W. A. Criswell nació en Eldorado, Oklahoma. Fue el cuarto hijo de Wallie Amos Criswell y Anna Currie Criswell, quienes se casaron en 1909. En 1914, ellos se mudaron al pequeño pueblo de Texline, Texas, junto con sus hijos: el mayor, Currie; dos hijas, Edith y Ruth; y el pequeño W. A. de solo 5 años de edad. En el censo de 1910, lo registraron solo con las siglas “W. A.”, pero algunos años más tarde eso le causó problemas con funcionarios gubernamentales de inmigración, por lo cual tomó oficialmente el nombre de su padre, Wallie Amos.
Fue criado en el seno de una familia campesina bautista pobre, que apenas era capaz de ganarse la vida. Luego, su padre optó por el oficio de barbero como medio de sustento; lo ejerció el resto de su vida en varios pueblos a los que se mudó la familia. Era la madre quien guiaba a los niños en los devocionales y a menudo les cantaba himnos.
Aunque su familia vivía en pobreza, sin las comodidades de la vida moderna citadina, W. A. creció con una constitución física saludable que le mantuvo relativamente libre de enfermedades casi toda su vida y le permitió acometer el doble del trabajo que haría una persona ordinaria.
Después de aprender a leer, los libros y las ideas se convirtieron en temas de interés y emoción para W. A., quien mantuvo de por vida el gusto por la lectura y el estudio. Su vida familiar fue construida alrededor de actividades de la iglesia. El pequeño de los Criswell entró a cursar el segundo grado en Texline. Manejaba una pequeña carreta tirada por un caballo llamado Trixie, y con ella cubría las cinco millas de ida y vuelta a la escuela.
Infancia: un corazón para Cristo
Desde que se mudaron a Texline, muchas cosas mejoraron para los Criswell, particularmente la escuela de los niños, en donde W. A. descolló en excelencia. Su madre incluso lo inscribió a los 7 años en clases de elocución con una hábil y entrenada profesora del pueblo. Él respondió con gran diligencia a la enseñanza de su instructora.
Para él, había poco que hacer en ese pueblo salvo ir a la escuela y la iglesia, asistir a las clases de elocución, y barrer el piso de la barbería de su padre. Su madre nunca le permitió ir a nadar por temor a que se ahogara, ni a cazar por temor a que fuera herido, ni a jugar con otros niños para que no aprendiera malas palabras. De modo que Criswell creció muy separado del mundo cotidiano. Su vida estaba tan resguardada que solo tuvo una pelea con un niño llamado George, quien vivía en la misma calle y se burlaba de él llamándole “pequeño viejo lector de la Biblia”. Por lo demás, pocas veces les causó problemas a sus padres, y fue muy rara la ocasión en que ellos necesitaron disciplinarlo físicamente.
La pequeña iglesia bautista de Texline era el lugar exclusivo de actividades para la familia Criswell. Wallie padre era el director de cantos y, mientras él dirigía a la congregación, su hijo menor se ponía a su lado, a veces agarrado de una de sus piernas, y cantaba con él hasta que su cara se ponía azul. El pequeño W. A. era muy querido por todos los miembros de la iglesia, quienes le pusieron el sobrenombre de “el juez” porque siempre estaba muy serio.
Las reuniones de avivamiento eran parte común de la vida en Texline. Se cerraban los negocios locales –también para los servicios de la mañana– y todos en el pueblo asistían, hasta el “más perverso”. Un famoso evangelista pentecostal de nombre Bud Robinson dejó una profunda impresión en el pequeño W. A., pues predicó enérgicamente y con gran pasión.
Un evento significativo ocurrió en la comunidad cuando él tenía diez años. El reverendo John Hicks, pastor de la iglesia bautista en Dalhart, llegó al pequeño pueblo a dirigir reuniones de avivamiento, y Anna Criswell le invitó a hospedarse en su casa durante las dos semanas de su estancia. Pronto, W. A. Criswell hijo descubrió que Hicks no era un predicador ordinario.
Un miércoles por la mañana, W. A. le pidió permiso a su madre para asistir a la reunión de avivamiento y una autorización por escrito para que su maestra lo dejara salir de la escuela. Ella aceptó, y a media mañana el niño se dirigió a la iglesia. Al llegar, se sentó detrás de su madre y escuchó con atención cada palabra que el reverendo Hicks dijo. Cuando terminó su mensaje e invitó a los perdidos a volver sus vidas al Señor, Anna Criswell se volteó hacia su hijo para preguntarle si ese día estaba dispuesto a entregar su corazón a Cristo.
El chico respondió positivamente con lágrimas en los ojos, pasó al frente, y así fue como aceptó la Buena Noticia a los diez años (1919). El siguiente domingo, su pastor, el reverendo L. S. Hill, lo bautizó en uno de esos espacios debajo del púlpito que se usaban como bautisterio.
Adolescencia: ¿Médico o predicador?
Anna Criswell siempre dio por sentado que algún día W. A. sería médico como su padre (el abuelo materno). Incluso lo instruyó para que cuando le preguntaran qué quería ser al crecer, respondiera: “Voy a ser un doctor como mi abuelo Currie”. Pero él tenía otras ideas: aspiraba a convertirse en un predicador. Uno de sus pocos juegos de infancia era reunir a niños del vecindario y predicarles. Cuando ellos no estaban presentes, lo hacía con los pollos de su padre. Incluso, cuando el perro de un amigo fue encontrado muerto por envenenamiento, Criswell condujo una especie de servicio funeral y dijo un sermón ante unos tres niños.
En 1922, cuando tenía unos 12 años, un evangelista llamado Charles Whaley de Memphis, Texas, llegó a Texline e instaló una carpa para efectuar reuniones de avivamiento en medio del pueblo. Un joven estudiante de la Universidad Baylor, llamado John R. Rice, le acompañaba y dirigía la música en las reuniones. Él usaba un cinturón que tenía una gran hebilla con el Oso Baylor, el cual llamó la atención de W. A., quien quiso llegar a adquirir algún día una similar.
Durante uno de los servicios matutinos, el evangelista invitó al frente a aquellos que sentían un llamamiento al servicio cristiano a tiempo completo. El entonces adolescente W. A. lo hizo y así, dos años después de su conversión, fue “llamado al ministerio” y puso su mente en prepararse para esa labor. Junto con él, también caminó al frente un hermano del evangelista Whaley, quien vivía en una granja cerca del pueblo, y cayó en los brazos de su hermano, llorando y reconociendo cuánto había rehuido el llamado divino durante su juventud.
Aunque W. A. estaba muy entusiasmado con su decisión pública, su madre todavía quería que llegara a ser un doctor. Incluso sus amigos desaprobaban la idea de que fuera un predicador. Pero él estaba determinado a serlo, así que desarrolló una actitud solemne, seria y profundamente comprometida hacia ese llamamiento.
Puesto que sus padres eran tan firmes en sus creencias sobre la Palabra de Dios, era enigmático que se opusieran tanto a que su hijo menor llegara a ser predicador. Tal vez se debía a la propia experiencia de la familia en la pequeña iglesia del pueblo, en la cual había cambios de pastores casi todos los años, pues muchas veces ni les pagaban y casi llevaron a uno que otro a pasar grandes necesidades. También habían visto que la iglesia tuvo que despedir a varios de ellos, lo cual implicó situaciones muy embarazosas y difíciles. Por tanto, les era doloroso contemplar a su hijo entrar al ministerio y que tuviera que pasar por situaciones de tanta penuria, necesidad y vergüenza.
Mientras se acercaba a sus años de adolescente, W. A. buscó fervientemente libros sobre predicación y teología, y comenzó a construir su propia biblioteca personal. Ganaba algo de dinero trabajando después de clases en la escuela, así que compró textos sobre oratoria y discurso en público, y los leyó varias veces. Durante los años en que muchos chicos admiraban grandes atletas o artistas, sus héroes eran prominentes predicadores, como George Truett, Wallace Bassett y L. R. Scarborough, presidente del Seminario Teológico Bautista del Suroeste, en Fort Worth. Buscando emularlos, leyó libros de biografías de grandes personajes del pasado, y se volvió versado en los actos e ideas de tales hombres.
Juventud: en busca de mejores oportunidades
Aunque Anna Criswell estaba muy alejada de la vida social prominente y educacional que conoció en su juventud, aún soñaba con mejores oportunidades educacionales para sus dos hijos varones, Currie y W. A. Ella sabía que la escuela secundaria de Texline no estaba acreditada, así que pensó y oró sobre qué podría hacer para que sus hijos pudieran entrar en universidades acreditadas. Al final, se le ocurrió mudarse con ellos a la ciudad de Amarillo para que terminaran allí sus bachilleratos. Su marido accedió: acordaron que él se quedaría en el pueblo, trabajando en su barbería, y que les enviaría todo el dinero que pudiera para ayudarlos a cumplir sus sueños.
Primero, ella se fue sola a Amarillo, alquiló una casa y subarrendó habitaciones para ayudarse a pagar la renta. Luego, hizo arreglos para hornear pasteles y venderlos a la hora del almuerzo en una farmacia cercana e hizo trabajos de costura para ayudar a suplementar el exiguo ingreso. Después de mudarse con su madre, W. A. obtuvo trabajo repartiendo provisiones.
Anna programaba cada actividad para sus hijos: escuela, juegos, trabajo e iglesia. Seguía con su sueño de que W. A. llegara a ser un doctor, y lo educó hacia ese propósito. Sin embargo, el primer domingo que vivieron en aquella ciudad, asistieron a la Primera Iglesia Bautista y el pastor, Dr. G. L. Yates –al saber que aquel joven tenía llamado y vocación al ministerio de la predicación– gentilmente pidió a los miembros de la congregación que le autorizaran una ceremonia de preordenamiento. Criswell apenas tenía 16 años (1925).
Durante sus días en Amarillo, el famoso George Truett y L. R. Scarborough llegaron a aquella ciudad para conducir reuniones de avivamiento. W. A. asistió a cada uno de los servicios para escuchar a dos de sus héroes de la predicación. Aquellas fueron experiencias impactantes para él.
En la secundaria de Amarillo, sobresalió como estudiante excelente, se convirtió en polemista número uno, y a menudo presentaba discursos ante clubes locales como los Rotarios y los Kiwanis. Además, se enamoró de la lengua inglesa, y la estudió con mucha pasión, como queriendo aprender cada palabra. También encontró tiempo para aprender a tocar el trombón y ser parte de la banda de música de la secundaria de Amarillo. Finalmente, se graduó de secundaria en 1927, a los 18 años.
Para entonces, su madre llegó a convencerse con cierta renuencia de sus firmes convicciones en Dios y su resuelta decisión de llegar a ser predicador. La invitación que el pastor Yates le hizo a W. A. para que predicara en la iglesia fue para ella una muestra del favor de Dios con él, y poco a poco estuvo de acuerdo con su decisión. Así, comenzó la búsqueda de las mejores opciones de universidades para él en el sur de los Estados Unidos.
Ambos decidieron que estudiara en la Universidad de Baylor en Waco, Texas, una institución bautista. Ella se esforzó horas extras cosiendo, horneando pasteles y vendiendo palomitas de maíz para levantar parte del dinero con el que pagó el ingreso de su hijo a Baylor y le compró una máquina de escribir. Para los tiempos de su graduación, su padre se mudó con el resto de la familia a Amarillo, donde estuvieron todos juntos temporalmente.
De nuevo, Anna Criswell pensó que era tiempo de dejar la familia y mudarse de Amarillo a Waco. En esa ocasión se fue solamente con W. A. y dejó a Currie con su padre para que terminara sus estudios de bachillerato. En agosto de 1927 se establecieron en Waco; de nuevo, ella alquiló una gran casa, subarrendó habitaciones y pensó en otras formas de ganar dinero para la educación de su hijo, a quien no le permitía trabajar para que se dedicara solo a estudiar. Pero el joven predicador comenzó a pedir en oración que una iglesia lo sostuviera para que su madre pudiera regresar a Amarillo y estar con el resto de la familia.
Inicio de su ministerio: debates, misiones y predicación
Se inscribió en Baylor para estudiar una carrera en Inglés, con menciones en Filosofía, Psicología y Griego. No eligió Biblia como carrera porque planeaba estudiarla por completo en su posgrado. De todas formas, tomó cursos relacionados, incluyendo Introducción al Antiguo y al Nuevo Testamento.
Sus profesores incrementaron en gran manera su amor por la literatura inglesa y americana, y llegó a ser alumno del famoso erudito ‘brownista’ Dr. A. J. Armstrong, quien precisamente le otorgó la única nota “B” que W. A. recibió durante sus estudios universitarios, como disciplina por una tonta broma que le gastó junto a otros estudiantes durante una escenificación de un pasaje de la vida de Dante en clase. Pero este incidente no opacó ni disminuyó su gran admiración por el Dr. Armstrong, a quien veía como un hombre muy humilde a pesar de ser un gran intelectual.
Sus amigos le eligieron presidente de la fraternidad honoraria Sigma Tau Delta. También se unió a la sociedad polemista Philomathean y representó a la universidad en torneos de debates por todo el estado de Texas. Se identificó con el equipo de voluntarios en el campus y fue con ellos a misiones para predicar y dar testimonio. Además, se unió a la Unión de Estudiantes Bautistas, mientras su madre continuaba cosiendo, horneando pasteles y vendiendo palomitas de maíz.
Durante su primer año en Baylor, tuvo oportunidades de predicar en las calles, en la cárcel, en una finca de trabajo del condado, y en algunas pequeñas congregaciones de alrededor. Al final de ese año, la Primera Iglesia Bautista de Devil’s Ben, en Cameron County, habiendo oído reportes complementarios acerca del valiente predicador de 18 años de edad, le llamó para que fuera su pastor. Le prometieron pagarle $20 al mes, si “los hermanos eran capaces de levantar tal cantidad”.
W. A. confió en Dios, aceptó, y al fin tuvo un empleo para ayudar a su madre en su propio sostenimiento. Entonces Anna Criswell entendió que su esfuerzo para estar al lado de su hijo había llegado a su fin, y le comunicó que retornaría a Amarillo para estar con su esposo y los demás hijos. Fue una decisión dolorosa pero necesaria para ambos.
Criswell predicó en su primera reunión de avivamiento en la iglesia de Devil’s Bend. En contraste, en la Iglesia Betel del condado de Coryell lo hizo en un cobertizo hecho con malla de gallinero y piso de paja de trigo. Un tiempo después, la pequeña Iglesia Bautista de Pecan Grove en Pulltight, mucho más cerca de Waco, oyó sobre él y le llamó para que fuera su pastor, prometiéndole un sueldo de $25, si “realmente trabajaba duro”.
Entonces, él repartía sus fines de semana libres de clases entre las dos iglesias, dedicándole dos domingos a cada una. Después de su segundo año en Baylor, incluso pudo comprarse un vehículo, una rara posesión para un estudiante, pero los hermanos quisieron responder a su ministerio y ayudarle.
Aunque sus profesores conocían poco sobre sus predicaciones, se dice que uno le escuchó y comentó: “es el único alumno con A+ que tengo y que predica como un rodillo santo”. Ellos oían sobre sus exitosas reuniones de avivamiento en las que un gran número de personas de las comunidades rurales se hacían cristianas. Dondequiera que predicaba, grandes multitudes asistían a escucharle. Lo hacía como si estuviera en llamas: se movía por todo el púlpito, con una fuerte y estridente voz que se podía oír a cinco millas, según se rememoraba legendariamente en Pulltight.
Tenía solo 18 años de edad, pero sus predicaciones provocaban fuertes reacciones, incluso en sus amigos. Una vez un grupo de veinticinco voluntarios de Baylor rentó un autobús y fue a escucharle predicar. Los servicios se realizaban en un tabernáculo en el exterior y W. A. predicó con voz bien alta y vociferante esa noche. Al final, sus amigos estaban silenciosos y pensativos, y al preguntarles la razón, le expresaron que pensaban que por la forma como predicaba ninguna iglesia grande le llamaría a ser pastor, y que se quedaría trabajando con iglesias pequeñas rurales.
Esto impactó de tal manera al joven predicador, que regresó al campus de la universidad lleno de dudas acerca de su futuro como predicador. En el camino recordó que en Waco vivía una prominente profesora de elocución llamada Martha Folks Hawn, a quien decidió recurrir para que le ayudara con su oratoria y expresión. Le contó sus preocupaciones y ella aceptó ayudarle. Aunque había recibido lecciones de expresión desde que era niño, dos veces a la semana iba a recibir clases con la Sra. Folks Hawn, quien le enseñó los rudimentos del buen discurso, como el uso del diafragma, entonación, gestos y otros temas relacionados.
Luego de varias semanas, le pidió que fuera preparado para predicarle un sermón. Ella no era creyente, pero aquello haría parte de su entrenamiento. Después de dos o tres ocasiones, él llevó un nuevo sermón preparado, pero ella decidió no escucharlo. Lo invitó a sentarse en el comedor de su casa y le animó a no dejar su estilo de predicación, diciéndole que, aunque no a todos les iba a gustar como predicaba, de seguro sí lo oirían.
Aún estudiando en Baylor, W. A. también sirvió como pastor de iglesias en Mound y Marlow, y en cada uno de esos lugares su ministerio fue caracterizado por un movimiento inusual del Espíritu Santo en los corazones de las personas. Después, renunció a Devil’s Bend y a Marlow, y se quedó pastoreando y predicando en las comunidades bautistas de Pulltight y de Mound, puesto que ambas le quedaban a menor distancia desde Waco y Baylor que las otras dos. Ambos puestos eran de medio tiempo, pero él las consideraba un solo campo ministerial.
Llegando a la adultez: matrimonio y doctorado
Criswell se graduó en 1931, a sus 22 años. Después de terminar en Baylor, continuó su entrenamiento ministerial en el Seminario Teológico Bautista del Sur en Louisville, Kentucky. El año anterior había decidido asistir a una universidad de otra zona de los Estados Unidos, así que escogió a propósito un seminario fuera del sudoeste. Allí recibió enseñanza de bautistas del sur de renombre como John R. Samper, Kyles M. Yates, W. O. Carver, Jessie B. Weatherspoon y A. T. Robertson, con su asociado Hersey Davis.
Pronto, descubrió que el seminario era muy diferente a Baylor: había poco tiempo para actividades sociales, pero estaba encantado. Sus profesores impactaron en gran manera su entendimiento de la Biblia, lo cual fue una gran experiencia para él como joven predicador. Ellos enfatizaron en el estudio de los lenguajes bíblicos originales (hebreo y griego). W. A. aprendió ambos, siendo particularmente excelente con el griego, el cual continuó leyendo en su vida devocional durante más de 25 años. Quienes le conocían notaron que sus sermones tomaron una naturaleza más formal e intelectual desde que entró a estudiar allí.
En 1934, cuando tenía 25, terminó sus tres años de maestría en el Seminario Teológico Bautista del Sur, con Nuevo Testamento y Griego como carreras principales y dos menciones en Teología y Movimientos Sociales Contemporáneos. Estudió diligentemente corrientes revolucionarias como el fascismo, el nazismo, el comunismo, el socialismo, entre otras, y aprendió sobre democracia y secularismo en la sociedad moderna. Sus profesores le animaron a continuar en la escuela de posgrados para que se hiciera doctor en filosofía. Sus notas lo hacían candidato para ello y le gustaba estudiar, así que aceptó. Completó un doctorado en Teología en 1937, a los 28.
Al inicio de su formación en el seminario, visitó con un amigo algunas iglesias que no tenían pastor, y dos de ellas, la de Mount Washington en el condado de Bullit y la de Oakland en el condado de Warren, le llamaron para que fuera su ministro. Destinó tres domingos al mes para Mount Washington y un domingo para Oakland. Aunque las iglesias sureñas eran algo diferentes a las de Texas, continuó predicando intensamente.
Las dos congregaciones resplandecieron y crecieron a pesar de que tenían algo en común con aquellas en las que había servido en sus días de estudiante en Baylor: había escasez de voluntarios. Por tanto, W. A. predicaba, enseñaba en la clase bíblica para hombres, servía como ujier y moderador de la iglesia, cantaba números especiales, e incluso barría y limpiaba los lugares de reunión. Durante esos fines de semana que estaba fuera del campus del seminario para servir a esas comunidades, W. A. pernoctaba en casas de hermanos y en una de ellas conoció a su futura esposa.
Por supuesto, W. A. estaba soltero cuando llegó a Louisville y no tenía prospecto alguno para matrimonio, ni siquiera una novia. Pero él sabía que un pastor eventualmente tendría que tener una esposa, lo cual a la vez era una muy buena idea. Cuando llegó a Mount Washington conoció a la familia Harris, de sólida historia bautista en Kentucky, cuya hija Betty Marie era la pianista de la iglesia y profesora en la Escuela Sugar Valley. Pero ella le causó muy poca impresión, y él no la impresionó a ella para nada.
La primera vez que Criswell condujo una reunión de oración en Mount Washington, no sabía que las reglas estrictas de la iglesia prohibían que las mujeres oraran en público. De modo que, al pedirles a varias hermanas que dirigieran aquel momento, declinaron, poniendo al joven predicador en una situación embarazosa. Entonces, él fijó su mirada en Betty Harris, quien aceptó y oró. Al tiempo, a ella comenzó a gustarle, y él a interesarse en ella. Luego de haberla conocido por tres años, y haberse hospedado en la casa de sus padres varias veces, le pidió matrimonio. Ella aceptó, y el día de San Valentín del año 1935 se casaron.
Pero antes de dar ese paso, W. A. renunció al pastorado en la iglesia de Mount Washington alegando sentir que un joven ministro no debería cortejar a un miembro de su misma iglesia. Aceptó ministrar en la Iglesia Bautista Woodburn, cerca de Bowling Green, y continuó en la de Oakland, yendo dos domingos al mes. La joven pareja vivió en Bowling Green hasta que Betty terminó sus estudios universitarios y él continuó sus estudios de doctorado. Ambos se graduaron el mismo año (1937), ella recibió su licenciatura en agosto y él, tras seis largos años de trabajo duro, terminó su doctorado en mayo.
Años dorados: “el momento más precioso del glorioso ministerio”
Previo a graduarse, hicieron un pacto en oración con el Señor de que aceptarían la primera iglesia que los llamara, tomándolo como una señal divina. Por un tiempo, parecía que la gran e influyente Primera Iglesia Bautista de Birmingham, Alabama, lo iba a hacer. Ellos se mostraron interesados en W. A. a través del notable laico bautista, John L. Hill, quien le conoció en una reunión de asociaciones Cuando hizo falta un predicador, le pidieron sorpresivamente a Criswell que predicara, lo cual hizo lleno de admiración hacia el Sr. Hill.
Aunque Hill solo lo había oído predicar una vez, libremente le recomendó como nuevo pastor para esa congregación en Birmingham. Los ancianos de la iglesia aceptaron la sugerencia y le invitaron a predicar para conocerle. Luego le dijeron que deliberarían y le anunciarían la decisión. Al mismo tiempo, la Primera Iglesia Bautista en Chickasha, Oklahoma, supo sobre él a través de B. B. McKinney, quien también estuvo presente en aquella reunión en la que W. A. fue llamado sorpresivamente a predicar.
Entonces, mientras en Birmingham se tardaban en deliberar y decidir, la iglesia en Chickasha le llamó en 1937, y W. A. honró su pacto con el Señor. Irónicamente, dos semanas después le llamaron de Birmingham, pero, a pesar de la intercesión de Hill en favor de ellos, los Criswell no revocaron su decisión.
W. A. se convirtió en un predicador popular y experimentado. Algunos lo describen como un “santo rodillo predicador con un doctorado”. Los Criswell estuvieron en la Primera Iglesia Bautista de Chickasha por cuatro años, durante los cuales nació su única hija (1939), a la cual llamaron Mabel Ann. En 1941, Criswell se trasladó a la Primera Iglesia Bautista en Muskogee, Oklahoma. Mientras pastoreaba allí, a raíz de la muerte del reconocido ministro George W. Truett, fue contactado por el comité de púlpito de la Primera Iglesia Bautista de Dallas, Texas, donde el reverendo había servido durante casi cincuenta años.
En noviembre de 1944, W. A. se convirtió en pastor de esa famosa congregación, que contaba con una membresía de 7000 personas y un presupuesto de $200.000. Más de cincuenta años después, recordó que unas 3000 estuvieron presentes para su primera predicación: “Cuando me arrodillé para orar, aquella multitud masiva se echó a llorar (...) Ese recuerdo es el momento más precioso del glorioso ministerio que el Señor nos dio en los años que siguieron”. En ese prominente púlpito, se convirtió en el líder del ala fundamentalista de la Convención Bautista del Sur (CBS).
Bajo la dirección, el liderazgo, la predicación expositiva y el fuerte énfasis en la evangelización de Criswell, la Primera Iglesia Bautista de Dallas experimentó un gran crecimiento y, por la década de 1950, se convirtió en la congregación más grande del país, con una membresía de más de 25 000 personas. En 1946, Criswell comenzó un proyecto de predicar la Biblia palabra por palabra, lo cual duró unos 17 años, hasta 1963.
La iglesia trabajó diligentemente para alcanzar a las personas, trató de atraerlas con una variedad de programas y recursos: gimnasios, cancha de boliche, patinaje sobre ruedas, una escuela para niños, una escuela cristiana, un instituto bíblico, que más tarde se amplió a una universidad, y una escuela de posgrados de formación bíblica.
Uno de los miembros más famosos de su iglesia fue el evangelista Billy Graham, quien fue persuadido por Criswell a unirse a la Primera Iglesia Bautista de Dallas a inicios de la década de 1950. Graham admiraba el conocimiento bíblico de su pastor, su gran biblioteca hogareña y la ardiente defensa de la fe que lo caracterizaba.
En 1956, Criswell recibió atención nacional por decir que los integracionistas eran “un grupo de infieles, muriendo del cuello para arriba”. Hasta finales de los años sesenta, había mantenido un fuerte sentido de racismo en lo que respecta a los afroamericanos y a la integración; sostenía que esta última era una idiotez y tontería. Pero, para ese entonces, empezó a rechazar tales puntos de vista y condujo a su iglesia a enfatizar en la apertura con relación a las razas. En 1968, declaró en un sermón que la Primera Iglesia Bautista de Dallas estaba abierta a personas de toda etnia y tipo de piel.
Como bautista del sur, era un oponente del catolicismo romano y enfrentó enérgicamente la elección de John F. Kennedy a la presidencia debido a la posibilidad de que el Papa tuviera una influencia indebida sobre él. Más adelante en su ministerio, moderó su oposición contra la fe católica, en parte inspirado –según llegó a decir– por el sentido de justicia de Kennedy.
En 1968, fue elegido presidente de la Convención Bautista del Sur y sirvió allí durante dos años. Criswell ejerció gran influencia entre los bautistas de Texas y los de la CBS. Aunque esta era teológica y políticamente conservadora (en 1956 denunció la integración forzada), él respaldó en 1968 el repudio oficial de la Convención del racismo y la segregación, alegando que debía ser aceptado “por cada bautista del sur”.
Últimos años: legado, influencia y controversia
Fue autor de más de cincuenta libros, incluyendo una Biblia de estudio Criswell (publicada en 1979), y tuvo una presencia ubicua en la radio y televisión en todo el suroeste del país. En 1969, publicó su libro Why I Preach that the Bible is Literally True (Por qué predico que la Biblia es literalmente verdad), que se acreditó con la activación del movimiento conservador que, con el tiempo, cambió el curso de la CBS.
En 1971, se fundó en Dallas el Instituto Bíblico Criswell, con el propósito de entrenar ministros en una teología bíblica conservadora. En 1972, él lideró a la Primera Iglesia a abrir una escuela, ahora conocida como la Primera Academia Bautista.
En 1973, Criswell ratificó la decisión Roe vs. Wade de la Corte Suprema que permitió el aborto. El Servicio de Noticias Religiosas citó a Criswell:
Siempre he sentido que sólo después de que un niño nace y tiene vida separada de la madre, se convierte en una persona individual, y por lo tanto siempre me ha parecido que lo que es mejor para la madre y para el futuro se debe permitir.
Más tarde, cambió su posición sobre el aborto, convirtiéndose en un firme opositor del procedimiento.
En 1979, nominó a Adrian Rogers para la presidencia de la CBS durante la reunión anual en Houston, Texas, lanzando así formalmente el movimiento conservador para cambiar el liderazgo de la convención. En las décadas de 1970 y 80, Criswell llevó a la Primera Iglesia Bautista de Dallas al reconocimiento mundial como la mayor y más rica congregación bautista del sur. Los registros de la congregación indicaron más de 26 000 miembros y la posesión de una propiedad que abarcaba cinco cuadras del centro inmobiliario de Dallas.
En 1982, ofreció comprar la Universidad Bautista de Dallas (Dallas Baptist College), que tenía serios problemas financieros, por $6.5 millones, indicando que esperaba convertirla en “un Wheaton College del sur”. El consejo de administración rechazó su oferta.
En 1983, Criswell entregó un cheque por $1 millón a la Convención General Bautista de Texas (BGCT por sus siglas en inglés), cumpliendo con un compromiso de la iglesia de dar la cantidad récord al presupuesto del Programa Cooperativo de las convenciones estatales y nacionales. “Dios, danos más soñadores como W. A. Criswell”, dijo el Director Ejecutivo de la BGCT, James Landes.
En 1985, miembros de la Primera Iglesia Bautista de Dallas, a raíz del aniversario número 41 de la llegada de W. A. a la iglesia, dieron en ofrenda la cifra récord de$1.85 millones, considerada para ese tiempo la mayor ofrenda en efectivo tomada por una iglesia.
Además de su predicación en contra de la elección de Kennedy en 1960, Criswell tuvo otras intervenciones relacionadas con la vida política norteamericana. En 1976, avaló la candidatura presidencial de Gerald Ford, mientras éste estaba sentado entre la congregación de la Primera Iglesia Bautista. El pastor hizo una alocución en contra de la candidatura de su compañero bautista del sur, Jimmy Carter, quien era el oponente de Ford. En 1984, dio la bendición sobre el presidente vigente Ronald Reagan cuando éste aceptó la renominación por el Partido Republicano en la convención que se realizó en Dallas.
Ese mismo año, en una entrevista con el Baptist Standard, Criswell defendió el movimiento conservador emergente en la CBS, diciendo que casi no reconocía su alma mater. “Lo que estos hombres están haciendo es tratar de mantener nuestra denominación conservadora, eso es todo. Y cuando estos liberales dicen, ‘pero yo soy un conservador’, tenemos que redefinir nuestros términos y conseguir algo de otra nomenclatura para nosotros, ya que no son conservadores”. Ese mismo año, en una emisión de noticias televisada nacionalmente, él explicó que creía que “la noción de la separación de la Iglesia y el Estado era el producto de la imaginación de algunos infieles”.
W. A. Criswell abrazó con entusiasmo la doctrina de la inerrancia y la infalibilidad de la Biblia. Mantuvo un rol de liderazgo fuerte en lo que, según él y otros conservadores afirmaron, fue la recuperación de la Convención Bautista del Sur. Mantuvo un papel firme y dogmático en el liderazgo de la Primera Iglesia Bautista de Dallas, la convención de Texas y la Convención Bautista del Sur hasta su muerte en 2003.
En 1986 expresó a la congregación su deseo de llamar a un copastor para trabajar a su lado y prevenir cualquier “hiato” en caso de volverse incapacitado. Esto inició años de especulación y audiciones para el encubierto rol del sucesor de Criswell. Luego, en 1991, la congregación nombró a Joel Gregory como pastor senior de la Primera Iglesia Bautista de Dallas, llamado a ser el sucesor de Criswell. Pero un año después, Gregory renunció abruptamente como pastor, explicando más tarde que no le había sido permitido tener total autoridad como pastor debido a la influencia continua de Criswell.
En 1998, una batalla contra el cáncer de colon envió a la cama durante cinco meses al pastor de 88 años, pero se recuperó y habló desde el púlpito de la congregación en el aniversario 54 de su primer sermón. Finalmente, en 2003, Criswell sucumbió, pasando a la presencia del Señor, mientras un amigo leía la Biblia para él. Le sobrevivieron su esposa, Betty, su hija, Mabel Ann, y dos nietos.
Referencias y bibliografía
- W. A. Criswell, the Authorized Biography, por Bill Keith, edición revisada, 2011, publicado por StoneGate Publishing, Inc., P. O. Box 8321 Longview, Texas 75607.
- http://baptisthistoryhomepage.com/criswell.w.a.by.hopkins.html
- El Pastor y su Ministerio. Una Guía Práctica, por W. A. Criswell, 1988, publicado en español por Casa Bautista de Publicaciones, 7000 Alabama St., El Paso, Texas 79904.
- http://www.nytimes.com/2002/01/12/us/w-a-criswell-a-baptist-leader-dies-at-92.html
- https://en.wikipedia.org/wiki/W._A._Criswell
Apoya a nuestra causa
Espero que este artículo te haya sido útil. Antes de que saltes a la próxima página, quería preguntarte si considerarías apoyar la misión de BITE.
Cada vez hay más voces alrededor de nosotros tratando de dirigir nuestros ojos a lo que el mundo considera valioso e importante. Por más de 10 años, en BITE hemos tratado de informar a nuestros lectores sobre la situación de la iglesia en el mundo, y sobre cómo ha lidiado con casos similares a través de la historia. Todo desde una cosmovisión bíblica. Espero que a través de los años hayas podido usar nuestros videos y artículos para tu propio crecimiento y en tu discipulado de otros.
Lo que tal vez no sabías es que BITE siempre ha sido sin fines de lucro y depende de lectores cómo tú. Si te gustaría seguir consultando los recursos de BITE en los años que vienen, ¿considerarías apoyarnos? ¿Cuánto gastas en un café o en un refresco? Con ese tipo de compromiso mensual, nos ayudarás a seguir sirviendo a ti, y a la iglesia del mundo hispanohablante. ¡Gracias por considerarlo!
En Cristo,
Giovanny Gómez Director de BITE |