Vladímir Putin ve a Rusia unida bajo una sola fe: el cristianismo ortodoxo ruso, y sus afanes expansionistas, que buscan restaurar la grandeza del antiguo imperio ruso, están modelados por un carácter nacionalista en el que la religión ortodoxa mayoritaria desempeña un papel importante. Esto en detrimento de otras expresiones de fe, tales como el protestantismo o las iglesias ortodoxas que son disidentes del patriarcado de Moscú. Con la actual invasión a Ucrania, el futuro de la libertad religiosa y de conciencia en este país enfrenta su más seria amenaza desde la era soviética.
Pero aunque Putin encuentra un fuerte apoyo para sus iniciativas en parte de la iglesia ortodoxa rusa, las otras iglesias ortodoxas en Ucrania han mostrado una actitud de fuerte resistencia a este imperialismo religioso.
Los ortodoxos en Ucrania denuncian la guerra y el imperialismo religioso que se les quiere imponer desde Moscú
Tras las reciente invasión rusa en Ucrania, el patriarca de la iglesia ortodoxa ucraniana ha señalado que el presidente Vladímir Putin «es una encarnación moderna de Caín», entre otros adjetivos nada favorables para el presidente ruso. El patriarca Filaret, cuyo nombre secular es Mykhailo Denysenko, es el líder del patriarcado de Kiev y su iglesia no se encuentra precisamente en buenos términos con la iglesia de Moscú después de separarse de ella en 1992.
En un artículo publicado en internet, Filaret no mencionó a Putin por su nombre, pero aludió a él en fuertes términos y al mismo tiempo lo describe como un líder mundial, quien por medio del bautismo pertenece a la Iglesia cristiana, pero que ahora está «bajo la acción de Satán».
Este es solo un ejemplo de cómo la actual guerra en Ucrania y la religión se relacionan. Sin embargo, la opinión de Filaret no es la única dentro del mundo cristiano. El patriarca ortodoxo de Moscú, Cirilo I, es en cambio un fuerte apoyo para Vladímir Putin, y al mismo tiempo el presidente ruso ha tratado de modelar el carácter de la sociedad rusa con las perspectivas religiosas de la iglesia ortodoxa. No es de extrañar que muchos grupos cristianos no ortodoxos se encuentren en una posición difícil, ya que su actividad evangelística ha sido restringida o limitada seriamente en el territorio ruso.
Y mientras muchos cristianos evangélicos ucranianos en los Estados Unidos se congregaron este domingo para orar por la paz, al tiempo que recordaron la época en la que habían escapado de la persecución soviética, otros actores han sacado provecho de la unión entre la religión y la política.
Cómo la guerra en Ucrania tiene un trasfondo religioso importante
Dos iglesias ortodoxas en Ucrania, una fiel a Moscú y otra independiente
La historia política intrincada de Ucrania, y su fuerte relación con la historia rusa, tiene también su contraparte en el paisaje religioso. Actualmente la mayoría de la población cristiana ortodoxa de Ucrania está dividida entre la iglesia independiente de Kiev y la leal al patriarcado de Moscú.
Pero mientras ha habido llamados al nacionalismo religioso, tanto en Rusia como en Ucrania, la lealtad religiosa no siempre refleja la lealtad política en medio de la lucha de Ucrania por la supervivencia.
Incluso, aunque el presidente ruso Vladímir Putin justificó su invasión de Ucrania, en parte como una defensa de la iglesia ortodoxa en ucrania que es leal al patriarcado de Moscú, los líderes de ambas facciones de la iglesia ortodoxa ucraniana han denunciado ferozmente la invasión, así como la significativa minoría de cristianos católicos y evangélicos:
«Con la oración en nuestros labios, con amor por Dios, por Ucrania, por nuestros vecinos, nosotros luchamos contra el mal, y veremos la victoria», prometió el arzobispo metropolitano Epifanio, líder de la iglesia ortodoxa de Ucrania basada en Kiev.
«Olvidemos las peleas mutuas y los malos entendidos, y unámonos con amor por Dios y nuestra patria», dijo el metropolitano Onufry, cabeza de la iglesia ortodoxa ucraniana, la cual está bajo el patriarcado de Moscú pero con una amplia autonomía.
Pero aun este frente unido de la iglesia ortodoxa ucraniana es complicado. Un día después de que Onufry publicara su mensaje, el sitio web de su iglesia comenzó a publicar reportes señalando que sus iglesias y fieles estaban siendo atacados, culpando de un ataque a representantes de una iglesia rival en Ucrania.
La división entre las iglesias ortodoxas de Ucrania se ha dado a conocer mundialmente en años recientes en la medida en que sus líderes han luchado sobre si y cómo tomar posturas frente a las tensiones políticas entre Rusia y Ucrania. Algunos en la iglesia ortodoxa de América esperan que ellos puedan poner sus conflictos a un lado y unir a los fieles para poner fin a la guerra, mientras que también temen que la guerra pueda exacerbar aún más las divisiones.
¿Cuál es el paisaje religioso en Ucrania?
Los estudios y encuestas más recientes estiman que una gran mayoría de la población ucraniana es ortodoxa, con una importante minoría de católicos que celebran la liturgia bizantina, la cual es muy similar a la de la iglesia ortodoxa, pero que son leales al Papa. La población incluye porcentajes más pequeños de protestantes, judíos y musulmanes. El actual presidente ucraniano Volodimir Zelenski es judío.
Ucrania y Rusia son países divididos por una historia común: tanto religiosa como políticamente.
Ambas naciones pueden rastrear su historia hasta el reino medieval de Rus del Kiev, cuyo príncipe del siglo X, Vladimir, rechazó el paganismo y fue bautizado en Crimea, y luego adoptó el cristianismo como la religión oficial del reino.
En 2014 Putin citó esta historia para justificar la invasión de Crimea, una tierra que él llamó «sagrada» para Rusia.
Pero mientras que Putin afirma que Rusia es la verdadera heredera del reino de Rus, los ucranianos afirman que su moderno estado tiene un carácter diferente y que Moscú no emergió como poder hasta varios siglos después. Esa también es una tensión que persiste entre las iglesias ortodoxas.
La ortodoxia en el mundo
Las iglesias ortodoxas históricamente han estado organizadas a lo largo de las líneas nacionales, con los patriarcas (los obispos de más alto rango) teniendo autonomía en sus territorios mientras que están atados unos a otros por una fe común. El Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé, es considerado «el primero entre iguales», pero, a diferencia del Papa en la iglesia de Roma, este no tiene una jurisdicción universal.
Las iglesias ortodoxas también se han embarcado en un diálogo ecuménico de alto alcance con la iglesia romana, al punto de que en el 7 de diciembre de 1965, el Papa Pablo VI y el patriarca Atenágoras I de Constantinopla, revocaron mutuamente las excomuniones del «gran cisma» de 1054. Asimismo, las comunidades ortodoxas también están implicadas en el diálogo con las iglesias protestantes y forman parte del Consejo Mundial de las Iglesias, la organización ecuménica más grande del mundo y que agrupa a una gran proporción de iglesias protestantes y de la misma ortodoxia.
Actualmente, la iglesia ortodoxa es la segunda confesión cristiana más grande del mundo con más de 300 millones de fieles, la mayoría de los cuales se encuentran en Europa del Este y Rusia.
¿Quién gobierna las iglesias ortodoxas en Ucrania hoy?
Esto depende de cómo interpretemos los eventos de hace más de 300 años.
Con la iglesia rusa creciendo en fuerza, y con la iglesia de Constantinopla debilitándose bajo el poder del Imperio Otomano, el patriarca ecuménico delegó en 1686 al Patriarca de Moscú la potestad para ordenar al arzobispo metropolitano de Kiev.
La iglesia ortodoxa de Rusia dice que esta fue una transferencia permanente del poder para ordenar a los obispos en Kiev. Pero el Patriarca Ecuménico de Constantinopla dice que fue solo algo temporal.
Durante el siglo XX, la iglesia ortodoxa de Ucrania de corte más independiente había formando iglesias separadas, las cuales carecían de reconocimiento formal hasta 2019, cuando el actual Patriarca Ecuménico, Bartolomé, reconoció a la iglesia ortodoxa de Ucrania como una entidad independiente del Patriarca de Moscú, Cirilo I, quien protestó ferozmente ante el movimiento como «ilegítimo».
Pero, a pesar de las declaraciones de autonomía de la iglesia ucraniana, la situación se ha vuelto más turbia.
Muchos monasterios y parroquias en Ucrania permanecen bajo el control del patriarcado de Moscú, aunque las estadísticas exactas son difíciles de hallar, según John Burgess, autor de Santo Rus: el renacimiento de la ortodoxia en la nueva Rusia. A nivel local, muchas personas podrían incluso no saber si sus parroquias son parte de la iglesia ortodoxia ucraniana autónoma o de la iglesia ucraniana sujeta al liderazgo de Moscú, dijo Burgess.
¿Este cisma refleja la división política entre las dos naciones?
Sí, aunque es complicado.
El expresidente ucraniano, Petro Poroshenko, estableció una relación directa: «La independencia de nuestra iglesia es parte de nuestras políticas proeuropeas y proucranianas», dijo él en 2018.
Pero el actual presidente, Volodimir Zelenski, quien es un judío, no ha puesto el mismo énfasis en el nacionalismo religioso. El sábado dijo que había hablado tanto con los líderes ortodoxos como con los católicos-romanos, así como con representantes de las comunidades judías y musulmanas. «Todos los líderes rezan por las almas de los defensores que están dando sus vidas por Ucrania y por nuestra unidad y victoria. Y eso es algo muy importante», dijo Zelenski.
Sin embargo, el presidente Vladímir Putin también ha tratado de capitalizar la división religiosa actual, tomando partido por la iglesia ortodoxa de Moscú.
En su discurso del 21 de febrero, buscando justificar la invasión inminente de Ucrania con una narrativa distorsionada de la historia, Putin señaló sin pruebas que Zelenski estaba preparando la «destrucción» de la iglesia ortodoxa de Ucrania leal al patriarcado de Moscú.
Pero la reacción del arzobispo metropolitano Onufry, de la iglesia ucraniana bajo el liderazgo de Moscú, quien comparó la guerra con el «pecado de Caín», el personaje bíblico que asesinó a su hermano, indica que incluso la iglesia orientada por Moscú tiene un fuerte sentido de la identidad nacional ucraniana.
En comparación, el patriarca de Moscú, Cirilo I, ha llamado a la paz, pero no ha hecho responsable a Moscú por la invasión.
La iglesia ortodoxa ucraniana, dependiente del patriarcado de Moscú, ha tenido durante bastante tiempo una autonomía extensiva. Pero, además de esto, se ha vuelto más ucraniana en su carácter. Así que, dadas estas circunstancias, las declaraciones de Putin de que el gobierno de Kiev quería destruir a la iglesia ucraniana dependiente de Moscú, sobresalen como evidentemente falsas.
«Sin consideración de su afiliación eclesial (...) tú tienes a muchos presbíteros que han crecido en una Ucrania independiente», dijo Alexei Krindatch, coordinador nacional del censo estadounidense de las iglesias cristianas ortodoxas. «Sus preferencias políticas no necesariamente están correlacionadas con las jurisdicciones formales de sus parroquias», dijo Krindatch, quien creció en la antigua Unión Soviética.
Cómo encajan las iglesias evangélicas en este contexto
Las iglesias evangélicas han permanecido por largo tiempo distantes de estos conflictos religiosos entre la iglesia ortodoxa ucraniana autónoma y la dependiente de Moscú. Pero esto no significa que la guerra y el conflicto no las afecten.
Mientras muchas iglesias evangélicas en los Estados Unidos ven a Putin como un defensor de los valores cristianos tradicionales, los evangélicos en Ucrania y Rusia tienen una perspectiva muy diferente de él.
Como este medio lo había detallado anteriormente, las iglesias evangélicas de la región del Donbas, la zona donde se encuentran las repúblicas separatistas que fueron reconocidas por Rusia como estados independientes la semana pasada, han sufrido duras restricciones por parte de las autoridades prorrusas y no han obtenido los permisos necesarios para llevar a cabo sus actividades de evangelización. Algo muy diferente ocurre en la Ucrania gobernada por Zelenski, donde las iglesias evangélicas, a la par de la iglesia romana, el islam y otras minorías religiosas, tienen todas las garantías legales para llevar a cabo su labor misionera.
En el caso del territorio ruso, las restricciones a las comunidades evangélicas se endurecieron fuertemente en 2016, cuando una «ley antiproselitismo» fue establecida y prohibió todo tipo de actividades de evangelización o promoción religiosa. Christianity Today informó que luego de la prohibición del grupo religioso «Testigos de Jehová», los protestantes evangélicos se han convertido en el grupo religioso más castigado de Rusia.
Más de la mitad de los cargos de las supuestas violaciones de la ley durante el 2018 fueron atribuidos a evangélicos. De los 159 individuos y organizaciones perseguidas por demostrar su fe en público, 50 eran pentecostales y 39 eran bautistas, según un análisis de Forum18, un servicio de noticias que cubre los temas de libertad religiosa en Rusia y en los países vecinos.
Hasta mayo del 2019, las autoridades rusas habían interrumpido un servicio religioso bautista en Abril y acusaron a su pastor de 71 años con los cargos de actividad misionera ilegal. En enero de 2019 dos bautistas fueron castigados por hablar de su fe en una parada de autobús.
La prohibiciones hacen que sea imposible para los rusos invitar a otras personas a unirse a su fe, incluso a los eventos en línea o en sus propias casas, a menos que tengan un permiso gubernamental establecido por medio de una organización religiosa, e incluso entonces las personas solo pueden evangelizar en iglesias designadas y sitios religiosos previamente establecidos.
Los evangélicos en Rusia dicen que aunque muchos cristianos no ortodoxos han obedecido las restricciones a la libertad religiosa establecidas por Moscú, aquellos que infrinjan las leyes contra las actividades de evangelización pueden verse enfrentados a penalizaciones cuando son acusados por las autoridades. Las multas pueden comenzar en 5.000 rublos (75 dólares al cambio de 2019) e ir hasta 50.000 rublos (unos 750 dólares) para las iglesias y asociaciones evangelísticas.
«Los creyentes están temerosos de llevar la Palabra de Dios a las masas, ya que temen las multas», dijo el abogado de la Unión Pentecostal Vladimir Ozolin en una entrevista a Forum18. «Como siempre, las agencias de cumplimiento de la ley asumen que cualquier actividad de las iglesias es una actividad misionera, lo cual ciertamente no es verdad».
Para algunas iglesias protestantes, las reglas se han convertido en una situación bastante asfixiante y compleja. En años recientes esto no ha dado muestras de mejoría.
Durante la pandemia, las restricciones fueron incluso mucho más duras. Un ejemplo de esto es el caso de Anatoly Chendemerov, quien estaba repartiendo folletos que decían «¡debes nacer de nuevo!» en el distrito Federal de Volga al sudeste de Rusia. Fue multado con un monto de 6.000 rublos, lo equivalente a 80 dólares.
Sergey Krasnov, quien estaba entregando copias de periódicos cristianos y Nuevos Testamentos en la ciudad de Krasnodar, fue multado con 5.000 rublos, cerca de 65 dólares.
Seo Jin Wook, un surcoreano, se reunió con cerca de 10 personas en una casa privada en Izhevsk, en los Montes Urales, para hablar de las buenas nuevas de Jesús. Este dijo a las personas que volvieran a la reunión con más amigos. Fue multado con 30.000 rublos, cerca de 400 dólares, y, además, deportado.
Pero estos son solo unos de los múltiples ejemplos en los que la libertad religiosa ha sido violada en Rusia, algo que podría extenderse a territorio ucraniano si Vladímir Putin llegara a controlarlo completamente, o por medio de un gobierno títere, tal y como sucedió en la región de Donbas.
¿Por qué el gobierno ruso teme tanto a las iglesias evangélicas?
Al igual que China, un país gobernado mediante la mano fuerte de un gobierno central y en el que las libertades ciudadanas están restringidas, Rusia sabe que no puede controlar a las iglesias evangélicas y tampoco cuenta con su apoyo irrestricto para cada una de sus políticas autoritarias. Y aunque muchos ciudadanos ortodoxos siguen la religión a su modo y valoran ampliamente su libertad de conciencia, la iglesia institucional ortodoxa ha dejado claro su apoyo al Kremlin y sus políticas.
De la misma manera, también es importante señalar que el protestantismo está fundado sobre la fidelidad de los creyentes a la palabra de Dios y su conciencia, mientras que la iglesia ortodoxa basa sus enseñanzas no solo en la palabra de Dios, sino también en la autoridad de los líderes de la iglesia (los obispos) y en la tradición. Otro elemento adicional es que la identidad nacional rusa ha sido modelada históricamente por los valores de la ortodoxia, y el nacionalismo ha sido claramente un arma distintiva que los gobiernos autoritarios han usado para aglutinar al conjunto de la población a su favor.
Por todas estas razones, a Vladímir Putin le resulta mucho más favorable tener una fuerte relación de amistad con los líderes ortodoxos, dar preeminencia a sus líderes y reprimir a todos aquellos que profesen una identidad religiosa distinta a la de la iglesia tradicional.
Una eventual victoria de Rusia sobre Ucrania trasladaría todas estas tensiones religiosas y el antagonismo que estas generan a los cristianos de este país, conduciendo así a una mayor persecución de los cristianos evangélicos y a un expansionismo de la iglesia ortodoxa rusa aliada con el gobierno de Moscú.
¿Cómo ha reaccionado el patriarcado de Moscú a la invasión de Ucrania por parte de Rusia?
El patriarca Cirilo I se pronunció en relación a la guerra en la misa del domingo 27 de febrero. En su sermón, Cirilo llamó a «proteger nuestra patria histórica común» de todas «las acciones del exterior que pueden destruir esa unidad», y advirtió que «no debemos permitir que las fuerzas oscuras externas y hostiles se burlen de nosotros».
De acuerdo a France 24, el Patriarca de la iglesia ortodoxa ha llamado a los oponentes de Moscú en Ucrania «fuerzas malignas».
La iglesia ortodoxa rusa, que como ya hemos dicho ha estado firmemente detrás de Vladímir Putin, ha justificado frecuentemente sus campañas de represión policial en manifestaciones de la oposición y bendice las armas rusas y las tropas que son enviadas al exterior.
En el 2012, Cirilo I llamó a Putin «un milagro de Dios».
Y lejos de manifestarse a favor de la paz, Cirilo solo ha hecho llamados bastante tibios a respetar las vidas de los civiles, y también, según France24, «justificó la invasión rusa en Ucrania invocando las raíces históricas comunes de Rusia, Ucrania y Bielorusia». Esto lo hizo hablando desde la Catedral de Cristo Salvador en Moscú.
Exteriormente, Putin y el jefe de la iglesia rusa, Cirilo l, han presentado un frente unido en muchos asuntos. A finales de enero, sonó música orquestal cuando los dos hombres ingresaron a la sala principal de conciertos del Kremlin para celebrar la primera década de Cirilo al frente de la iglesia rusa.
Cirilo, con túnica negra y un tocado blanco bordado en oro y adornado con una cruz, agradeció a Dios y «especialmente a ti, Vladimir Vladimirovich (...) por este diálogo entre la iglesia y el estado» durante su tiempo como patriarca. «Incluso me atrevería a decir que la iglesia y el estado tienen tales relaciones por primera vez en toda la historia de Rusia (...) Incluso en los tiempos del imperio ruso, la iglesia no tenía un socio igual en el gobierno».
La frase «socio igual» destacó la forma extraordinaria en que la iglesia ha recuperado parte de su autoridad histórica como uno de los «tres pilares» del zarismo bajo el gobierno de Putin, luego de sufrir persecución e interferencia durante gran parte del siglo XX por el gobierno soviético.
Debido a estas relaciones tan cercanas entre la iglesia ortodoxa y el Kremlin, es muy poco probable que los llamados por parte de las iglesias occidentales, en concreto del Consejo Mundial de las Iglesias, para que el patriarca Cirilo alce su voz y mueva a Putin a detener su invasión de Ucrania, sean escuchados.
«En estos tiempos de desesperanza, muchos ven en ti [Cirilo] a quien podría traer un signo de esperanza para una solución pacífica», escribió el sacerdote ortodoxo rumano Ioan Sauca, secretario del Consejo Mundial de las Iglesias, recordando que la mayoría de los «hermanos y hermanas que sufren» en Ucrania «también son miembros fieles de nuestra iglesia ortodoxa».
La gran pregunta hoy es: ¿escuchará el Patriarca Cirilo I a sus correligionarios occidentales? Pero también hay muchas más preguntas que se ciernen sobre el futuro: ¿reproducirá Putin, en caso de una victoria en Ucrania, el modelo de relaciones con la iglesia y que favorecía solo a la ortodoxia en detrimento de las comunidades evangélicas y otras minorías religiosas?
Los peligros de la unidad de la religión y la política
Bajo los gobiernos de Boris Yeltsin y Vladímir Putin, la religión resurgió de las cenizas luego de haber sido reprimida duramente en la época soviética. Pero esta ha sido una religión con un aire supremacista, aunque formalmente sostengan lazos de diálogo con sus hermanos católicos y evangélicos, una religión que se ha aliado con el poder y ha perdido gran parte de su independencia y carácter moral. Una visita a la catedral principal de las fuerzas armadas en Moscú puede ilustrar esta situación; allí es posible ver imágenes de ángeles y figuras religiosas en mosaicos elegantes en los que se representan las victorias militares rusas (y también masacres) en las distintas guerras de su historia. Y mientras los cadáveres (rusos y ucranianos) se siguen apilando al otro lado de la frontera, las campanas de las iglesias en los complejos militares siguen llamando a misa cada domingo.
Los amantes del cine podrán ver un ejemplo claro de las relaciones de amistad entre el poder religioso y político en la aclamada película de Andrey Zvyagintsev de 2014: Leviatán. La historia, un relato moderno del Job bíblico, nos transporta a una Rusia en la que los líderes oligarcas y políticos hallan su apoyo firme en los líderes de la iglesia, mientras que los pobres son explotados de una forma brutal sin que la iglesia se atreva a alzar la voz a su favor. Este es un peligro frente al que todas las iglesias, independientemente de su denominación, deberían estar alertas, ya que la alianza con el poder político (y lo hemos visto muchas veces en la historia) puede terminar en una traición abierta contra el evangelio.
Para la redacción de este artículo, se ha compilado información de France 24, Christianity Today, Financial Times y AP News.