El 1 de diciembre de 2022 se lanzó el Prólogo del videojuego I am Jesus Christ (“Yo soy Jesucristo” en español), desarrollado por SimulaMaker y PlayWay, y disponible gratis para descarga en la plataforma Steam. Este es un juego en primera persona en el cual el jugador es Jesucristo, hace milagros, interactúa con personajes bíblicos y sigue la narrativa de los Evangelios. El juego espera lanzar su versión completa a mediados de 2023.
El juego muestra la vida de Jesús desde antes de su bautismo hasta su crucifixión, aunque el Prólogo que estará disponible en 2022 solo llega hasta la tentación en el desierto. Los jugadores solo ven las manos de Jesús, pero el personaje en primera persona se mueve (y hasta salta) por Jerusalén, Galilea y las regiones aledañas. Varias narraciones bíblicas tienen lugar durante el juego, como la conversión del agua en vino (Juan 2:1-11), la pesca milagrosa (Lucas 5:1-11), la calma de la tormenta (Mateo 8:23-27), y la tentación en el desierto (Mateo 4:1-11).
Desde su anuncio, el juego generó gran interés y muchas opiniones encontradas, además de innumerables burlas. Particularmente, la comunidad cristiana ha descrito el suceso como lamentable y ha descrito el juego como sacrílego.
¿Cómo abordar la llegada de tal videojuego a nuestro mundo globalizado? Creo que esta es una pregunta relevante a la luz del desarrollo tecnológico mundial que no se detiene y que permea todas las áreas de la sociedad. Como éste, pueden venir más videojuegos en el futuro que tengan que ver con las verdades que creemos. Vale la pena abordar el asunto con dos perspectivas, una positiva y otra negativa, tratando de hacer justicia a lo que es rescatable, pero haciendo evidentes los problemas de este videojuego.
1. Videojuegos y Biblia: una mirada positiva
Antes de tratar con el tema específico del juego I am Jesus Christ, conviene retroceder y revisar la relación que existe entre el mensaje bíblico y los videojuegos en general. Creo que hay por lo menos dos razones por las que conectar los videojuegos con nuestra fe vale la pena.
Primero, hay una comunidad gigantesca y creciente alrededor del mundo que está relacionada con los videojuegos, desde millones de gamers niños, adolescentes y adultos, pasando por los mercados que venden consolas y juegos y las compañías tecnológicas que los desarrollan, hasta llegar a los equipos profesionales de e-sports y los millones de personas que los siguen en plataformas como Twitch y YouTube. Un reporte de DFC Intelligence, una organización dedicada a analizar la industria de los videojuegos, mostró que para el primer semestre de 2022 un 40% de la población mundial usaba videojuegos, lo que representa unos 3100 millones de personas, y que las ganancias a nivel global por razón de los videojuegos están alrededor de 203 000 millones de dólares.
Si la Iglesia de Cristo quiere alcanzar al mundo, debe reconocer la influencia de los videojuegos a nivel global y predicar el evangelio entre la comunidad gamer. Esta necesidad es equiparable a la de un grupo estudiantil que busca predicar el evangelio en una universidad o a la de un ministerio enfocado en enseñarles de Jesús a jóvenes deportistas. Un ejemplo de esto es el ministerio GameChurch, dedicado al evangelismo en medio de la comunidad de videojugadores y cuya misión es “crear un puente entre el evangelio y el jugador”.
Drew Nixon, quien trabajó con GameChurch y ha contribuido en Christianity Today, afirmó la importancia de que los creyentes también se diviertan con estos juegos y los utilicen para conectar con otras personas en la predicación del evangelio. Hablando sobre las personas que hace años llegaban a los edificios de las iglesias locales mientras jugaban Pokémon Go con sus teléfonos, Nixon dijo que no era suficiente con recibir a los jugadores en el edificio para forzarlos a escuchar un sermón, sino que los creyentes debían salir a jugarlo y conectar con otros en la comunidad. En sus palabras:
[Los creyentes] necesitan tener presente que los jugadores no llegan [a las iglesias] para escuchar un sermón, sino para jugar un juego, y eso es en realidad algo bueno. Pokémon Go es un juego especial, un escaso momento cultural que invita a gente de todos los trasfondos y con todos los niveles de experiencia en videojuegos para conectar en un interés común. Si sinceramente esperamos alcanzar a los gamers, entonces haríamos bien al entender el valor de los juegos que ellos juegan.
Una segunda razón por la que vale la pena conectar los videojuegos con la Biblia es que los juegos de video son considerados por muchos como expresiones artísticas. Este artículo no es el espacio para abordar el debate en torno a si los videojuegos son obras de arte o no; basta con decir que no se puede negar que los videojuegos atraen igual o mayor atención que las formas tradicionales de arte, y que así mismo sus narrativas, gráficos y experiencias causan fascinación entre usuarios y críticos.
La historia de la iglesia nos enseña que los creyentes en todas las épocas utilizaron diferentes formas de arte para comunicar el mensaje del evangelio. Wittenberg no fue importante solo por Lutero, sino también por Cranach, llamado por muchos el “pintor de la Reforma protestante” y autor de la pintura Ley y evangelio, en la cual plasma la condenación de la Ley y la justificación por medio de Cristo. En nuestro siglo, es notable el esfuerzo de un ministerio como Full of Eyes, el cual, basado en el arte, “procura ayudar a la gente a ver, saborear, y cantar la belleza de Dios en Jesucristo”, haciendo animaciones visuales exegéticas que explican verdades bíblicas profundas.
¿Qué pasaría si en los videojuegos se plasmara el mensaje del evangelio? Los artistas cristianos de la historia se las ingeniaron para hablar de su gran pasión a través de esculturas, canciones, poemas, historias, pinturas y demás expresiones artísticas. Vale la pena poner en la mente de los desarrolladores y artistas digitales creyentes la idea de plasmar el mensaje bíblico en las manos y en los ojos del 40% de la población que hoy dedica mucho de su tiempo a estos juegos de video.
2. El sacrilegio: una mirada negativa
En el primer punto hicimos justicia a la idea de usar los videojuegos para transmitir un mensaje bíblico, y comenzamos por ahí porque es evidente que el juego I am Jesus Christ muestra una preocupación evidente por referenciar bíblicamente todos los sucesos de la narrativa de la vida de Jesús y por poner en la boca del narrador y de los personajes fragmentos directos de la Biblia. En otras palabras, hay una intención pedagógica innegable detrás del juego, incluso si sus desarrolladores no son creyentes.
¿Cuál es, entonces, el problema de este videojuego? Uno simple y terriblemente complejo: que el jugador encarna a Jesús. De ahí se desprenden, al menos, dos problemas que hacen del juego algo sacrílego.
El primer problema es que la imagen de Jesús es rebajada. Personas dentro de la comunidad gamer han descrito el juego como un ARPG (del inglés action role-playing games, “juego de rol de acción” en español). Como alguien que ha jugado muchos ARPGs, debo decir que estoy de acuerdo. En esos juegos uno encarna un personaje mítico que tiene diferentes habilidades, muchas de ellas mágicas, que se utilizan para cumplir misiones y volverse progresivamente más fuerte. Por el camino del juego, uno adquiere armas, poderes y toda clase de objetos de valor que son útiles en la búsqueda, e interactúa con muchos otros personajes que hacen parte de la narrativa.
Lo digo desde la experiencia: lo divertido de ese tipo de juegos es que uno encarna un personaje ignorante y débil que debe volverse fuerte con el tiempo y aprender mucho para seguir la trama de la historia y cumplir los diferentes objetivos. El problema de encarnar a Jesús en un juego de rol es que Él no era ni ignorante ni débil y, si bien era completamente humano, la Biblia lo mostró siempre como el Dios encarnado, sabio, perfecto y sin pecado, que a sus 12 años ya discutía con los sabios judíos en la casa de su Padre (Lucas 2:49). El Jesús del videojuego (uno mismo) habla con gente en Jerusalén para tratar de aprender sobre Juan el Bautista y cumplir las misiones. Es demasiado osado poner la mente del jugador en el cuerpo (virtual) de Jesús y pretender tomar las mejores decisiones para la humanidad, incluso si se trata de un juego.
El segundo problema del videojuego es que comunica una imagen errada del poder de Jesús. Como ya lo dijimos, el juego tiene la intención de ser preciso en la narración bíblica. Sin embargo, el desarrollo también tenía la intención de ser divertido, y en el proceso creó un sistema bastante controversial. Veamos algunos ejemplos:
Jesús tiene una barra de “energía del Espíritu Santo”, la cual se recarga una y otra vez para hacer milagros, exactamente igual a lo que en otros juegos es el “maná”, “energía espiritual”, “magia” y otro sinnúmero de nombres que corresponden a lo mismo.
En la narración de la tentación en el desierto, Jesús se enfrenta a Satanás y, aunque hay una conversación en donde se evidencian los diálogos bíblicos, también hay una “boss fight”, es decir, una pelea contra un jefe, momento clásico de casi cualquier videojuego en el cual el jugador se enfrenta a un enemigo más poderoso de lo normal. Aquí vemos a Jesús intercambiando una especie de bolas de poder con Satanás.
Los milagros en el juego son desafíos en los cuales los jugadores deben usar los controles para lograr convertir el agua en vino, sanar al hijo del oficial y ayudar a los apóstoles en su pesca.
Hay más ejemplos, pero el punto es claro: este sistema de juego simplifica demasiado la vida de Jesús, poniendo sus milagros al nivel de los poderes mágicos de cualquier mago en otro videojuego de rol. ¿Qué pasa si Jesús pierde en la pelea de bolas de poder en el desierto? ¿Qué pasa si no logra hacer los milagros?
Sin importar las intenciones, el juego resulta ser bastante sacrílego al ofrecer una imagen reducida y errada de Jesús.
Conclusión: los videojuegos correctos
Debo confesar que cuando escuché sobre un videojuego que relataba la vida de Jesús sentí alegría en lo más profundo de mi ser, aunque luego fui decepcionado. Como ya lo dijimos, este tipo de iniciativas pueden tener una poderosa influencia positiva en nuestro tiempo. Solo es necesario poner el nombre de este videojuego en el buscador de YouTube para ver cuántos streamers incrédulos lo han jugado y han escuchado importantes fragmentos de la Biblia en su tiempo de juego, incluso si lo hicieron solo para opinar; son videos con miles y miles de vistas.
Creo que, si el protagonista hubiera sido uno de los apóstoles, María, José o cualquier otro personaje bíblico en lugar de Jesús, habría sido mucho más provechoso, pues ellos eran débiles e ignorantes como el jugador, y la experiencia en el videojuego habría comunicado algo del asombro de estos personajes bíblicos al ver al Dios encarnado. Sin embargo, este juego cometió un grave error al hacer una encarnación en primera persona de Jesús.
La creación de este videojuego es muestra de que necesitamos los videojuegos correctos, que muestren una imagen acertada de nuestro Señor y sean fieles a la Escritura.
Apoya a nuestra causa
Espero que este artículo te haya sido útil. Antes de que saltes a la próxima página, quería preguntarte si considerarías apoyar la misión de BITE.
Cada vez hay más voces alrededor de nosotros tratando de dirigir nuestros ojos a lo que el mundo considera valioso e importante. Por más de 10 años, en BITE hemos tratado de informar a nuestros lectores sobre la situación de la iglesia en el mundo, y sobre cómo ha lidiado con casos similares a través de la historia. Todo desde una cosmovisión bíblica. Espero que a través de los años hayas podido usar nuestros videos y artículos para tu propio crecimiento y en tu discipulado de otros.
Lo que tal vez no sabías es que BITE siempre ha sido sin fines de lucro y depende de lectores cómo tú. Si te gustaría seguir consultando los recursos de BITE en los años que vienen, ¿considerarías apoyarnos? ¿Cuánto gastas en un café o en un refresco? Con ese tipo de compromiso mensual, nos ayudarás a seguir sirviendo a ti, y a la iglesia del mundo hispanohablante. ¡Gracias por considerarlo!
En Cristo,
Giovanny Gómez Director de BITE |