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En el Parque de los Bastiones, en Ginebra, Suiza, se encuentra el Monumento Internacional de la Reforma, generalmente conocido como Muro de los Reformadores. Se trata de un homenaje con ocasión del cuarto centenario del nacimiento de Calvino y el 350.º aniversario de la Academia de Ginebra, que fue fundada por el mismo reformador en 1559 y hoy es una prestigiosa universidad.
En un artículo publicado previamente en BITE, Giovanny Gómez describió sus principales aspectos, comenzando por el muro central que contiene las estatuas de Guillermo Farel, Juan Calvino, Teodoro de Beza y John Knox. También hay monumentos más pequeños para otras figuras importantes como Oliver Cromwell, y representaciones de eventos de la Reforma.
Sobre esta obra, el escritor Roberts Liardon comentó:
Es algo extraño contemplar esos nombres, que ahora solo son recuerdos grabados en piedra, y pensar que alguna vez fueron vidas, con dolores, tragedias, persecuciones y victorias reales. Aunque la piedra ha atrapado sus nombres, sus voces continúan resonando como un eco a lo largo de los siglos. Las verdades que estos hombres defendieron continúan desarmando doctrinas pervertidas y desenterrando tesoros divinos dentro de los hombres y las mujeres que escuchan su clamor.
Ahora bien, casi todos los personajes inmortalizados en dicho monumento, bajorrelieves, estelas y piedras con nombres hacen referencias a varones. Por ello, lo ocurrido el 3 de noviembre de 2002 resulta muy interesante. Aquella fue la fecha en que se añadieron más nombres al monumento. Una de esas adiciones se destacó: Marie Dentière. Es decir, la primera mujer en ser honrada en dicho lugar, aunque como es sabido, ella no fue la única que participó activamente de la Reforma Protestante.
Ante esto, surgen muchas preguntas: ¿Quién fue Marie Dentière?, ¿qué hizo para ser considerada e incluida entre los homenajeados de la Reforma ginebrina?, ¿cuál es su relevancia y aporte a dicho proceso?
A modo de introducción general, podemos señalar que a Marie Dentière se le ha considerado como una teóloga y reformadora, pues desempeñó un papel activo en la vida religiosa y política de Ginebra. Participó activamente en el cierre de conventos y para algunos es considerada como predicadora a la par de Juan Calvino y Guillermo Farel.
También redactó una serie de escritos catalogados como muy revolucionarios para su tiempo, por lo cual fue considerada por Calvino y algunos otros reformadores como una mujer que ejercía mala influencia sobre su marido debido a su personalidad radical. Las siguientes palabras fueron redactadas por ella:
¿Qué predicadores han hecho más que la mujer samaritana que no se avergonzó de predicar a Jesús y su palabra, confesándole abiertamente a todo el mundo, tan pronto como lo oyó de El, que uno debe adorar a Dios en Espíritu y en verdad? O ¿Hay otra como María Magdalena, de quién Jesús sacó siete demonios, capaz de presumir de haber tenido la primera revelación del gran misterio de la resurrección de Jesús? Y ¿Por qué no la otra mujer, a quién, en lugar de a hombre su resurrección fue anunciada por su ángel, recibiendo el mandamiento de hablar, predicar y declararla a los demás?.
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Entre la nobleza, el convento y la Reforma
Respecto a sus orígenes, Marie Dentière nació en 1495, en una familia de la nobleza de Tournai, ciudad que en aquel entonces pertenecía a Francia y ahora a Bélgica. Fue la cuarta de un total de trece hijos. Recibió una muy buena educación. Siguiendo las costumbres de su tiempo, ingresó al convento agustino de Prés-Porchins (lugar que el historiador Gérard Moreau llegó a calificar como la “otra Ginebra”) contra su voluntad, pero pareciera que logró adaptarse a la vida monástica, pues con el paso del tiempo llegó a ser elegida abadesa.
La académica Kirsi Stjerna comentó lo siguiente sobre sus primeros años:
Se sabe muy poco de la vida de Marie, ni siquiera se sabe con certeza su fecha de nacimiento. Nació hacia 1495 en Tournai (Francia), en el seno de la familia noble de Jerome d'Ennetieres, y murió aproximadamente en 1561. Incluso, la ortografía de su apellido en los documentos ha sido irregular, “d'Ennetieres” y “Dentière” han sido las grafías más frecuentes, aunque “D'Entiere” también se utiliza con relativa frecuencia. En 1521, ingresó en un convento de agustinas en Tournai, donde algunas fuentes sugieren que pudo ejercer un cargo de superiora.
Se discute la fecha de entrada de Dentière al convento, pero según algunas fuentes fue en 1508, es decir a sus 13 años. Esto tiene sentido, pues la tradición era que la vida monástica de las monjas comenzara cuando eran niñas. Ahora bien, hacia 1521 las obras de Martín Lutero ya habían llegado a las manos de la joven Marie y, sin duda, ejercieron una significativa influencia, de tal manera que la impulsaron a tomar la decisión de huir del convento. Para lograrlo, tomó 500 ducados del tesoro de la abadía.
Luego de su huida, logró llegar a Estrasburgo, que para entonces era el refugio de los protestantes. Vivió protegida por el teólogo y reformador alsaciano Wolfgang Capito. En esos años conoció a Simon Robert, un exmonje agustino, miembro del denominado Cenáculo de Meaux, y conocido hebraísta que se desempeñaba como pastor reformado, con quien contrajo nupcias. En enero de 1528, se trasladaron a Bex; más tarde, a la comuna de Aigle –al este del lago Léman–, donde Simon prestó servicios como ministro hasta su muerte.
De acuerdo a la historiadora, Diane Severance: “Marie ayudó a Simón en su trabajo pastoral y a menudo lo acompañaba en sus viajes evangelísticos. Era una estudiante diligente de las Escrituras, incluso aprendió hebreo y ayudó a su esposo con una traducción de la Biblia. Marie y Simon tuvieron cinco hijos antes de su muerte en 1533”. Durante su estadía en Estrasburgo, Dentière conoció a varios reformadores importantes, como Matthäus Zell y su esposa Catherine Schütz Zell (también conocida como Catherine o Catalina), Juan Calvino, Guillermo Farel, Antoine Froment y Martín Bucero.
[Puedes leer: 14 mujeres que aportaron significativamente a la Reforma protestante]
Segundas nupcias y protagonista activa de la Reforma en Ginebra
A pesar de su viudez y de tener que hacerse cargo de sus hijos, Marie siguió trabajando intensamente en favor del avance de la Reforma en Ginebra, y en ese contexto conoció a otro pastor reformado: Antoine Froment. Era un predicador que ayudaba a Guillermo Farel en Ginebra y en sus campañas de evangelización, ambos sirvieron como líderes de varias comunidades cristianas (Yvonand, Massongy y Chablais).
En 1534, Antoine Froment y Marie Dentière contrajeron matrimonio, de aquella unión nació Judith. Continuando con la intensa labor, la pareja abrió un pequeño internado para niñas, ofreciéndoles educación que incluía griego y hebreo. En marzo de 1535, se trasladaron a Ginebra, donde el trabajo para extender y solidificar el movimiento reformado era intenso e incluía la visita a conventos y monasterios.
En particular, la del convento de Santa Clara pasó a la posteridad, pues albergaba a la orden de monjas conocidas como clarisas, quienes habían jurado castidad, clausura dentro del convento, obediencia a la Iglesia católica y pobreza. Al lugar habían acudido primero Guillermo Farel y Pierre Viret, pero sin éxito, pues su sermón fue rechazado a gritos por las hermanas de la orden: unas lloraban para ahogar las palabras de Farel y la prior del monasterio gritaba y golpeaba las puertas (aunque había sido encerrada fuera de la habitación donde se realizó la reunión).
Claramente, esa primera incursión no tuvo la recepción esperada. Por eso, se comisionó a Marie, junto con otras mujeres para intentar persuadirlas. De aquella visita, que también resultó infructuosa y fue efectuada el 25 de agosto de 1536, quedó el registro de Jeanne de Jussie, una de las monjas del citado convento:
En esa compañía había una falsa abadesa, arrugada y de lenguaje diabólico, poseedora de un marido y un hijo, llamada Marie D'Entiere de Picardía, que se mezcló en la predicación y en la perversión de la gente de la devoción. Se colocó entre las hermanas [que la rechazaron] pero, por el deseo que tenía de pervertir a alguien, no se dio cuenta de estos reproches y dijo: "¡Ay, pobres criaturas! Si supierais lo bueno que es estar al lado de un marido guapo, y cómo Dios lo considera agradable. Durante mucho tiempo viví en esas sombras y en la hipocresía en que os encontráis, pero solo Dios me hizo reconocer el abuso de mi lamentable vida, y fui llevada a la luz de la verdad. Considerando con pesar cómo vivía, pues en esas órdenes no hay más que santurronería, corrupción mental y ociosidad... tomé unos quinientos ducados del tesoro de la abadía, y dejé esa infelicidad. Gracias a Dios tengo cinco hijos guapos y vivo sanamente.
En 1537, Antoine Froment fue nombrado diácono de Thonon-les-Bains, una comuna francesa situada en el departamento de Alta Saboya, de la región de Auvernia-Ródano-Alpes. El matrimonio residió allí y trabajó una temporada. Sin embargo, surgieron diferencias con Juan Calvino que deterioraron su relación con él.
La situación quedó de manifiesto en una carta de Guillermo Farel a Juan Calvino del 4 de febrero de 1538: “Froment no es lo bastante experto en cuestiones de Iglesia. Usted sabe que él actúa siempre de acuerdo con su mujer, que lo manipula”. También en otra misiva del 6 de febrero de 1540, que señala que: “Desde que se casó nuestro Froment, se ha convertido en cizaña. (...) Esa mujer orgullosa y vengativa ha sido, pese a toda su energía, una mala consejera para su nuevo esposo, al que domina absolutamente”.
Una vida entre escritos y polémicas
Ahora bien, la mayoría de lo que sabemos de Dentière, lo cual no es mucho, proviene de tres documentos atribuidos a ella. En su obra Women and the Reformation, la investigadora Kirsi Stjerna sugiere que la obra Defensa del matrimonio clerical (1524) de Catherine Zell, así como sus otros escritos habrían animado a Marie a comenzar a inmortalizar en el papel (y difundir) sus ideas.
Su primer libro fue una crónica histórica de la reforma en Ginebra, publicado en 1536 como La guerra y liberación de la ciudad de Ginebra, fielmente contada y escrita por un comerciante que vivía en esa ciudad. Se publicó bajo el pseudónimo de un comerciante anónimo de la ciudad. Esta obra no se limitó a relatar los acontecimientos acaecidos de forma reciente en la ciudad (1532, la llegada Guillermo Farel y 1536 el arribo de Juan Calvino), sino que también incluyó referencias y reflexiones teológicas. Por eso, la autora Adrien Segal la catalogó como:
La primera escritora protestante que dio testimonio presencial de ese tiempo tumultuoso, y fue de las primeras mujeres, sino la primera, en articular y defender la teología Reformada en el idioma francés.
En su crónica histórica, Dentière comparó a los ginebrinos con los israelitas del libro bíblico del Éxodo y describió la Reforma en la ciudad como una guerra santa para liberar a quienes habían sido esclavizados por las falsas creencias. Sobre esta, comentó la investigadora Kirsi Stjerna:
Dentière argumentó con audacia que el sufrimiento del pueblo tenía su origen en la falsa predicación (como lo demuestra el sufrimiento de sus compatriotas ginebrinos que escuchaban falsas proclamas). También predijo que cualquier intento de destruir el evangelio y su correcta proclamación solo tendría el efecto contrario de hacer que la gente lo anhelara más. En otras palabras, la buena predicación era una necesidad que no podía suprimirse; era necesaria entre la gente y acabaría provocando cambios y poniendo fin al sufrimiento en Ginebra, al igual que había ocurrido con los israelitas en la historia del Éxodo.
La obra más conocida de Marie, data de 1539 y es conocida como Una epístola muy útil, aunque su título completo es: Epístola muy útil hecha y compuesta por una mujer cristiana de Tournai, enviada a la Reina de Navarra, hermana del Rey de Francia, contra los turcos, judíos, infieles, falsos cristianos, anabaptistas y luteranos. Estaba dirigida a Margarita de Navarra (1492-1549), hermana del Rey de Francia, pero se publicó como una carta abierta.
La historiadora Diana Severance comenta que: “No se sabe cómo se conocieron Margarita y Marie por primera vez, pero Margarita fue la madrina de una de las hijas de Marie”. Es evidente que entre ambas había una fluida relación y comunicación. Navarra, también conocida como “Margarita de Angulema”, fue defensora de la Reforma; de hecho se le reconoce su rol de mediadora entre protestantes y católicos en Francia.
El motivo que dio origen a la famosa epístola de Marie fue la pregunta enviada por Margarita respecto al motivo de la expulsión de Juan Calvino y Guillermo Farel de Ginebra. Marie redactó su misiva como respuesta y aprovechó la oportunidad para reprender al consejo de la ciudad por la expulsión de los reformadores; y para abogar por un mayor papel de las mujeres en el movimiento de la Reforma. Lo hizo con las siguientes palabras:
¿Tenemos dos evangelios: uno para hombres y otro para mujeres? Tampoco los calumniadores y enemigos de la verdad tienen el derecho de acusarnos de excesiva arrogancia, ni puede un verdadero creyente decir que las mujeres están traspasando sus derechos cuando hablamos a otra acerca de la Sagrada Escritura.
Dentro de la misma epístola, profundizó su argumento en pro del acceso de las mujeres al espacio y protagonismo en los asuntos públicos y religiosos:
Pareciera que la “alianza” que colocamos en nuestra mano el día del matrimonio fuera como el anillo de Giges, que tenía la propiedad de hacerla invisible; pero en nuestro caso no para protegernos de nuestros enemigos sino para arrebatarnos el derecho al tiempo y al espacio, para impedirnos el acceso al ágora (...) Porque lo que Dios nos ha dado y revelado a las mujeres, no debemos esconderlo y enterrarlo en la tierra más que los hombres. Y aunque no se nos permite predicar en congregaciones e iglesias públicas, no se nos prohíbe escribir y amonestar unos a otros en toda caridad.
Considerando la autora, la destinataria y el carácter público de la carta, el impresor ginebrino Jean Gerard publicó 1500 ejemplares en forma de folleto y también envió 450 ejemplares a Antoine Froment (esposo de Marie) para que los distribuyera. Sin embargo, el ayuntamiento ginebrino denunció la misiva, confiscó las copias restantes de la tienda de Jean Gerard y lo arrestó.
Un detalle importante de la publicación es que, al igual que la anterior, se atribuyó su autoría a Antoine Froment. Aunque aquello se descartó rápidamente porque la carta estaba firmada con las letras M.D., es decir, las iniciales de Marie Dentiére. A esas alturas ella ya era conocida en la ciudad, así que se le identificó como la autora. Como consecuencia, Antoine Froment fue citado a comparecer ante el consejo de la ciudad por su incapacidad para controlar a su esposa.
En aquella citación Froment fue censurado, aunque no enfrentó mayores consecuencias penales, pues luego fue enviado a su casa. El impresor Jean Gerard fue multado y liberado. Y en cuanto a futuras publicaciones, el consejo prohibió en Ginebra cualquier obra redactada por mujeres y que no fuera aprobada por ellos.
Dado el carácter voluntarioso de Marie, es probable que haya seguido escribiendo, y que muchos de sus posibles textos posteriores se le hayan atribuido a su esposo, quien gozaba de fama de buen predicador. Algunos editores se han dado cuenta de la gran diferencia que existía entre los textos de Marie y los de su esposo, lo cual quedó consignado en el siguiente comentario de Alfredo Abad Heras: “Tanto uno es vivo y lleno de astucias retóricas –se refiere a Marie– como el segundo es pesado (...) las frases de Marie son sueltas y bien construidas, a menudo entre cortada y lacónica. Ella aprieta el paso y Fromet se arrastra”.
La relación entre Marie Dentiére y Juan Calvino
Una epístola muy útil marcó un punto álgido en su relación con las autoridades de Ginebra, las cuales formaban el Consejo. De hecho estuvo lejos de poder redargüirlos y convencerlos de que la expulsión de Juan Calvino y Guillermo Farel había sido una mala decisión. Entre varios motivos del fracaso, debería considerarse la rudeza en la redacción de la misiva, pues en ella los llegó a calificar de “perros mudos” que no se podían comparar con la brillantez de aquellos reformadores.
Las copias disponibles de la carta en formato de folletos fueron requisadas de la tienda de Antoine Gerard y destruidas. Sin embargo, otras parecen haber seguido circulando.
En 1541, el Consejo llamó a Juan Calvino para que regresara a Ginebra desde Estrasburgo. Entre los motivos de esa decisión se encontraba la baja asistencia a las iglesias y el freno que manifestó el proceso de la Reforma. A su regreso, se encontró con Marie predicando y polemizando. Una de las controversias que tuvieron fue respecto a la dura crítica de ella contra las vestiduras grandes y pomposas de los ministros, pues veía sus ropajes como exagerados y prefería algo menos ostentoso. Esto aumentó la tensión entre ambos, como se evidencia en una carta escrita a Guillermo Farel el 1 de septiembre de 1546:
Te voy a contar una anécdota divertida. La esposa de Froment vino aquí recientemente. En todas las tabernas, en casi todas las esquinas de la calle, ella comenzó a vociferar acerca de las vestiduras pastorales largas. Cuando creyó que sus noticias habían llegado hasta mí, se disculpó a sí misma sonriendo y dijo que vestíamos indecentemente, o que caíste en errores al enseñar que los falsos profetas podían ser reconocidos por sus largas vestimentas.
El origen de la polémica tenía que ver con un sermón anterior de Guillermo Farel sobre la vestimenta de los sacerdotes católicos y sus batas. Ella parece haber aprovechado para reclamar sobre las de los reformadores protestantes. Respecto a la resolución de esta polémica, la profesora Irena Backus señaló:
Desafortunadamente no hay registros de la especie de ropas pastorales a las que se refirió Marie en lugar de la toga negra que era la habitual en la iglesia de Ginebra. Calvino diría que argumentó con Marie y le reprochó duramente cuando ella dijo que los pastores eran comparables a los escribas judíos en Lucas 20:45, quienes deseaban resaltar su oficio mediante el uso de grandes ropajes. Podemos deducir de todo esto que Marie veía la ropa clerical exagerada y que preferiría algo menos formal y menos intrínsecamente “masculino”, una idea que compartían los reformadores radicales de la época. Calvino concluye así su carta: “Sintiendo la presión de que ella se quejó de nuestra tiranía, acerca de cómo fue permitido para la gente hablar a su mente. Traté a la infeliz mujer como tendría que hacerlo”.
Otro punto de tensión en la relación con Juan Calvino ocurrió en 1548, cuando Antoine Froment predicó un sermón atacando a los líderes de la iglesia de Constance, Berna y Ginebra por hacer de sus ministerios una fuente de ganancias privadas y con ello perder el soplo del espíritu de la Reforma. Esto le trajo como consecuencia el ser removido de su oficio pastoral en Massongy y terminó trabajando como secretario.
En otro aspecto, hasta la fecha no hay constancia de algún agradecimiento por parte de Juan Calvino a Marie Dentière por su carta de defensa de 1539 (Una epístola muy útil). Tampoco hay evidencia de que haya retomado la amistad con ella o su esposo Antoine durante los siguientes años. Sin embargo, hacia 1561, el año en que ella falleció, parece que restauró aquella relación quebrada, pues el prefacio de su sermón basado en 1 Timoteo 2:8-12 apareció firmado con las letras M.D., lo que apunta a una presunta autoría de Marie. En ese escrito se exhortó a las mujeres a evitar el materialismo y la codicia en la vestimenta con las siguientes palabras:
Descubriréis que aquellos que más se preocupan por adornar su cuerpo, poco se preocupan de que su espíritu se adorne con verdaderas y sólidas virtudes. En cuanto a nosotros, no debemos buscar el adorno de los vestidos, sino la buena conducta. En cuanto a las mujeres, que en este aspecto son más codiciosas que los hombres, comprendan que el exceso de audacia siempre ha estado asociado a la inmodestia. Asimismo, por el contrario, la sencillez en la vestimenta siempre ha sido señal de castidad y continuidad.
También, y a pesar de las diferencias del pasado, se exhortó a los lectores a escuchar a Calvino y se le describió como: “un hombre que debido a la pureza de sus enseñanzas merece ser oído por sobre todos los otros ministros y los fieles pastores de la Europa de hoy…”. Así que el paso de los años, el amor a las Escrituras y la profundización de su estudio, junto con las vicisitudes del proceso de la Reforma y la vida de los involucrados, parecen haber unido nuevamente sus caminos.
Legado y desafíos de la vida de Marie Dentière
Durante su intensa vida Marie Dentiére llegó a ser una participante activa de la Reforma protestante. Sus últimos años son tan poco claros como su juventud. Se especula que su segundo esposo Antoine Froment se volvió a casar después del fallecimiento de ella, pero algunos estudiosos han sugerido que para ese entonces se habían separado. Esto porque habría sido opacado como protagonista del proceso de Reforma, primero por Pierre Viret y luego por Juan Calvino.
Por otra parte, los intercambios de cartas entre Juan Calvino y Guillermo Farel sugieren que su estimación como ministro disminuyó debido a polémicas en las que se vio envuelto (como una acusación de que él traficaba vino, aparentemente con la ayuda de su esposa, quien abiertamente “estableció una tienda”). También afirmaron que Marie se convirtió en una predicadora y escritora más conocida que él. Aún así, se conservaron todas sus obras hasta su muerte, aunque se desconoce qué pasó con ellas o cómo sobrevivieron hasta la era moderna.
En resumen, Marie Dentière se desempeñó como teóloga, escritora y oradora. Su trabajo ayudó a establecer la Reforma protestante en Ginebra, Suiza a través de la asistencia a los necesitados, el apoyo a las congregaciones, la predicación en las calles, la divulgación de las ideas reformadas, el soporte a reformadores como Juan Calvino y Guillermo Farel. A través de sus obras escritas, de carácter controversial, llamaba la atención sobre el movimiento.
La sólida formación académica que recibió en su juventud, luego su conversión al evangelio y su conocimiento de las Escrituras, fueron un importante elemento para defender con gran convicción las ideas de la Reforma. En sus escritos denotó que conocía las Escrituras y podía formular argumentos teológicos.
Su labor no estuvo exenta de polémicas, su carácter voluntarioso e impetuoso (y cierta falta de dominio propio) la llevó a implicarse en polémicas y a quebrar relaciones importantes, que con el tiempo parecen haber sido restauradas. Su visión del papel religioso de las mujeres coincidió bastante con el de los anabaptistas y otros grupos radicales, aunque no tuvo imitadoras en Ginebra, Francia u otros lugares donde se desarrolló el movimiento reformado.
A pesar de sus errores, su aporte fue importante para el avance de la Reforma en Suiza, y a modo de balance y perspectiva de su figura recogemos las palabras de la autora Adrien Segal:
No hay duda de que Marie carecía de lo que en esos tiempos se consideraba la modestia y humildad apropiada para una mujer, pero por su pasión, la cual fue encendida por las páginas de las Escrituras, sus obras escritas conmovieron y cambiaron corazones no solamente en sus tiempos, sino que en los nuestros también.
Referencias
- Reformation Wall, https://gotravelyourself.com/item/reformation-wall/, consultado octubre de 2023.
- Roberts Liardon, Los Generales de Dios II, Editorial Peniel, Buenos Aires, Argentina, 2005, Pág. 243.
- Giovanny Gómez, Monumento de la Reforma: el imponente muro que honra a las figuras más destacadas de la Reforma en Ginebra, septiembre 21 de 2022, https://biteproject.com/monumento-de-la-reforma/, consultado octubre de 2023.
- Alfredo Abad Heras, María Dentière. Una mujer se suma al muro de los reformadores de Ginebra, Suiza (II), en Cristianismo Protestante, núm. 30, octubre-diciembre de 2003, www.iee-es.org/cristianismoprotestante/cp29.pdf, citado en: Amparo Lerín Cruz “Las mujeres en la reforma protestante del siglo XVI”, Octubre de 2014, ALC Comunicación, https://alc-noticias.net/es/2014/10/20/las-mujeres-en-la-reforma-protestante-del-siglo-xvi/ , consultado octubre de 2021.
- Amalia Rea Mujeres de la Reforma Protestante, 1 de noviembre de 2017, https://revista.adventista.es/mujeres-de-la-reforma-protestante/, consultado octubre de 2021.
- Mark, Joshua J. Marie Dentière. Traducido por Agustina Cardozo. World History Encyclopedia. Última modificación abril 03, 2022. https://www.worldhistory.org/trans/es/1-20656/marie-dentiere/.
- Diana Severance. Women of the Reformation: Marie Dentiére, October 16, 2019, https://credomag.com/2019/10/women-of-the-reformation-marie-dentiere/, consultado septiembre de 2023.
- Adrien Segal, La primera dama en Francia: Marie Dentière, 12 de octubre de 2017, publicado en: https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/la-primera-dama-en-francia-marie-dentiere/, consultado septiembre de 2023.
- Graesslé, Isabelle, Vie et légendes de Marie Dentière, 2003, Bulletin du Centre Protestant d'Études (55). Págs. 3-22.
- Irena Backus, Mujeres alrededor de Calvino: Idelette de Bure y Marie Dentière, en L. Cervantes-Ortiz, ed., “Juan Calvino: su vida y obra a 500 años de su nacimiento”. Terrassa, España, CLIE, 2009, Pág. 131.
- Citado en: Marion Taylor, “Marie Dentière: A Voice Long Silenced that Speaks Again”, Feb. 21, 2022, https://www.wycliffecollege.ca/blog/marie-denti%C3%A8re-voice-long-silenced-speaks-again, consultado octubre de 2023.
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