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Esta mujer aprendió a leer en un tiempo en el que solo los hombres podían hacerlo.Trabajó para romper los estándares de una sociedad que etiquetaba social, religiosa y económicamente a las personas según la familia en la que nacían.Bajo su cosmovisión cristiana, luchó por eliminar el matrimonio infantil y el maltrato a la mujer. Promovió el cuidado de los huérfanos y la educación para todos.Además de todo lo anterior, tradujo la Biblia a uno de los idiomas más hablados de su país.
Pandita Ramabai nació en la India el 23 de abril de 1858 en una familia de la casta superior Brahmin.El padre de Pandita, Ananta Shastri, se opuso a la tradición religiosa que no permitía que las mujeres pudieran leer sánscrito, a pesar de que era un hindú estricto. El sánscrito era un idioma que se usaba principalmente en la práctica litúrgica del hinduismo.
La decisión del padre de Pandita lo puso en el ojo del huracán al ser etiquetado como hereje por los líderes religiosos, pero esta decisión le permitió a Pandita leer los escritos sagrados hindúes desde los 8 años. Cuando todavía era una joven, alcanzó el grado de pandita o docta, un título que generalmente estaba reservado solo para los hombres.Al ser de la clase sacerdotal hindú, la familia de Pandita dependía de las ofrendas que los practicantes de la religión les hacían. Ellos nunca aprendieron otro oficio y dependían de su fe para subsistir.
Abandono y escepticismo
Las crisis económicas les afectaban primero a ellos. Una hambruna generalizada por todo el país, conocida hoy como la Gran Hambruna de 1876 a 1878, dejó a la familia sin la posibilidad de recibir cualquier tipo de ingreso. “Al final, gastamos todo el dinero que teníamos y los dioses no nos ayudaron”, contó Pandita posteriormente. “Sufrimos hambre que nos habíamos acarreado nosotros mismos”. Producto de esta hambruna, el padre, la madre y la hermana de Pandita murieron de inanición. Pandita y su hermano quedaron completamente solos.
Sin muchas posibilidades en el horizonte, Pandita y su hermano se convirtieron en mendigos que recaudaban limosnas recitando escrituras sánscritas. Viajaban a pie durante extensos trayectos, se bañaban en los ríos y comían cualquier cosa que encontraban en el camino.
Pandita estaba convencida de que la religión podía salvarles de su desgracia, sin embargo, poco a poco fue perdiendo las esperanzas. “Habíamos satisfecho todas las condiciones que los libros sagrados indicaban, y habíamos cumplido con todas las reglas que conocíamos, pero los dioses no estaban complacidos y no se mostraban ante nosotros”.
Poco a poco, la fe de Pandita se fue enfriando y estaba ansiosa de encontrar una verdad superior que le diera sentido a su sufrimiento.Para 1878, Pandita y su hermano se encontraban en Calcuta, donde ella descubrió otras religiones por primera vez y empezó a estudiarlas a profundidad. Sin embargo, esto solo le trajo más confusión e incredulidad.Su primer encuentro con el cristianismo se dio en medio de una reunión a la que fue invitada. Allí, un misionero le regaló una Biblia en idioma sánscrito, pero el contenido del Texto Sagrado le pareció extraño y difícil de asimilar en su cosmovisión hindú.
Una sociedad no apta para mujeres
Al ser una mujer que sabía leer, que era respetada en el mundo de la religión y que tenía un gran conocimiento de la ley hindú, se le permitió impartir clases a las mujeres sobre los principios de la religión de la India. Pero, mientras más leía estos textos, más dudas le generaban respecto al papel de la mujer en la religión tradicional en la que había crecido.
De acuerdo con el hinduismo, el único camino para que una mujer encontrara libertad, era un total abandono por parte de su marido. “Ella debe adorarlo con una devoción de todo corazón como si fuera el único dios, y no conocer ni buscar ningún otro placer en la vida fuera de la más degradante esclavitud ante él", escribió posteriormente Pandita. "Gradualmente mis ojos se fueron abriendo; despertaba a mi propia condición sin esperanza como mujer, y cada vez veía más claro que no tenía ningún otro lugar en cuanto a consolación religiosa se refería. Estaba bastante insatisfecha conmigo misma. Quería algo más de lo que esta religión podía darme, pero no sabía qué era lo que quería".
Luego de perder también a su hermano en 1880, a los 22 años, Pandita se casó con un hombre bengalí llamado Bipin Bihari Medhavi, un compañero de la Universidad de Calcuta y abogado en ejercicio que pertenecía a una casta inferior a la suya. El novio era un Kayastha bengalí, por lo que el matrimonio era interreligioso e interregional y, por lo tanto, se consideraba inapropiado. Aun así, se casaron y rápidamente tuvieron una hija a la que llamaron Manorama, pero su esposo murió de cólera antes de cumplir dos años de matrimonio. Pandita estaba nuevamente sola, pero ahora con una hija.
Providencialmente, a través de sus estudios académicos, Pandita se empezó a contactar con misioneros cristianos que desarrollaban su labor en la India. Empezó a sentir un profundo interés por aprender inglés y por compartir con estos extranjeros que le parecían amables, caritativos y generosos.Después de la muerte de su esposo, Ramabai se mudó a Pune, donde fundó la sociedad Arya Mahila Samaj. El propósito de la sociedad era promover la causa de la educación de las mujeres y la liberación de la opresión del matrimonio infantil. Pandita empezó a sentir interés por la medicina y promovió la idea de que las mujeres debían ser admitidas en las facultades de medicina del país.
Conociendo el evangelio
En 1883, Pandita viajó a Inglaterra para estudiar medicina. Allí tuvo la oportunidad de vivir con una comunidad religiosa de monjas. Estando con ellas, pudo ver la intensa labor social que desempeñaban y esto empezó a producir cierto interés en su fe.
Intrigada por la motivación de las religiosas, les preguntó acerca de su objetivo al hacer misericordia. Ellas la guiaron hacia Juan 4, el relato del encuentro de Jesús con la mujer del Pozo. "Nunca había leído ni escuchado nada como eso en los libros religiosos hindúes; me di cuenta después de leer el cuarto capítulo del Evangelio de Juan que Cristo era realmente el Divino Salvador que Él proclamaba ser, y nadie fuera de Él podía transformar y mejorar la feminidad oprimida de la India y de cada nación. Entonces mi corazón fue atraído a la religión de Cristo”.
Pero Pandita aún estaba lejos de conocer a su Salvador; el cristianismo le parecía liberador y le traía satisfacción intelectual, pero Dios no había tocado su vida aún.Sería ocho años más tarde que el evangelio penetraría en su corazón. Ella dijo después de su conversión: "Estoy obligada a contar a tantas mujeres y hombres como me sea posible que Jesucristo vino a salvar a pecadores como yo”, escribió. “¡Él me salvó, alabado sea el Señor!”
La conversión de Pandita debía ser radical. El simple hecho de creer que el evangelio era para todos ya rompía con muchas estructuras culturales en una sociedad en la que las castas sociales eran un elemento fundamental de la religión hindú.Según el cristianismo, todos, incluyendo a mujeres, niños, gente rechazada y miembros de las castas más bajas o intocables, habían sido creados a la imagen y semejanza de Dios y eran amados incondicionalmente por Él.
Emprendiendo la misión
En 1886, Pandita viajó a América para asistir a la graduación de la primera doctora india, Anandibai Joshi. Estando allí recaudó fondos para poder iniciar una misión en la India. La intención de Pandita fue concentrarse en ayudar a los menos favorecidos de la sociedad del país, especialmente a las mujeres. Así que en 1889 fundó la Misión Ramabai Mukti, con el objetivo de brindar ayuda y esperanza a las mujeres pobres, abandonadas y/o abusadas, y a los niños huérfanos.
En 1896, durante una severa hambruna, Ramabai recorrió las aldeas de Maharashtra con una caravana de carretas de bueyes y rescató a miles de niños marginados, viudas, huérfanos y otras mujeres indigentes y las llevó al refugio de Mukti y Sharada Sadan.En 1898 fue invitada a la convención de Keswick, en Inglaterra, donde habló en nombre de 140 millones de mujeres de la India. Allí testificó que, por medio de esta convención, había aprendido sobre el Espíritu Santo. Su deseo era que mil mujeres cristianas hindúes fueran guiadas por el Espíritu Santo para esparcir el evangelio por la India. Ramabai se involucraría posteriormente con movimientos internacionales dedicados a la santidad, la renovación y las misiones, especialmente la Alianza Cristiana y Misionera.
Su último legado
En los últimos 15 años de su vida, se dedicó a la inmensa tarea de traducir la Biblia al maratí, uno de los idiomas más hablados en la India. Primero tuvo que aprender griego y hebreo, luego tuvo que acomodar este trabajo a sus otras ocupaciones. Aunque se estaba quedando sorda y por ese tiempo murió su hija, no abandonó esta tarea que se había propuesto. Había casi completado la corrección de pruebas de la Biblia maratí, cuando cayó enferma. Diez días más tarde, cuando hubo leído la última prueba, falleció. Pandita Ramabai murió el 5 de abril de 1922 en Bombay.
La misión fundada por Pandita aún existe, y sigue brindando ropa, techo y educación a niños y mujeres sin importar su casta. La declaración de propósito del ministerio es "Hogares Cristo-céntricos donde las mujeres y niños -sin importar su trasfondo- son aceptados, cuidados, transformados y empoderados para ser sal y luz en la sociedad."Aunque Pandita Ramabai es considerada hoy como un ícono feminista y de la emancipación de la mujer, en realidad fue una cristiana profundamente comprometida con la causa de su fe y con el ideal de devolver la dignidad que sólo el evangelio le puede dar a la mujer, a los huérfanos y a los más vulnerables de la sociedad.
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