«Los evangélicos en Ucrania ya han tenido suficiente», esto es lo que dice un reciente artículo de Christianity Today refiriéndose a la actual crisis en Ucrania y a la situación que atraviesan los evangélicos allí.
El clamor de los líderes evangélicos por una condena de la guerra
Asolados por dos semanas de guerra, los evangélicos han escuchado muchas oraciones por la paz alzadas por sus hermanos rusos, pero no han escuchado voces de condena a la invasión. «Tus iglesias han felicitado a Putin, dándole gracias por la libertad de creencia, dice Taras Dyatlik, el director del Consejo Regional de Iglesias de Ultramar para Europa Oriental y Asia Central. «Ha llegado el momento de que usen esa libertad».
Al tiempo que Kiev, Kharkiv, Kherson y otras ciudades han sufrido ataques con misiles, los reportes oficiales de Naciones Unidas señalan la muerte de más de 200 civiles. El servicio de Emergencias Estatales de Ucrania reporta más de 2000 muertos. La víctimas entre los efectivos del ejército siguen siendo un dato disputado, con ambas naciones afirmando que miles de muertes han ocurrido en el bando enemigo.
Así, lo que desde la perspectiva de Vladímir Putin iba a ser una campaña rápida de «desmilitarización y desnazificación» del país, se ha convertido en una guerra sangrienta de grandes proporciones. Algunos soldados rusos capturados por Ucrania afirman que fueron engañados por el régimen de Putin y que, por ende, creían que serían recibidos como «un ejército liberador» en Kiev. Las cosas han resultado ser mucho más complejas que esta perspectiva inicial.
Buscando refugio en la Palabra de Dios
Pero en vez de enfocarse en el número de muertos, Taras Dyatlik, quien coordina una red regional de docenas de seminarios protestantes, se enfoca en la palabra de Dios en busca de refugio y consuelo en medio de toda la adversidad por la que atraviesan las iglesias del país.
«Recordemos a Mardoqueo y a Esther», escribió en una carta abierta el 1 de marzo. «No seamos como Josafat, quien entró en alianza con Ajab, y se mantuvo en silencio cuando Dios le habló por medio del profeta Micaías».
Dyatlik acusó a los cristianos evangélicos rusos de caer en la retórica nacionalista de Moscú: primero en 2014, cuando las fuerzas apoyadas por Rusia invadieron la región oriental de Donbas, y de nuevo en los presentes días. Pero implorando de rodillas, Dyatlik reconoce que él construyó su reputación como líder evangélico con la ayuda de las iglesias evangélicas rusas al tiempo que reconoce su difícil realidad.
«Ustedes temen la prisión», dijo Dyatlik. «Pero no sean leales a Putin, sean leales al cuerpo de Cristo». Y es que mientras las iglesias evangélicas rusas tienen la libertad de creencia, Rusia crecientemente se ha transformado en un estado autoritario desde el ascenso de Vladímir Putin al poder. Durante más de 21 años, Putin ha transformado al estado ruso en una máquina de represión y, más recientemente, en el año 2016, el poder legislativo aprobó leyes que restringían severamente la evangelización en el país y el proselitismo religioso de cualquier tipo.
Recientemente, nuevas enmiendas aprobadas e incluidas en el código criminal ruso establecen penas de hasta 15 años de prisión por hacer «declaraciones falsas» acerca de la violencia en Ucrania, al tiempo que las autoridades rusas reprimen a los ciudadanos que se atreven a afirmar que en Ucrania hay una «guerra» en lugar de una «operación militar».
Hablar mal de las fuerzas armadas puede resultar ahora en hasta tres años de prisión; y convocar manifestaciones contra la violencia y jornadas de oración públicas contra la guerra podría resultar en hasta cinco años de prisión. Según este nivel de severidad, tales acciones por parte de los evangélicos y otros ciudadanos rusos también tienen el riesgo de ser penalizadas con multas y trabajos forzados.
«Necesidad de nuevos Bonhoeffer y Barth»
Taras Dyatilik no es la única persona que se encuentra frustrada por esta situación. Pero en lugar de enfocarse en la Escritura, su colega evangélico Valerii Antoniuk apeló a la historia.
«¿Dónde están los Bonhoeffer y los Barth de nuestro tiempo?», preguntó el líder de la Unión de las Iglesias Evangélicas Bautistas de Ucrania. Por una parte, Antoniuk se refería al pastor luterano Dietrich Bonhoeffer, quien es reconocido por resistir al régimen de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Por otra parte, Antoniuk recuerda al teólogo reformado Karl Barth, quien abogó ampliamente por el involucramiento de los cristianos en los problemas sociales de su tiempo. «Tu silencio ahora es la sangre y las lágrimas de los niños ucranianos, de las madres de estos y de los soldados; todo eso está en sus manos», sentenció Antoniuk.
Pavel Kuznetsov, mientras tanto, simplemente quiere que la palabra correcta sea usada: ley o no ley.
«Muchos creyentes en Rusia están orando por la "situación" en Ucrania. La situación es que esto es una GUERRA», dijo Kuznetsov, quien es el pastor de la Iglesia Palabra de Vida en Boyarka, una ciudad que queda 15 millas al suroeste de Kiev. «Y cuando tú ores de nuevo, dile a Dios que esto es una guerra, y que nosotros estamos siendo asesinados aquí».
Para el 3 de marzo unos 300 evangélicos rusos habían reportado haber recibido el mensaje de Kuznetsov.
Carta desde Rusia a los evangélicos en Ucrania
«El momento ha llegado para que empecemos a llamar las cosas por su nombre real, mientras todavía tenemos la oportunidad de escapar del castigo de Dios, y a la vez prevenir el colapso de nuestro país», declaraba una carta abierta firmada por un grupo de pastores rusos y otros líderes protestantes. «Hacemos un llamado a las autoridades políticas para que cese este derramamiento de sangre sin sentido».
El mensaje también tenía un enfoque bíblico.
La carta citaba Jeremías 18, 7-8, señalando que la nación que se arrepiente de su mal será perdonada por Dios.
También había una referencia a Caín cometiendo asesinato contra su hermano Abel.
Y llamaba a la nación rusa a poner en práctica las palabras de Jesús: «Pon tu espada de vuelta en su sitio (...) porque aquellos que matan con la espada morirán por la espada» (Mt 26, 52).
Dyatlik recibió la declaración de los pastores rusos con gran alegría, pero también en un espíritu de ferviente oración.
«Ellos literalmente están arriesgando sus vidas», dijo él. «Pero están mostrando amor al Señor y a su cuerpo: estamos unidos en el mismo espíritu».
La carta abierta está publicada en el sitio web de Mirt Publishing House, una editorial evangélica de San Petersburgo, y ha sido firmada por la mayoría de líderes bautistas y pentecostales rusos afiliados con iglesias y seminarios en Moscú, San Petersburgo y 40 ciudades más.
«Este es un paso extraordinariamente valiente en comparación con la timidez evangélica previa», dijo Mark Elliott, editor emérito de East-West Church Report, una revista que ha estado enfocada en explicar el cristianismo euroasiático a los cristianos en Occidente por 29 años. «Estoy impresionado y conmovido de que estas personas valientes estén defendiendo a Ucrania. Ellos sufrirán por esto a menos que Putin sea destituido del poder. Que el Señor tenga misericordia».
«La carta no es una reacción típica de los líderes evangélicos rusos. Permanecer lejos de la política ha sido su posición primaria durante décadas», dijo Andrey Shirin, un profesor ruso de un seminario bautista en Virginia, Estados Unidos. «Los evangélicos rusos fueron rutinariamente acusados por las autoridades soviéticas de estar en contra del gobierno. En ese tiempo, durante el gobierno soviético, dijeron que ellos eran creyentes, no políticos».
«Muchos protestantes rusos están manteniendo esta posición en el actual conflicto», dijo Elliott. «Pero algunos desean un involucramiento social mucho más amplio, y la tragedia que está ocurriendo justo ahora en Ucrania ha tocado una fibra muy sensible dentro del pueblo evangélico».
Sin embargo, un cofirmante de la carta no permanece en la misma posición de que todos los evangélicos rusos deban actuar de la misma manera.
Alexey Markevich, uno de los nueve protestantes rusos que oficialmente firmó la carta antes de que fuera publicada, dijo que no todos necesitan ser un Bonhoeffer.
«El primer llamado de la Iglesia es a la proclamación de la Palabra de Dios (...) y esta proclamación ocurre en formas muy variadas: los pastores predican, los teólogos escriben, los filántropos dan su pan al prójimo, las personas consuelan a aquellos que sufren, y los activistas alzan su voz en las plazas públicas llamando a la paz», dijo él. «Es importante que cada uno de nosotros pueda ver su llamado y cumplirlo honestamente ante Dios, sirviéndolo a él y a nuestro prójimo».
Aunque Bonhoeffer, Barth y otras figuras famosas que lucharon contra el mal son modelos de fidelidad, no se pueden aplicar directamente a las demandas que los ucranianos están haciendo a los rusos hoy.
«Sus ejemplos son importantes y relevantes para nosotros hoy», dijo Markevich. «Pero [ellos no salieron] a enfrentar públicamente a las autoridades, y [Bonhoeffer] no condujo ningún tipo de actividad pública».
Sería difícil lograr resultados por medio de tales acciones, en su perspectiva. Los evangélicos en Rusia no tienen influencia política para detener la guerra: ya sea que escriban cartas o que llenen las plazas públicas de las ciudades. Algunos aún así lo intentarán, como Markevih dijo que él lo había hecho en el 2014. Pero el verdadero poder para detener la guerra yace en otra parte.
«La guerra solo puede ser detenida por Dios», dijo Markevich. «Esa es la razón por la que imploramos y clamamos ante Él».
Declaraciones de presbíteros ortodoxos
Aunque con menos riesgos, pero todavía con un costo eclesial significativo, algunos presbíteros en la iglesia ortodoxa afiliada a Moscú están llamando a sus obispos locales a desobedecer al Patriarca Cirilo, jefe de la iglesia ortodoxa rusa y aliado del Kremlin.
«Esta tragedia desgarradora (...) y sin precedentes ha sido iniciada por la maligna conspiración y la maligna inacción de una persona a la que ya no podemos reconocer como patriarca», declararon veinte presbíteros en la diócesis de Cherkasy de la iglesia ortodoxa ucraniana (UOC), 120 millas al sureste de Kiev en una declaración conjunta.
«Demandamos cortar todas las relaciones con la iglesia ortodoxa rusa, y la restauración de la comunión eucarística con el patriarca ecuménico [de Constantinopla y Bartolomé]», afirmaron los sacerdotes.
En el 2019, el patriarca ecuménico Bartolomé I, con sede en Estambul, Turquía, reconoció la independencia de la iglesia ortodoxa de Ucrania (OCU). Muchas parroquias de Ucrania rechazaron este movimiento y eligieron permanecer bajo el liderazgo del patriarcado de Moscú, como ha sido la tradición (las cifras exactas para las parroquias afiliadas a la UOC y a la OCU son difíciles de determinar).
Pero ahora, después del bombardeo por las fuerzas armadas de Rusia, los diez presbíteros dirigieron el mensaje de su carta al arzobispo metropolitano Onufry, el líder de la UOC, y demandaron que el obispo local de la iglesia corte sus lazos con el patriarca Cirilo de Moscú.
Los presbíteros también hicieron una referencia al libro de Ester y a Proverbios 24, los cuales obligan a los creyentes a no pretender ignorar las situaciones de violencia sino rescatar a los que son víctimas de ella.
«Encontraremos la fuerza para permanecer de pie, no con aquellos débiles de carácter», dijeron ellos, «sino con Cristo, quien es nuestro verdadero pastor, padre y protector, a quien le sean dados todo el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Amen».
La acción de los diez presbíteros ha sido seguida por la de otros sacerdotes en Lviv, la cual se convirtió en la primera diócesis en romper lazos de forma unánime con la Iglesia de Moscú.
«Hoy las máscaras han sido quitadas de los rostros. Es obvio para todos que detrás de las palabras acerca de hermandad, amor y la creación de un espacio espiritual único en el mundo ruso, había un deseo mundano de enterrar e ignorar al pueblo ucraniano temeroso y amante del Señor», dijeron los sacerdotes en su declaración, comparando a Putin con el personaje bíblico Caín y refiriéndose con términos de condenación al patriarca ortodoxo de Moscú, Cirilo I.
«Permanecer en unión, oración y comunión eucarística con el patriarcado de Moscú hace que los fieles de la iglesia ortodoxa ucraniana luzcan como colaboradores del enemigo y como traidores».
El mundo ve una realidad similar.
La Asamblea General de las Naciones Unidas votó 145 a 5, con 35 abstenciones, una condena a Rusia y llamó a que cesen todas las hostilidades. Solamente Bielorrusia, Siria, Corea del Norte y Eritrea se unieron a Rusia al oponerse a la declaración de condena.
Declaraciones de los líderes pentecostales rusos
Sergei Ryakhovsky, líder de la Unión de Cristianos Rusos de Confesión Evangélica, una de las dos asociaciones pentecostales más grandes del país, fue citado en Vzglyad, un periódico digital ruso, afirmando que estaban «orando para que la “operación militar rusa” (la terminología preferida por Putin) terminara para la pascua el 24 de abril», igualmente destacaron la defensa de Juan el Bautista por los soldados.
«Cualquier denominación cristiana está contra la violencia», dijo Ryakhovsky, de acuerdo al artículo en Vzglyad. «Pero al mismo tiempo yo entiendo que la paz es lograda por diferentes métodos, incluyendo la fuerza, como en esta situación».
Ryakhovsky después denunció la entrevista como falsa en una historia de Instagram. «Queridos hermanos y hermanas, en el futuro cercano ustedes leerán en la prensa mis declaraciones acerca de Ucrania, sepan que las frases citadas [por Vzglyad] son falsas», publicó él el viernes.
Muchos analistas están pronosticando un conflicto prolongado.
«Lo más probable es que los ocupadores solamente incrementarán sus esfuerzos, destruyendo nuestro país y miles de vidas», dijo Roman Soloviy, director del Instituto Teológico de Europa Oriental en Lviv. «Por lo tanto, no podemos renunciar, en medio del caos, el dolor y la muerte; debemos permanecer como instrumentos del consuelo de Dios, de ayuda y esperanza».
Y algo de eso ahora proviene de Rusia, incluso cuando el gobierno ruso ha sido capaz de censurar las redes sociales y los medios de comunicación. Las fuentes de noticias Dozhd y Ekho Moski fueron recientemente cerradas. Pero algunos líderes evangélicos continúan hablando en favor de las víctimas del conflicto.
«Ningún objetivo o interés político puede justificar las muertes de personas inocentes», declaraba la carta abierta de los líderes evangélicos. «La guerra no solo destruye a Ucrania sino también a Rusia, su gente, su economía, su moral y su futuro».
Acciones de solidaridad por parte de los líderes evangélicos en medio de la guerra
Las declaraciones de oración y los pedidos de paz, así como los posicionamientos políticos, no son las únicas acciones que han emprendido los líderes evangélicos en medio de la ocupación y la guerra emprendidas por Rusia. La preocupación por los oprimidos y los que se encuentran afligidos en medio de la necesidad desesperada de escapar del conflicto son una de las principales preocupaciones de los líderes evangélicos que actualmente se encuentran en Ucrania y en los países que están recibiendo a los refugiados.
Dando la vida en servicio al prójimo. El ejemplo de Anatoly
Así lo señaló Christianity Today, reportando la historia de Anatoly, un miembro de la Iglesia Bíblica de Irpin. Su último acto en la tierra fue llevar la maleta de una joven madre y sus dos hijos, apurándolos mientras cruzaban un puente en busca de refugio seguro en medio de los bombardeos rusos.
Los cuatro murieron cuando una bomba aterrizó en medio de lo que se suponía debía ser un corredor humanitario.
«Anatoly era profundamente espiritual, con un buen carácter cristiano», dijo su pastor, Mykola Romanuk. «Cuando vio a aquellos en necesidad, trató de ayudar».
Las negociaciones durante el fin de semana pasado llevaron a un cese al fuego para la evacuación de civiles, solamente para ser rápidamente rotos. Cada lado culpó al otro, y Rusia negó que estuviera bombardeando civiles.
Pero las fuentes ucranianas describen a las ciudades ucranianas como espacios ahora llenos de basura, con escuelas, hospitales y distritos residenciales bombardeados. También en Irpin, una ciudad conocida en los círculos evangélicos como la «Wheaton de Ucrania».
Después de la caída de la Unión Soviética, «el patriarca evangélico de Ucrania», Gregory Kommendant, invitó a los ministerios cristianos a unirse en su ciudad natal, 16 millas al noroeste de la capital, donde él sirvió como presidente de la Unión Bautista de Ucrania.
Hace apenas unos días, cerca de 25 ministerios evangélicos operaban desde Irpin, incluyendo la Hermandad de Evangelismo Infantil, la Juventud con una Misión, la Juventud para Cristo, La Hermandad Internacional para los Estudiantes Evangélicos y Samaritan's Purse.
Habiendo sido el hogar de solo una iglesia evangélica, Irpin ahora tiene 13 de ellas.
«Hemos estado aquí por 20 años, y los vecinos nunca ponían un pie en nuestra iglesia», dijo el pastor Romanuk. «Ahora están viviendo en el sótano, rezando con nosotros, y se han convertido en nuestros amigos».
Describiendo a Irpin como una ciudad «secular», Romanuk describe a su congregación bautista de 700 miembros como la iglesia más grande en una ciudad de 60.000 personas. Pero ahora, solo un equipo de cinco personas se han quedado, llamados a servir a ministrar a aquellos que se encuentran bajo asedio.
Liderada por el director de un comité misionero, la esposa de un diácono, una agente de bienes raíces, es la jefa de cocina. Ella prepara tres comidas al día para 200 personas, mientras otros sirven como voluntarios para evacuar a los ciudadanos aterrorizados por las bombas al oeste de Ucrania.
Desde que la guerra comenzó, la iglesia ha transportado entre 100 y 200 personas cada día, según informa Romanuk. En la medida en que los rusos se aproximan, ellos ya han llevado a refugios seguros a 3.000 ucranianos. Desde muy temprano, el gobierno tomó nota de sus esfuerzos y después de eso empezó a dirigir a todas las personas hacia la iglesia.
Anatoly, el joven de 26 años que dio su vida intentando ayudar a las familias que huían de la guerra, fue uno de los que regresó del oeste para ayudar a la iglesia en sus esfuerzos humanitarios.
Siendo originario de Luhansk en la región de Donbás, Anatoly comenzó a asistir a la Iglesia Bíblica de Irpin en el año 2020, convirtiéndose en un miembro durante el año pasado. Era profesional en tecnologías de la información en una compañía local y había apoyado en el ministerio de medios sociales junto con el hijo de Romanuk.
Después de evacuar a su esposa Diana y a otros miembros de la familia en el oeste, Anatoly se unió al equipo mínimo que quedaba en Irpin el viernes 4 de marzo. El bombardeo comenzó en la mañana del sábado, y ellos intentaron sacar a tanta gente como fuera posible, cruzando por el puente que el ejército ucraniano había dañado para detener el avance de los rusos.
El domingo no se supo nada de Anatoly, sus amigos se preocuparon, oraron y buscaron en las redes sociales por noticias y fotos de los fallecidos en el último día. Ellos vieron las fotografías de sus zapatillas, y otra fotografía de su suéter. Unos cuantos minutos después, en la tercera foto vieron su rostro.
«Lo extrañamos mucho, es una tragedia para su familia y para la iglesia», dijo Romanuk. «Dios tiene un plan más allá de nuestro entendimiento, pero esto es difícil».
Igor Bandura, un pastor asistente en la Iglesia Bíblica de Irpin, se encuentra ahora acompañando al hermano de Anatoly, en Lviv. Asolado por un profundo dolor, él está tratando de encontrar a alguien que pueda hacer el camino de vuelta a Irpin, 335 millas al oeste de Kiev, para el funeral.
«Hemos tenido que dejar todo atrás. Algunos de nosotros no tuvimos incluso el tiempo necesario para llevar suficiente ropa», dijo Bandura, quien es vicepresidente de la Unión Bautista de Ucrania. «No sabemos el destino que han tenido nuestras viviendas. No sabemos si habrá algún lugar al que podamos volver».
Pero al menos hay un camino de vuelta para el hermano de Anatoly.
Historias de líderes evangélicos que se han negado a salir de Ucrania
El cercano suburbio de Bucha, ciudad de nacimiento del presidente del Seminario Teológico Evangélico Ucraniano en Kiev (Ivan Rusyn), está completamente bajo el control de los rusos.
Pero Rusyn se niega a evacuar.
«Esta guerra ha redefinido completamente mi entendimiento del ministerio y de la misión en toda su amplitud», dijo Rosy. «No puedes mostrar compasión desde la distancia».
Rusyn y sus siete colegas que se quedaron coordinan las labores humanitarias desde las oficinas de la Sociedad Bíblica Ucraniana, donde él duerme en el suelo en las noches.
El seminario se encuentra ahora solo a 1.000 pies de las líneas del frente.
Sin embargo, el viernes pasado un grupo amplio fue evacuado del seminario. 300 miembros de la facultad, personal, estudiantes y familiares fueron enviados a la parte occidental de Ucrania. Pero cada día su equipo envía un bus a Irpin con comida, agua y medicinas.
«Es una catástrofe», dijo Rusyn. «Hay miedo en los ojos de los niños».
Hablando desde su propia experiencia, Rusyn dice que él llevó sobre sus hombros a personas discapacitadas a los buses de evacuación. Pero luego él habló de su alegría, viendo las sonrisas de los soldados ucranianos que sabían que las oraciones de los pastores y los sacerdotes han brindado un gran consuelo a los civiles que intentan escapar del conflicto.
«Nuestro compromiso es que nadie aquí quede hambriento», dijo Rusyn, prometiendo permanecer en la capital tanto como lo haga el presidente Volodimir Zelenski. «Los líderes cristianos que permanecen en Kiev y en otras ciudades son la encarnación viva de Jesucristo aquí».
Los pastores y líderes evangélicos que brindan apoyo a los refugiados fuera de Ucrania
De la misma manera, la mano divina se siente también en otras partes. Muchos líderes evangélicos están cuidando y apoyando a los refugiados en varios países de Europa Oriental. Muchos han renunciado a sus camas, dijo Sergey Rakhuba, presidente de la Misión Eurasia, y él mismo ahora duerme en un colchón.
«Estoy devastado, cansado y abrumado», dijo él, quien además se encuentra supervisando el trabajo de varios líderes evangélicos en Polonia. «Mi corazón está roto en mil pedazos».
Pero la organización de Rakuba también tenía una sede en Irpin, y el personal de 12 miembros que permanecían en Ucrania ha sido reorganizado en dos ciudades occidentales.
Hay una catastrófica escasez de medicinas. Pero también una necesidad pastoral muy grande.
«He pedido por sus oraciones», dijo Rakhuba, recordando a sus compañeros con lágrimas. «Las mujeres refugiadas mencionan a sus esposos, a sus padres, y a sus hijos, y cuando ellas te abrazan, no te sueltan».
Nacido en Donbas, Rakhuba se casó con su esposa rusa en 1983 y vivió en Rusia durante los quince años siguientes. Él frecuentemente escuchaba a su esposa y a sus familiares hablar de sus «hermanos ucranianos». La Misión Eurasia entonces se relocalizó en Ucrania desde Moscú, debido a la presión del gobierno ruso en contra de las iglesias evangélicas. Pero hoy el cambio ha sido completo y hace pensar sencillamente que las cosas que están ocurriendo son aterradoras.
«Irpin se convirtió en una capital espiritual», dijo Rakhuba. «Al tiempo que hay una agresión militar, también este sitio es el lugar de un combate espiritual».
Nota: para la redacción de este artículo, se ha compilado información de dos artículos publicados en Christianity Today por Jason Casper: Ministries Evacuate as Russians Reach Irpin, the Evangelical Hub of Ukraine, Hundreds of Russian Pastors Oppose War in Ukraine y de NewsWeek.
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