El 2 de agosto de 2021, el diario estadounidense The Christian Post, publicó cómo la persecución religiosa contra los cristianos se ha intensificado en China. El gobierno chino, cada vez más consciente del poder político y económico que ha adquirido gracias al importante crecimiento económico y tecnológico que ha visto durante las últimas décadas, emprendió una fuerte campaña de control contra todos aquellos que no se adapten a su visión del mundo. Naturalmente dentro de ese grupo se encuentran los cristianos.
China tiene claramente una visión materialista de la historia y de la vida humana, mientras que el cristianismo mantiene una perspectiva de que el destino del ser humano va más allá de este mundo presente; algo que al régimen de Beijing no le gusta. Cualquiera que se desmarque de sus parámetros políticos es un enemigo para el estado, o al menos una amenaza.
Nuevos casos de persecución y hostilidades contra los cristianos en China
Los funcionarios comunistas de la provincia china de Zhejiang retiraron por la fuerza cruces y otros símbolos cristianos de varios barcos de pesca de propiedad de los cristianos y amenazaron con cancelar sus permisos de pesca, según un informe.
Los funcionarios del condado de Qushan, una isla china, no mostraron ningún documento legal cuando obligaron a los pescadores cristianos a quitar las cruces y los lemas “Emmanuel” pintados en sus barcos, según informó el organismo de control frente a la persecución con sede en Estados Unidos, China Aid.
Los funcionarios, que parecían dirigirse solo a cristianos, y no a personas de otras creencias, amenazaron a los pescadores con que si se negaban a permitirles quitar los símbolos cristianos, no les otorgarían permisos de pesca ni les permitirían comprar gasolina o combustible y tampoco conducir sus barcos.
“El gobierno está siendo completamente irracional”, escribió un pescador en las redes sociales, según China Aid. “Los barcos de pesca son nuestra propiedad personal. Tenemos derecho a poner cruces en nuestros barcos. La libertad religiosa está escrita en la Constitución. Sin embargo, ahora esto parece solo palabras vacías. El gobierno nunca hace cumplir la Constitución”.
Otro pescador escribió: “El gobierno del condado está destruyendo propiedad personal cuando quitan cruces por la fuerza, ¿no es así? ¿Por qué solo quitan cruces, pero no letreros y consignas de otras religiones? ¿Por qué les molestan las cruces? Si no les gusta una cruz, ¿por qué no pueden simplemente considerarla como el logotipo de “La cruz roja”?
Aproximadamente un tercio de los 70.000 habitantes de la isla de Qushan son cristianos. La gente de Qushan escuchó el Evangelio por primera vez hace más de 100 años y el cristianismo es una parte vital de la vida y la cultura allí, según China Aid.
El cristianismo sigue creciendo en China
La división de Puertas Abiertas de Estados Unidos, que monitorea la persecución de los cristianos en más de 60 países, estima que hay alrededor de 97 millones de cristianos en China, un gran porcentaje de los cuales adoran en lo que China considera como iglesias clandestinas en casas “ilegales” y no registradas. Sin embargo, muchas iglesias también han aceptado la supervisión gubernamental, lo cual ha llevado a una fuerte división del cristianismo en China, una división que por ahora parece estar lejos de superarse.
Según informes publicados, la persecución religiosa en China se intensificó en el 2020, con miles de cristianos afectados por el cierre de iglesias y otros abusos contra los derechos humanos.
Bajo la dirección del presidente Xi Jinping, los funcionarios del Partido Comunista están aplicando controles estrictos sobre la religión, según un informe publicado en marzo por China Aid.
Persecución contra grupos religiosos no cristianos
Muchas otras acciones, como la persecución a la minoría musulmana de la etnia Uigur, la cual está siendo confinada en campos de “reeducación” y que Occidente considera como “campos de concentración”, como la reciente campaña de China contra las empresas del sector tecnológico, evidencian que China está muy lejos de acercarse a los valores occidentales o a siquiera permitir expresiones auténticas de fe ajenas a su visión cultural y filosófica dentro de su territorio. Lo que China está demostrando abiertamente es que continúa siendo un régimen comunista y ateo, y con el país encaminándose a ser la primera potencia económica global para el 2030, esto plantea serias inquietudes para el futuro de la libertad religiosa en todas sus formas.
La iglesia cristiana que se encuentra dividida en China a causa del gobierno
A los cristianos de las iglesias oficiales y estatales y de las iglesias en las casas se les ha ordenado enarbolar la bandera china y cantar canciones patrióticas en los servicios religiosos. Algunas iglesias no pueden exhibir imágenes de Jesús o imágenes de los relatos bíblicos, en cambio el gobierno les pide colocar imágenes de Mao Zedong y de Xi Jinping. El gobierno también ha forzado a los cristianos a escoger entre ser fieles a las iglesias cristianas oficiales o mantenerse en la clandestinidad. El movimiento cristiano oficial para las denominaciones protestantes es la Iglesia de las tres autonomías. China así mismo ha tenido relaciones muy tensas con confesiones como el catolicismo. Los líderes chinos se han negado a reconocer a los obispos de las iglesias católicas clandestinas como auténticos pastores; tampoco les han permitido la libertad de culto, y actualmente es el gobierno chino el que nombra a los obispos de la Iglesia Católica Patriota.
Una guerra contra la Biblia y las misiones
Las autoridades de China también están tomando medidas enérgicas contra el cristianismo al eliminar las aplicaciones bíblicas y las cuentas públicas de cristianos o de organizaciones cristianas en aplicaciones como WeChat, ya que este año entraron en vigor nuevas medidas administrativas altamente restrictivas contra el personal religioso.
En un artículo anterior detallamos cómo a pesar de que China es el principal fabricante de biblias del mundo, prohíbe la distribución abierta de material bíblico en su territorio. Los cristianos de las iglesias clandestinas no tienen acceso a las biblias que han sido fabricadas en las imprentas autorizadas, por lo cual la única forma de obtener biblias es mediante actividades de contrabando, otros cristianos señalan que hacen copias de capítulos enteros de la Biblia a mano con el fin de poder transmitir el evangelio a sus amigos y conocidos. Los únicos que en China pueden tener acceso libre a las biblias son los cristianos que hacen parte de las iglesias oficiales, y aún allí, en las iglesias que son permitidas por el estado, existe un fuerte control sobre cómo se predica, qué se dice y qué no se puede decir y quiénes pueden ejercer los ministerios pastorales.
Un elemento importante a destacar es que actualmente China no acepta misioneros extranjeros, porque considera la predicación foránea como una intromisión peligrosa en los asuntos internos de China. En consecuencia, los extranjeros que llegan al país no pueden llevar material bíblico o misionero, como devocionales o libros de discipulado y teología.
Censura en las redes sociales
Por otra parte, los cristianos también han sufrido por la censura en las redes sociales y en internet en general. En octubre del 2020, la censura de Internet dirigida a los cristianos en China se volvió tan severa que incluso los grupos cristianos oficiales autorizados por el gobierno comenzaron a usar las iniciales en pinyin chino “JD” para reemplazar los caracteres chinos para referirse a “Cristo”, informó China Aid en ese momento.
China está clasificada en la Lista Mundial de Vigilancia de Puertas Abiertas como uno de los peores países del mundo en lo que respecta a la persecución de cristianos.
El Departamento de Estado de EE. UU. también ha calificado a China como un “país de especial preocupación” por “seguir cometiendo violaciones particularmente graves de la libertad religiosa”.
En el mes de mayo del 2021 informamos cómo un cristiano evangélico estadounidense, Johnnie Moore, líder y comisionado del gobierno de los Estados Unidos, había sido expulsado de territorio chino y el gobierno le había prohibido su entrada al país por sus continuas denuncias a favor de la libertad religiosa y por los llamados de alerta que había hecho ante la comunidad internacional sobre el tratamiento que China le estaba dando a la comunidad musulmana de la etnia uigur en la región de Xinjiang. Moore había señalado de manera enfática que China era “el principal violador de los derechos humanos y de la libertad religiosa en el mundo”.
Un contexto preocupante
Toda esta persecución activa contra el cristianismo podría desatar una nueva ola de persecuciones a nivel global. Aunque actualmente el cristianismo sigue siendo la religión mayoritaria del planeta y por lo mismo la religión más perseguida en los países no cristianos, no es de extrañar que esta persecución se intensifique en la medida en que China escala como poder internacional y otras naciones con regímenes autoritarios empiezan a seguir su ejemplo.
La tecnología ha desempeñado un papel muy importante en todo este contexto, y es que en la medida en que se perfeccionan los métodos de vigilancia, los estados ganan más poder sobres sus ciudadanos, conociendo exactamente qué dicen en las redes sociales, quiénes son, cuánto gastan, a qué iglesias asisten y muchas cosas más. Ya hay indicios de que China ha empezado a exportar estas tecnologías de vigilancia a regímenes amigos y autoritarios como Venezuela, Emiratos Árabes, Kenia, Uzbekistán o incluso a naciones democráticas como Alemania. Un reporte del New York Times de abril de 2019 mostró como China ya está exportando estos sistemas y las amenazas que representan para la libertad de los ciudadanos.
En un contexto de tanta vigilancia, hostilidad y persecución hacia los cristianos, renovamos la llamada para que como hijos de Dios y miembros de un mismo cuerpo que es la Iglesia continuemos orando por nuestros hermanos perseguidos en todos los rincones del mundo, especialmente por los cristianos en China, donde los creyentes se enfrentan a nuevas presiones y en donde la persecución se intensifica y llega a nuevos niveles de horror.
Con información de The Christian Post.
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