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En un momento de aislamiento y cambio sin precedentes, el bienestar de la iglesia y de sus líderes es el tema central de una investigación de Barna, una organización de investigación que busca medir el estado de la iglesia, principalmente en los Estados Unidos.
En una reciente encuesta1, Barna ha querido medir el pulso de las congregaciones en aspectos como el trabajo de sus líderes, el consumo de los servicios en línea, las finanzas, el servicio a la comunidad y la perspectiva sobre el futuro de la iglesia. La investigación incluyó un total de 2,307 entrevistas en línea a adultos estadounidenses mayores de 18 años. A continuación, un resumen sobre los resultados más sobresalientes de la encuesta.
1. La mayoría de los líderes se sienten capacitados para afrontar los retos
El Covid-19 ha impactado los roles y las rutinas diarias de los líderes y pastores de muchas formas. En este sentido, la encuesta consultó si los líderes están encontrando tiempo para su propio desarrollo espiritual. El 51% dijo que ha sido fácil, mientras que al otro 49% le ha resultado difícil adaptarse a los cambios y no poder desempeñar su labor como lo hacía anteriormente.
Frente a la pregunta de qué tan listos están los líderes de la iglesia para ayudar a sus ovejas a superar sus actuales problemas mentales y emocionales, solo tres de cada 10 pastores, es decir el 30%, dicen que se sienten "muy bien equipados", el 64% señala que se sienten "algo equipados", y un 6% restante responden que "no están bien equipados".
Desde el principio, la labor pastoral ha implicado acompañamiento, desplazamientos y actividades presenciales. El desempeño de esas labores es profundamente esencial e inherente al llamado pastoral. No debe extrañarnos que la ausencia de estas actividades o la obligación de convertirlas en labores digitales genere crisis y una sensación de incapacidad. Sin embargo, es positivo que la mayoría de los líderes se sientan capacitados para adaptarse a estos cambios mientras siguen obedeciendo a su llamado.
2. La asistencia a los servicios en línea ha aumentado
En comparación con la asistencia típica presencial, los servicios dominicales transmitidos por streaming han visto un aumento en la participación durante este periodo de distanciamiento social, según los informes de los pastores. El 35% de los líderes dijeron que la participación en línea es mayor que la asistencia al servicio presencial previo. El 29% dijo que era menos y el 32% dijo que los números eran estables.
La encuesta también mostró que estos números han variado significativamente durante todas las semanas desde que inició la pandemia. Los retos de adaptación y de asimilación de la tecnología se deben principalmente a que este medio nunca había sido usado para hacer lo que antes se hacía presencial.
3. Las ofrendas y donaciones se han reducido
Las donaciones a la iglesia se han visto muy afectadas durante la crisis del COVID-19, un patrón que podría atribuirse tanto a los retos que implica la donación a través de medios virtuales, como a los desafíos económicos actuales que enfrentan los hermanos.
Durante las primeras semanas de la pandemia, los líderes de la iglesia informaron números más bajos de lo habitual cuando se trataba de ofrendas semanales con un 62% menos en la primera semana, a un 79% en la segunda semana y un 64% menos en la semana tres.
Sin embargo, en el último mes esta tendencia se ha estancado. Los datos más recientes recolectados muestran que más de un tercio de los pastores, es decir el 37%, informaron que los ingresos por donaciones se redujeron. El 38% dice que las donaciones se han mantenido igual y una cuarta parte, es decir el 25%, confirmó un aumento en las donaciones semanales.
Es probable que estas variaciones se mantengan debido a los problemas que supone la donación en línea y la adaptación a los nuevos retos económicos y laborales que se vislumbran con la reapertura del comercio en los diferentes países.
4. La mayoría de las iglesias están apoyando a su comunidad
Durante los últimos dos meses, los pastores, líderes y miembros de las iglesias han continuado sirviendo a su comunidad, principalmente ayudando a distribuir alimentos y suministros.
Esta tendencia se ha mantenido bastante estable desde que comenzaron las restricciones por la pandemia, con un 33% de los pastores que informan que su iglesia está distribuyendo alimentos y suministros y un 19% que dice que sus congregantes están llegando a miembros de la comunidad de ancianos, aislados o en riesgo.
Aun así, una cuarta parte de los pastores admiten que sus iglesias no tienen una respuesta oficial u organizada para ayudar a los más vulnerables de su comunidad en este momento. Es probable que las iglesias con un programa previo de asistencia social pudieran responder más fácilmente a los retos de la crisis. La vocación y la estructura de servicio a la comunidad solo se hizo más real y visible con la pandemia.
5. Hay esperanza sobre el futuro de la iglesia
A pesar de los innumerables desafíos que el COVID-19 ha presentado a nuestra sociedad, en general, un 95% de los líderes están bastante seguros de que sus iglesias sobrevivirán a la pandemia. Solo el 4% no está seguro y el 1% no tiene mucha confianza sobre la supervivencia de su congregación.
Es realmente alentador ver esta cifra y recordar que la iglesia está fundada sobre una base eterna, no temporal ni terrenal. A través de la historia cientos de miles de veces la iglesia del Señor ha sufrido las consecuencias de vivir en un mundo caído lleno de dificultades y de oposición, pero que milagrosamente siempre sale fortalecida para seguir proclamando el evangelio a las naciones.
Estos son solo algunos datos que nos provee esta encuesta, pero hay muchas cosas que aún no sabemos. Por ejemplo, ¿cómo seguirán desarrollándose la adoración y los servicios en línea? ¿Cuándo se recuperarán las finanzas de las organizaciones y de los hermanos? ¿Cuál será el costo mental y emocional para los líderes y miembros de la iglesia que se han enfrentado a la soledad, la ansiedad y el dolor? ¿Deberían las congregaciones planear acercarse a períodos adicionales de distanciamiento físico mientras el mundo continúa luchando contra la pandemia? ¿Cómo pueden las iglesias asociarse mejor para ayudar a los vulnerables en este momento?
Pero si nos aventuramos más, podríamos preguntarnos, ¿qué cultura y tendencias de fe han surgido y surgirán como resultado de la pandemia? ¿Cómo podemos aprovechar el panorama digital para formar discípulos resistentes? ¿Cómo nos está formando Dios para ser más humildes y dependientes de él en medio de esta crisis? Déjanos tu opinión en los comentarios, pero también suscríbete y activa la campanita para ver más recursos como este.
1 Tomado de: https://www.barna.com/research/things-we-learned/