“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”. Santiago 1:2-3.
Santiago, el hermano de Jesús, no tenía en mente una pandemia mundial cuando escribió estas palabras en el capítulo inicial de su epístola bíblica a “las 12 tribus esparcidas entre las naciones”. Pero a medida que el coronavirus cerró iglesias en todo el mundo, una encuesta global que entrevistó a más de 14.000 cristianos descubrió que pocos perdieron la fe mientras que muchas más personas vieron fortalecida su fe en Cristo a través de las pruebas que esta pandemia les ha significado.
Este 27 de enero, el Pew Research Center publicó un estudio sobre cómo el COVID-19 afectó los niveles de fe religiosa durante el año pasado en 14 países con economías avanzadas: Australia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, Italia, Japón, Países Bajos, España, Corea del Sur, Suecia, Reino Unido y Estados Unidos.
“En 11 de los 14 países encuestados, la proporción de quienes dicen que su fe religiosa se ha fortalecido es mayor que la proporción de quienes dicen que se ha debilitado”, señalaron los investigadores de Pew. “Pero, en general, la gente de los países desarrollados no ve muchos cambios en su propia fe religiosa como resultado de la pandemia”.
En general, una media de 4 de cada 5 ciudadanos de cada país dijo que su fe se mantuvo más o menos sin cambios.
Pero liderando el grupo con fe fortalecida se encontraba: Estados Unidos.
Y liderando el grupo con una fe debilitada: Corea del Sur.
De acuerdo al estudio: Los estadounidenses tenían tres veces más probabilidades de informar que su fe religiosa se había fortalecido debido a la pandemia: 28 por ciento, frente a una media global del 10 por ciento. Luego vinieron los españoles (16%) e italianos (15%), cuyas naciones fueron dos de las más afectadas durante el brote mortal del coronavirus en la primavera. Aproximadamente 1 de cada 10 canadienses, franceses, australianos, británicos, coreanos y belgas dijeron lo mismo.
Mientras tanto, los coreanos tenían tres veces más probabilidades de informar que su fe religiosa se había debilitado debido a la pandemia: un 9 por ciento, frente a una media mundial del 3 por ciento. Luego vinieron los españoles (5%), seguidos de un empate entre estadounidenses, británicos, belgas y holandeses (4%).
Estos resultados preliminares nos dan como resultado un reporte en el aumento de la fe para el 10% de las personas, mientras que representa al mismo tiempo un descenso para el 3% de los participantes en la encuesta.
Sin embargo, entre los encuestados que dijeron que la religión era “muy importante” en sus vidas, una proporción mucho mayor informó que su fe se fortaleció. Esto incluyó al 49 por ciento de los españoles creyentes, el 45 por ciento de los estadounidenses, el 44 por ciento de los italianos y el 40 por ciento de los canadienses. A nivel mundial la media de quienes reportan que su fe es muy importante es del 33%.
Una vez más, Corea del Sur reportó un registro más alto para quienes dicen que su ve se vio debilitada durante la pandemia. Entre los coreanos que dijeron que la religión era “muy importante” en sus vidas, el 14 por ciento dijo que su fe se había debilitado, aproximadamente tres veces la media mundial del 5 por ciento. Les siguieron los franceses (8%), los británicos (7%), luego un empate entre españoles, holandeses y suecos (5%).
Entre los encuestados que dijeron que la religión no era importante o solo algo importante en sus vidas, 1 de cada 10 estadounidenses reportó una fe fortalecida (11%), seguido por los españoles y coreanos (6%) que reportaron una fe fortalecida durante la pandemia.
(Estados Unidos sigue siendo un caso atípico en cuanto a religiosidad: el 49 por ciento de los estadounidenses dice que la religión es muy importante en sus vidas, frente al 20 por ciento de los australianos, el 17 por ciento de los coreanos y el 9 por ciento de los japoneses que afirman lo mismo).
Pew no encontró diferencias significativas entre hombres y mujeres respecto a los reportes de aumento o descenso de la fe, pero “dos casos excepcionales” fueron Italia y Corea del Sur. En Italia, el 20 por ciento de las mujeres dice que su fe se ha fortalecido frente a solo el 10 por ciento de los hombres. En Corea del Sur, el 13 por ciento de las mujeres dice que su fe se ha fortalecido frente a solo el 8 por ciento de los hombres.
Pew también pidió a los encuestados que evaluaran el impacto de la pandemia en la fe de su nación en su conjunto. Una vez más, los estadounidenses abrieron el camino con 3 de cada 10 encuestados afirmando que la fe de los ciudadanos de los Estados Unidos se había vuelto más fuerte.
En la mayoría de los países, las personas eran más propensas a decir que la fe religiosa de sus conciudadanos se había vuelto más fuerte (con una mediana global del 15%) que a decir lo mismo sobre su propia fe (con una mediana global del 10%). Significativamente, en los Países Bajos solo el 7 por ciento de los holandeses dice que su propia fe es más fuerte, pero el 17 por ciento dice que la fe de otros holandeses es más fuerte. La misma diferencia significativa se encontró entre suecos (3% frente a 15%) y daneses (2% frente a 10%)
Mientras tanto, los coreanos eran más propensos a decir que la fe religiosa en su nación se ha debilitado (17%), seguidos por los estadounidenses (de los cuales el 14% dijo lo mismo) y luego por los italianos, belgas y alemanes (10%). Otros igualaron o cayeron por debajo de la media mundial (8%).
En los Estados Unidos, los evangélicos blancos fueron los más propensos a decir que su fe se había vuelto más fuerte (49%), seguidos por los católicos (35%), los protestantes blancos no evangélicos (21%) y los no afiliados (5%) afirmaron que su fe se había fortalecido. Este fue un aumento modesto desde abril, cuando Pew encontró una fe fortalecida reportada por el 41% de los evangélicos blancos, en el 27% de los católicos, el 19% de los protestantes blancos no evangélicos y el 7% de los creyentes que se declaran como no afiliados a ninguna iglesia.
La encuesta del verano de Pew no tuvo suficientes protestantes negros para hacer un registro de sus perspectivas en torno al aumento o descenso de la fe, pero en la encuesta de abril estos encabezaron a todos los grupos religiosos estadounidenses, y el 54 por ciento de los protestantes negros dijo que su fe se había fortalecido.
Entre todos los estadounidenses, el 24 por ciento dijo que su fe se había fortalecido en abril, en comparación con el 28 por ciento que dijeron lo mismo en el verano.
Aproximadamente un tercio de los estadounidenses cree que la pandemia ofrece una lección para la humanidad enviada por Dios (35%), según una encuesta anterior de Pew. Una parte similar (37%) cree que hay una lección que aprender pero que esta no fue enviada por Dios.
Pew encuestó a 14.276 adultos por teléfono del 10 de junio al 3 de agosto en los 14 países, seleccionados por ser economías avanzadas.
Pew señaló que “todos los países encuestados estaban bajo órdenes de distanciamiento social y / o cierre nacional debido al COVID-19”, sin embargo “no todos los países han experimentado la enfermedad de la misma manera” y la situación de la pandemia “ha cambiado sustancialmente desde que se realizó la encuesta”.
Durante el período de estudio, Australia, Japón y Estados Unidos tuvieron un número creciente de infecciones, mientras que Italia y algunos otros países europeos habían comenzado a recuperarse de la gran cantidad de casos notificados en abril y mayo. Casi todos los países encuestados experimentaron picos significativos de infecciones y muertes en otoño e invierno.
Pew también encontró que un tercio de los encuestados dijo que las relaciones con los miembros de su familia se habían fortalecido como resultado de la pandemia (con una mediana global: 32%). Aproximadamente 4 de cada 10 españoles, italianos, estadounidenses, británicos y canadienses informaron esto, al igual que 3 de cada 10 belgas, y en la misma proporción franceses, australianos y suecos reportaron esto mismo.
Los alemanes lideran el camino entre los que dijeron que las relaciones familiares se habían debilitado (13%) en medio de la pandemia, seguidos por los belgas (11%) y los coreanos (10%).
Consideraciones finales
Independientemente de si los cristianos alrededor del mundo consideran que la pandemia hace parte de una lección de Dios para la humanidad o si la ven como un evento fortuito del que de todas formas no hubiésemos podido escapar, la realidad es que esta coyuntura ha servido para que muchas más personas se acerquen a la fe y reevalúen sus expectativas y sus perspectivas frente a la vida tal y como la conocían antes de que la pandemia llegara. La fe también puede constituir un mecanismo de defensa al que las personas se acogen para enfrentar la adversidad y en este caso esta se convierte en una fuente de consuelo muy importante. En todo caso, los cristianos, cuando hemos sido confrontados con eventos que no nos agradan o que nos pueden causar un gran sufrimiento tenemos ante nosotros el mismo desafío y si nos mantenemos en la fe podremos decir gozosos con el apóstol:
“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida” 2 Timoteo, 4:7-8.
De la misma manera, esperamos que sean cuales sean las circunstancias a las que nos veamos abocados, nada nos pueda separar del amor del Señor y de su gracia, tal y como también lo dice el apóstol Pablo:
“Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” Romanos 8, 35-39.
Pidamos pues con humildad que el Señor nos mantenga firmes en la fe y nos conceda la gracia de que esta se vea aumentada, aún cuando las circunstancias nos parezcan extrañas y adversas.
Con información de Christianity Today
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