Escucha este artículo en formato podcast:
De Policarpo tenemos un amplio testimonio sobre lo que sucedió antes de ser martirizado por su fe cristiana a manos del Imperio romano. Aquí un resumen de su vida.
Aunque desde muy joven fue cristiano, solo hasta el final de su vida fue perseguido y ejecutado. Su muerte es el primer martirio registrado con detalle en la historia de la iglesia posterior al Nuevo Testamento.
Policarpo vivió durante la era más formativa de la iglesia, al final de la era de los apóstoles originales, cuando la iglesia estaba haciendo la transición a la segunda generación de creyentes. La tradición dice que Policarpo fue discipulado por un apóstol y que fue nombrado en el ministerio por uno de los doce discípulos de Jesús.
Si bien es poco o nada lo que sabemos acerca del testimonio final de Ignacio de Antioquía, sí tenemos amplios detalles acerca de su amigo Policarpo, cuando le llegó su hora, casi medio siglo más tarde de la muerte de Ignacio.
Discípulo del apóstol Juan
Policarpo nació probablemente hacia el año 69 d.C. No se conocen muchos detalles acerca de su infancia y juventud, tampoco la fecha o detalles de su conversión.
Posteriormente, tanto Ireneo (130-202), que en su juventud lo escuchó hablar, y Tertuliano (160-220) registraron que Policarpo había sido un discípulo de Juan el Apóstol. Jerónimo (342-420) escribió que Policarpo fue un discípulo de Juan y que el mismo Juan le había ordenado líder de la iglesia de Esmirna.
En sus últimos años, Policarpo trató de resolver disputas sobre la fecha para celebrar la Pascua, y se enfrentó a uno de los herejes más problemáticos de la iglesia, Marción (85-160), a quien llamaba "el primogénito de Satanás". Policarpo también fue responsable de traer al cristianismo a muchos gnósticos. Su único escrito existente, una carta pastoral a la iglesia de Filipos, muestra que tenía poca educación formal, que era modesto, humilde y directo.
Confrontación con Roma
Corría el año 155 d.C, y aún los cristianos no eran perseguidos masivamente. A los cristianos no se les buscaba; pero si alguien les delataba y se negaban a adorar a los dioses romanos, les castigaban.
Policarpo ejercía su ministerio en Esmirna cuando un grupo de cristianos de la ciudad fue acusado y condenado por los tribunales. Antes de ser asesinados, se les aplicaron los más dolorosos castigos, pero ninguno de ellos negó su fe, pues "descansando en la gracia de Cristo tenían en menos los dolores del mundo".
Por fin le tocó el turno a un anciano cristiano llamado Germánico de presentarse ante el tribunal, y cuando se le dijo que tuviera misericordia de su edad y abandonara la fe cristiana, Germánico respondió diciendo que no quería seguir viviendo en un mundo en el que se cometían las injusticias que se estaban cometiendo ante sus ojos, y uniendo la palabra al hecho incitó a las fieras para que le devorasen más rápidamente.
El valor y el desapego de Germánico enardecieron a la multitud, que empezó a gritar: "iQue mueran los ateos!" es decir, los que se negaban a creer en los dioses romanos, y finalizaron la arenga diciendo "iQue traigan a Policarpo!"
Huyendo de Roma
Cuando Policarpo supo que se le buscaba, y ante la insistencia de los miembros de su iglesia, salió de la ciudad y se refugió en una finca en las cercanías. A los pocos días, cuando los que le buscaban estaban a punto de dar con él, huyó a otro lugar. Pero cuando supo que uno de los que habían quedado atrás, al ser torturado, había dicho dónde se escondía él, el anciano Policarpo decidió dejar de huir y resistir las consecuencias.
Cuando Policarpo escuchó que los funcionarios romanos venían a arrestarlo, quiso esperarlos en casa. Pero mientras estaba allí en oración, recibió algún tipo de visión. Lo que sea que viera o escuchara, no lo sabemos. Simplemente informó a sus amigos que ahora entendía: "Debía ir a la hoguera".
Los soldados romanos finalmente descubrieron el paradero de Policarpo y llegaron a su puerta. Cuando sus amigos lo instaron a huir nuevamente, Policarpo respondió: "Hágase la voluntad de Dios" y dejó entrar a los soldados.
A juicio
Policarpo fue escoltado hasta el procónsul local, Estatio Quadratus, quien lo interrogó frente a una multitud de curiosos. Policarpo no parecía desconcertado por el interrogatorio; mantuvo un ingenioso diálogo con Quadratus hasta que éste perdió los estribos y le amenazó. Policarpo solo le dijo a Quadratus que mientras el fuego del procónsul dura solo un poco, el fuego del juicio reservado para los impíos no se podía apagar. Policarpo concluyó: "¿Pero por qué te demoras? Ven, haz lo que quieras".
De nuevo Quadratus le insistió diciéndole que si juraba por el emperador y maldecía a Cristo quedaría libre. A lo que Policarpo respondió: “Llevo ochenta y seis años sirviéndole, y ningún mal me ha hecho. ¿Cómo he de maldecir a mi rey, que me salvó?”
Finalmente, los soldados lo agarraron para atarlo a una estaca. Atado ya en medio de la hoguera, y cuando estaban a punto de encender el fuego, Policarpo elevó la mirada al cielo y oró en voz alta:
“Señor Dios soberano te doy gracias, porque me has tenido por digno de este momento, para que, junto a tus mártires, yo pueda tener parte en la copa de Cristo. Por ello te bendigo y te glorifico. Amén”.
Así murió aquel anciano obispo a quien años antes, cuando todavía era joven, el viejo Ignacio había dado consejos acerca de su labor pastoral y de la necesidad de ser un ejemplo de firmeza en medio de la persecución.
Un relato sobre el asesinato de éste mártir concluyó diciendo que la muerte de Policarpo fue recordada por "…todos, incluso los paganos lo mencionan en todos los lugares".
¿Y tú? ¿Qué piensas? ¿Crees que una verdadera convicción en el evangelio nos libra del temor a la persecución? ¿Por qué crees que los cristianos de hoy dudan tanto ante la necesidad defender sus convicciones cristianas?
Apoya a nuestra causa
Espero que este artículo te haya sido útil. Antes de que saltes a la próxima página, quería preguntarte si considerarías apoyar la misión de BITE.
Cada vez hay más voces alrededor de nosotros tratando de dirigir nuestros ojos a lo que el mundo considera valioso e importante. Por más de 10 años, en BITE hemos tratado de informar a nuestros lectores sobre la situación de la iglesia en el mundo, y sobre cómo ha lidiado con casos similares a través de la historia. Todo desde una cosmovisión bíblica. Espero que a través de los años hayas podido usar nuestros videos y artículos para tu propio crecimiento y en tu discipulado de otros.
Lo que tal vez no sabías es que BITE siempre ha sido sin fines de lucro y depende de lectores cómo tú. Si te gustaría seguir consultando los recursos de BITE en los años que vienen, ¿considerarías apoyarnos? ¿Cuánto gastas en un café o en un refresco? Con ese tipo de compromiso mensual, nos ayudarás a seguir sirviendo a ti, y a la iglesia del mundo hispanohablante. ¡Gracias por considerarlo!
En Cristo,
Giovanny Gómez Director de BITE |