El día de Año Nuevo, una turba de 500 personas se reunió en el pueblo de Gorra, una pequeña comunidad del estado de Chhattisgarh, en el centro de la India, y pidió a los cristianos del pueblo que se presentaran. Cuando llegaron unas 15 personas, el grupo, formado por extremistas hindúes, lanzó un ataque contra ellos.
Aytu Ram Dhruw, un cristiano de unos 20 años que vive en la zona, fue informado del ataque por un amigo que estaba herido y necesitaba atención médica.
“Una veintena de personas acudimos rápidamente al pueblo para llevarlos al hospital y nos encontramos con la turba al entrar en el pueblo. La turba nos atrapó y empezó a agredirnos”, relató Dhruw.
Aunque la mayoría de los jóvenes pudieron huir de la turba, el padre de Dhruw, Bahadur, y otras tres personas fueron perseguidos por los agresores.
“Golpearon a mi padre y a otros tres con palos, piernas, puños, ladrillos y piedras hasta que todos cayeron inconscientes”, relató Dhruw.
Aunque Dhruw y sus amigos consiguieron que las víctimas recibieran tratamiento médico, tuvieron que dar de alta al padre de Dhruw del hospital esa misma noche, ya que dos de los atacantes lo reconocieron y amenazaron con volver con la turba.
“No hemos vuelto a nuestro pueblo desde ese día”, dijo Dhurw.
El ataque a los cristianos de Gorra no es un hecho aislado
En las últimas semanas se han producido una serie de ataques coordinados contra cristianos tribales en el estado de Chhattisgarh, en el centro de India, que han dejado sin hogar y traumatizadas a casi 1 500 personas. Los residentes hindúes de la división de Bastar del estado, de ideología nacionalista, han expulsado a los cristianos de sus hogares y han destrozado y destruido sus casas e iglesias, indignados por la negativa de estos residentes a renunciar a su fe.
“Acusándonos de seguir una religión extranjera y de abandonar la cultura tribal, nos dieron a elegir entre retractarnos de nuestra fe o abandonar nuestras casas y nuestro pueblo, para no volver jamás”, declaró Dhruw.
Las comunidades tribales de la India llevan siglos sufriendo discriminación y marginación, y la situación es aún peor para los cristianos étnicos, que además son condenados al ostracismo.
El Foro Cristiano de Chhattisgarh (CCF) ha registrado casi 400 casos de violencia contra cristianos en los últimos tres años. Incluso antes de la reciente escalada de violencia, un informe de 2021 de la Comisión de Libertad Religiosa de la Fraternidad Evangélica de la India (EFI) revelaba que Chhattisgarh ocupaba el segundo lugar en número de incidentes de persecución contra cristianos, seguido de cerca por Uttar Pradesh, que es el estado más poblado del país.
En la región de Bastar, grupos del nacionalismo hindú organizaron mahapanchayats (reuniones de consejos regionales) en noviembre y empezaron a aplicar medidas destinadas a expulsar a los cristianos de sus comunidades. Los consejos prohibieron a los cristianos practicar su religión en sus propias casas, impidieron a los pastores visitar a las familias cristianas del pueblo y prohibieron a los creyentes locales celebrar rituales como bodas o funerales en el pueblo. También se impidió a los cristianos realizar actividades económicas como comprar o vender bienes y trabajar.
“Estas reuniones se celebraban de vez en cuando en todos los pueblos, y nos presionaban [a los cristianos tribales] para que nos retractáramos de nuestra fe”, afirma Dhruw. “Les decíamos que estamos en el ‘Camino Correcto’ y que no podemos abandonarlo; nuestras vidas han cambiado. Pero se negaron a escuchar, y en noviembre empezaron a agredir a los cristianos en varios pueblos”.
En las últimas semanas, los cristianos han sido convocados ante los consejos de los pueblos y se les ha dado el ultimátum de renunciar a su fe o abandonar el pueblo.
“Algunos cedieron a la presión y renunciaron a su fe cristiana, mientras que los que no lo hicieron fueron agredidos y obligados a abandonar la aldea inmediatamente”, explica Salim Hakku, pastor en el distrito de Bastar.
El calendario de estas expulsiones ha provocado que quienes se han visto obligados a huir tengan que soportar un frío inclemente. Han tenido que depender del gobierno para refugiarse y de organizaciones cristianas para cubrir necesidades como alimentos, ropa y suministros básicos. Además, por consejo de la policía, muchos cristianos han tenido que renunciar a las reuniones de Navidad y Año Nuevo.
“Se denunciaron varios casos a la policía una y otra vez. No tomaron ninguna medida, lo que ha dado lugar a la serie de ataques contra la comunidad cristiana”, declaró el presidente del CCF, Arun Pannalal, en una rueda de prensa celebrada el 4 de enero. “La policía no sólo ha desatendido nuestras denuncias, sino que ha alentado a los agresores, y tenemos pruebas de ello”.
La violencia contra los cristianos se está presentando principalmente como un acto de represalia de tribales no cristianos contra sus homólogos cristianos, sin embargo, las autoridades reconocen que los ataques parecen estar orquestados por forasteros. La comunidad local culpa al Partido Bharatiya Janata (BJP) del primer ministro Narendra Modi y a la organización extremista hindú Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS) de incitar a los ataques. Dos dirigentes locales del BJP han sido detenidos en relación con diversos incidentes de violencia contra la comunidad cristiana.
“Aunque estos actos se interpretan como ataques aislados, en realidad son intentos orquestados para difamar a la comunidad cristiana. Se entiende que es la continuación de una serie de ataques contra los cristianos en el estado de Chhattisgarh en los últimos años”, afirmó Asir Ebenezer, secretario general del Consejo Nacional de Iglesias de India, en un comunicado. “El aumento de la violencia contra los cristianos en toda India, especialmente entre los sectores económicamente más débiles de la sociedad, pone al descubierto la persecución destinada a limpiar de todos los espacios a una comunidad religiosa concreta”.
La Fraternidad Evangélica de la India (EFI) entregó personalmente una carta a Bhupesh Baghel, ministro principal de Chhattisgarh, justo antes de Navidad. Tras la reunión, Baghel declaró en Twitter que el gobierno había tomado medidas y que nadie está por encima de la ley.
Sin embargo, los líderes cristianos sostienen que, a pesar de la actuación del gobierno, sigue siendo necesaria más ayuda, ya que los ataques continúan.
“El gobierno debe demostrar voluntad política para proteger el tejido social del estado e intervenir para poner fin a la violencia contra los tribales cristianos de Bastar”, ha declarado Pannalal.
Conversiones forzadas
A lo largo de este periodo de violencia, los cristianos han denunciado múltiples casos de conversiones forzadas en Chhattisgarh. Por ejemplo, en diciembre, los extremistas hindúes habrían tirado las Biblias de casi dos docenas de cristianos en la aldea de Madamnar y realizado rituales de purificación hindúes a miembros de la comunidad, según un líder cristiano.
Los nacionalistas hindúes de derechas se refieren a la conversión masiva de musulmanes, cristianos, budistas u otras confesiones al hinduismo como “vuelta al hogar” o “ghar wapsi” en hindi. Según la Hindutva (ideología política hindú de derecha), todos los indios o sus antepasados eran originalmente hindúes, por lo que volver a la fe hindú no es una conversión sino una “vuelta a casa” o un retorno a su religión ancestral.
La comunidad conocida como tribales o adivasi [literalmente, primeros habitantes] no se identifica como hindú. Sin embargo, con el tiempo, los nacionalistas de derechas se han ido infiltrando en estas comunidades con dos objetivos principales. En primer lugar, intentan hinduizar a los tribales mezclando las prácticas religiosas tribales con el hinduismo y convenciéndoles de que, para empezar, son hindúes. En segundo lugar, trabajan para oponerse a los tribales cristianos y a las misiones cristianas en las comunidades étnicas incitando a los tribales no cristianos contra ellos.
Los nacionalistas hindúes de derechas han estado diciendo a los tribales que, para preservar su cultura étnica de la influencia cristiana y extranjera, deben impedir que el cristianismo se extienda en sus comunidades y convertir a los cristianos conversos de nuevo al hinduismo.
La semana pasada, los aldeanos de Kalepal interrumpieron el funeral de una mujer cristiana étnica y no permitieron que la familia celebrara sus últimos ritos a menos que renunciaran a su fe cristiana y llevaran a cabo los rituales según las tradiciones hindúes. A pesar del apoyo de toda la comunidad cristiana tribal, la familia acabó cediendo.
Después, sus vecinos hindúes llevaron a cabo rituales de purificación en la familia y en el cuerpo de la difunta y procedieron a la cremación, que es una práctica funeraria tradicional entre los hindúes.
El pastor local Samson Baghel ha sido testigo de cómo nueve familias de su comunidad eran víctimas del ghar wapsi (regreso a casa) tras sufrir torturas físicas, mentales y sociales, y ha visto de primera mano cómo los hindúes radicales llevan a cabo su estrategia de conversión.
“En un principio se dirigen a las familias cristianas que tienen muchos miembros no cristianos. Entonces empiezan a ejercer una presión organizada de todos los miembros de la familia por un lado y de los aldeanos locales por otro”, explica. “Si la familia cristiana sigue sin ceder, utilizan técnicas como la agresión física, el ostracismo, la violación de sus propiedades, casas o tierras y, si eso tampoco funciona, aprovechan oportunidades como la muerte de un ser querido para dejar a la familia sin más opción que ceder”.
Con información de Christianity Today