En el año 2002 la revista Christian History publicó su número 76. Esta edición está dedicada a mostrar la cara cristiana en la revolución científica, más específicamente la surgida a partir del Renacimiento y del siglo XVII. La portada de la revista usa una pintura del famoso artista holandés Johannes Vermeer, uno de los pintores más importantes del siglo XVI en Holanda.
En un tiempo de progreso, la representación de científicos era un tema popular en la pintura holandesa del siglo XVII.
La obra fue creada alrededor del año 1668, y representa a un hombre cuya profesión, al parecer, es astrónomo, ya que se le puede ver apuntando a una zona de un globo celeste, una versión de Jodocus Hondius que muestra el cielo del norte con las constelaciones Ursa Major, Hércules, Draco, Libra y Lyra. El globo está sobre una mesa y parece que el protagonista está a punto de hacer girar el globo con el dedo medio de su mano derecha, con el pulgar listo para disminuir o detener la rotación. Los elementos en la mesa son ejemplos de la profesión del astrónomo, como el libro de geografía titulado Institutiones Astronomicae Geographicae de Adriaan Metius abierto en el capítulo III, una sección que aconseja al astrónomo buscar “inspiración de Dios”.
Lo interesante del cuadro no sólo es su valor artístico, sino la posible relación que existe entre la fe del pintor y la del posible modelo. Al respecto la misma revista Christian History dijo lo siguiente:
Nuestra imagen de portada es El astrónomo, pintado por el maestro holandés Johannes Vermeer Van Delft (1632-1675). Después de que Raymond Whitlock, nuestro director de arte, eligiera la imagen, estaba encantado de descubrir una probable conexión con uno de los científicos que aparecen en este número.
Tanto esta pintura como su compañera, El geógrafo, muestran un conocimiento sofisticado de los libros e instrumentos científicos. Por lo tanto, los historiadores del arte creen que Vermeer consultó con un científico, probablemente el joven que modeló para ambas pinturas, mientras pintaba.
El artículo continúa después del anuncioEl candidato más probable es el microscopista holandés Anton van Leeuwenhoek. Leeuwenhoek nació en Delft el mismo año que Vermeer. Compartían una fascinación por la ciencia y la óptica, y sus familias se dedicaban al comercio textil. En 1668, Leeuwenhoek habría tenido 36 años, plausiblemente la edad del modelo. Los rasgos físicos del modelo recuerdan a los de un retrato de Leeuwenhoek realizado en 1686 por el artista de Delft Jan Verkolje (1650-1693). En 1676, el científico fue nombrado fideicomisario de la herencia de Vermeer.
Dos detalles sugieren además una conexión cristiana. El primero es la pintura en la pared, que representa El hallazgo de Moisés. Esto sugiere una interpretación espiritual de un segundo detalle, la postura del astrónomo, quien, al alcanzar su globo celeste, puede pensarse que busca guía espiritual.
Como se aludió anteriormente, la obra de Vermeer también incluye una obra hermana titulada El geógrafo, que data de un tiempo posterior. Se cree que son el mismo hombre, obviamente Leeuwenhoek. Según un estudio de 2017, el lienzo utilizado en las pinturas estaba hecho del mismo material, lo que confirma su estrecha relación.
Esta obra ocupa un lugar especial en la obra de Vermeer, ya que de sus alrededor de 37 pinturas que llegaron hasta nosotros, sólo estas dos (El astrónomo y El geógrafo) representan a un hombre soltero.
El cuadro (El astrónomo) pertenece a la colección del Louvre de París desde 1983 y se puede ver en la exposición permanente del museo.
Anton van Leeuwenhoek (el modelo)
Anton van Leeuwenhoek es conocido como el padre de la microbiología, pero no solo eso, sino que además fue un importante comerciante. Es hoy reconocido por ser el primer occidental en realizar observaciones a través de microscopios y de paso hacer importantes descubrimientos. Al ser un comerciante, probablemente tuvo la habilidad de perfeccionar los microscopios y darles un uso más popular. Actualmente se considera que Anton van Leeuwenhoek fue el precursor de la biología experimental, la biología celular y la microbiología. En el proceso descubrió los microorganismos unicelulares y muchas bacterias. También fue el primero en medir con detalle los glóbulos rojos y blancos, los espermatozoides, las fibras nerviosas y mucho más.
Pero un dato que no puede pasarse por alto es que Anton van Leeuwenhoek creía que esa perfección que observaba en estos diminutos organismos se debía a que éstos habían sido creados por Dios.
Johannes Vermeer (el artista)
Por otro lado, Johannes Vermeer van Delft, el pintor, es uno de los pintores más reconocidos del arte barroco neerlandés. Vermeer vivió durante la conocida Edad de Oro neerlandesa, cuando las Provincias Unidas de los Países Bajos vivían un gran florecimiento económico, político y cultural.
Aunque son pocas las obras de Vermeer que se conservan hoy, es considerado como uno de los pintores más influyentes de su tiempo. Muchas de sus pinturas hacen un juego muy ingenioso de luz y sombra, y quizá una de sus características más reconocibles es la del protagonista de la pintura de cara a la ventana. Sus obras son un reflejo de la vida cotidiana e íntima de la Holanda de su tiempo.
Tanto Leeuwenhoek como Vermeer vivieron juntos en la Holanda reformada del siglo XVII. Al pertenecer juntos a la Iglesia Reformada Holandesa, es muy probable qué sus puntos de encuentro hubieran ido mucho más allá de la ciencia y del arte.
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