El Mosaico de Megido es “el descubrimiento más grande desde los Rollos del Mar Muerto”, afirmó Carlos Campo, el CEO del Museo de la Biblia, y varios de sus colegas aseguraron que es “el descubrimiento arqueológico más importante para entender la iglesia cristiana primitiva”. Sin embargo, este artefacto ha estado en boca de muchos medios recientemente. Si bien fue descubierto en el 2005 en la prisión de Megido –cerca de la antigua ciudad de Tel Megido, al norte de Israel– no fue sino hasta este año que recibió atención generalizada en todo el mundo.
En este artículo, pretendo mostrar brevemente las razones principales por las que este hallazgo arqueológico tiene tan inmenso valor para el cristianismo, y luego ofrecer una reflexión sobre la controversia actual y la importancia de la arqueología para nuestra fe.
Una increíble historia resumida en 50 m2
¿Qué es el Mosaico de Megido? Nada más y nada menos que la iglesia más antigua jamás encontrada —o, más bien, el piso de esa iglesia—, que data del año 230. Si bien los académicos debaten sobre si se le debería llamar “iglesia” a este lugar, es indiscutible el hecho de que era un lugar cristiano primitivo de reunión. El piso está construido con teselas y piezas de mármol, unidas por una base de mortero que ayudó a fijarlas y a nivelar la superficie.
La imagen más notoria del mosaico es la de dos peces, que desde muy temprano en la historia representaban el cristianismo, tanto por el acrónimo griego ἰχθύς (ikhthýs), cuyas letras significaban “Jesús”, “Cristo”, “de Dios”, “Hijo” y “Salvador”, como por el famoso relato de la multiplicación de los panes y los peces. Esta imagen nos dice mucho: al no haber representaciones de personas ni de dioses romanos, es evidente que su propósito era la adoración cristiana.
Este mosaico se compone principalmente de cinco elementos:
- Una mesa central
- El panel sur, con dos inscripciones en griego
- El panel norte, con una inscripción en griego
- El panel este, sin inscripciones
- El panel oeste, sin inscripciones
Al analizar la mesa y las inscripciones, es posible destacar cuatro importantes rasgos del cristianismo primitivo, que nos dejan valiosas lecciones para nuestros días.
La divinidad de Cristo: una afirmación anterior a Nicea
La inscripción que más llama la atención es la de Akeptous, ubicada en el panel sur, que dice: “Akeptous, amante de Dios, que ofreció la mesa a Dios Jesucristo como memorial”. Esta mujer, usando sus propios recursos, pagó para construir la mesa del lugar de adoración, y lo hizo en honor a “Dios Jesucristo”.
Esto es fundamental ya que, a lo largo de la historia, muchos oponentes de la fe han afirmado que la divinidad de Cristo fue un invento del siglo IV, como si se hubiera hablado de ésta por primera vez en el Concilio de Nicea y como si Constantino, el primer emperador en respaldar la religión cristiana, hubiera intervenido en el debate del arrianismo como una simple estrategia política. De hecho, en la obra de ficción El Código da Vinci de Dan Brown, vemos al personaje Sir Leigh Teabing diciéndole a Sophie Neveu:
Recuerda, en esos días los dioses estaban en todos lados. Al infundir magia divina en el Jesús hombre, haciéndolo capaz de milagros terrenales y de su propia resurrección, Constantino lo convirtió en un dios dentro del mundo humano. Él básicamente eliminó del juego a los dioses más distantes.
Sin embargo, el Mosaico de Megido demuestra que desde el año 230, casi un siglo antes del Concilio de Nicea, había cristianos que confesaban la divinidad de Cristo.
Mujeres piadosas: rol importante en una sociedad machista
La segunda inscripción del panel sur dice: “Recuerden a Primilla y Cyriaca y Dorothea, y además de Chreste”. Este era un grupo de benefactoras de la comunidad cristiana, ya sea por su fidelidad en su servicio y predicación del evangelio, por sus aportes económicos generosos, o por haber muerto como mártires. En el Nuevo Testamento, vemos a mujeres apoyando el ministerio de Jesús, como en Lucas 8:1-3 (NBLA):
Poco después, Jesús comenzó a recorrer las ciudades y aldeas, proclamando y anunciando las buenas nuevas del reino de Dios. Con Él iban los doce discípulos, y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; Juana, mujer de Chuza, mayordomo de Herodes; Susana y muchas otras que de sus bienes personales contribuían al sostenimiento de ellos.
También el apóstol Pablo habla de mujeres que han compartido sus sufrimientos en Filipenses 4:2-3 (NBLA): “Ruego a Evodia y a Síntique, que vivan en armonía en el Señor. En verdad, fiel compañero, también te ruego que ayudes a estas mujeres que han compartido mis luchas en la causa del evangelio, junto con Clemente y los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida”. Así, es claro que las mujeres asumían roles fundamentales dentro de la comunidad cristiana, lo cual demuestra una importancia que no tenían en casi ningún otro sector de la sociedad.
El centurión piadoso: fidelidad a Cristo antes que a Roma
La tercera inscripción, ubicada en el panel norte, dice: “Gaiano, también llamado Porfirio, centurión, nuestro hermano, hizo realizar este suelo de su propia cuenta como un acto de liberalidad. Brucio llevó a cabo el trabajo”. No solo la mujer Akeptous donó para la construcción del lugar, sino que un centurión romano que se había convertido al cristianismo pagó para la obra del Mosaico. Esto nos trae a la memoria al centurión que quería que Jesús sanara a su siervo, por lo que envió a unos ancianos judíos a convencerlo, argumentando su donación de la sinagoga: “Cuando ellos llegaron a Jesús, le rogaron con insistencia, diciendo: ‘El centurión es digno de que le concedas esto; porque él ama a nuestro pueblo y fue él quien nos edificó la sinagoga’”, Lc 7:4-5 (NBLA).
Parece que el Mosaico se hizo durante el reinado del emperador Alejandro Severo –del 222 al 235–, quien no persiguió de manera tan sangrienta a los cristianos como lo habían hecho Nerón o Domiciano. Sin embargo, la persecución que hubo desde Nerón nunca se detuvo sino hasta el tiempo de Constantino en el siglo IV. De hecho, la oposición llegó a un clímax con Diocleciano, quien reinó entre el 284-305, y decretó en el 303 que estaba prohibido para un oficial romano ser cristiano.
¿Por qué era importante para los enemigos del cristianismo prohibir a los oficiales romanos ser cristianos? ¡Porque había bastantes! Y una prueba contundente de ello es Gaiano, quien dio el dinero para la construcción del Mosaico. Tal era el impacto de la fe cristiana, que aun los oficiales del Imperio estaban siendo convertidos.
[Puedes leer el artículo Gran incendio de Roma: Cómo se originó y por qué culparon a los cristianos]
La mesa: adoración comunitaria en tiempos de persecución
Este Mosaico también nos enseña dos rasgos clave de cómo era la adoración de la iglesia primitiva. En el centro hay una pieza de piedra que probablemente fue la base para una mesa, lo cual se puede relacionar con la inscripción de Akeptous. Allí está la palabra griega “τράπεζα” (trapeza), que es distinta a las usadas para describir tanto los altares judíos como los paganos, y su significado es simplemente “mesa”.
¿Qué nos dice esto acerca de la adoración? Que no estaba enfocada en un altar ni en algo similar a un púlpito, sino que el punto central era la comunión. Probablemente, mientras partían el pan —como lo describe Lucas en Hechos 2:46-47—, algunos daban testimonios y enseñanzas basadas en las palabras de los apóstoles. Esto nos trae un valioso recordatorio para nuestros días: la adoración congregacional no se limita a la enseñanza del predicador. Si bien esto no nos debería animar a deshacernos de la organización regular de nuestros edificios eclesiales, sí debería impulsarnos a reafirmar el papel central de la comunión.
El segundo rasgo es que los cristianos adoraban en lugares pequeños en secreto, más parecidos a las casas-iglesias en países donde nuestros hermanos son perseguidos hoy que a las megaiglesias en naciones con menos restricciones . Como ya lo mencionamos, el cristianismo nunca fue legal en el Imperio sino hasta el gobierno de Constantino. Solo a partir del siglo IV es que fue posible pensar en una estructura más o menos estándar para los lugares cristianos de reunión. Este lugar de adoración de Megido demuestra que los seguidores de Cristo nunca dejaron de confesarlo, aun cuando no era legal.
Controversia: un museo evangélico
Ahora, ¿por qué el Mosaico ha sido motivo de controversia en la escena pública? Para explicarlo, debemos remontarnos a las condiciones de su descubrimiento. El lugar en el que fue hallado, en medio de unas excavaciones realizadas en el norte de Israel, tiene una importancia histórica y bíblica fundamental, ya que está asociado con la famosa batalla de Armagedón mencionada en el libro de Apocalipsis (Ap 16:16). La pieza se halló cuando arqueólogos comenzaron a trabajar en la zona como parte de un proyecto previo a la expansión de la prisión. Poco después del hallazgo, se decidió reubicar aquella cárcel.
Después de su descubrimiento, el mosaico permaneció en el sitio original bajo protección arqueológica supervisada por la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA por sus siglas en inglés). Durante años, fue inaccesible para el público debido a su ubicación (dentro de una prisión operativa). Sin embargo, en 2023, las autoridades israelíes decidieron, en colaboración con el Museo de la Biblia en Washington, trasladar el Mosaico para su exhibición internacional. Esta decisión fue impulsada por el deseo de compartir este importante artefacto con una audiencia global.
La propuesta fue aprobada con condiciones estrictas de conservación y seguridad; el Mosaico tuvo que ser dividido en secciones manejables —lo que requirió separar las teselas—, fue embalado, transportado y cuidadosamente reensamblado en el Museo de la Biblia en septiembre de 2024. Su exhibición en Washington permanecerá hasta julio de 2025. Y justo allí, en ese Museo, está el meollo de la controversia.
La reputación del Museo de la Biblia
Desde su apertura en 2017, el Museo de la Biblia ha sido objeto de controversias y críticas significativas que han afectado su reputación. Una de las mayores polémicas surgió en relación con dieciséis fragmentos de los Rollos del Mar Muerto exhibidos en sus instalaciones, los cuales, después de ser analizados entre 2018 y 2020 por expertos, se determinó que eran falsificaciones y fueron retirados de la exposición.
Otro caso que generó indignación fue el relacionado con fragmentos bíblicos robados de la Universidad de Oxford. En 2019, se descubrió que varios fragmentos exhibidos en el museo habían sido extraídos ilegalmente de la Biblioteca Sackler de dicha institución y vendidos en el mercado negro. Este incidente desató investigaciones sobre la procedencia de otros artefactos del museo y arrojó dudas sobre la ética detrás de su colección. Unido a esto, en 2020, el museo se vio obligado a devolver más de 11.500 artefactos a Egipto e Irak, después de que se determinara que muchos de ellos habían sido adquiridos mediante tráfico ilícito de antigüedades.
La compra de muchos de estos artefactos fue realizada por los propietarios del museo, la multimillonaria familia evangélica Green, quienes también son dueños de la empresa Hobby Lobby. Los Green han estado involucrados en varias controversias legales y culturales; entre ellas, destacan su oposición al mandato del gobierno de Estados Unidos que exigía a las empresas proporcionar cobertura para anticonceptivos, incluida la pastilla del día después, lo que llevó a una disputa en la Corte Suprema.
El enfoque del museo ha sido criticado por su marcada inclinación hacia una narrativa protestante, propiciada por los Green, lo que, según algunos académicos, limita la representación de otras tradiciones religiosas y perspectivas históricas sobre la Biblia. Estas posturas han vinculado al museo con debates ideológicos más amplios, lo cual ha reforzado la percepción de que está profundamente arraigado en una agenda específica. Un ejemplo de la oposición o los cuestionamientos que ha generado es el libro The Museum of the Bible: A Critical Introduction (El Museo de la Biblia: una introducción crítica), por Jill Hicks-Keeton.
¿Suficiente para invalidar el esfuerzo de Megido?
Muchos de los oponentes del Museo de la Biblia critican el hecho de que se retirara el Mosaico de Megido de Israel para llevarlo a Estados Unidos, especialmente por la reputación del lugar de la exhibición. Sin embargo, ¿esta controversia es suficiente como para afirmar que fue incorrecta la decisión de exhibir la pieza ante la comunidad internacional? Creo que no.
Si bien el propósito de este artículo dista mucho de la intención de defender el Museo (creo que el análisis profundo de sus controversias es tema de otro escrito), hay que reconocer que en todos los casos en que sus adquisiciones fueron criticadas, el Museo actuó de manera profesional: retiró los Rollos del Mar Muerto que eran falsificaciones, devolvió las antigüedades a Irak y Egipto, y ha estado abierto a que se investigue la procedencia de sus adquisiciones. En el caso del Mosaico de Megido, su alianza con la IAA fue legítima y hecha bajo la ley.
En este contexto, es relevante considerar las palabras del arqueólogo de la Universidad Bar-Ilan Aren Maeir, quien afirmó para el medio israelí Haaretz: “Si bien algunos de los fundadores y acciones del museo son cuestionables, y el museo claramente tiene una agenda muy ideológica, no creo que una agenda ‘purista’ sea muy útil aquí. Siempre que todo se haga conforme a la ley, no veo ningún problema”. En otras palabras, más allá de la agenda específica de cada institución, siempre vale la pena poner los hallazgos arqueológicos a disposición del estudio público internacional. Además, probablemente es imposible que instituciones que trabajan en el ámbito religioso alcancen una neutralidad absoluta.
En conclusión, este debate es un recuerdo de la importante tarea de continuar con la investigación arqueológica en todo el mundo. Un enfoque purista podría llevar a la exclusión de hallazgos valiosos simplemente porque están en manos de actores cuestionados. Sin embargo, esto no exime a los museos de garantizar la transparencia, la procedencia ética y el rigor académico en sus exhibiciones.
Referencias y bibliografía
Ancient Megiddo Mosaic Makes US Debut At The Museum Of The Bible | Greek City Times
The Megiddo Mosaic, por el pastor Terry Feix | Crossings Church
El mosaico de Megiddo será exhibido en el Museo de la Biblia | Noticias de Israel
The Megiddo Mosaic: Foundations of Faith Opening Event | Museum of the Bible
The Megiddo Mosaic: A Community Coming Together to the Table | Museum of the Bible
Museum of the Bible | Wikipedia
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