David Koresh fue un carismático líder religioso estadounidense, fundador de la secta de los koreshianos. Sus enseñanzas se basaron en la doctrina del milenarismo inminente y la idea de que él encarnaba al mismo Cordero de Dios y que estaba destinado a cumplir las profecías del libro de Apocalipsis.
Antecedentes de las convicciones religiosas de David Koresh
Para entender el pensamiento de este líder religioso es preciso comprender los fundamentos de su doctrina, sus antecedentes e implicaciones. Uno de los elementos fundamentales de la doctrina de Koresh fue el milenarismo, una interpretación sobre el fin de los tiempos y la Segunda Venida de Cristo.
Hoy el milenarismo es uno de los fenómenos más recurrentes en el movimiento cristiano evangélico estadounidense. Dentro del movimiento milenarista se pueden distinguir varios tipos de concepciones, no todas ellas tienen el mismo énfasis y fundamento, pero todas comparten algunos elementos esenciales.
Es importante aclarar que la presente reseña no es una discusión sobre la veracidad o no de la doctrina milenarista. Solo destacamos sus antecedentes e influencia debido a la importancia que tiene dentro de la historia y la vida de David Koresh, el líder religioso en el cual nos enfocamos en este relato. Por ende la presente reseña no tiene como fin la condena o la aprobación ni la discusión teológica de esta doctrina.
El milenarismo se entiende como la doctrina que afirma que Cristo vendrá al final de los tiempos para reinar sobre la Tierra durante un periodo de mil años. Dentro de esta doctrina hay varios tipos de concepciones particulares, algunas afirman que primero vendrá un periodo de tribulación para el pueblo de Dios y otras afirman que el periodo de tribulación será al final de los mil años de reinado de Cristo y otros afirman que el periodo de tribulación será algo que experimentarán los no creyentes.
Esta doctrina también se ha asociado a la idea de las profecías apocalípticas, o en referencia al libro de Apocalipsis, el cual muchos cristianos consideran como la profecía de lo que ocurrirá al final de los tiempos.
Orígenes del milenarismo
El milenarismo tiene un largo registro de discusiones a lo largo de la historia del pensamiento cristiano. Según varios académicos, fue el monje medieval Joaquín de Fiore quien esgrimió tesis milenaristas de manera sistemática por primera vez, aunque también pueden encontrarse indicios de pensamiento milenarista en el siglo II y en las tesis de Agustín de Hipona, en su texto La Ciudad de Dios.
Fiore (1135- 1202) fue un monje franciscano que propuso una observancia estricta de la regla franciscana y afirmó haber tenido una experiencia mística en un viaje a Palestina, allí afirmaría que recibió el don de la exégesis ( de interpretar objetivamente la Palabra de Dios). Esta experiencia lo llevaría a creer que podía dar con aspectos clave de la Escritura de manera independiente y con una certeza absoluta.
Después de su experiencia mística, Fiore se dedicó a la producción de textos de contenido teológico y señalaría que la historia humana se dividía en tres épocas fundamentales: La edad del Padre, La edad del Hijo y La edad del Espíritu Santo. La última edad, la edad del Espíritu Santo sería un periodo de paz y fraternidad universal en la que finalmente Cristo descendería de los cielos para reinar entre la humanidad por un periodo de mil años. Joaquín de Fiore fue uno de los primeros exégetas en intentar proponer una fecha exacta para la Segunda venida de Cristo, asegurando que esta se daría en el año 1280 aproximadamente.
Las ideas de Fiore tuvieron una fuerte influencia no solo para el pensamiento católico tradicionalista sino también para el pensamiento secular, el marxismo, el hegelianismo, el humanismo, la Revolución Francesa e incluso movimientos del siglo XX como el liberalismo y el comunismo.
Desde Fiore, los filósofos y teólogos dividirían la historia en tres periodos o en períodos sucesivos que tienen algún cumplimiento final de distinto tipo. Esta misma concepción es preciso verla en las ideas del sociólogo Augusto Comte, quien propone que la humanidad avanza en la historia por tres estados de superación de pensamiento hasta que logra un pensamiento definitivo llamado el positivismo y en el que se encuentra la revelación objetiva de la verdad. El politólogo Francis Fukuyama, afirmaría en la década de los noventa, que la humanidad había llegado al final de la historia con la llegada del liberalismo y que este sería el estado definitivo de la humanidad.
El milenarismo en las corrientes religiosas posteriores a la Reforma Protestante
Asimismo, las ideas del monje franciscano Joaquín Fiore también llegaron a influenciar el pensamiento protestante en gran medida. La primera gran influencia de las ideas milenaristas se sintió con fuerza en el movimiento de los anabaptistas radicales de la ciudad de Münster. Los anabaptistas habían llegado a creer que la ciudad de Münster era la Nueva Jerusalén y que ellos estaban destinados a cumplir la profecía del reinado milenario de Cristo. Los milenaristas de Münster establecieron un gobierno teocrático y se enfrentaron a toda forma de pensamiento religioso que fuera distinto al que ellos profesaban. Sin embargo, la agitación vivida en los tiempos de la Reforma Protestante llevó a muchos cristianos a reflexionar sobre la inminencia de Los últimos tiempos y de la llegada de Cristo. A partir de entonces, muchos protestantes acogieron el pensamiento milenarista y lo empezaron a propagar.
Este movimiento adquirió relativa fuerza entre distintos tipos de movimientos que lo hicieron suyo con distintas modificaciones y perspectivas, pero no sería sino hasta finales del siglo XX, cuando el milenarismo retomaría la fuerza radical que tuvo durante la Reforma Protestante. La llegada del nuevo milenio, así como la creación de una cultura global fundamentada en los valores del capitalismo, que hacía pensar en la decadencia de Occidente y de la humanidad secular, llevaron a muchas personas a pensar de nuevo en la inminencia del fin de los tiempos y la llegada de un reinado universal y definitivo de Cristo.
Entre el evangelicalismo, el mormonismo, Los Testigos de Jehová, y diversas agrupaciones cristianas independientes, la idea de la Segunda Venida de Cristo dentro del propio periodo de vida de los creyentes se haría muy popular. Charles Taze Russell, el fundador y primer presidente de los Testigos de Jehová daría varias fechas para la llegada del Nuevo Milenio y el fin de los Tiempos y muchos de sus seguidores intentaron dar nuevas fechas o al menos indicar la inminencia del fin de los tiempos. “El fin del mundo, es decir, el fin de la época del evangelio y el comienzo de la Edad Milenaria, es más cercano de lo que suponen la mayoría de los hombres. De hecho, ya hemos entrado en el periodo de transición el cual será Tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces (Daniel 12:1)”. (Charles Taze Russell, “Tres mundos, y La cosecha de este mundo”, Página 17).
El milenarismo en el movimiento adventista
Sin embargo el movimiento religioso que con mayor fuerza y determinación acogería las ideas millenaristas sería el adventismo. Se afirma que la fundadora del movimiento adventista, Ellen G. White tuvo un accidente en su niñez: se rompió el tabique de la nariz en una caída. Después de su accidente G. White tendría visiones y revelaciones proféticas que plasmaría en varios libros. Después del Gran Chasco de 1843, una fecha que el movimiento millerista había propuesto como la del Fin de los Tiempos y la Segunda Venida de Cristo, G. White, quien era seguidora de este movimiento reafirmó su fe y llamó a los creyentes a seguir confiando en el Advenimiento inminente de Jesús. En un texto de 1858 llamado El gran conflicto entre Cristo y sus ángeles y Satanás y sus ángeles, G. White propondría los fundamentos esenciales de la doctrina milenarista adventista, los cuales llevarían a la propagación de su doctrina por todos los Estados Unidos.
Vernon Wayne Howell el hombre que se sabía la Biblia de memoria
En 1978, y aquí es donde tiene lugar el centro de la presente historia, un joven estadounidense llamado Vernon Wayne Howell se uniría al movimiento adventista y adoptaría las tesis milenaristas que caracterizaban a este grupo. Aunque Wayne Howell fue expulsado del movimiento adventista, las ideas del adventismo darían forma a su pensamiento religioso y marcarían de forma radical su vida y la de sus futuros seguidores.
En 1981 Wayne Howell se mudaría a Waco, Texas, donde se unió al movimiento religioso de los davidianos, un grupo surgido de un cisma de la iglesia adventista en 1930, el cual inicialmente se llamaría la Vara del Pastor y que se escindiría en 1950 para formar la Vara del Pastor y los davidianos. Los davidianos eran un grupo religioso con muchas de las características propias del adventismo y eran liderados por el pastor Benjamin Roden.
El inicio del grupo y su nombre se debían a la creencia de un ex-adventista llamado Victor Houteff de que estaba llamado a restaurar el Reino del rey David. Después de la muerte de Houteff, Roden y sus descendientes se hicieron con el control del grupo durante un par de décadas. Sin embargo, después de la llegada de Wayne Howell al grupo en la década de los ochenta, este adquiriría una gran importancia dentro del mismo debido a sus conocimientos de la Biblia (se dice que se sabía de memoria la Biblia) y a su extensa capacidad de oratoria y a su carisma.
Los davidianos diferían en muchas de las enseñanzas de los creyentes de La Vara del Pastor, especialmente en las ideas relacionadas con el Espíritu Santo y su naturaleza, pero compartían con ellos la creencia en el advenimiento inminente de Cristo. Desde su fundación, el grupo creía estar viviendo en un tiempo en que las profecías bíblicas del Juicio Final Divino ya estaban sucediendo como preludio de la Segunda Venida de Cristo. Pronto Wayne Howell ascendería dentro del movimiento y ganaría una gran prominencia.
El nacimiento de los koreshianos
A finales de la década de los ochenta Howell y un grupo de seguidores se escindirían de los davidianos para formar un grupo conocido como “koreshianos”. Howell adoptaría el nombre legal de David Koresh, en alusión al rey David y al rey Ciro el Grande (Koresh en hebreo) quien en el libro de Isaías (Capítulo 40-56) se celebra y profetiza como un enviado y ungido de Dios y quien es el que pone final al exilio de los judíos en Babilonia. (Esdras 1, 2-4). Pronto Howell (Koresh) comenzaría a proclamarse a sí mismo como el profeta final del grupo y el elegido para cumplir las profecías del Apocalipsis.
Tras la escisión de los davidianos, Koresh quedó al mando del grupo de los koreshianos, mientras que George Roden, un descendiente de Benjamin Roden quedó al mando del grupo de los davidianos de la Rama. Los davidianos de la Rama habían establecido su centro religioso en el complejo residencial de Monte Carmelo en Waco, Texas, sin embargo, tras un enfrentamiento armado, los koreshianos, al mando de David Koresh se hicieron con la propiedad del complejo y se establecieron allí a vivir de forma permanente.
El grupo de los koreshianos se estuvo armando durante la década de los ochenta, previendo persecuciones religiosas o que los davidianos de la Rama de Roden intentaran retomar el control del complejo de Monte Carmelo. Koresh instó a sus seguidores a que se denominarán estudiantes de los Siete Sellos, en referencia a los Siete Sellos del Apocalipsis, en lugar de Davidianos de la Rama, y comenzó a proclamar que él mismo era el Cordero anunciado en el libro del Apocalipsis y el encargado de develar los siete sellos a la humanidad. Al final de la revelación de estos siete sellos, Koresh creía que se produciría una gran batalla armada de la que él saldría victorioso como rey universal para gobernar al mundo al final de los tiempos.
Ascenso de David Koresh dentro de la secta de los nuevos davidianos o koreshianos
A medida que acumulaba poder dentro de la comunidad religiosa, Koresh incrementaba sus exigencias personales a los miembros del grupo y ejercía el poder de forma dictatorial. En 1989 usó este poder como líder espiritual para tener varias esposas “espirituales”, algunas de las cuales tenían apenas 12 años de edad. El objetivo de Koresh era engendrar un nuevo linaje de gobernantes mundiales y ejercer el reinado milenario que creía que se profetizaba en la Biblia.
A principios de los noventa, debido a varias denuncias de los vecinos de Monte Carmelo, algunos de los cuales sospechaban que David Koresh había almacenado armas en el complejo y que Koresh practicaba la poligamia y la pederastia, las autoridades estadounidenses intentaron ejecutar una orden de allanamiento por cargos de abuso sexuales y uso de armas ilegales.
Asalto a Monte Carmelo, la sede de los koreshianos
El 28 de febrero de 1993 a las 9:45 de la mañana, la Agencia para el control de Alcohol, tabaco y armas de fuego (ATF) intentó ingresar al complejo con una orden. Durante dos horas, la agencia intentó abrir una brecha para ingresar al complejo, sin embargo los seguidores de Koresh respondieron con un ataque armado, hiriendo y asesinando a varios de los agentes.
Después del intento fracasado de la ATF de ingresar al complejo y tras la muerte de uno de los seguidores del grupo, Michael Schroeder, el FBI tomó el control de la toma del complejo e intentó negociar con Koresh un cese al fuego. En medio de las negociaciones con el FBI, se logró liberar a 19 niños, sin sus padres. Los niños fueron entrevistados por el FBI y los Texas Rangers luego de su liberación y se logró establecer que algunos de ellos habían sido abusados tanto física como sexualmente antes de la incursión de la ATF.
El 19 de abril de 1993, después de varias semanas de estancamiento en las negociaciones, el FBI se preparó para el asedio final del complejo utilizando armas de gran calibre y vehículos blindados de combate, puesto que ya sabían que los koreshianos estaban fuertemente armados y que no dudarían en responder a cualquier ataque.
El FBI intentó usar gas lacrimógeno para expulsar a los koreshianos sin que se ocasionara un enfrentamiento. Oficialmente a los agentes del FBI solo se les había autorizado a usar las armas para defenderse, pero no para atacar a los miembros de la secta. Sin embargo, cuando varios koreshianos abrieron fuego, la respuesta del FBI fue aumentar la cantidad de gas lacrimógeno que usaba. Alrededor del mediodía del 19 de abril, tres incendios estallaron simultáneamente en varias partes del edificio. El gobierno Clinton insistiría después que los incendios fueron iniciados por miembros de la secta, mientras que algunos sobrevivientes del grupo que se encontraban dentro del complejo, sostienen que los incendios se originaron de forma accidental después del uso del gas lacrimógeno por parte del FBI.
La tragedia y las víctimas
Al momento del asedio de Monte Carmelo se encontraban dentro del complejo unos 85 koreshianos, 76 de ellos murieron el 19 de abril de varias maneras. Algunos murieron por la caída de los escombros, otros por los efectos sofocantes del incendio y los gases, mientras que otros fallecieron por herida de bala de otros miembros de la secta. En total el asedio del complejo duró 51 días.
Según el FBI, Steve Schneider, mano derecha de Koresh y quien probablemente se sintió desilusionado con las enseñanzas de Koresh y sus profecías luego del asedio, habría asesinado a Koresh con un arma de fuego y luego se habría suicidado ese mismo 19 de abril. Una segunda versión de los hechos sugiere que Koresh murió de un disparo tras el enfrentamiento con el FBI y otros afirman que se habría suicidado. El examen médico posterior indicó que 20 personas, incluyendo cinco menores de catorce años, habrían muerto por disparos o apuñalamiento de los mismos miembros de la secta, luego de que estos se sintieron acorralados por el FBI.
Tras la incursión del FBI, varios residentes sobrevivientes demandaron al gobierno de los Estados Unidos, sin embargo ninguna demanda prosperó debido a la falta de pruebas sobre el terreno.
Cuatro películas documentales se han hecho de los acontecimientos. En el 2018, BBC Radio 5 Live emitió un podcast titulado Los últimos días, en el cual se contaba la vida y la muerte de David Koresh. En el 2018 también se produjo la serie de televisión Waco, en la cual el actor Taylor Kitsch interpretó a David Koresh, la serie fue transmitida por Tim Warner Cable.
Conclusiones
Los hechos de la tragedia de Waco, así como los sucesos de Jonestown en Guyana, de los que hablamos en este artículo, son una alerta de lo que puede suceder cuando el mensaje del evangelio es apropiado por una sola persona y es interpretado de manera individualista por el líder de una organización. En estos casos, se produce un alejamiento no sólo de la ortodoxia religiosa sino de todo principio de decencia humana.
El poder, la interpretación aislada y el intento de los líderes religiosos de usurpar el lugar de Dios son algunos peligros graves que pueden verse en muchas organizaciones religiosas hoy. Este tipo de actitudes deben ser rechazadas por la iglesia y denunciadas de manera vehemente para que eventos como el asedio de Waco no continúen siendo ocasión de escándalo para los creyentes y aquellos a quienes se anuncia el evangelio.
Como en el caso de Waco, cuando el líder religioso deja de someterse a Dios y se entroniza a sí mismo como una deidad, el resultado no es más que una ciega idolatría y un alejamiento radical del mensaje evangélico que estamos llamados a proclamar.
En algunas ocasiones, conviene revisar la historia, para advertir los errores y tragedias del pasado, de manera que la iglesia se pueda mantener firme y consciente del daño que pueden hacer los falsos pastores y profetas, ya que el mismo Señor nos alertó de la existencia de estos falsos maestros y de cómo “el ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir”. Juan 10:10, en cambio Cristo viene para que su pueblo pueda tener vida y vida en abundancia.
Con información de Vox.
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