000 a 10 000 USD (o más, dependiendo de la producción).
- Publicidad en plataformas de streaming: 500 a 5000 USD.
- Publicidad en medios tradicionales: 1000 a 10 000 USD (radio, TV, prensa escrita).
En total, el costo de producción y promoción de una canción se encuentra entre 4000 y 50 000 USD. Una buena realización y una campaña de marketing efectiva deberían garantizar el éxito de una canción, pero teniendo en cuenta que otros millones de audios saldrán a la luz pública, algunos con una inyección de recursos e influencias mucho mayor, el riesgo definitivamente es alto.
Conclusión: las razones correctas
Esta breve revisión del estado de la industria musical cristiana nos invita a perseguir un balance. Aunque el negocio de la música cristiana es lucrativo, debemos recordar que para llegar a tal punto es necesario capacitarse profesionalmente, hacer un trabajo constante y perseverar. Una carrera musical puede tomar diez años de esfuerzo para empezar a dar frutos. Además, al igual que todas las demás profesiones, esta labor merece un pago justo, y al igual que los demás campos de inversión, se espera que haya ganancias suficientes para quienes emplean sus recursos y talentos en ella.
Sin embargo, es fundamental tener cuidado con la motivación principal de por qué se hacen canciones que hablan sobre Dios. Si las ganancias económicas son, en el fondo, la razón primaria, hay un peligro latente de que la gloria de Cristo se vea opacada, y de que los corazones de quienes participan en este mercado se desvíen hacia la codicia. Las palabras de Torres explican este punto de manera clara:
La industria cristiana es, para mí, un reto en el sentido de lograr que los músicos y las empresas no estén dedicados a esto solo por dinero, sino que realmente tengamos una influencia muy marcada para que la gente se conecte con Dios. La música no sale de nuestra capacidad o creatividad; es una herramienta que Él nos dio para crear contenidos de calidad. ¿Por qué no creemos en Su poder a través de esa herramienta? Esa es la mayor ventaja que tenemos, lo que nos lleva a crear contenidos de calidad. La mayor desventaja es no creerlo, entenderlo, ni valorarlo.
Referencias y bibliografía
Ex-'Jesus freak' compiles history of Christian rock | SJ-R
A Brief History of Contemporary Christian Music | School Of The Rock
Música gospel, una industria que crece y en donde Colombia es protagonista | Forbes Colombia
Christian Industry Statistics | WorldMetrics
Since 2017, 100% of Top 25 Worship Songs Have Been Singles... So What? | Worship Leader Research
Hillsong: A Megachurch Exposed (TV Series 2022) | IMDb
«Música al estilo» (sound alike) | Centro Virtual Cervantes
Inside Hillsong Church’s Hit-Making Music Machine | Rolling Stone
‘We have a deep sense of who the artist is and how to support them’ - Music Business Worldwide How the Worship Music Industry Works | Elias Dummer en la Conferencia Churchfront
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