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En la medida en que las iglesias continúan su ministerio después de la pandemia del COVID-19, se encuentran frecuentemente con que es aún más difícil hacer crecer sus grupos de oración y evangelización. Sin embargo, continúan reportando el compromiso de nuevos creyentes en Cristo y la transformación de las vidas de las personas a través de esos pequeños grupos.
La autoridad de la Escritura, entendida como un texto libre de error e inspirado por el Espíritu Santo, es la base fundacional de las congregaciones evangélicas y las estrategias de discipulado. El 97 % de los pastores protestantes en Estados Unidos dice que la Escritura es la autoridad suprema para su comunidad y sus vidas; el 89 % afirma que lo cree fuertemente. Mientras tanto, solo el 2 % está en desacuerdo y el 1 % no está seguro de ello.
Lifeway Research comenzó a preguntarles a los pastores protestantes sobre este tema en 2008 y, desde entonces, ellos han considerado de manera consistente que las Escrituras son la autoridad de su iglesia y de sus vidas. A pesar de eso, se les ha vuelto cada vez más difícil llevar a los asistentes de sus liturgias y cultos a los grupos pequeños de oración, en donde se estudian las Escrituras a profundidad.
Jacobis Aldana, pastor de la Iglesia Bíblica Soberana gracia, en Santa Marta, Colombia, dijo que además de provenir de las Escrituras, los grupos pequeños permiten la ‘Comunión bíblica’. Sin embargo, afirmó que “es cada vez más difícil ver crecer esta práctica en las iglesias” porque va en contracorriente de la cultura individualista actual.
“Esto revela algo del corazón de la Iglesia. Vale la pena revisarlo a profundidad, por si estamos sustituyendo lo valioso e importante por lo que la cultura imperante nos está sugiriendo”, aseguró.
El panorama actual
En promedio, las iglesias protestantes dicen que el 44 % de sus actuales congregantes de fin de semana están involucrados en grupos de oración, de discipulado o escuelas dominicales. Esto indica un declive respecto al 2010, cuando la cifra era de 49 %. También son más propensas a decir que entre el 25 y el 74 % de sus congregantes están involucrados en pequeños grupos de discipulado y oración. Lifeway clasificó tales porcentajes así:
- Una de cada tres iglesias (el 30 %) tiene entre el 50 y el 74 % de sus miembros involucrados.
- El 27 % de las congregaciones cuenta con entre el 25 y el 49 % de asistentes comprometidos.
- El 24 % cuenta con menos del 25 % de sus miembros activos en este aspecto. En 2008, el 17 % de las comunidades de fe había reportado cifras entre este rango, así que hubo un incremento.
- La menor cifra es del 19 % y pertenece a las iglesias que tienen al 75 % o más de sus fieles en minigrupos.
“Los grupos pequeños y las escuelas dominicales proveen el pegamento relacional que permite a las congregaciones locales convertirse en un lugar donde las personas se aman las unas a las otras”, dijo Scott McConnell, director ejecutivo de Lifeway Research.
“Los grupos y las relaciones que están centradas en la Palabra de Dios unen las congregaciones y las motivan a trabajar juntas en la misión de la iglesia. Las iglesias con menos personas participando en los grupos de oración no están en una posición saludable para hacer más discípulos y atraer nuevos miembros”, afirmó también.
Desafíos generales
En particular, las iglesias pequeñas enfrentan desafíos significativos cuando se trata de integrar a los asistentes de los cultos dominicales a grupos más reducidos. El 39 % de las comunidades con menos de 50 congregantes tienden a decir que menos del 25 % de sus miembros están involucrados en los grupos.
Si bien la mayoría de congregaciones se encuentran en la franja del 50 al 74 % de participantes comprometidos, las de pocos feligreses son las menos propensas a estar allí. De hecho, solo el 21 % de ellas reportan ese nivel de concurrencia a los grupos pequeños, mientras que el 52 % de las más grandes (con más de 250 creyentes) suelen asegurar que una gran proporción de ellos participan en los grupos.
Además, las iglesias de corriente principal o de corte histórico son las más propensas a decir que tienen dificultades con la participación de sus miembros en grupos pequeños, en comparación con las evangélicas. Estas últimas son las herederas de los grandes avivamientos del siglo XVIII y XIX, creen que la conversión personal es fundamental y la labor misionera, un imperativo. En cuanto a cifras, el 28 % de los pastores de las congregaciones protestantes históricas reportan una asistencia de sus fieles a los grupos menor al 25 %.
El compromiso con Cristo y el discipulado continuado
Al tiempo que las iglesias luchan por desarrollar pequeños grupos de oración y discipulado, los nuevos conversos son menos comunes: sobre el último año, se habla de un promedio de 15 por comunidad protestante. El 29 % de los sitios de reunión han visto de 1 a 4 nuevos seguidores de Jesucristo; el 21 %, de 5 a 9; el 20 %, de 10 a 19.
Menos congregaciones están en los extremos de no haber integrado creyentes neófitos (el 17 %) o de haber recibido a 20 o más (13 %). En 2010, ese grupo era de 20 %, así que disminuyó un 7 % en 12 años.
“La investigación previa ha mostrado que las personas que asisten regularmente a grupos pequeños de oración comparten con otros cómo convertirse en un cristiano e invitan a las personas a ir a la iglesia de manera más frecuente”, dijo McConnell. “En la medida en que vemos menos participación en los pequeños grupos, no es sorprendente que las iglesias vean menos personas llegando a los pies de Cristo”, afirmó.
El pastor Aldana respaldó dicha afirmación: “Los grupos pequeños son una manera de medir la salud y el grado de comunión de una iglesia. Además del beneficio relacional que generan entre los miembros, son un entrenamiento para poder establecer vínculos afuera, lo que favorece la actividad evangelística”. Aldana explicó que también pueden ser el primer vínculo de un no creyente con el evangelio, antes de que este llegue a la reunión dominical de la congregación.
En promedio, el 79 % de los nuevos creyentes se convierten en miembros activos de sus congregaciones. Más de la mitad de las iglesias protestantes mantienen a los nuevos conversos en sus filas, es decir, el 56 %. Esto indica una ligera mejoría desde 2008, cuando la cifra era de 51 %.
Sin embargo, las de corriente histórica son más propensas que las evangélicas a tener dificultades para lograr esto. Además, con un 23 %, los pastores de iglesias históricas tienen más probabilidades que los evangélicos, con un 15 %, de reportar que no tienen nuevos conversos.
El tamaño de las comunidades de fe también es un factor importante en los nuevos conversos y en la retención de aquellos que se convierten. Los pastores de iglesias con menos de 50 asistentes son los más propensos a decir que no tienen nuevos conversos (el 32 % de ellos afirma esto).
El 57 % de las congregaciones con más de 250 personas son las que tienen más probabilidades de reportar al menos 20 nuevas conversiones. Sin embargo, también son las que tienen menos probabilidades de retener a los nuevos conversos: solo el 35 % de ellas lo han logrado en los años recientes.
Cambios en los creyentes
En la medida en que se continúan reportando nuevas conversiones a Cristo, 9 de cada 10 pastores protestantes dicen que ellos han escuchado consistentemente reportes de cambios de vida. El 36 % ha manifestado estar fuertemente de acuerdo con esa afirmación, el 10 % no está de acuerdo y el 1 % no está seguro de que se hayan dado cambios de vida.
Cuando se consideran los reportes de cambios de vida, el tamaño de la iglesia continúa siendo uno de los factores fundamentales. Los pastores que lideran de 100 a 249 personas (el 96 %) o de 250 en adelante (99 %) son más proclives a decir que ellos han escuchado reportes de vidas cambiadas, si se les compara con quienes dirigen a entre 50 y 99 personas (90 %) o a menos de 50 (el 82 %).
Los líderes de las comunidades con menos de 50 asistentes son los más propensos a decir que no han visto cambios de vida en sus congregaciones, con un 17 %.
Sirviendo a la iglesia y a la comunidad
El promedio de adultos que asisten a la iglesia al menos una vez al mes y ayudan como voluntarios de forma regular está en 42 %. Según el 28 % de los pastores encuestados, entre el 2 y el 39 % de esa población tiene responsabilidades en la congregación. El 25 % de los ministros cuenta con la ayuda de entre el 40 y el 59 % de los adultos; a la vez, otro 28 % recibe el apoyo de 6 de cada 10 personas de esa población específica.
Sin embargo, el 18 % de los pastores no pueden contar con aproximadamente el 20 % de los adultos como voluntarios. Aquí se presenta un incremento sustancial con respecto al 2008, año en que el 13 % de los líderes, un 7 % menos, hizo la misma afirmación.
Las iglesias pequeñas tienen una relación interesante con los voluntarios. Quienes las pastorean son los más propensos a decir que menos del 20 % de los adultos participan como voluntarios (el 24 % asegura esto). En contraste, el 35 % de quienes ministran a menos de 50 personas afirman que al menos el 60 % de los adultos brindan su ayuda de forma regular.
“Algunas de las iglesias más pequeñas están aguantando, frecuentemente por muchos años, en una posición no saludable y difícil de permitir a menos personas servir. En contraste, otras están involucradas de lleno en una cultura de participación de sus miembros”, dijo McConnell. “El ambiente dentro de una iglesia pequeña puede variar rápidamente si solo un puñado de personas participa como voluntarios”.
Ahora, al comparar los números de voluntarios en las iglesias protestantes con el de los asistentes involucrados en ministerios o proyectos para el servicio de la comunidad, se encuentra una gran diferencia. En promedio, el 27 % de los adultos sirven fuera de las congregaciones, lo cual representa un incremento con respecto a 2010, cuando el promedio era de 22 %.
El 42 % de los pastores dice que menos del 20 % de sus feligreses adultos sirven en sus comunidades; el 31 % asegura que del 20 al 39 % lo hacen; el 16 % reporta el rango de 40 a 59 %; y solo el 12 % señala que 6 de cada 10 de sus congregantes participan en voluntariados que benefician a sus conciudadanos.
La buena noticia es que más iglesias tienen por lo menos al 40 % de sus miembros sirviendo hoy en sus comunidades. En este reporte, el 28 % de las congregaciones lo afirmaron así, mientras que en 2008 solo lo hizo el 21 %.
Cuando se trata de este aspecto, los pastores evangélicos tienden a reportar un menor grado de participación que los de corriente principal. El 15 % de estos últimos dicen que al menos el 60 % de los adultos sirven fuera del sitio de reunión; en cambio, solo el 9 % de los primeros pueden decir lo mismo.
Conclusiones sobre el estudio de Lifeway Research
Al observar los datos recogidos por Lifeway Research, se pueden distinguir características propias de los grupos pequeños de oración que los convierten en herramientas eficaces para la evangelización y el discipulado. Si bien estas particularidades no fueron detalladas en el reporte, se pueden inferir. Una de ellas es que afirman la responsabilidad de los creyentes y permiten que den cuentas de su proceso de crecimiento en la fe.
Ahora bien, aunque escudriñar las vidas de otros no es tarea de los cristianos, los grupos sí brindan la oportunidad de brindar y recibir apoyo, en especial a la hora de afrontar pecados o adicciones que se han superado por cuenta propia. En los grupos también existe un sentido de familiaridad del que carecen las iglesias grandes y la sociedad secularizada.
Si bien las organizaciones de ayuda y los organismos del estado crean redes de protección específicas para las comunidades más vulnerables, los grupos pequeños de oración y discipulado brindan un sentido de identidad que tales entidades no pueden ofrecer. Con frecuencia, pasan a ser una segunda familia, en especial cuando el creyente carece de una red familiar o tiene una débil. Estas minicomunidades pueden ofrecer una ayuda social y espiritual mucho más eficaz, pues conocen de primera mano las necesidades de sus integrantes.
Así mismo, es importante resaltar que las iglesias que tienen grupos pequeños de oración están mejor equipadas para el crecimiento y la acogida de nuevos creyentes. Al mirar el estudio en su totalidad, es bastante claro que las comunidades que tienen más éxito en la retención de nuevos creyentes son aquellas que han implementado los grupos de oración y discipulado.
Se trata de hacer discípulos
También es importante señalar que los grupos pequeños deberían tener objetivos claros cuando de evangelismo se trata. Si bien generan beneficios sociales y de crecimiento eclesial, tal y como indican las actuales estadísticas, es preciso hacer un llamado de alerta para recuperar el enfoque original por el cual fueron creados.
No se trata de compañerismo ni solidaridad, aunque ciertamente estas son consecuencias buenas, deseables y necesarias. Tampoco se trata de que los asistentes se conviertan en expertos en la Biblia, sean servidores comunitarios o se comprometan a traer un número significativo de nuevos creyentes a la iglesia. Al fin y al cabo, ¿de qué sirven las estadísticas si no hay una auténtica conversión interior?
Jeremy Linneman, pastor líder en Trinity Community Church en Columbia, Missouri, asegura que el objetivo es que los asistentes a estos grupos se conviertan en auténticos discípulos de Jesucristo. Las acciones mencionadas anteriormente pueden ser medios o consecuencias para discipular, pero este debería ser el objetivo central de todas las tareas ministeriales de la iglesia.
Linneman señala: “Si Jesús nos ordenó hacer discípulos de todas las naciones (Mateo 18:19), nuestro más alto objetivo en los grupos comunitarios y de la iglesia no puede ser simplemente el compañerismo, el conocimiento o rendir cuentas ante los líderes de nuestra comunidad. Nuestro objetivo debe ser formar discípulos maduros, hombres y mujeres cuyas vidas estén llenas de Cristo”.
De la misma manera, Linneman resalta que, en los Evangelios, Jesús no suele ser mencionado sin sus amigos:
“Jesús comió con su gente. Tal y como Mateo 11:19 nos recuerda: “El hijo del hombre es visto comiendo y bebiendo”. Estas son vistas como sus formas favoritas de compañerismo. Él comía con todos —fariseos, doctores de la ley, recolectores de impuestos, extraños, multitudes—, pero siempre parecía incluir a sus amigos más cercanos en sus comidas. Para Jesús las comidas se trataban de la aceptación y la celebración de los otros, esta es la razón por la cual los líderes religiosos de su tiempo se volvieron en contra de Él”.
Por cada uno de estos motivos, Linneman añade que “Jesús vivió su misión con su pueblo, sus amigos. Jesús comenzó su ministerio público casi inmediatamente después de su bautismo, con el llamado de los doce. Su misión fueron ellos, y a través de ellos formó una comunidad misional. Incluso, mientras enseñaba y sanaba, Él vivía en comunidad y entrenaba a otros. La comunidad no es opcional para el trabajo de discipulado”.
Una herramienta para un tiempo de crisis, pero sobre todo para amar
Ahora bien, mientras que las iglesias pueden estar teniendo dificultades para atraer a nuevos creyentes en medio de la sociedad secularizada de hoy, es importante recordar que lo verdaderamente importante no son solo los números. El reto es ayudar a los recién convertidos a construir una relación estable con Jesucristo y los grupos pequeños de oración pueden tener un papel clave en esta tarea.
Debido a que las iglesias con menor asistencia a grupos son las que más tienen dificultades para atraer a nuevos creyentes, surge una conclusión a partir de este estudio: los minigrupos de oración y lectura bíblica son vitales para el crecimiento auténtico del cuerpo de Cristo. Justo en este momento, cuando en Estados Unidos y en Europa el número de creyentes decrece, los pastores podrían hacer bien en enfatizar de manera más decidida en la formación y consolidación de grupos pequeños. Esto con el fin de que el evangelio pueda extenderse.
Así como en los inicios de la iglesia, la consolidación de relaciones sólidas es un paso previo y fundamental para la expansión del evangelio. Según el ejemplo de Jesús, aquellos que se interesan en los demás, en sus necesidades y problemas, son los que podrán servir mejor a la causa evangélica y preparar el terreno para que más personas puedan dar un sí auténtico y comprometido al Señor.
El pastor Aldana lo puso de esta forma: “cuando las iglesias promueven una cultura de comunión y relación, es decir, no solo tienen una misma fe, sino que tienen relaciones… eso manda un mensaje al mundo. Estamos expresando el verdadero amor de Dios y el verdadero sentido de ser creyentes: que somos uno en Cristo”.
Metodología del estudio
Lifeway Research condujo entrevistas telefónicas a 1000 pastores protestantes entre el 6 y el 30 de septiembre de 2022. Esta lista de llamadas fue estratificada para obtener muestras al azar y fue extraída de una lista de todas las iglesias protestantes. Se usaron cuotas por tamaños de iglesia. Cada entrevista fue completada con la ayuda de un pastor o ministro de alto rango dentro de la congregación.
Las respuestas fueron sopesadas por región y se tuvo en cuenta el tamaño de la comunidad de fe para reflejar más exactamente a la población general. La muestra completa es de 1000 iglesias. La muestra provee un 95 % de confianza, mientras que el margen de error no excede el 3.2 %. Los márgenes de error pueden ser más altos para los subgrupos.
Las comparaciones se han hecho con las siguientes encuestas telefónicas de Lifeway Research:
- Una encuesta telefónica a 1000 pastores se llevó a cabo entre el 29 de agosto y el 11 de septiembre de 2018. La encuesta fue patrocinada por el Centro de Evangelismo Billy Graham en el Wheaton College.
- Una encuesta telefónica a 1000 pastores protestantes llevada a cabo entre marzo 1 y marzo 9 de 2010, como parte de una investigación de Transformational Church.
- Una encuesta telefónica a 1002 pastores protestantes llevada a cabo entre el 13 y el 29 de octubre de 2008, como parte de una investigación de Transformational Church.
Este artículo contiene información proporcionada por Lifeway Research y The Gospel Coalition. Los estudios de Lifeway Research pueden ser usados y referenciados en los artículos de noticias de manera libre. Estas publicaciones de noticias también pueden ser republicadas completamente en otros sitios web y en otras publicaciones sin necesidad de obtener permisos.
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