Mientras que el 2019 fue un año muy fructífero para la arqueología bíblica, el 2020 ha presentado desafíos singulares en medio de la pandemia global que ha pausado todas las excavaciones en los sitios sagrados.
La arqueología bíblica es una disciplina que se ha hecho muy popular en años recientes, y con tantos nuevos descubrimientos que son anunciados constantemente, hoy existen muchas más razones para prestar atención a los avances y hallazgos que permiten confirmar los relatos bíblicos.
Poder confirmar aspectos de la historia bíblica por medio de la arqueología no es algo trivial desde una perspectiva cristiana, pues la Biblia se constituye desde sus inicios como fuente de autoridad y referente obligado al momento de configurar lo que todo cristiano cree.
Así que en materia de arqueología bíblica, todo cuenta. Desde paredes del tamaño de Goliat hasta impresiones de sellos de arcilla del tamaño de una uña, los descubrimientos arqueológicos anunciados en años recientes han continuado agregando contexto a nuestra comprensión de la Biblia.
Creer o no creer siempre será algo fundado en una decisión de fe, pero esto no implica que los estudios científicos, los análisis históricos y la investigación puedan otorgar un contexto y una base racional que apoye la perspectiva del creyente. Por esto es que la arqueología bíblica resulta tan importante.
Los arqueólogos y eruditos de la Biblia se resisten a la idea de que la arqueología prueba la Biblia. Pero muchas de las historias de los principales medios de comunicación que anunciaban estos descubrimientos reconocían que la Biblia tenía razón desde el principio o después de todo en estos casos. La declaración del arqueólogo Nelson Glueck de que “ningún descubrimiento arqueológico ha controvertido jamás una referencia bíblica” sigue en pie.
Son muchos los hallazgos que se han realizado durante los años recientes. Sin embargo, gran parte de la actividad de excavación e investigación se ha detenido en el 2020 debido a la pandemia del Covid-19. Por este motivo, el actual momento puede resultar propicio para recapitular y poner en contexto los grandes logros que los arqueólogos lograron durante el 2019.
La presente reseña tiene como fin resaltar los hallazgos arqueológicos que tuvieron mayor resonancia en los medios de comunicación y establecer un ranking tentativo de acuerdo a una ponderación hecha por el diario Christianity Today. Es posible que los descubrimientos más importantes de la arqueología bíblica realizados en 2019 no se conozcan por varios años, hasta que todo el trabajo de 2019 se haga público en publicaciones científicas revisadas por pares, pero en todo caso confiamos en que la presente guía sirva como un material de referencia para todos aquellos que se interesan en el debate sobre la confiabilidad de los textos bíblicos y el contexto histórico en el que estos fueron escritos.
Los mayores hallazgos en arqueología bíblica en 2019:
10) Los filisteos tenían ascendencia europea
El ADN extraído de esqueletos excavados de entierros en la ciudad filistea de Ashkelon en el Israel moderno mostró que estos tenían ascendencia europea. Esto confirma lo que se ha creído durante mucho tiempo y lo que dice la Biblia sobre los filisteos. Jeremías 47:4 y Amós 9:7 conectan a los filisteos con la isla de Caftor, que ha sido identificada como Creta, el hogar de la civilización minoica. El registro de ADN muestra que los filisteos se mezclaron rápidamente con la población local, diluyendo la carga genética europea.
9) Génesis estaba en lo cierto sobre los edomitas
Los arqueólogos que estudian los depósitos de restos de cobre de Timna en Israel y Faynan en Jordania (dos sitios al sur del Mar Muerto) encontraron que los edomitas usaron técnicas avanzadas y estandarizadas hace más de 3.000 años para extraer cobre. A la luz de este descubrimiento, concluyeron que el reino edomita se formó a mediados del siglo XI a.C., unos 300 años antes de lo que se pensaba. Génesis 36:31 dice que había reyes en Edom antes de que hubiera reyes israelitas.
8) El cuerno de un altar
La excavación de 2019 en Tel Shiloh, el sitio donde estuvo el tabernáculo israelita durante varios siglos, mostró lo que parece ser la esquina de un altar. El descubrimiento ilustra el relato de 1 Reyes 2:28: Joab "huyó a la tienda del Señor y se apoderó de los cuernos del altar".
7) Muro de Goliat en Gat
La excavación de 2019 en Tel es-Safi (la ciudad filistea de Gat) alcanzó una capa que data del siglo XI a.C., época del rey David. Los muros de esta capa tienen 13 pies de espesor, el doble del grosor de los muros excavados previamente en los siglos X y IX. El arqueólogo Aren Maier lo llamó la "capa de Goliat", en honor al residente más famoso de la ciudad de la época.
6) Mosaico de panes y peces
Los arqueólogos descubrieron un mosaico en las ruinas de una iglesia bizantina, construida alrededor del año 450 d.C. en la ciudad de Decápolis de Hippos Sussita, Israel. La iglesia, que domina la costa oriental del mar de Galilea, fue destruida por los invasores en el 614 d.C. Esta imagen de Jesús alimentando a los 5.000, que se encuentra en un lugar inesperado, puede tener algo que decir sobre el paraje donde tuvo lugar ese milagro. El sitio tradicional en donde se cree que sucedió el milagro de la alimentación de los 5.000 está un poco más al norte.
5) Un sello "Perteneciente a Ga'alyahu, hijo de Immer"
Cuando se reabrió el Proyecto Tamizado del Monte del Templo en una nueva ubicación en Jerusalén, los investigadores anunciaron el descubrimiento de una impresión de sello de arcilla, identificándola como “la primera inscripción hebrea antigua legible encontrada en el Monte del Templo”. La familia sacerdotal de Immer sirvió en el templo (1 Crónicas 24:14). Pasur, hijo de Immer, es llamado el oficial principal en el templo de Yahweh, cuando mandó golpear a Jeremías y ponerlo en el cepo (Jeremías 20:1-2).
4) Un sello "Perteneciente a Adonías, mayordomo real"
Otro sello, descubierto recientemente, fue encontrado en material tamizado tomado de debajo del Arco de Robinson en la esquina suroeste del Monte del Templo en 2013. Se ha fechado el sello en el siglo VII a.C. El sello lleva la inscripción de Adonías. Tres hombres en el Antiguo Testamento se llaman Adonías, incluido un hijo del rey David. Pero ninguno de ellos vivió en el siglo VII, por lo que este es de un cuarto Adonías. El cargo de mayordomo real se conoce por varios textos bíblicos.
3) Un sello de "Natan-Melech, siervo del rey"
Este sello con la marca de "Siervo del rey" se encontró en la excavación del estacionamiento de Givati, la excavación en curso más grande en Jerusalén (desde 2007). Los arqueólogos lo recuperaron de las ruinas de un edificio que probablemente fue derribado durante la destrucción babilónica de Jerusalén en el 586 a.C. En 2 Reyes 23:11, Natán-Melec se describe como un oficial en la corte del rey Josías. La frase "Siervo del Rey" aparece a menudo en la Biblia y en varios sellos.
2) La ciudad Quiriat Yearim identificada como Emaús
En la historia de Jesús y los dos discípulos en el camino a Emaús en Lucas 24:13-34, la ubicación de Emaús se describe como 60 estadios romanos de Jerusalén, lo que se traduce en siete millas. Durante siglos, los estudiosos han tratado de precisar la ubicación de Emaús. Se han propuesto sitios a varias distancias al oeste de Jerusalén, pero sin evidencia arqueológica.
El arqueólogo israelí Israel Finkelstein, conocido como un minimalista bíblico y crítico de la Biblia, ofreció esta nueva identificación basada en las fortificaciones de la era helenística que su excavación descubrió en Quiriat Yearim. Señala que hay dos listas de ciudades fortificadas helenísticas alrededor de Jerusalén (del antiguo historiador Josefo y en 1 Macabeos 9:50). Ambas incluyen a Emaús. Quiriat Yearim está a siete millas de Jerusalén.
Quiriat Yearim se menciona en numerosas ocasiones en el Antiguo Testamento, siendo la más famosa en la que se le describe como el lugar donde se guardaba el Arca del pacto (1 Samuel 7:1-2) antes de que el rey David la trasladara a Jerusalén (1 Crónicas 13:5-6); (2 Crónicas 1:4).
1) Se descubre el camino de peregrinación hacia Jerusalén
Cuando los arqueólogos descubrieron el estanque de Siloé de la era del Nuevo Testamento (Juan 9:7) en 2004 durante un proyecto de reparación de alcantarillado, también descubrieron el extremo inferior de la calle del siglo I que conducía al Monte del Templo. Desde entonces, se ha trabajado para excavar la calle para que los peregrinos judíos y cristianos de hoy puedan caminar por el mismo camino que recorrían los peregrinos judíos y cristianos en el siglo I.
Esta calle subterránea aún no es del todo accesible, pero una ceremonia que abrió parte de la calle el verano pasado atrajo al embajador de Estados Unidos, entre otros dignatarios.
El trabajo arqueológico en el área de la ciudad de David, la parte más antigua de Jerusalén, es de gran interés tanto para cristianos como para judíos, pero también es controvertido. Muchos de los residentes son árabes palestinos y, a pesar de los esfuerzos de los ingenieros arqueológicos, algunos se han quejado de que sus casas se están arruinando debido a las excavaciones que se realizan bajo tierra.
La arqueología bíblica en el 2020
A pesar de que se hicieron grandes avances en arqueología bíblica en el 2019, el 2020 parece no ser un año tan prometedor en esta materia. Dale Manor, arqueólogo de la Universidad Harding, tenía un plan para 2020: desenterrar un antiguo santuario cananeo en las tierras bajas de Judá, a unas 20 millas al oeste de Jerusalén. Como muchos de los planes para 2020, este fue interrumpido por una pandemia global.
Así que ahora el profesor emérito de arqueología y Biblia de la Universidad Harding en Arkansas tiene un plan para 2021: desenterrar ese santuario cananeo en Beth Shemesh, la ciudad donde los filisteos devolvieron el Arca de la Alianza capturada a Israel en 1 Samuel 6.
Hay algunos inconvenientes que vienen al suspender una excavación, dijo Manor a Christianity Today. “Existe un mayor riesgo de deterioro del sitio, tanto por los elementos como por la posibilidad de saqueo”, dijo.
Sin embargo, la pausa no pudo evitarse. Por lo que Manor y los demás arqueólogos deberán esperar para poder reanudar las excavaciones. Para los arqueólogos bíblicos, el 2020 será recordado como el verano sin excavaciones. La mayoría de los proyectos se detuvieron cuando se propagó el coronavirus y se suspendieron los viajes internacionales.
Hubo algunas excepciones. Un equipo israelí hizo aproximadamente un mes de trabajo en Tel Azekah, el lugar del enfrentamiento entre David y Goliat (1 Samuel 17:1) y en un sitio babilónico descrito en Jeremías 34:7.
Manor y otros arqueólogos dijeron que utilizaran este este tiempo de pausa para ponerse al día con su análisis de artefactos y escritura, mientras mantienen la esperanza de que el trabajo de excavación pueda reanudarse el próximo año. La arqueología no se detuvo, dijeron, aunque sí lo hizo la excavación.
Por ahora, las ciudades y sitios bíblicos aguardan en Tierra Santa, con sus tesoros a la espera de ser revelados.
Así que mientras 2019 fue un gran año para la arqueología bíblica, el 2020 será un año de descanso en esta materia, tal vez para una pausa en la que en lugar de recolectar información y artefactos históricos que confirman mucho de lo que se dice en la Biblia, podamos reflexionar en lo que significan estas pruebas para nosotros y cómo podemos aprender a valorar aún más el mundo bíblico, comprendiendo la fortuna que tenemos de valorarlo con una perspectiva del siglo XXI.
Con información de Christianity Today.
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