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Cuando se piensa en el mundo hispanohablante, viene a la mente una gran variedad y diversidad de culturas conectadas por el mismo idioma. España y América Latina conforman una verdadera unidad en medio de esta diversidad cultural. Pero pocas veces se piensa en África cuando se piensa en la lengua castellana. Guinea Ecuatorial es el único país africano que tiene al español como lengua oficial, y está unido al mundo hispanohablante por más cosas que solo el idioma. Sin embargo, muy poco conoce la iglesia latina acerca de sus hermanos africanos.
Breve reseña histórica
Guinea Ecuatorial es un país en África Central, sobre la costa del mar atlántico. Aunque el territorio tiene una historia larga y rica, el país como tal es relativamente joven. Durante la expansión colonial europea de los siglos XV y XVI, los navegantes portugueses fueron los primeros europeos en el Golfo de Guinea. Pero como el principal objetivo de estos era rodear África para llegar hasta la India, realmente nunca se adentraron en el continente. Se limitaron a crear puertos en las islas y a lo largo de las costas.
En 1778, Portugal le cedió a España sus supuestos derechos sobre la isla de Fernando Poo y la franja costera que va desde el río Níger (Nigeria) hasta el río Ogooué (Gabón). Pero en la práctica, el golfo era constantemente navegado por barcos de muchos otros países europeos. La zona era escenario de un enorme comercio de esclavos, que vinculó tristemente la historia de África, América y Europa para siempre. La Corona española nunca prestó demasiada atención a estos territorios recientemente adquiridos, permitiendo que comerciantes y misioneros ingleses se asentaran en el lugar. Finalmente, hacia 1858, España intentó establecer su influencia y “culturizar” a los habitantes autóctonos, para que adoptaran la fe y las costumbres católico-españolas.
Los misioneros jesuitas fueron los principales encargados de contrarrestar la influencia inglesa en la isla de Fernando Poo, mientras también intentaban asentarse en la parte continental del territorio. Cuando los Jesuitas cayeron en desgracia, los misioneros claretianos tomaron el poder en la colonia, utilizando métodos de evangelización bastante más duros contra las diferentes tribus autóctonas.
En la Conferencia de París de 1900, las potencias europeas se repartieron el continente africano y España resultó como gran perdedor. Se quedó con apenas una pequeña porción del territorio que Portugal le había cedido anteriormente. Desde entonces comenzó un doloroso período de imposición cultural y explotación comercial, que condujo a constantes enfrentamientos entre nativos y colonizadores. En las plantaciones y comercio de cacao, aceite de palma, café y madera, se utilizó mano de obra esclava o precarizada, agudizando el malestar social. Gracias a esta explotación, Guinea se convirtió en una gran fuente de riquezas para la economía española, que ya no contaba con sus antiguas colonias americanas.
Luego de la segunda guerra mundial, se vivió un proceso de descolonización de África. En la Guinea Española empezaron a gestarse diferentes propuestas de independencia, hasta que finalmente, bajo la presión internacional y los movimientos sociales internos, España concedió la independencia a sus posesiones en el Golfo de Guinea. El 12 de Octubre de 1968, los territorios de Río Muni, la isla de Fernando Poo y las demás islas aledañas, conformaron el nuevo estado de Guinea Ecuatorial, bajo la presidencia de Francisco Macías Nguema. Pero la alegría duró meses apenas. Los años de explotación colonial fueron seguidos por 11 años de dictadura, donde reinó el terror. Las torturas, masacres, persecución y nuevas formas de esclavitud se hicieron corrientes en el reciente Estado. También en esta época, se promovió un fuerte sentimiento anti-español, prohibiendo la lengua castellana, la religión cristiana y cualquier otro rasgo cultural europeo.
En 1979, el propio sobrino del entonces presidente encabezó un golpe de estado. El dictador Francisco Macías fue fusilado y su sobrino tomó su lugar. Teodoro Obiang Nguema inició un gobierno igualmente dictatorial, aunque menos cruel. El país había sobrevivido a una década de terror y corrupción, pero había quedado en la miseria casi absoluta. El país recibió continua ayuda internacional, hasta que en 1995 la economía del país cambió rotundamente. El descubrimiento de petróleo en sus límites marítimos significó el crecimiento exponencial de su economía. Pero toda la inversión y ganancias que han llegado al país, por más de dos décadas, nunca se ha trasladado a la calidad de vida de los ciudadanos. La riqueza petrolera ha sido, en realidad, una verdadera maldición.
Datos generales
El país tiene alrededor de 28.000 km2, más o menos el tamaño de Haití o El Salvador. El territorio continental es conocido tradicionalmente como Río Muni, donde se encuentra la ciudad portuaria de Bata, la más habitada del país. La mayor de las islas se llama Bioko (anteriormente Fernando Poo), donde se encuentra la actual capital del país: Malabo. Luego se suman las islas de Annobón, Corisco, Elobey Grande y Elobey Chico.
Según el censo de 2015, la población era de 1.225.377 habitantes 1, de los cuales un 76% vive en las ciudades de Bata y Malabo, además de otros asentamientos urbanos. El restante 24% se distribuye en zonas rurales del interior, donde predomina la actividad agrícola y ganadera de subsistencia. La población está repartida en diferentes etnias y clanes, pero de forma general se pueden reconocer cuatro grupos principales: Fang, Bubi, Ndowe y Ámbös.
El grupo mayoritario es el pueblo Fang, que habita gran parte del territorio continental y ha estado migrado hacia la isla de Bioko durante las últimas décadas. Sobre la costa sur del continente se encuentran los Ndowe, quienes también habitan las pequeñas islas cercanas a la costa. Por su parte, los Bubi son originarios de la isla de Bioko, donde se encuentra la capital del país. Por último, en la distante isla de Annobón habitan los Ámbös, o simplemente annoboneses. Estos grupos étnicos cuentan con sus propias costumbres e idiomas, que se subdivide en dialectos a lo largo de los diferentes clanes.
En cuanto a grupos de edad en la población total, casi el 40% no supera los 15 años, mientras que la edad promedio de vida es de 58 años, según datos del Banco Mundial 2. Es una población muy joven, que se renueva gracias a la alta tasa de fertilidad: 4.6 hijos por cada mujer adulta, lo que pronostica un veloz crecimiento, en la medida que los servicios de salud mejoren la calidad de vida.
Gracias a la riqueza producida por la explotación del petróleo, se esperaba inversiones y mejoras en la educación y salud. Pero en su lugar, grandes obras faraónicas se han estado construyendo con el dinero del Estado, obras de dudosa utilidad y con precios inflados. Muy poco se ha reflejado en el bolsillo de la gente común, debido a la alta corrupción y malversación de los fondos públicos. El país sufre de pobreza y una fuerte desigualdad social, a pesar de la abundancia producida por el petróleo.
El Índice de Desarrollo Humano elaborado por la ONU en el 2020, posicionó a Guinea Ecuatorial en el puesto 145, de 189 países 3, lo que equivale a una mala condición de vida. A esto se suma el ambiente de constante represión política y social. Aunque curiosamente, Guinea Ecuatorial figura con el segundo mejor índice de alfabetización de todo el continente africano, con el 95% de su población alfabetizada 4.
Los cristianos en Guinea Ecuatorial
Según los datos brindados por The Joshua Project 5, un abrumador 89% de la población adhiere al cristianismo, siendo la mayoría católicos nominales. Este porcentaje incluye a cristianos protestantes y evangélicos, que representan un 4,7% de la población total. El resto se reparten entre una creciente comunidad islámica, religiones ancestrales y otras minorías.
Históricamente, las misiones anglicanas y bautistas fueron las primeras en realizar una verdadera labor en el Golfo de Guinea, usando la isla de Fernando Poo (Hoy isla de Bioko) como puerto-base, cuando los ingleses todavía ejercían una gran influencia en la zona. Luego de la repartición de 1900, Francia y España comenzaron sus propias tareas de colonización, que incluyeron la evangelización forzada de miles de africanos. La imposición católica se llevó a cabo a través de la misión jesuita primeramente, y luego por los claretianos, quienes fueron menos indulgentes que los primeros. Toda forma de cristianismo no católico fue forzado a retirarse durante los años de dominio español. Este trasfondo colonial despertó un fuerte sentimiento anti-español y anti-cristiano durante la dictadura de Francisco Macías.
A pesar de todo, varias misiones católicas, presbiterianas y evangélicas se han mantenido realizando tareas humanitarias y de asistencia social. El gobierno actual de Teodoro Obiang no impone mayores restricciones a los diferentes cultos cristianos, lo que ha dado una proliferación descontrolada de iglesias pentecostales y carismáticas. Los evangélicos crecen a un ritmo del 5,3% anual, crecimiento que no se refleja en las estadísticas oficiales por falta de relevamiento. Con todo, aún permanecen dos grupos étnicos sin alcanzar en zonas rurales del país, lo que equivale a unas 30.000 personas (2,2% del total).
Pero ser un país nominalmente católico y con una población evangélica en rápido crecimiento, no elimina los desafíos para los cristianos en Guinea Ecuatorial. Gracias a la perspectiva de creyentes nativos y misioneros que trabajan en el país 6, se puede tener una aproximación a la situación de los evangélicos desde adentro. Lo cierto es que un crecimiento acelerado ha evidenciado falta de madurez y preparación. La fe cristiana (católica o evangélica) es asentida por la mayoría, pero es vivida de manera sincrética con los cultos ancestrales y tradicionales. Como resultado, los creyentes suelen tener una fe inmadura bíblicamente, con una pobre vida espiritual individual. Esto les hace estar constantemente dependiendo de figuras de poder religioso, que ejercen fuerte control sobre la vida de los creyentes.
Tal situación se ha agudizado con la entrada de la teología de la prosperidad, que ha llegado desde países vecinos, como Nigeria y Ghana. Una nueva mezcla se produce entre el animismo autóctono, el sincretismo católico y el movimiento carismático. El síntoma de este actual panorama es la explosión de iglesias, profetas y distintos ministerios. Es que el supuesto crecimiento puede que sea solo una apariencia, ya que no es un crecimiento dado por la evangelización, sino por la división de las iglesias existentes. Pastores y profetas autoproclamados pueden simplemente abrir su propio local y atraer gente más por sus promesas y manifestaciones, que por la precisión bíblica o una sana doctrina.
La preparación teológica es la necesidad más urgente en la joven iglesia nacional, que carece de suficientes líderes instruidos. Esta situación ha dirigido los esfuerzos misioneros extranjeros ya no en la plantación de más iglesias, sino en la formación de institutos bíblicos y seminarios para pastores. Pero de todos modos, los recursos académicos que puedan llegar al país, se enfrentan a un deficiente sistema educativo. Por más que haya una supuesta alta tasa de alfabetización, el hábito y la disciplina de la lectura no están bien arraigados en la población. Rasgo común en las culturas orales, que también persisten en muchas partes de América Latina.
Pero a pesar de las grandes dificultades, Dios hace su obra en medio de su pueblo. Él será fiel para perfeccionar a los santos, a través de su Espíritu y la palabra. En esta labor, también colaboramos el resto de la iglesia, en especial nosotros que estamos unidos de varias maneras con este país africano.
Posibilidades desde Latinoamérica
Guinea Ecuatorial tuvo y tiene un vínculo relativamente estrecho con España, pero no ha sido lo mismo con Latinoamérica, donde muy pocos apenas saben la existencia del país africano. Sin embargo hay muchos puntos de encuentro entre las experiencias mutuas, sin que esto signifique que sean experiencias equivalentes.
La corrupción política y social, el catolicismo nominal y su sincretismo con cultos tradicionales, la práctica de la brujería, la pobreza estructural, son algunas de las realidades con las cuales podemos identificarnos. También la experiencia histórica del colonialismo y el comercio de esclavos han creado una conexión especial entre España, América Latina y Guinea Ecuatorial. Los cristianos latinos podemos identificarnos mucho con los sufrimientos y desafíos que aquellos viven.
Por otra parte, como se dijo, el principal desafió de la iglesia ecuatoguineana es la necesidad de preparación bíblica y teológica. Algo que fue y sigue siendo un desafío en muchas partes de nuestra región. La iglesia latina conoce de esta lucha y el arduo trabajo que se necesita para crecer. Una gran cantidad de recursos en español han surgido en los últimos años, desde libros, seminarios, conferencias, hasta sitios de internet. Pero lastimosamente, poco ha llegado hasta Guinea Ecuatorial, a pesar del lazo idiomático que existe.
La iglesia en Guinea paga el precio de la distancia del mundo hispanoparlante, pero especialmente paga el precio del olvido de sus hermanos. Esto no significa que la solución sea una explosión misionera desordenada, sino que debemos encontrar la forma de compartir las bendiciones que Dios nos ha dado. América latina ha visto un despertar, gracias a la misericordia de Dios. Debemos recordar que hemos sido bendecidos, para ser de bendición, y cuanto más a nuestros hermanos con los cuales tenemos tantos puntos en común y estamos ligados por la misma lengua.
REFERENCIAS
1- Instituto Nacional de Estadística de Guinea Ecuatorial (2020) Anuario estadístico de Guinea Ecuatorial 2020. Consultado en: https://inege.gq/index.php/estadisticas/#59-anuarios-estadisticos
2- Datos del Banco Mundial. Recuperado en https://datos.bancomundial.org/indicador/SP.DYN.LE00.IN?locations=GQ
3- United Nations Development Programme (2020). Human Development Report 2020. En: http://hdr.undp.org/en/2020-report
4- Index Mundi. Tasa de alfabetización por países - África.
Consultado en: https://www.indexmundi.com/map/?v=39&r=af&l=es
5- The Joshua Project - Guinea Ecuatorial. En: https://joshuaproject.net/countries/EK
6- Para una mejor comprensión de la situación, fueron consultados un profesor de seminario, un pastor, dos misioneras y un lingüista que trabajan o trabajaron en Guinea Ecuatorial.
FUENTES
Bolekia Boleká, J. (2003) Aproximación a la historia de Guinea Ecuatorial. España, Editorial Amarú.
Harrison-Church, R. James and Pélissier, René (2020). Equatorial Guinea. Encyclopedia Britannica. Consultado en: https://www.britannica.com/place/Equatorial-Guinea
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