De acuerdo al Christian Post, un equipo de arqueólogos ha encontrado la tumba que contiene los restos de San Nicolás (o Nicolás de Myra) enterrados bajo una antigua iglesia en Turquía. Nicolás, quien se convirtió en la base e inspiración del personaje de Navidad, Santa Claus en América Latina Papa Noel, falleció hace más de 1600 años.
“Este es un descubrimiento extremadamente importante, el primero encontrado para este periodo”, dijo Osman Eravsar, presidente de la Junta Regional de Preservación de Herencia Cultural de Antalya en entrevista con Fox News, al tiempo en que hablaba del descubrimiento en una iglesia en la ciudad de Demre en el sur de Turquía.
Después de que los crecientes niveles de agua del Mediterraneo sumergieron la iglesia, una segunda iglesia fue construida en el lugar varios siglos después.
“Ahora, hemos alcanzado los restos de la primera iglesia, y el piso sobre el que San Nicolás caminó”, dijo Eravsar, de acuerdo con el Daily Mail. “Las baldosas del piso de la primera iglesia, sobre el cual San Nicolás caminó una vez, han sido desenterradas”.
“Los investigadores han estado examinando las bases de la iglesia de San Nicolás en Demre durante décadas. Recientemente también han descubierto un fresco con la imagen de Jesús en este mismo sitio.
“Cuando se quitó la losa del piso colocada allí en la década de los setenta donde estaba, una excavación fue llevada a cabo para descubrir lo que estaba allí”, explicó Eravsar. “El resultado fue el hallazgo de un piso del siglo cuarto que estaba cubriendo la base de la iglesia”.
En 2017, cuando los arqueólogos encontraron la tumba, no pudieron confirmar el descubrimiento, señaló el periodíco Daily Sabah al tiempo que indicaba que los descubrimientos eran sorprendentes, ya que “se creía que los restos de San Nicolás habían sido contrabandeados a la ciudad italiana de Bari por comerciantes italianos en el año 1087”.
“El museo de Santa Claus, anteriormente conocido como una antigua iglesia con un sarcófago atribuido al santo de la navidad está localizado en la localidad de Demre”, dijo el periódico turco refiriéndose al descubrimiento de los arqueólogos.
Como un obispo cristiano del siglo IV que vivió bajo el dominio del Imperio romano, San Nicolás fue perseguido por su fe bajo el emperador Diocleciano, pero vivió lo suficiente para ver el ascenso del emperador Constantino, quien legalizó la fe cristiana en el Imperio.
“Después de su liberación, Nicolás asistió al Concilio de Nicea, también convocado por Constantino I, en el 325 d.C. Nicolás murió el 6 de diciembre del 343 en Myra y fue enterrado en su catedral obispal, donde una reliquia única, llamada manna, se formó en su tumba”, indica el Centro de San Nicolás.
Esta sustancia líquida era conocida por tener supuestamente “poderes sanadores” e impulsó el crecimiento de la devoción a San Nicolás. El aniversario de su muerte, el 6 de diciembre, se convirtió en el día de la Celebración de San Nicolás, el 19 de diciembre en el calendario juliano.
De acuerdo a la historia, San Nicolás fue introducido en la cultura popular americana hacia el fin del siglo XVIII cuando grupos de familias holandesas se reunían para honrar el aniversario del fallecimiento del santo.
El nombre de Santa Claus evolucionó de una abreviatura y traducción del nombre del santo en holandés, Sinter Klass, la forma corta de San Nicolás, (en holantes Sint Nikolaas).
La falsa tumba de San Nicolás
Tanta era la devoción que Nicolás inspiraba en los creyentes irlandeses que una tumba (probablemente de un sacerdote local de Jerpoint Abbey) que se encuentra en la ciudad medieval pérdida de Newtown Jerpoint, fue considerada durante bastante tiempo la verdadera tumba de San Nicolás. La tumba, también del siglo IV como la encontrada en Turquía recientemente, es una piedra adornada en bajorrelieve y ganó popularidad debido a su asociación con el personaje de la Alta Edad Media.
La leyenda cuenta que San Nicolás, había sido enterrado en Newtown Jerpoint en el siglo XII. La losa de piedra de la tumba está adornada con una imagen de un clérigo y con las cabezas de dos caballeros detrás de sus hombros, de los cuales se cree que eran cruzados que habían llevado los restos de San Nicolás a Irlanda. La evidencia encontrada hasta hace poco daba cierta credibilidad a esta historia en la medida en que los normados en Kilkenny eran coleccionistas de reliquias religiosas, y se sabe que los caballeros normandos participaron en las cruzadas a Tierra Santa.
Sin embargo, los recientes descubrimientos hechos en Turquía, echan por el suelo estas antiguas historias, indicando que los restos de San Nicolás jamás salieron de Turquía y que fueron conservados en una iglesia bizantina local.
Otras iglesias dedicadas a San Nicolás
Son muchas las iglesias dedicadas a San Nicolás aparte de las ya mencionadas. En una bula papal de 1191, el papa Celestino III creó la parroquia de San Nicolás en Dublín. Otras iglesias en el periodo medieval incluyen la de Skryne, Dunsany y la iglesia de San Nicolás en Dublín Within (dentro de los muros de la ciudad). Después de la Reforma protestante, esta última iglesia fue rivalizada por la Iglesia de San Nicolás Without, a menos de un kilómetro de distancia y por la Iglesia católico-romana de San Nicolás de Myra, Without en la calle cercana de Francis.
Vida, obra e importancia de Nicolás de Myra
Más allá de la devoción popular que despertó este obispo cristiano, en un tiempo en el que el cristianismo estaba terminando de configurarse como una religión con una dogmática altamente estructurada, Nicolás de Myra reviste una importancia crucial para el cristianismo trinitario por el apoyo que dio a las fórmulas dogmáticas que se establecieron en el Concilio de Nicea y por la oposición férrea que demostró ante la herejía arriana, la cual propugnaba que Jesús era una creación del Padre y no divino en sí mismo.
Debido a los muchos milagros que se le atribuyen, Nicolás de Myra, o de Bari, también es conocido como “El trabajador de las maravillas”. Especialmente en el mundo católico-romano, Nicolás es el patrono de los marineros, los mercaderes, los arqueros, los ladrones arrepentidos, los niños, los cerveceros, los prestamistas, los solteros y de los estudiantes en varios países y ciudades de Europa.
La reputación de santidad de Nicolás evolucionó entre la gente devota, tal y como era común para los primeros santos del cristianismo, y su legendario hábito de dar regalos en secreto a los niños lo convirtieron en una figura que modelaría al legendario y literario personaje de Santa Claus.
Se conoce muy poco acerca de la vida de Nicolás. Los primeros registros de su vida fueron escritos siglos después de su muerte y contienen elaboraciones que son ciertamente legendarias. Se dice que habría nacido en el puerto marítimo de Patara, en Licia, Asia Menor, de padres cristianos ricos.
En uno de los primeros testimonios más atestiguados de su vida, se dice que él rescató a tres mujeres de ser forzadas a trabajar como prostitutas al dejar caer un saco de monedas de oro a través de la ventana de las casas de las mujeres cada noche de manera que su padre pudiera pagar una dote por cada una de ellas y casarlas legítimamente en lugar de enviarlas a la calle. Otras historias tempranas dicen que él era capaz de calmar el mar y que salvó a tres soldados inocentes de una ejecución sumaria por parte de sus líderes militares. Así mismo, se habla de que cortó un árbol que había sido poseído por un demonio.
En su juventud se dice que habría hecho un peregrinaje a Egipto y Palestina. Después de su regreso del viaje, se convirtió en el obispo de Myra. Poco tiempo después fue enviado a prisión en medio de la persecución de Diocleciano, pero fue liberado poco después, tras la ascensión de Constantino al trono imperial. Una lista temprana afirma que estaba entre los obispos que asistieron al Concilio convocado por Constantino en Nicea, el cual tenía como objetivo debatir la controversia arriana, a saber, la declaración de Arrio de que Jesús no era Dios en el mismo sentido que el Padre, es decir por sí mismo, y que habría sido creado por este al principio del tiempo.
Sin embargo, Nicolás no es mencionado en ninguno de los escritos de los demás obispos que estaban presentes en el Concilio. Posteriormente, algunas leyendas suponen sin fundamento que fue expulsado temporalmente del Concilio y puesto en prisión por haber abofeteado al obispo hereje Arrio. Otra leyenda famosa habla cómo él resucitó a tres niños, los cuales habían sido asesinados por un carnicero que pensaba venderlos como si fueran carne de cerdo durante un periodo de grave hambruna.
Construcción de la iglesia de San Nicolás en Myra
Menos de 200 años después de su muerte, una iglesia fue construida para venerar a San Nicolás en Myra por órdenes del emperador Teodosio II. La iglesia fue construida sobre la iglesia inicial en la que él había servido como obispo, y sus restos fueron movidos a un sarcófago dentro de dicha iglesia. Myra es hoy la misma ciudad llamada Demre en los actuales descubrimientos arqueológicos que se mencionaron al inicio de la publicación.
¿Qué pasó con el cuerpo de San Nicolás?
En 1087, mientras los habitantes cristianos griegos de Mra fueron subyugados tras la llegada de los turcos musulmanes, y poco después de que la iglesia de Myra fuera declarada en Cisma con la Iglesia Católica tras el Gran Cisma con las iglesias bizantinas, se dice que un grupo de mercaderes de Italia removieron la mayor parte de los huesos de Nicolás de su sarcófago en la iglesia sin autorización del obispo local y llevaron los huesos a la ciudad de Bari en Italia, donde ellos son ahora venerados en la Basílica di San Nicola. También se dice que los huesos restantes del sarcófago fueron después removidos por marineros venecianos y llevados a Venecia durante la primera cruzada.
Así que dados estos registros históricos, lo que ahora queda en la ciudad de Demre, antigua Myra, es apenas la tumba de Nicolás, la cual solo hasta ahora fue descubierta por los arqueólogos.
Fuentes biográficas sobre la vida de San Nicolás
Realmente se conoce muy poco acerca de la vida de San Nicolás. En caso de que él mismo haya escrito algo, tales escritos se habrían pérdido, y además él no es mencionado en las crónicas de sus contemporáneos. Esto no es sorprendente, dado que Nicolás vivió en una época turbulenta de la historia romana. Aún más, todos los escritos eran mantenidos en papiro o pergamino, materiales que eran mucho menos resistentes que el papel moderno. De modo que los textos necesitaban ser copiados una y otra vez de nuevo a mano y en nuevos materiales para poder preservarse. Las primeras menciones de San Nicolás indican que, para el siglo sexto, su veneración ya estaba bien extendida en toda Europa. Por otra parte, el historiador bizantino Procopio también menciona que el Emperador Justiniano I, renovó iglesias en Constantinopla dedicadas a San Nicolás y a San Priscus, las cuales habían sido construidas originalmente cerca del año 490 d.C.
El nombre de Nicolás también se menciona como Nicolás de Myra de Licia en la lista de asistentes al Concilio de Nicea por el historiador Teodoreto en su Epítome Tripartito de la Historia Eclesiástica, el cual fue escrito en el siglo VI. Una única mención de Nicolás de Myra también aparece en la biografía de otro personaje importante de la época, Nicolás de Sión, quien aparentemente tomó el nombre de Nicolás en honor a él. La vida de San Nicolás de Sión, escrita 250 años después de la muerte de Nicolás de Myra, brevemente menciona a San Nicolás de Sión visitando la tumba de Nicolás de Myra para rendirle homenaje a él. De acuerdo a Jeremy Seal, el hecho de que Nicolás tuviera una tumba que pudiera ser visitada sirve como una prueba única, pero definitiva para demostrar que él era un personaje histórico real.
En su tratado, El estado del alma después de la muerte, escrito cerca del 583, el teólogo Eustrato de Constantinopla, cita un milagro de San Nicolás de Myra de tres supuestos testigos como evidencia de que las almas pueden operar de forma independiente del cuerpo. Eustrato da crédito a un trabajo pérdido de la Vida de San Nicolás como su fuente. Casi todas las fuentes que Eustrato cita datan de finales del siglo IV y de principios del siglo V, indicando que la Vida de San Nicolás a la cual se refiere, probablemente fue escrita durante este periodo, poco después de la muerte de Nicolás. El primer y más completo registro de la vida de Nicolás de Myra que ha sobrevivido hasta nuestros días es La vida de San Nicolás, escrita a principios del siglo IV por Miguel el Archimandrita (814- 842), cerca de 500 años después de la muerte de Nicolás.
La familia de Nicolás
Los registros de la vida de Nicolás están de acuerdo en la esencia de la historia, pero los historiadores modernos no están de acuerdo en cuánto de la historia se basa en hechos históricos factuales.
Tradicionalmente se asume que Nicolás nació en la ciudad de Patara, un puerto en el mar Mediterráneo, en Asia Menor en el Imperio romano de una familia de cristianos griegos de gran riqueza. De acuerdo a algunos testimonios, los padres de Nicolás se llamaban Epifanio y Johanna, pero de acuerdo a otros, ellos se llamaban Teófano y Nonna. En algunos testimonios, el tío de Nicolás era el obispo de Myra, también en Licia. Al reconocer el llamado de su sobrino al ministerio pastoral, el tío de Nicolás lo ordenó como presbítero.
Como obispo de Myra
Nicolás habría ingresado al ministerio episcopal después de haber realizado varios viajes a Tierra Santa, y luego de haber regresado a Myra. El obispo de Myra, quien sucedió al tío de Nicolás en la sede episcopal había fallecido poco antes del regreso de Nicolás a las tierras turcas, y los presbíteros de la ciudad habían decidido que el primer presbítero en entrar a la iglesia en la mañana sería nombrado obispo. Nicolás fue a la iglesia a orar y fue por lo tanto proclamado para asumir el cargo.
La historia posterior de su persecución, encarcelamiento y liberación bajo Diocleciano, suena plausible, pero sin embargo, no está atestiguada en las fuentes más tempranas y por lo tanto probablemente no sea histórica.
Una de las primeras historias atestiguadas de San Nicolás es una en la cual él salva a tres hombres inocentes de una ejecución. De acuerdo a Miguel el Archimandrita, los tres hombres fueron condenados a muerte por el gobernador Eustatio. En el momento en que ellos iban a ser ejecutados, Nicolás apareció y lanzó una de las espadas de los verdugos al suelo, liberó a los hombres de sus cadenas y con enojo reprendió a uno de los jueces que habían aceptado un soborno para ejecutar a los hombres inocentes.
De acuerdo a Jona Lendering, esta historia se asemeja mucho a una historia más temprana de La vida de Apolonio de Tiana, de Filóstrato, en la cual Apolonio impide la ejecución de un hombre falsamente acusado de bandidaje. Miguel el Archimandrita también cuenta otra historia en la cual el cónsul Ablabios aceptó un soborno para condenar a tres famosos generales a muerte, a pesar de su real inocencia. De la misma manera, los relatos legendarios de San Nicolás afirman que él se apareció a Constantino y a Ablabios en sueño, hablándole a Constantino sobre la verdad del evangelio y asustando a Ablabios para que liberara a los tres generales, por miedo al infierno.
Las versiones posteriores de la historia son más elaboradas, interconectando las dos historias. De acuerdo a una versión, el Emperador Constantino envió a tres de sus generales más confiables, llamados Ursos, Nepotiano y Herpylion, a reprimir una rebelión en Frigia, pero una tormenta los obligó a buscar refugio en Myra. Sin el conocimiento de los generales, que estaban en el puerto, sus soldados fueron tierra adentro para saquear a los campesinos y los mercaderes, así como para destruir todo lo que se encontraran a su paso. Nicolás confrontó a los generales por permitir el mal comportamiento de los soldados, y los generales pusieron fin al saqueo. Inmediatamente, después del fin del saqueo, Nicolás escuchó la historia de los tres hombres que iban a ser ejecutados y los tres generales lo habrían ayudado a impedir la ejecución.
Como podemos ver, muchas de las historias que rodean la vida de Nicolás están marcadas por la leyenda y la especulación, por lo cual es muy difícil saber qué parte de la historia es verdad y qué parte es invención o si los relatos que se cuentan sobre su vida son reales del todo. En lo que sí concuerdan la mayoría de historiadores es que Nicolás existió y que desempeñó un rol importante en una época en la que el cristianismo estaba terminando de definir sus creencias y doctrinas fundamentales de forma sistematizada.
Nicolás en el Concilio de Nicea
En el 325 d.C, Nicolás asistió al Concilio de Nicea, donde se dice que fue un fuerte oponente de la herejía arriana y se manifestó como un fuerte devoto de la fe trinitaria, y que también fue uno de los obispos firmantes del Credo niceno, el cual define las creencias fundamentales del cristianismo y es hoy aceptado por la mayoría de iglesias cristianas de corriente principal alrededor del mundo.
La asistencia de Nicolás al Concilio de Nicea es atestiguada en la lista más temprana de asistentes de Teodoro el Lector, en la cual se lo registra como el asistente número 151. Sin embargo, Nicolás no es mencionado por Atanasio de Alejandría, el principal defensor del trinitarismo y quien conocía muy bien a los obispos más notables de este periodo. Nicolás tampoco es mencionado por el historiador Eusebio de Cesarea, quien también estaba presente en el concilio. Varios estudiosos destacan que los asistentes podrían variar dependiendo de las listas, con algunas incluyendo 200 obispos y otras hasta cerca de 300. San Nicolás es el único nombre reconocido que aparece en las listas largas, las cuales son solo tres. Sin embargo, una de estas listas, la de Theodoro el lector, es considerada como una de las más exactas.
De acuerdo a Jona Lendering, hay dos principales posibilidades:
- Nicolás no asistió al Concilio de Nicea, pero alguien en un periodo temprano pudo incluir su nombre en la lista en medio de la consternación por no haber visto a Nicolás en las listas más tempranas.
- Nicolás asistió al Concilio de Nicea, pero en una etapa inicial alguien decidió remover su nombre de la lista, aparentemente decidiendo que era mejor que alguien no recordara que él estuvo allí.
Una leyenda que data del siglo XIV, más de mil años después de la muerte de Nicolás, asegura que durante el Concilio de Nicea, Nicolás perdió sus modales y golpeó en la cara a cierto obispo arriano presente en Nicea. Al saber de esto, el emperador Constantino ordenó que le quitarán a Nicolás su mitra y su báculo episcopal. El historiador Steven D. Greydanus concluye que dado que las historia solo es atestiguada en un periodo muy posterior, esta carece de valor histórico. Sin embargo, Jona Lendering defiende la historicidad del incidente, argumentando que dado que era algo que producía vergüenza y dañaba la reputación de Nicolás, es inexplicable que los registros posteriores anotaran tal incidente en caso de que fuera falso.
Otras versiones del encuentro entre Nicolás y el obispo arriano embellecen el relato y hacen que sea el mismo obispo Arrio el que sea golpeado por Nicolás, aunque no con una cachetada sino con un puño. En estas versiones de la historia, Nicolás también es enviado a prisión, pero “Cristo y la Virgen María aparecen para liberarlo de su celda”. Él le dice a Jesús que ha sido puesto en prisión por “amor a Él”, y que ellos le han restaurado sus vestiduras episcopales y lo han puesto en libertad. La escena de Nicolás golpeando a Arrio es celebrada en la iconografía ortodoxa, y varios episodios de Nicolás en Nicea son mostrados en una serie de pinturas en la Basílica di San Nicola en Bari.
¿Por qué es tan importante el descubrimiento de la tumba de San Nicolás?
Dado que la historia de Nicolás de Myra ha sido adornada a lo largo de la historia con diversas leyendas, muchos creían que no se trataba de un personaje real y que era una figura que pertenecía a ficciones propias del cristianismo primitivo y medieval. El descubrimiento de su tumba cambia todo esto y al mismo tiempo permite esclarecer algunas de las leyendas en torno a Nicolás.
Así, durante mucho tiempo varios templos se adjudicaron la posesión de la tumba de Nicolás. El más reconocido era, hasta ahora, la Basílica di San Nicola en Bari, Italia, razón por la cual también se conoce al personaje con el nombre de San Nicolás de Bari. En el templo italiano todavía se venera al santo. Sin embargo, la evidencia genética analizada recientemente revela otros datos.
De esta manera, el descubrimiento de la tumba de San Nicolás es una oportunidad única para descubrir cómo pensaban los cristianos primitivos, cuál era su iconografía, su cultura, su teología. Fue precisamente en esta época, como hemos anotado anteriormente, en la que se definieron las creencias fundamentales del credo cristiano y que todavía hoy se profesa en las liturgias de corriente principal, católicas, ortodoxas, y del protestantismo histórico alrededor del mundo.
Y como anotan las tradiciones y algunos historiadores como Jona Lendering, Nicolás fue un defensor acérrimo de la fe trinitaria, la cual es hoy defendida por la mayoría de cristianos del mundo. Entender esto es de suma importancia para poder dilucidar y examinar cómo se formó la fe trinitaria y cuáles fueron sus implicaciones en la superación del movimiento arriano y otros movimientos heréticos del cristianismo primitivo.
Con información de Christian Post y National Geographic.
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