La organización cristiana de ayuda con sede en Ohio Christian Aid Ministries, de la cual 17 de sus miembros fueron secuestrados en Haití hace más de dos semanas, ha pedido a todos sus donantes, partidarios y seguidores orar y compartir las historias de las familias de las víctimas sobre cómo su fe los ha ayudado en estos tiempos tan difíciles al tiempo que los esfuerzos para su liberación se intensifican.
Los misioneros y trabajadores de Christian Aid Ministries fueron secuestrados junto con sus hijos el 16 de octubre pasado presuntamente por la pandilla haitiana “400 Mawozo” mientras se encontraban en Puerto Príncipe. Después del secuestro, miembros de la pandilla publicaron un vídeo en el que informaban que pedían un millón de dólares por el rescate de cada miembro de la organización, en total 17 millones de dólares. Si sus demandas no son satisfechas, la pandilla informa que asesinaría a los rehenes.
De acuerdo con las autoridades haitianas, el grupo de personas secuestradas está conformado por 16 estadounidenses y un canadiense. Es específico, son cinco hombres, siete mujeres y cinco niños, incluido un menor de ocho meses. Esta cifra también fue confirmada por el New York Times.
Christian Aid Ministries publicó una declaración después de que el vídeo de solicitud de pago por el rescate de sus miembros fuera hecho público. “Ustedes se preguntaran por qué nuestros trabajadores escogen vivir en un contexto tan peligroso y difícil, a pesar de los riesgos latentes”, dijo la organización. “Antes de partir hacia Haití, nuestros trabajadores, que ahora son rehenes, expresaron un deseo de servir fielmente a Dios en Haití”.
El FBI está ayudando a las autoridades haitianas a rescatar a los dieciséis estadounidenses y al canadiense retenidos, mientras que un grupo local de derechos humanos ha informado que su conductor haitiano también fue secuestrado.
“Oremos para que su compromiso con Dios (el de las personas secuestradas) se vuelva mucho más fuerte durante esta difícil experiencia”, dijo Christian Aid Ministries.
El vídeo publicado en las redes sociales muestra al líder del grupo 400 Mawozo, Wilson Joseph, vestido con un traje azul, llevando una gorra azul y llevando una gran cruz en su cuello.
“Juro por los truenos que si no recibo lo que estoy pidiendo, pondré una bala en las cabezas de estos americanos”, dijo en el vídeo.
Él también amenazó al primer ministro haitiano Ariel Henry y al jefe de la Policía Nacional de Haití al tiempo que hablaba en frente de ataúdes abiertos que aparentemente contenían los cuerpos de varios miembros de la banda que habían sido asesinados recientemente por la policía.
“Tus chicos me han hecho llorar. Yo lloré lágrimas. Pero yo voy a hacer que tus chicos lloren sangre”, dijo él en referencia a los miembros de la policía.
La Casa Blanca y el Departamento de Estado se pronuncian sobre la situación en Haití
En la Casa Blanca, la secretaria de prensa del gobierno, Jen Psaki, evitó responder a las preguntas de si la administración Biden podría buscar detener las deportaciones de ciudadanos haitianos a su país o si consideraría añadir más presencia militar estadounidense en el terreno en respuesta al secuestro de los misioneros.
“Estamos trabajando las 24 horas del día para llevar a estas personas a casa”, dijo Psaki. “Ellos son ciudadanos estadounidenses y durante los últimos años los grupos de secuestradores han tenido como objetivo ciudadanos americanos, en Haití y en otros países también... para secuestrarlos y pedir rescates. Esta es una de las razones por las que el Departamento de Estado emitió la alerta que dieron en agosto acerca del riesgo de secuestro en busca de pagos de rescate”.
La alerta del Departamento de Estado señalaba que entre los peligros para los ciudadanos estadounidense se encontraban “los secuestros, el crimen, los disturbios civiles, y el Covid-19”. Así mismo se indicó que el secuestro de ciudadanos estadounidenses era común y que solía involucrar negociaciones de recompensas y daños físicos a las víctimas.
La vocera de la Casa Blanca dio sus comentarios a la prensa después de que cerca de doscientas personas cerrarán un vecindario en la capital de Haití en protesta por la profundización de inseguridad en el país así como por la escasez de combustible, la cual algunos han atribuido al caos causado por las pandillas. Mucha gente en Haití está furiosa por el caos social, político y económico y han empezado a pedir la renuncia del primer ministro Ariel Henry.
Haití se ha visto envuelto en medio de una grave crisis política, social y de salud pública desde el terremoto que golpeó al país en el 2010 y dejó cerca de 200.000 muertos. Más recientemente el país volvió a ser noticia tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse a manos de un comando de mercenarios colombianos. En este país del caribe que comparte la isla de La Española con República Dominicana, el estado se ha convertido en un botín para grupos de políticos rivales, los cuales compiten por recibir y administrar la ayuda internacional que llega como asistencia humanitaria.
Manifestaciones de grupos armados en las calles
Las calles de Puerto Príncipe estaban muy tranquilas y vacías el viernes pasado, aunque cientos de simpatizantes de Jimmy Cherizier, líder de “G9 y Familia”, una federación de nueve bandas criminales, marcharon cerca del tugurio costero de Cité Soleil.
“No estamos involucrados en el secuestro. Nunca estaremos involucrados en secuestros”, dijo Cherizier, también conocido como Barbecue, durante un discurso ante sus simpatizantes.
Al tiempo que ellos marchaban, los simpatizantes de la banda cantaban y gritaban que G9 no está involucrada en secuestros. Aún así muchos no tenían el menor reparo en mostrar armas automáticas de alto calibre.
“Esta es la forma en que nosotros dirigimos nuestro país”, dijo Cherizier, quien es presuntamente responsable de varias masacres, a la vez que él señalaba las calles llenas de basura con un arma de asalto.
La seguridad sigue empeorando en Puerto Príncipe
En medio de una situación de inseguridad que se empeora con el paso de los días, la oficina del primer ministro anunció el jueves pasado que Léon Charles había renunciado como director de la Policía Nacional de Haití y que ahora él sería reemplazado por Frantz Elbé. El periódico Le Nouvelliste dijo que Elbé fue el director de departamentos de policía en el sureste y en Nippes y que previamente había servido como coordinador general de seguridad del palacio presidencial cuando Jocelerme Privert fue presidente provisional del país.
“Nos gustaría que la paz pública sea restaurada, que podamos volver a la vida normal y que ganemos de nuevo nuestro camino a la democracia”, dijo el primer ministro Ariel Henry, dando a entender a los medios que la situación de inseguridad va mucho más allá de la presencia de bandas criminales o de los casos de delincuentes menores.
Una oportunidad para cumplir los mandatos del Señor
Weston Showalter, vocero de Christian Aid Ministries dijo que las familias de los secuestrados y los secuestrados mismos hacen parte de los Amish, los menonitas y otras comunidades conservadoras de origen anabaptista de Ohio, Michigan, Wisconsin, Tennessee, Pennsylvania, Oregon y Ontario, Canadá. Él leyó una carta de las familias de los secuestrados, los cuales no fueron identificados por sus nombres, en las cuales los familiares decían: “Dios les ha dado a nuestros seres queridos la oportunidad única para vivir de acuerdo al mandamiento de Nuestro Señor de amar a nuestros enemigos”.
El grupo invitó a las personas a que se unieran en oración por los secuestradores, así como por aquellos que permanecen secuestrados y expresó su gratitud por la ayuda de las “personas con conocimiento y experiencia que están enfrentando” tales situaciones.
“Oren por estas familias”, dijo Showalter. “Ellos están en una situación difícil”.
La organización también emitió una declaración diciendo que no comentarían sobre el vídeo “hasta que aquellos directamente involucrados en las tareas de liberación de los rehenes hayan determinado que los comentarios no pondrán en riesgo la seguridad y el bienestar de nuestro personal y los miembros de las familias en cautiverio”.
Las amenazas de los líderes de la banda se añaden a la ya intensa preocupación que se vive en Holmes County, Ohio, donde se encuentra la sede central de Christian Aid Ministries y en donde se encuentra una de las concentraciones más grandes de Amish, menonitas conservadores y otros grupos relacionados. Muchos miembros de estos grupos han apoyado a la organización con donaciones o han hecho trabajos de voluntariado en sus instalaciones.
“Este tipo de cosas eliminan las fronteras que existen dentro de nuestros círculos”, dijo Marcus Yoder, director ejecutivo del Centro de la Herencia Menonita y Amish en Millersburg.
“Muchas personas en la comunidad se sienten desesperanzados, pero ellos también se dan cuenta del poder de la oración y del poder de nuestra teología histórica”, dijo Yoder, añadiendo que la creencia anabaptista de la no violencia era central para ellos.
El problema de los secuestros en Haití
El mismo día que los misioneros fueron secuestrados, una banda también secuestró a un profesor universitario de Haití, de acuerdo con declaraciones de la Oficina de Protección al Ciudadano de Haití que fueron emitidas este martes. También se informó que un pastor haitiano que fue secuestrado este mes no ha sido liberado a pesar de que se pagó un rescate por su liberación.
“Los criminales operan con completa impunidad atacando a todos los miembros de la sociedad”, dijo Christian Aid Ministries en un comunicado que expresaba su queja por la situación del país caribeño.
UNICEF dijo este jueves que 71 mujeres y 30 niños han sido secuestrados hasta ahora durante el presente año - sobrepasando la cifra de 59 mujeres y 27 niños que fueron secuestrados el año pasado. “Ellos representan un tercio de los 455 secuestros que han sido reportados durante todo este año”, dijo la agencia de Naciones Unidas.
“Ya ningún sitio es seguro para los niños en Haití”, dijo Jean Gough, director regional de la UNICEF para América Latina y el Caribe en una declaración reciente. “Sea en el camino a la escuela, en la casa, o incluso en la iglesia, las niñas y los niños están en riesgo de ser secuestrados en cualquier parte, a cualquier hora del día o de la noche”.
Este año, la pandilla conocida como 400 Mawozo, también secuestró a cinco sacerdotes católicos y a dos monjas. Los secuestrados también exigieron un rescate de un millón de dólares por estas víctimas. No es claro si se pagó la cifra, pero tiempo después todas ellas fueron liberadas.
En medio de la turbulencia política y tras los efectos del último terremoto, ocurrido en agosto de este año, el crimen está arrasando con la capital de Haití, Puerto Príncipe; se dice que ahora las pandillas controlan la mitad de la ciudad.
Protestas contra la creciente ola de secuestros en Haití
Al tiempo que el rapto de los misioneros ocupa la atención internacional, cientos de haitianos han protestado en las calles contra la creciente criminalidad, según informó el medio France24. Una protesta por este motivo paralizó los comercios, las escuelas y el transporte público en el país el 19 de octubre.
“Exigimos que el gobierno tome medidas”, indicó Jean-Louis Abaki, conductor de un mototaxi que se sumó a la protesta para rechazar los asesinatos y los secuestros en la que es hoy la nación más pobre del continente.
Los ciudadanos que protestaban han señalado que tanto el primer ministro del país, Ariel Henry, como el nuevo jefe de la policía, Frantz Elbé “deben garantizar a los ciudadanos algo de seguridad”.
Debido a la creciente crisis política y económica por la que atraviesa el país, la cual se ha visto agudizada por eventos como la pandemia y el asesinato del presidente Jovenel Moïse, los secuestros y la emergencia de bandas de crimen organizado se han vuelto situaciones más comunes para los ciudadanos.
Las víctimas principales de los raptos suelen ser haitianos de clase media, pero que pueden reunir el dinero de un rescate mediante préstamos de dinero o con la venta de propiedades. De las víctimas que se han registrado hasta el momento, los trabajadores del transporte suelen ser el blanco más frecuente de las pandillas.
Sin embargo, la crisis que vive Haití y que cada día adquiere un carácter más exacerbado y profundo también se ha convertido en un problema para Estados Unidos y varios países de la región. Una ola de migrantes haitianos ha llegado a la frontera estadounidense en los últimos meses, aunque muchos han sido reportados a su país de origen. Los migrantes frecuentemente pagan a traficantes para realizar el peligroso viaje desde Centroamérica a los Estados Unidos, pasando por países como El Salvador, Guatemala y México.
¿Cuál es la labor de los misioneros cristianos en Haití?
De acuerdo al New York Times, los misioneros cristianos trabajan de forma anónima, dirigen clínicas médicas, construyen pozos de agua potable, reparten Biblias, otorgan raciones de alimento y refugio. Pero todo ello puede pronto “volverse un caos”.
El caso de los misioneros de Christian Aid Ministries se suma así a casos como el del pastor evangélico Andrew Brunson, originario de Carolina del Norte, quien fue arrestado durante un intento de golpe de estado en Turquía en el 2016 y estuvo detenido dos años. También es notable el caso de Kent Brantly, un médico misionero que casi muere de ébola en Liberia.
El sitio web de Christian Aid Ministries, una organización de ayuda protestante fundada en 1981, informa que “se esfuerza por ser un canal confiable y eficaz para que los amish, los menonitas y otros grupos de individuos anabaptistas conservadores atiendan las necesidades físicas y espirituales en todo el mundo”. Las comunidades anabaptistas datan de la Reforma Protestante y son reconocidas por la promoción del pacifismo, su estilo de vida sencillo, en ocasiones en contraposición radical con la modernidad, y por la creencia del bautismo en la adultez.
Dan Hooley, un ex-director de campo del grupo de misioneros en Haití señaló que algunos de los misioneros secuestrados no llevaban mucho tiempo en el país. Una familia había estado allí desde hacía un par de meses y otro hombre había llegado desde hacía menos de una semana para trabajar en un proyecto de ayuda relacionado con el terremoto que sacudió al país en agosto.
¿Cuántos misioneros cristianos hay en Haití?
Haití ha sido durante los últimos años un terreno predilecto por múltiples confesiones cristianas para labores misioneras y de ayuda humanitaria. Hasta mediados del año 2020 había unos 1700 misioneros cristianos en Haití, esto según los datos del Centro para el Estudio del Cristianismo Global del Seminario Teológico Gordon-Conwell. La mayoría de estos misioneros son católicos, pero también hay una fuerte presencia de Adventistas del Séptimo Día, el grupo protestante más importante de Haití. También se estima que hay más de 100 organizaciones cristianas que se encuentran trabajando en Haití, según los datos del Centro Gordon-Conwell.
Dan Hooley calcula que Christian Aid Ministries tenía más de 20 empleados en Haití antes del secuestro. Junto con Christian Aid Ministries, entre los grupos misioneros anabaptistas que se encuentran en el país, hay algunos más pequeños como Mennonite Gospel Mission, Haiti Relief and Missions y Redeemed Vocational School.
En las últimas décadas, múltiples grupos misioneros anabaptistas han trabajado en Haití, a menudo afiliados a las comunidades religiosas que provienen de Estados Unidos, en especial del Medio Oeste. Es frecuente que los grupos locales de menonitas y amish lleven a cabo subastas anuales con el fin de recaudar dinero para cerca de unos 17 grupos misioneros anabaptistas en Haití, incluida la misión de Christian Aid Ministries, según informa Tim Miller, presidente de la subasta de Florida. Solamente en el año 2021, las subastas de los grupos menonitas, amish y anabaptistas recaudaron cuatro millones de dólares.
“Christian Aid Ministries es el ‘pez gordo’ en el mundo de las misiones”, comentó Tim Miller. “Sabe cómo hacer contenedores llenos de medicinas a Haití mientras que muchas otras misiones simples no logran estos mismos resultados”.
Por otra parte, Christian Aid Ministries es una organización con una excelente reputación, es por esto que las comunidades anabaptistas más conservadoras se sienten cómodas trabajando con ellos, según indicó Miller. Esta organización tiene muchos más recursos que grupos mucho más pequeños de misioneros, lo cual le permite usar vehículos de mayor calidad como Land Cruisers, que los que suelen usar las agrupaciones de misiones más pequeñas.
Un trabajo misionero a largo plazo
Algunas misiones “van dos semanas, realizan su trabajo, regresan a casa y ya no vuelven a ir”, comentó el reverendo y médico Craig Morton, un pastor menonita residente en Boise, Idaho. A diferencia de estos grupos, según Morton, “la mayoría de las organizaciones menonitas con las que estoy familiarizado mantienen relaciones y misiones de larga duración en sus puntos de destino”.
En el año 2019, Christian Aid Ministries reportó ingresos por más de 130 millones de dólares, según las últimas declaraciones de impuestos disponibles. Casi todo este dinero proviene de donaciones. El grupo tiene una fuerte presencia global, con misiones activas en 126 países de todo el mundo.
Tim Miller, quien también es miembro del consejo de un grupo de ayuda más pequeño llamado Haiti Christian Union Mission, afirmó que tras el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse en julio de este año, su grupo de misión regresó a Estados Unidos a sus dos familias misioneras en Haití, entre las familias había siete niños.
Uno de estos misioneros, Michael Martin, de 34 años, había trabajado en el norte de Haití y residía allí junto con su esposa e hijos desde hacía tres meses. Allí Martin apoyaba proyectos comunitarios de ahorro financiero. Unos 2000 haitianos participan de este programa, el cual les ayuda a ahorrar dinero para establecer microempresas propias, comentó Martin.
“Es peligroso, siempre lo ha sido”, afirmó Martin. “Pero Dios es grande y puede mantenernos a salvo”.
¿Un secuestro por imprudencia?
Sin embargo, otros estadounidenses residentes en Haití han expresado escepticismo sobre la prudencia de Christian Aid Ministries al incursionar en la zona donde sus 17 misioneros fueron secuestrados. Joel Trimble, un misionero cristiano independiente que ha estado en Haití desde los años setenta, indicó que el área en la que fueron secuestrados los misioneros era conocida por ser peligrosa.
“Llevar un auto de ese tamaño con tantos misioneros estadounidenses blancos y viajar a cualquier parte de Puerto Príncipe, especialmente en esa zona, fue algo muy imprudente”, dijo Trimble. “El secuestro significa dinero rápido para las pandillas, y cuando ven una furgoneta llena de gente blanca, ven un gran, gran signo de dólares”.
Timothy Shwartz, un antropólogo y consultor que ha estado viviendo en el país desde los años noventa y quien ha sido crítico de los pagos de rescates de los misioneros a las bandas criminales, comentó también que fue una gran imprudencia por parte del grupo. “¿Qué demonios hacían allí?”, se preguntó sobre los misioneros secuestrados. “Hoy en día esa es una zona a la que no se debe ir en ningún caso”.
Haití como una causa popular para las misiones de ayuda
Dentro de Estados Unidos, los negocios de construcción y manufactura de los amish y los menonitas están prosperando con gran rapidez, pero debido al estilo de vida austero de los creyentes, estos no gastan dinero en los productos de consumo que tientan a la mayoría de los estadounidenses. Como consecuencia hay un gran excedente de ganancias de los negocios de estos grupos religiosos que la gente quiere donar a la caridad, y mucho de ese dinero está yendo a la causa misional en Haití.
Haití realmente se ha convertido en una causa popular por muchas misiones, según indica Cory Anderson, editor de The Journal of Amish and Plain Anabaptist Studies. Este país está muy cerca de Estados Unidos, lo que lo convierte en un destino fácil para viajes de corta duración. Y debido a las grandes necesidades expresadas en este país, se convierte en una atractivo receptor de mano de obra misionera y generosidad. “Hay un sentido teológico de que no podemos ser ciegos ante el peligro y la necesidad”, dice Anderson. “Tenemos que ir a un lugar donde puede ser peligroso”.
Actualización de Christian Aid Ministries
Christian Aid Ministries informó en los últimos días que “la situación política en Haití permanece extremadamente volátil. Numerosos reportes estatales sugieren que cerca de la mitad del país está en control de las bandas criminales”. Así mismo el grupo indicó que en “en tiempos como estos, debemos volver hacia la Biblia para entender cómo debemos pensar y orar. 'Y lo que dice la Escritura se escribió para enseñanza nuestra, a fin de que, uniendo nuestra constancia al consuelo que proporcionan las Escrituras, mantengamos la esperanza'.” (Romanos 15:4). La Palabra de Dios trae paz y esperanza: Nuestros sentimientos se entremezclan en tiempos de dolor y desesperanza. Sin embargo, meditando en las Escrituras y hablando con Dios podemos llevar paz y esperanza a los corazones de las personas, incluso cuando ellos están experimentando las peores situaciones”.
Con información de France24, Christian Aid Ministries, Christianity Today y The New York Times.
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