“Y les dijo “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda creatura. El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado” (Marcos 16, 15).
Un reciente estudio ha encontrado que mientras la mayoría de los cristianos expresan su deseo de hablar de su fe, pocos han compartido con alguien más de lo que se necesita para convertirse en un cristiano, durante los últimos seis meses.
La mayoría de los cristianos dicen que ellos están dispuestos, listos y en oración para tener conversaciones sobre su fe con otras personas o para el evangelismo, pero muchos admiten que realmente no se han arriesgado a tener estas conversaciones con las personas que los rodean o con aquellos con los que se encuentran en sus vidas.
Un estudio de la organización cristiana Evangelism Explosion, y encargado a la empresa de investigación Lifeway Research, encontró que los cristianos expresan su disposición y deseo a hablar con otros acerca de su fe, aún así pocos han compartido el evangelio con alguien durante los últimos seis meses, lo cual evidentemente constituye un gran desafío para la iglesia su obra misionera.
Pero antes de que veamos cuáles son las actitudes de los cristianos estadounidenses respecto al evangelismo, es pertinente destinar un espacio para clarificar los conceptos. Así que antes que nada definamos qué es el evangelismo.
¿Qué es el evangelismo?
Evangelismo significa predicar, anunciar o de otra manera comunicar el evangelio, hablar de nuestra salvación y de nuestro Salvador. Es entregar el mensaje de que Jesucristo no solamente es el Hijo de Dios sino también dio su vida en sacrificio por nuestros pecados. Al entregarse en la cruz, Él aseguró la vida eterna para todo aquél que cree en Él.
Y como se nos dice en Juan 3, 16: “De tal manera amó Dios al mundo que entregó a Su único hijo, para que cualquiera que crea en Él, no perezca sino que tenga vida eterna”. Y de nuevo, Jesús nos dice en Juan 14, 6: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mi”. Aceptar las buenas noticias de salvación y luego contarlas a los demás, de manera que ellos las sepan, eso es la definición de evangelismo.
Teniendo esto claro, veamos ahora cuáles son las actitudes y perspectivas de los cristianos respecto al evangelismo.
Pocos cristianos se comprometen a hablar personalmente del evangelio
“Ahora, quizás más que nunca, las personas tienen conversaciones abiertas sobre su fe, aún así este estudio revela que pocos cristianos realmente se comprometen con la oportunidad de hablar personalmente del evangelio”, dijo John Sorensen, presidente de Evangelism Explosion (Explosión del Evangelismo, una organización cristiana dedicada a promover la predicación del evangelio). “Nuestra misión en Evangelism Explosion es equipar a los seguidores de Jesús para que tengan la confianza para compartir el evangelio naturalmente, de manera amorosa e intencionada con sus familias, amigos, y sí, incluso con extraños, esa es la razón por la que nosotros queríamos perspectivas sobre las actitudes evangelísticas de los cristianos. Nosotros imaginamos un mundo donde cada creyente es un testigo de Cristo para Su Gloria”.
“Muchos cristianos dicen que ellos están de acuerdo en que compartir su fe es importante”, dijo Scott McConnell, director ejecutivo de Lifeway Research. “Pero muchos también necesitan ánimo y que se les muestre cómo compartir las buenas nuevas de Jesucristo con otros”.
Acciones de evangelismo
En el estudio que entrevistó a 1100 personas autoidentificadas como cristianas en Estados Unidos, más de 9 de cada diez (el 93%) dijo que han tenido una conversación “algo abierta” acerca de su fe con un amigo, y alrededor de 4 de cada 5 (el 81%) se sienten del mismo modo cuando se trata de hablar de su fe con un extraño. Casi dos de cada tres cristianos (el 64%) dicen que han rezado al menos una vez durante el mes pasado por la salvación de un amigo o por un miembro de la familia que no es un cristiano.
En los últimos seis meses, muchos cristianos han hablado de sus creencias con sus seres queridos al menos una vez, incluyendo el tener una conversación acerca de su fe (el 53%) y compartir una historia acerca de lo que Dios ha hecho en sus vidas (el 52%).
Sin embargo, menos de la mitad de las personas autoidentificadas como cristianas han, al menos una vez durante los últimos seis meses, compartido un verso de la Biblia o una historia de la Biblia con un no cristiano que es un miembro de su familia o un ser querido (46% dijeron esto).
Un 43% también afirmó que han invitado a un amigo no cristiano o a un miembro de la familia a asistir a un servicio religioso o a otro tipo de actividad de la iglesia.
Por su parte solo un 38% dijo que ha compartido con un no cristiano que es miembro de su familia lo que se necesita para convertirse en un cristiano.
En general, más del 50% de los cristianos no se han comprometido con este tipo de acciones durante los últimos seis meses.
Acciones de evangelismo comprometido
Muchos menos cristianos han tomado alguno de los siguientes pasos con un no cristiano que no fuera ni familiar ni amigo o conocido durante los últimos seis meses:
- Solo el 40% han tenido una conversación acerca de su fe con desconocidos;
- 39% han compartido una historia de lo que Dios ha hecho por ellos en sus vidas;
- Solamente el 36% ha compartido un versículo o historia de la Biblia;
- El 34% ha invitado a un extraño a la iglesia, y
- únicamente el 30% ha compartido con un extraño lo que se necesita para convertirse en un cristiano.
“Orar para que alguien siga a Cristo es algo que resulta mucho más fácil que hablar con alguien acerca de la fe”, dijo McConnell. “No está claro por qué los cristianos son tan tímidos acerca de su fe o si ellos no están conectándose con los no cristianos en los espacios donde estas conversaciones pueden tener lugar”.
Opiniones sobre el evangelismo
Cuando los cristianos piensan sobre las implicaciones del evangelismo, están pensando en cómo mostrar amor hacia otras personas. Sin embargo, lo que se entiende por “mostrar amor hacia otras personas” es algo que puede variar notablemente.
Casi dos de cada tres cristianos (el 65%) están de acuerdo en que compartir con un no creyente lo que se necesita para que él o ella pueda convertirse en un cristiano es lo más amoroso que pueden hacer por ellos. El 30% de los cristianos están de acuerdo fuertemente con esta declaración. Solo cerca de un cuarto de ellos (o el 23%) no están de acuerdo con esta declaración.
Más de la mitad de las personas que se autoidentifican como cristianas afirman que están dispuestas y/o se sienten entusiasmadas con la idea de evangelizar. El 39% dice que está dispuesto a evangelizar y un 15% adicional afirma que se siente entusiasmado al respecto.
Por otra parte, tres de cada diez cristianos (o el 29%) se mantienen neutrales respecto a su disposición a evangelizar, mientras que el 18% son reacios a compartir el evangelio y un 11% se mantiene indiferente al respecto.
Específicamente, los cristianos son más propensos a ser proactivos o reactivos en sus tácticas evangelísticas que al evitarlas del todo. Cerca de uno de cada siete cristianos (el 14%) dicen que ellos tratan activamente de llevar su fe en sus conversaciones con todas las personas, mientras que más de un cuarto (el 28%) trata de buscar las oportunidades naturales para iniciar una conversación acerca de su fe. Cerca de un tercio de los cristianos (el 32%) dicen que responden las preguntas que les hacen sobre su fe si se les pregunta o comentan algo sobre su fe si en la conversación con otros surge el tema. Cerca de uno de cada cinco cristianos (el 21%) dicen que no hablarían de su fe con la mayoría de las personas.
Más de la mitad de los autoidentificados como cristianos en Estados Unidos (el 58%) dicen que es fácil para ellos hablar de Jesús con los no cristianos, incluyendo un 23% que dicen que para ellos es muy fácil hablar de su fe con los no creyentes. Un tercio (el 33%) dice que es al menos algo difícil, mientras que el 10% dice que es muy difícil hablar acerca de Jesús con aquellos que no son cristianos.
Para algunos, el evangelismo podría representar emociones fuertes, las cuales están fuertemente asociadas más con dar un discurso público que con tener una conversación con un amigo. Más de dos de cada cinco cristianos (el 42%) dicen que compartir su fe con un no creyente o hablarles a los no creyentes de cómo convertirse en cristianos es algo que les resulta intimidante. Por otra parte, el 46% señalan que hablar de su fe con los demás o de cómo convertirse en un cristiano no es algo que los intimide.
Cuando se les preguntó acerca de cómo se sentían con el evangelismo, los cristianos se mostraban divididos. Más de un tercio (el 37%) piensa que la mayoría de aquellos que no son cristianos ven el evangelismo como una presión. Casi un cuarto (el 22%) cree que los no cristianos están abiertos a escuchar del evangelio. Porcentajes similares de cristianos dicen que aquellos que no son cristianos ven el evangelismo como algo que vale la pena escuchar una vez; 18% de los cristianos afirmaron esto.
Un 17% de los cristianos considera que los no cristianos ven el evangelio como algo que les puede llevar esperanza y un 17% de ellos piensan que los no cristianos ven el evangelio como algo que vale la pena explorar. Solamente un grupo pequeño de cristianos (el 14%) piensa que los no cristianos ven los esfuerzos evangelísticos de los cristianos como algo indeseado y rudo.
De acuerdo a un estudio de 2021 de Evangelism Explosion, que también fue llevado a cabo por Lifeway Research, el 51% de los estadounidenses, incluyendo el 60% de los no afiliados a una religión organizada, dicen que sienten curiosidad del por qué algunas personas muestran tanta devoción a su fe. Dos de cada tres (66%) también dijeron que se encuentran al menos abiertos a tener una conversación acerca de la fe cristiana con un amigo.
Aún así, en el más reciente estudio, el 52% de los autoidentificados como cristianos estuvieron de acuerdo en que animar a alguien a cambiar sus creencias religiosas es ofensivo e irrespetuoso, incluyendo al 20%, que se muestra fuertemente de acuerdo con esta declaración. Solo cerca de dos de cada cinco (el 37%) están en desacuerdo con la idea de que animar a alguien a cambiar de fe es algo irrespetuoso.
“Es una idea audaz animar a alguien a considerar la idea de convertirse a Jesucristo”, dijo McConnell. “Para algunos cristianos, su amor hacia los otros los obliga a sugerirles esta idea aparentemente ofensiva. Para otros, esto los desanima en cuanto a hablarles a los demás acerca de lo que creen”.
Preparación para el evangelismo
Dos de cada tres cristianos (el 66%) dicen que no tienen familiaridad con ningún método para hablarles a otros acerca de Jesús, pero la mitad dicen que están listos para al menos compartir los aspectos básicos sobre cómo alguien puede comenzar a seguir a Jesús. Cerca de un cuarto ( el 23%) dicen que están listos para cualquier oportunidad de hablarle a alguien sobre cómo convertirse en cristiano, y el 27% están preparados para compartir los pasos básicos sobre el inicio en la vida cristiana. Asimismo, uno de cada cinco (el 19%) dicen que saben los elementos esenciales para iniciar una vida en Cristo, pero no se sienten cómodos cuando se trata de poner estos elementos en palabras. Un cuarto de los cristianos (el 24%) dicen que no están seguros de qué información se necesita compartir o sobre dónde empezar cuando se trata de decirle a los demás sobre cómo iniciar una vida en Cristo.
La mayoría de los cristianos están de acuerdo en que es un mandato evangélico compartir sus creencias con los demás, pero también afirman que es la obligación de sus pastores equiparlos correctamente para hacer eso. Siete de cada diez cristianos (el 69%) dicen que que cada cristiano tiene la responsabilidad de animar a los no cristianos a confiar en Jesús como su salvador, incluyendo al 35% que cree esto fuertemente.
Uno de cada cinco cristianos (20%) no están de acuerdo en que sea obligatorio hablar de Jesús y animar a otros a la conversión. Similarmente, el 68% están de acuerdo en que es la responsabilidad de sus pastores equipar a su congregación con las herramientas necesarias para compartir el evangelio, y el 19% de los cristianos no están de acuerdo.
Cuando se trata de pensar acerca de las especificaciones sobre el estar entrenados y equipados para el evangelismo, los cristianos tienen una amplia variedad de preferencias. Cerca de uno de cada cinco (el 19%) quiere experimentar conversaciones de fe en la vida real con un entrenador o alguien capacitado. Un 16% prefiere tomar clases en persona. Muchas menos personas están buscando actividades individuales y menos personales de capacitación para el evangelismo. Dentro de estas actividades se encuentran ver vídeos (18%), leer un libro (12%), tomar una clase en línea (8%) o escuchar un audio, como un podcast o un audiolibro (5%). Otro 18% dice que nunca se entrenaría o tomaría actividades de entrenamiento para el evangelismo.
“La mitad de los cristianos no están listos para decirle a alguien cómo convertirse en un cristiano, y eso probablemente no cambiará sin ayuda”, dijo McConnell. “La mayoría están buscando en sus iglesias y en sus líderes la ayuda que necesitan para prepararse correctamente para tener estas conversaciones acerca de la fe”.
¿Por qué el evangelismo es tan importante para los cristianos?
Antes de profundizar en las conclusiones que podemos extraer del estudio de Evangelism Explosion, es importante que reflexionemos un momento sobre la importancia del evangelismo y sus implicaciones para los cristianos de hoy. Veamos.
En adición a las palabras de Jesús acerca de la importancia de evangelizar, sus apóstoles dijeron e hicieron mucho de lo mismo que hizo Él. Nosotros sabemos por el libro de Hechos de los Apóstoles que después de la resurrección de Cristo, los apóstoles estaban llenos del Espíritu Santo y se dirigieron a múltiples ciudades y locaciones para predicar la Palabra de Dios (Hechos, 8, 4- 25).
En la Carta a los Romanos, el apóstol Pablo dedicó gran parte de su tiempo a instruir a los primeros cristianos acerca de la necesidad desesperada del evangelismo de manera que todas las personas pudieran ser salvas. Como Pablo dice: “¿Cómo pues invocarán a aquel en el que no han creído? ¿Y cómo pueden creer en aquel del que nada han escuchado? ¿Y cómo pueden escucharlo si no tienen a nadie que les predique? (Romanos 10,14).
Por lo tanto, el mensaje del evangelio debe ser enviado y entregado para que pueda ser recibido, escribe Pablo, no importa el costo o el riesgo. El apóstol Pedro nos urge a estar “siempre preparados para dar respuesta a cualquiera que nos pida razón de la esperanza que nosotros tenemos” (1 Pedro 3, 15).
Nosotros también vemos ejemplos del evangelismo a lo largo de todo el Nuevo Testamento, particularmente en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Por ejemplo, en Hechos 2 se nos dice cómo Pedro, lleno del Espíritu Santo, predicó audazmente a una multitud, y cerca de 3000 personas pudieron creer y fueron bautizadas (Hechos 2, 41).
En Hechos 8, el Espíritu Santo impulsa a Felipe a acercarse a un funcionario etíope importante que estaba en su carro en un viaje por el desierto en el camino a Gaza. Felipe obedeció al Espíritu Santo y cuando él escuchó que el funcionario estaba leyendo el libro de Isaías, se aproximó a una conversación que finalmente lo llevaría a compartir las buenas nuevas con él, quien después creyó en Jesús y fue bautizado (Hechos 8, 26 -40).
También en Hechos encontramos la historia de cómo Pablo y Silas compartieron el evangelio con el guardián de su celda después de un violento temblor. El guardia creyó y “él y toda su familia fueron bautizados por Pablo y Silas” (Hechos 16, 34).
¿Deberían todos los cristianos evangelizar?
Jesús fue muy claro en sus directivas: debemos amar a Dios, amar al prójimo, arrepentirnos de nuestros pecados y creer en Él. También debemos predicar sus Buenas Nuevas por todo el mundo. La salvación de Dios nunca estuvo destinada a ser un secreto. Jesús predicó a miles en el nombre del Padre, alertando, enseñando y sanando. Luego de eso, voluntariamente murió en la muy pública, tortuosa y humillante muerte en una cruz, con dos criminales a su lado.
Como Él dijo en una de sus frases finales en la cruz: “Todo está consumado” (Juan 19, 30), un término común en su época para referirse al pago de una deuda. Con estas palabras, Jesús estaba diciendo esencialmente que su muerte estaba cancelando, o dando fin, a nuestras deudas causadas por el pecado. Nosotros hemos sido redimidos por su muerte en la cruz.
Luego, después de su resurrección, pero antes de su ascensión al cielo, Jesús dijo a sus apóstoles que él les estaba enviando un “abogado” para que fuera su ayuda. Ese abogado, el Espíritu Santo, les ayudaría a cumplir con su tarea.
Como Jesús dijo justo antes de ascender al cielo: “Recibirán poder cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes; y ustedes serán mis testigos en Jerusalén, y en toda Judea y Samaria, y hasta los confines del mundo” (Hechos 1, 8).
Esto no fue una sugerencia, sino un mandamiento: Ustedes serán mis testigos y extenderán mi mensaje. Ustedes les dirán a otros, de manera que ellos también puedan vivir.
En consecuencia, si nos consideramos discípulos de Jesús, sus seguidores, también estamos en la misma obligación que los primeros cristianos. La salvación no es un don privado que hemos recibido para nosotros mismos y que podamos guárdanos egoístamente. La salvación es una gracia que hemos de compartir con los demás, del mismo modo en que Jesús compartió su Palabra a lo largo de su vida pública. La salvación, al ejemplo de las cenas y banquetes que Jesús celebraba, es una gracia que hemos de compartir con todas las personas con las que podamos.
Conclusiones
Jesús sabía de la necesidad de salvación del mundo. El mundo no está completo sin la gracia y el amor de Dios. Es más, el mundo vive en tinieblas sin el amor y la gracia de Dios. En un mundo de pecado, el ser humano sufre y hace sufrir a los demás, y todas las relaciones sociales, humanas y espirituales se ven profundamente trastornadas. La separación de Dios pone al ser humano en un estado de profunda aflicción e insatisfacción.
Sin embargo, Dios siente una profunda compasión por sus criaturas y envía a su único hijo para que puedan tener salvación (Juan 3, 16). A lo largo de su vida Jesús predicó esta buena noticia (evangelio), el anuncio de que la salvación de Dios había llegado a los hombres. Jesús sanó y liberó a los seres humanos de todas las aflicciones, pasó su vida haciendo el bien (Hechos 10, 38). La liberación definitiva que Dios ofrece al mundo alcanza su plenitud en el sacrificio de la cruz, donde Jesús muestra a la humanidad el rostro misericordioso del Padre.
Pero a pesar de que esta buena noticia de salvación estaba extendida entre los discípulos de Jesús, no todos la conocían, por lo cual no todos los seres humanos habían tenido la oportunidad de encontrarse con ese mensaje de misericordia y salvación. Es por esto que Jesús envía a sus discípulos a que hagan lo mismo y muestren la salvación de Dios a toda criatura.
Este mandato se nos ha extendido a nosotros también. El discipulado de Jesús implica la solidaridad y el amor por los demás, y este amor también puede ser expresado en el mensaje de evangelización para que más personas puedan creer y ser salvas.
Aún así, no todos los cristianos están conscientes de esta necesidad. Una amplia mayoría de cristianos en Estados Unidos se sienten sin las herramientas necesarias para llevar a cabo la tarea evangelística, otros son apáticos y muchos más sienten miedo a que se les vea como irrespetuosos por compartir el evangelio y animar a los demás a la conversión. En este sentido, vemos que existe una fuerte necesidad por volver al evangelio, dentro de la misma iglesia, y reconocer las implicaciones del mensaje cristiano.
Pero ¿cuáles son las implicaciones del evangelio para el evangelismo? Básicamente podemos decir que la principal implicación es que la salvación no nos pertenece como un regalo privado. La salvación es de Dios, es un don que Él nos ha hecho y que Él nos anima a compartir. La misericordia de Dios no se cierra a un grupo inicial de conversos sino que se extiende a lo largo de la historia y el espacio. Es por esto que el evangelismo es un mandato bíblico.
Frente a esta realidad, las iglesias cristianas tienen una obligación fuerte de discipular a los cristianos, haciéndoles ver la importancia y la necesidad del evangelismo. De la misma manera, los pastores y demás líderes eclesiales, están en la obligación de equipar a los feligreses con las herramientas y la preparación suficiente para poder llevar a otros a Cristo. Urge así la necesidad de espacios como talleres de evangelismo, actividades catequéticas, guías para el uso de medios de comunicación y guías para aprender a hablar con los demás sobre el evangelio. Pero sobre todo, urge una sincera conciencia del dolor y el sufrimiento de un mundo que no ha conocido a Cristo. Urge que seamos conscientes de las consecuencias terribles del pecado en el mundo moderno y que como Jesús sintamos compasión por la humanidad. Solo con esta conciencia, que nos impulsa a ser compasivos a ejemplo de Jesús, los cristianos podremos sentirnos movidos a compartir el evangelio del Señor con toda creatura.
Metodología del estudio
El estudio fue una idea original y fue comisionado por Evangelism Explosion. El estudio en línea, que entrevistó a 1011 cristianos estadounidenses, fue llevado a cabo por Lifeway Research entre el 12 y el 23 de abril de 2022, usando un panel nacional prereclutado. Cuotas y ligeros contrapesos se usaron para balancear a los entrevistados, por género, edad, región, etnia, nivel educativo y denominación para reflejar al conjunto de la población de una forma más exacta. La muestra completada es de 1011 encuestas. De acuerdo a los investigadores la muestra provee un 95% de confianza y el margen de error n o excede el 3.1%. Este margen de error cuenta por el efecto del balanceo, aunque los márgenes de error suelen ser más altos en los subgrupos de entrevistados.
Nota: con información de Lifeway Research.
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