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¿Estarías dispuesta a permitir que tu esposo viaje a una selva remota, sabiendo que es muy probable que no regrese vivo? ¿Tendrías la fe suficiente para ir a la mismísima gente que mató con lanzas a tu esposo, para cultivar el evangelio en medio de ellos?
Matrimonio providencial
Elisabeth Howard nació en 1926 en Bruselas, Bélgica, hija de padres misioneros que eran miembros de la Misión Evangélica Belga en el momento de su nacimiento. Los Howard regresaron a los Estados Unidos siendo ella aún bebé. Conocida cariñosamente como “Betty” entre su familia y amigos, creció en un hogar piadoso que le brindó seguridad. Con el tiempo, creció en su corazón la semilla de dedicarse al trabajo misionero.
Se inscribió en el Wheaton College. Su plan era prepararse para trabajar como traductora de la Biblia. Mientras estaba en el Colegio, Elisabeth estuvo involucrada en el periodismo como redactora editorial para el periódico estudiantil. También fue miembro del equipo de debate. Su especialización fue el griego, que eligió por su deseo de trabajar en el campo de la traducción bíblica. Uno de sus compañeros fue Jim Elliot, quien también eligió el griego por las mismas razones. Para sorpresa de nadie, comenzaron a salir durante el último año de Elisabeth.
No tardaron mucho en darse cuenta de la atracción que sentían el uno por el otro, pero Jim creía firmemente que Dios lo llamaba a una vida como soltero en el campo misionero. Así comenzaron varios años de espera para descifrar la dirección de Dios para su relación. Ambos jóvenes deseaban estar seguros de que su matrimonio no los alejaría de su devoción individual a Dios ni de Su voluntad.
Elisabeth se graduó en 1948 y se inscribió ese verano en el Instituto de Lingüística auspiciado por los Traductores de la Biblia Wycliffe. También asistió al Prairie Bible Institute como preparación adicional para el trabajo misionero. Durante el verano de 1949, trabajó en Canadá con la Misión de la Escuela Dominical Canadiense. Mientras planeaba convertirse en misionera, se mudó a Brooklyn en 1951 para capacitarse y trabajar en publicaciones relacionadas con el trabajo misionero.
En 1952, Elisabeth y Jim se fueron de forma independiente a Ecuador como trabajadores de la misión. La tarea de Elisabeth fue con los indios Colorados de la selva occidental. Jim comenzó a trabajar con los indios quechua del área de la selva oriental. Cuando una inundación requirió la reconstrucción de parte de la estación donde vivía Jim, él y Elisabeth decidieron casarse. La ceremonia civil tuvo lugar en Quito el 8 de octubre de 1953. El 27 de febrero de 1955 nació su hija Valerie. Luego empezaron a trabajar en la traducción del Nuevo Testamento al idioma quechua.
Los waorani y la tragedia
La proximidad de los remotos Waorani o, como los llamaban sus vecinos, los Aucas o “salvajes”, había estimulado previamente la determinación de Jim Elliot de intentar el contacto y la evangelización. En 1955 planearon contactar a esta apartada tribu, comenzando por vuelos de reconocimiento aéreo con Nate Saint, piloto de la Mission Aviation con regalos para los indígenas. Rudimentos del idioma waorani fueron estudiados y transmitidos desde el avión durante estos contactos. El lenguaje había sido traducido por Rachel Saint, hermana de Nate, a través de su trabajo con Dayuma, una niña refugiada de la tribu Waorani cuya familia había sido asesinada por miembros de la tribu.
El 2 de enero de 1956 Saint y Elliot junto a Peter Fleming, Roger Youderian y Ed McCully aterrizaron en el Rio Curaray y establecieron un campamento. Después de una visita aparentemente amistosa de dos mujeres y un hombre de la tribu Waorani, los cinco hombres fueron asesinados con lanzas de madera el 8 de enero de 1956. La muerte de los misioneros causó revuelo internacional.
Después de la muerte de su esposo, Elisabeth decidió regresar con su hija Valerie y continuar el trabajo con los quechuas. Durante los siguientes dos años, se hicieron más contactos con las tribus Waorani y el 8 de octubre de 1958, Rachel Saint, Elisabeth y Valerie, acompañadas por Dayuma, se mudaron con la tribu a su aldea remota a vivir con el grupo familiar que había matado a los hombres. Allí estudiaron el idioma y trabajaron en traducciones de la Biblia. Los asesinos de Jim Elliot y otros miembros de la tribu se convirtieron más tarde al cristianismo.
Gran legado
En el verano de 1960, Elisabeth regresó a los Estados Unidos durante un año para impartir conferencias y escribir. Poco después de su regreso a Ecuador en el verano de 1961, delegaron su trabajo entre los waorani y regresaron a trabajar con los quechuas. Elisabeth regresó con su hija a los Estados Unidos en 1963 para continuar su carrera como oradora y escritora.
Elisabeth se hizo muy conocida en el mundo evangélico gracias a sus libros y conferencias, pero sobre todo por su gran testimonio de valentía y entrega a la voluntad de Dios. En 1988, comenzó su propio programa de radio llamado Entrada al Gozo. “Ahora tengo un deseo: vivir una vida de total abandono en el Señor, poniendo toda mi energía y fuerzas en ello.”
Después de trece años, Elisabeth se retiró de Entrada al Gozo. Al final de su vida había escrito más de veinte libros, había sido una de las conferencistas más influyentes de su tiempo, había sido conductora de un programa radial y ayudó a la producción de películas acerca de su ministerio misionero. Elisabeth fue una mujer usada por Dios de manera particular. Esta gran mujer partió a casa para estar con su amado Salvador el 15 de junio del 2015.
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