Las cifras de una crisis de orfandad en medio de la pandemia
Más de 5.2 millones de niños alrededor del mundo han perdido a un cuidador debido a la COVID-19, de acuerdo con un reciente reporte publicado por The Lancet y la revista Adolescent Health.
El número de nuevos niños en duelo se incrementó de manera muy rápida entre marzo de 2020 y octubre de 2021.
Los expertos en ministerios cristianos de cuidado infantil para niños huérfanos pueden comparar esta crisis solamente con aquella causada por la epidemia del VIH/Sida, en la cual el número de niños huérfanos alcanzó la cifra de 16.5 millones de niños desde los años ochenta. La respuesta, señalan estos expertos, será tan seria como la respuesta a la crisis del Sida, aunque debe ser diferente.
Los ministerios de cuidado infantil ven la actual crisis como una oportunidad para que la sociedad y las organizaciones que cuidan de los niños huérfanos se alejen definitivamente del enfoque de la institucionalización (los orfanatos), y para que se lance un nuevo y completo apoyo al modelo de cuidado infantil basado en la familia.
«Hemos aprendido del pasado», Elli Oswald, director ejecutivo de Faith to Action Initiative, dijo a Christianity Today. «Sabemos que las instituciones de cuidado residencial, los orfanatos, y los hogares infantiles son sólo respuestas parciales que no enfrentan los desafíos reales que los niños y las familias están enfrentando, y, de hecho, pueden causar mucho más trauma y daños a los niños».
En el siglo XIX, las organizaciones cristianas de ayuda construyeron orfanatos como una solución rápida a las fuertes necesidades presentadas por los niños abandonados, o que habían sido tratados con negligencia por sus cuidadores. Los cristianos protestantes estadounidenses fundaron orfanatos alrededor del mundo, y los cristianos, tanto católicos como protestantes, se convirtieron en los principales proveedores de cuidado para los niños huérfanos. Lo que podría haber sido visto como una solución temporal, sin embargo, se convirtió en muchos casos en una solución permanente.
«Mientras que la respuesta de los cristianos fue increíblemente generosa y bien intencionada, causó un daño del que no nos dimos cuenta», dijo Oswald.
En los casos de los orfanatos católicos, los cuestionamientos incluso llegaron a acusaciones de abuso sexual a los menores, así como abuso físico y maltrato psicológico. También muchas de estas acusaciones tienen su trágico paralelo en diversos casos puntuales entre orfanatos protestantes, tal y como reportó en el 2014 TheJournal.ie.
Los cristianos estadounidenses han dado un estimado de 3.3 billones de dólares a orfanatos cada año. Y los orfanatos podrían todavía, solo en algunos casos donde la vigilancia y el cuidado es transparente, ser la mejor opción disponible en el corto plazo para algunas situaciones en las que los menores de edad se han quedado sin el cuidado de sus familias.
Aún así, a largo plazo, Faith to Action Initiative y otros ministerios de cuidado infantil están buscando el apoyo familiar y las soluciones basadas en la comunidad para el drama de los niños sin hogar.
Una coalición de ministerios de ayuda basados en la fe, liderados por Faith to Action Initiative, escribió una carta dirigida a las Naciones Unidas el otoño pasado en apoyo del cuidado basado en la familia. En ese mismo momento, cerca de 1.5 millones de niños habían perdido a uno de sus cuidadores familiares debido a la pandemia de la COVID-19.
Apoyando el cuidado basado en la familia
En el 2019, las Naciones Unidas aprobaron una resolución en la que se prioriza el cuidado basado en la familia y se hacía un llamado para la eliminación eventual de los hogares de cuidado institucional. Cada estado miembro de la ONU firmó la resolución. La actual crisis, sin embargo, podría causar que algunas naciones se encuentran desesperadas y opten por las opciones de respuesta más fáciles. Los ministerios cristianos esperan que las Naciones Unidas les ayuden a solidificar el apoyo gubernamental por las mejores prácticas de cuidado infantil.
«De la misma manera en que lo hicimos durante la crisis de la epidemia del VIH/Sida, World Vision busca ser un líder en una respuesta global para apoyar a las familias asegurando que los niños puedan permanecer con sus seres queridos», dijo Lisa Bos, directora de relaciones gubernamentales en World Vision Estados Unidos. «Pero nosotros también necesitamos que los líderes del gobierno prioricen a los niños y enfrenten temas como la pérdida de cuidadores en su respuesta a la COVID-19».
Yenny Yang, vicepresidenta senior de abogacía y política en World Relief, dijo que la pandemia ha barrido 20 años en valor de trabajo en la lucha contra la pobreza extrema en todo el mundo. Las naciones más fuertemente golpeadas—incluyendo India y Brasil—están sintiendo la necesidad urgente de responder de manera adecuada a esta crisis.
«Entre más pronto podamos intervenir, tanto mejor seremos capaces de enfrentar las causas fundamentales de los problemas que están causando que la pobreza extrema se incremente», dijo Yang.
Incluso en un tiempo de crisis, aún hay razones más fuertes para apoyar a las familias, sea que esto signifique el cuidado de padres solteros, el cuidado de un familiar en segundo grado, o de la familia extendida como abuelos, primos u otros.
«Las familias son una institución creada por Dios y por medio de las cuales los niños pueden recibir y experimentar apoyo social, emocional y económico», añadió Yang, «de manera que es importante asegurarnos de los niños huérfanos puedan estar con una familia, si ellos son capaces de cuidar de ellos, esto es extremadamente importante».
Tener el cuidado de un miembro de una familia para un niño no solo es algo que está en línea con los principios bíblicos, sino que también hay evidencia de que es la solución más práctica, de acuerdo a Phil Green, uno de los coautores del reporte de The Lancet y un líder de World Without Orphans (Mundo sin orfandad). Hay una variedad de investigación amplia en este tema, dijo él, pero generalmente los datos muestran que el cuidado basado en la familia es la solución más efectiva y eficiente en términos de costos.
«El mito de que construir orfanatos es más barato y que los países no se pueden permitir actuar de otra manera realmente no se sostiene hoy a la luz de la evidencia», dijo Green. «Hoy sabemos lo que funciona. Hagamos una diferencia en las vidas de estos niños; porque los niños son resilientes y ellos pueden avanzar y prosperar mucho mejor dentro de las familias».
Green dijo que su investigación también ha permitido a las organizaciones ver las áreas donde hay una necesidad mayor de ayuda. La mayoría de las muertes de cuidadores han sido de los hombres, privando a muchos niños de la experiencia de tener un padre. La mayoría de los niños impactados por las muertes relacionadas con la COVID-19 (64%) se encuentran en edades entre los 10 y los 17 años.
Estos niños se enfrentan a una creciente vulnerabilidad en las que amenazas como la pobreza, la violencia sexual y otros tipos de explotación están al acecho. Hay un potencial para que los impactos negativos de perder a un cuidador se sigan manifestando en el futuro, pero también hay una oportunidad para que las iglesias actúen ahora para prevenir los daños futuros, dijo Green.
Las organizaciones religiosas que podrían haber estado a cargo de la administración de orfanatos pueden desempeñar un rol de cambio en la tarea de poner a los niños en familias. Los líderes religioso pueden generalmente estar íntimamente integrados en las vidas de las comunidades, según Green, los cual les brinda la oportunidad de identificar de una manera más rápida las necesidades, empoderar a las comunidades y encontrar soluciones frente a los problemas de la niñez de hoy, así como conectar a las personas con los recursos necesarios para la acción y las respuestas de cuidado.
«Estamos viendo que alrededor del mundo las iglesias son un lugar excelente para las tareas de fortalecimiento de las familias», dijo Green.
Esta es la forma en que Bethany Christian Services también ve la situación actual.
«Nosotros tenemos trabajadores sociales sobre el terreno que están caminando al lado de las familias y están proveyéndoles y conectándoles con servicios de manera que ellas puedan verse fortalecidas y empoderadas», dijo Leena Hill, vicepresidenta global de servicios en Bethany.
Con el paso de los años, los trabajadores sociales de Bethany también han aprendido que es importante ayudar a las familias y a los niños de la forma correcta.
Leena dice que la respuesta natural cuando miramos a las estadísticas horrorosas de la COVID-19 es querer hacer algo: cualquier cosa. Y eso es bueno, pero es importante también respetar y fortalecer las comunidades que necesitan esa ayuda.
«Frecuentemente la solución se encuentra disponible dentro de las comunidades mismas», dijo ella. «De manera más común a lo esperado, estos niños (los que han quedado huérfanos, están viviendo con un familiar que los cuida».
La gran necesidad que enfrentan los niños huérfanos podría enviarnos de vuelta el viejo modelo de los orfanatos, pero Hill espera que las personas piensen ahora en cómo pueden ayudar a los niños a encontrar soluciones dentro de sus comunidades o trabajar en apoyo de las soluciones locales que ya se encuentran en marcha.
Podría ser, dice ella, un momento realmente crítico y de cambio para los cristianos.
«Qué oportunidad tan impresionante», dice Leena, «para demostrar de forma más poderosa el amor de Cristo respondiendo en la forma correcta a estas grandes necesidades».
Las cifras de orfandad en América Latina
Al igual que en los demás países del mundo, las naciones latinoamericanas no se han quedado sin enfrentarse a la dura realidad de las muertes de cuidadores en las familias. Siguiendo los informes provistos por la revista The Lancet, los países latinoamericanos que se incluyen a continuación hacen parte de la lista de un grupo de diez países en los que la tasa de orfandad está por encima de 1 (1 de cada mil niños en condiciones de orfandad). Esta lista incluye a:
- Perú, con 1 niño por cada 1000, con un total de 98.975 niños en estado de orfandad.
- México, con 3,5 niños por cada 1000, con un total de 141.132 niños en estado de orfandad.
- Brasil, con 2.4 niños por cada 1000, con un total de 130363 niños en estado de orfandad.
- Colombia, con 2,3 niños por cada 1000, totalizando cerca de 50.000 niños sin un adulto cuidador.
Las cifras se contrastaron gracias a una investigación realizada en conjunto con las universidades de Harvard, el Imperial College de Londres, la Universidad de Oxford, el University College de Londres y la Universidad de Ciudad del Cabo, e instituciones internacionales como el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se utilizaron métodos desarrollados y validados hace varios años para estimar la cantidad de niños en todo el mundo que habrían quedado huérfanos a causa del sida para pronosticar la cantidad de huérfanos a causa de la crisis sanitaria de la pandemia de la COVID-19.
Es importante señalar que las cifras publicadas por The Lancet corresponden a los estimativos para el mes de agosto de 2021, por lo cual las cifras estimativas para la fecha actual podrían variar de manera considerable e incluir a muchos más niños y niñas en estado de orfandad.
«Por cada dos personas que mueren a causa de la COVID-19, un niño se queda huérfano tras enfrentar la muerte del padre o de la madre, o del abuelo o de la abuela que lo cuidaba y vivía en su casa», explicó Susan Hillis, quien lideró el estudio y es parte del equipo de respuesta COVID-19 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU.
Esta problemática por muerte trae para los niños que se quedan una serie de inconvenientes, no solo económicos, sino también mentales; y según Hillis, pueden durar toda la vida.
Cuando un menor pierde a su cuidador, sea padre, madre o abuelo, tiene mayores probabilidades de sufrir problemas de salud mental, emocional, violencia física y sexual o pobreza familiar. En el peor de los casos, sufre los daños antes mencionados juntos. «Estas experiencias adversas aumentan el riesgo de suicidio, embarazo adolescente, enfermedades infecciosas, incluido el VIH/Sida, y enfermedades crónicas», señaló el equipo de investigación.
¿Por qué los cristianos están abandonando el modelo de cuidado basado en los orfanatos? Una mirada con profundidad
El cambio de visión respecto al cuidado en los orfanatos no es algo nuevo, eso no comenzó con la pandemia, ya en el 2017, la revista Christianity Today indicaba cómo los líderes de organizaciones de ayuda humanitaria habían empezado a dar un cambio en su paradigma sobre los cuidados basados en orfanatos.
En una noche de 2001, una prostituta en Ucrania oriental había abordado a un predicador en busca de dinero a cambio de sexo.
Peter Dudnik, el predicador que fue abordado rechazó la oferta y le dijo a la mujer que él trabajaba para la Iglesia Good News. Ella luego le pidió llevar a su hijo de once años, Sergey, al orfanato de la iglesia.
El ministerio de cuidado de niños huérfanos de Good News era bien conocido. Desde hacía dos años, Dudnik había encontrado cuatro niños en la calle aspirando pegamento en una estación del tren. Good News comenzó a darles comidas, y el número de niños atendidos creció desde 40 a 60, y luego de eso llegó a los cientos.
En una noche lluviosa, varios niños imploraron quedarse dentro de la iglesia. Los trabajadores de la iglesia decidieron dejarlos dormir sobre las mesas de los comedores en los que ellos previamente habían sido atendidos. Y a partir de allí nació y comenzó a crecer el orfanato «Tú serás encontrado».
Sin embargo, con el tiempo, los niños que dejaban el orfanato a la edad de 18 años no tenían un buen desempeño en sus vidas. Sin el apoyo de una familia, ellos caían en las drogas, la prostitución, y el suicidio. La iglesia oró por indicaciones divinas para saber qué hacer, y al pastor le llegaron las palabras escritas en Malaquías 3, 24: «El hará que los padres y los hijos se reconcilien», las cuales fueron una voz nueva de plena inspiración.
Good News comenzó a hacer esfuerzos por fortalecer a las familias biológicas, aceptando a los niños dentro del orfanato solo como una opción de último recurso. La iglesia también se movilizó para remover los derechos de los padres sobre sus hijos abandonados lo cual facilitaría procesos de adopción mucho más. Con el compromiso de la iglesia, las familias de las iglesias y las personas de la ciudad, se lograron adoptar más de cien niños (Dudnik y su esposa, Tamara, adoptaron a Sergey).
Lo que sucedió en la iglesia Good News es solo un microcosmos del cambio mundial que se está experimentando en el tema del cuidado infantil.
Un cambio de mentalidad global
Después de los reportes terribles de los casos de abuso en orfanatos de Rumania en los ochenta y los noventa, los gobiernos en Occidente comenzaron a alejarse de la idea del cuidado institucional de los niños.
«Yo estaba dirigiendo un gran orfanato en Dallas a principios de los noventa», dijo el presidente de Orphan Outreach Mike Douris. «Comenzamos a echar las construcciones abajo, a reducir el tamaño del cuidado residencial, y a expandir el cuidado de acogida familiar y de los servicios basados en la comunidad».
A la fecha, los orfanatos tradicionales se encuentran esencialmente extintos en Estados Unidos. Pero la mayoría de los niños huérfanos no viven en Estados Unidos. Ellos están en países como India (29.6 millones de huérfanos para el 2017), y Nigeria (9.9 millones). Y el cuidado infantil en estas organizaciones, principalmente dirigidos por organizaciones cristianas, ha sido muy lento en el cambio frente a las tendencias mundiales. Únicamente durante los últimos 10 años, el cuidado de organizaciones cristianas de niños huérfanos ha empezado a dar saltos lejos de los modelos tradicionales.
Ucrania había sido el país modelo hasta antes de la guerra. Cuando el país declaró su independencia de Rusia en 1991, las calles estaban invadidas de niños, dijo Nikolai Kuleba, el defensor de los derechos de los niños durante 2017. En el 2008, Kuleba se reunió con los líderes evangélicos, incluyendo Dudnik, para hablar sobre este problema.
«Un día Dios abrió mis ojos», dijo Kuleba. «Tenemos hoy 30.000 iglesias evangélicas en Ucrania y también 30.000 orfanatos».
El grupo se unió en la unión Ucrania Sin Huérfanos en 2010, una organización que moviliza a las iglesias para cuidar de cada niño huérfano del país. La oración de estas iglesias ha sido: Saquemos a los niños de los orfanatos y pongámoslos en familias.
Y aunque ha habido desafíos, Ucrania Sin Huérfanos tuvo un éxito considerable durante la década de los 2010. Más de 10.000 iglesias han participado en los eventos de la organización, y el grupo se ha asociado con más de 100 ONG cristianas. Su influencia ha ayudado a dar reversa al estigma negativo que la adopción tenía en el país.
En ocho años, el número de niños colocados en cuidado familiar de transición creció desde 1200 hasta 13.000. Las adopciones domésticas crecieron en un 60 por ciento. La lista de parejas ucranianas esperando por adoptar un bebé, antes de la guerra, había alcanzado la cifra de más de 1000.
Esta tendencia se correlaciona con la caída en el número de adopciones de niños en Estados Unidos (provenientes de Ucrania), cifra que había alcanzado los 1240 en el 2001 y ha estado cayendo desde entonces. Solo 303 niños ucranianos fueron adoptados en Estados Unidos en 2016. Sin embargo, estas cifras podrían cambiar drásticamente con los actuales eventos que se desarrollan en territorio ucraniano.
Y mientras 1700 niños mayores y niños con necesidades especiales—aquellos cuya adopción es mucho más difícil—todavía se encontraban esperando en los orfanatos y en las casas de cuidado temporal, esa cifra era sorprendentemente inferior de los 30.000 niños que estaban en esta misma condición en el 2011, dijo Ruslan Maliuta, un facilitador internacional de Mundo Sin Huérfanos, un grupo de abogacía que surgió después del éxito de Ucrania Sin Huérfanos. Mundo Sin Huérfanos opera en 27 países, trabajando con las iglesias para colocar a los niños en hogares de cuidado finales, con familias evangélicas.
«Globalmente, nos hemos dado cuenta de que si quieres ver un cambio grande, la Iglesia Evangélica necesita asumir su responsabilidad y enfrentar este tema seriamente», dijo Maliuta.
En el último siglo, las organizaciones cristianas han proliferado en la construcción de orfanatos como una solución rápida para hacer frente a los crecientes números de niños abandonados en las naciones más pobres, donde los gobiernos corruptos e ineficientes eran incapaces de proveer los servicios sociales adecuados. Eso ha dejado a los cristianos hoy como el proveedor dominante del cuidado infantil en gran parte del mundo.
«Lo que fue diseñado como una solución temporal para enfrentar una crisis se convirtió en un problema permanente», dijo Maliuta.
Incluso a principios del siglo XX, en Estados Unidos, «las iglesias tenían un rol de liderazgo en la construcción de orfanatos para cuidar de los niños», dijo Jerry Haag, presidente de la organización de 112 años Hogares para Niños de la Iglesia Bautista de Florida. «Ellos no tenían padres que pudieran cuidar de ellos a través de una era de depresión económica [la Gran Depresión de la década de 1920]».
El descenso de los orfanatos en Estados Unidos, un ejemplo para el mundo
El Movimiento Progresista, liderado por Teddy Roosevelt, se enfocó en la reforma de los orfanatos. Para el año 1920, 40 legislaturas estatales habían aprobado programas para pagar a las madres para que se hicieran cargo de sus niños. Los orfanatos estaban de salida, y el sistema moderno de bienestar estaba en ascenso.
Ahora aproximadamente 100000 niños estadounidenses están esperando para ser adoptados; casi todos ellos en cuidado familiar temporal. Más de 50.000 niños son adoptados por medio de las agencias públicas de bienestar cada año.
Los orfanatos cristianos en Estados Unidos, como el de la Iglesia Bautista de Florida, también se movieron lejos de las construcciones de orfanatos y se enfocaron en las familias, en los hogares de acogida de transición y en la asistencia a las familias pobres.
«En nuestro caso, los orfanatos cerraron en los 50», dijo Haag. Ahora los hogares residenciales de la iglesia lucen más como casas de cuidado familiar, cada una con hasta ocho niños máximo. Los programas de la Iglesia se han expandido: ahora avanzan a un paso de 1000 niños en cuidado de transición cada año, y sus voluntarios son enviados cada semana a las casas con maletas llenas de alimentos para más de 1000 niños de escasos recursos en edad escolar.
Ese tipo de apoyo es exactamente lo que se necesita para impactar a los niños huérfanos y a los que podrían quedar en estado de orfandad, dicen los expertos. Porque mientras las Naciones Unidas señalan que hay 140 millones de niños huérfanos en todo el mundo, solamente el 10 por ciento de ellos ha perdido a ambos padres.
De acuerdo a Mundo Sin Huérfanos, los huérfanos fueron históricamente definidos por la pérdida de ambos padres, usualmente por causa de muerte. UNICEF eventualmente amplió la definición para incluir a los niños que habían perdido a uno de sus padres, una definición que parece encontrar una base de apoyo en la Biblia, la cual usa la palabra «huérfano» y «sin padre» de manera indistinta.
Los padres abandonan a sus hijos por razones desgarradoras, desde la guerra hasta el hambre o hasta esperar que los recursos que un orfanato tienen le puedan proveer una mejor vida a los menores de edad.
«El cuidado institucional no debería ser una forma de ayudar a las familias que no tienen los medios para proveer cuidado a sus hijos», dijo David Nowell, presidente de un orfanato residencial en Brasil llamado Esperanza Ilimitada. Pero en Haití, India y Etiopía, dice él, los padres saben que la mejor comida y educación se pueden encontrar en las instituciones cristianas. En estos lugares, apoyar a las familiares es especialmente importante y efectivo, dijo él.
Cambiar el enfoque cristiano global desde los orfanatos hasta la adopción es un proceso lento. «Cuando me reúno con alguien y digo que estoy trabajando con el movimiento de los niños huérfanos, la gente asume que estoy construyendo, administrando o apoyando orfanatos», dijo Maliuta. «Es algo que ocurre de modo muy frecuente».
Pero el cambio es algo importante, dijo él.
La Biblia deja claro que los cristianos deben cuidar a los huérfanos, y que «la mejor manera de hacerlo es asegurarnos de proveer apoyo a las familias», esencialmente llevando a los niños desde la situación de «huérfanos» a la condición de «hijos e hijas», añadió Maliuta.
Nota: Para la redacción de este artículo, se ha recopilado información de artículos de El Universo y dos artículos de Christianity Today: Why Christians Are Abandoning the Orphanage y Christian Ministries: Say No to Orphanages.