“Los grandes oficios tendrán grandes talentos, y Dios da a cada hombre las virtudes, el temperamento, la comprensión y el gusto que lo eleva a la vida y lo deja caer justo en el nicho para el que fue diseñado”. William Cowper.
Alrededor del siglo XIX, China vivía una era en la que se encontraba enormemente esquiva, lejos de otros países, especialmente de los europeos. La única opción que se tenía para llegar a China era hacer un viaje de hasta cinco meses en un barco de vela. Los emperadores dictaban sentencias de muerte a todo aquel que enseñara el idioma chino a un extranjero, estaban prohibidas las importaciones de mercancía occidental, e incluso se llegó a prohibir la entrada de occidentales a territorio chino. La forma de pago de bienes era la plata, con la que se compraban cosas como seda, té y jengibre. Ademas las religiones extranjeras estaban proscritas y las personas que las practicaran se exponian a ser puestas bajo la sentencia de pena de muerte.
Todo el comercio entre el Imperio británico y Oriente se realizaba por medio de la Compañía Británica de las Indias Orientales, que para mantener su comercio con China, también prohibió la entrada de misioneros y bloqueó cualquier intento de poner en peligro sus oportunidades de negocio con el país oriental.
El misionero pionero
Así se veía el panorama para Robert Morrison, un inglés que tenía el deseo de partir hacia China. Desde cualquier perspectiva para ese entonces, era imposible la realización de este viaje, no solo por las muy limitadas oportunidades para entrar al territorio chino, y todo lo que ello implicaba, sino porque además, Inglaterra le impedía ir allí. Pero a pesar de que era un recorrido para entonces inviable, Dios ya tenía todo previsto en Sus planes.
Nacido el 5 de enero de 1782 en el pueblo de Morpeth, Inglaterra, Robert Morrison creció en una familia presbiteriana. Su padre, James, era un granjero y anciano en la Iglesia Presbiteriana de High Bridge. En su adolescencia, Robert estudiaba la Biblia diligentemente y leía artículos de revistas misioneras. A sus 20 años, sintió que el Señor lo llamaba a convertirse en misionero en África. Al año siguiente, fue aceptado por la London Missionary Society (LMS), y pronto comenzaría su formación en la Academia Misionera, tomando también estudios adicionales en medicina y astronomía. Sus expectativas de ir a África fueron frustradas después de que la LMS le pidiera que fuera a China. La Sociedad Bíblica Británica y Extranjera patrocinó esta asignación al tener un interés directo en la traducción de la Biblia al idioma chino. Morrison aceptó y comenzó su preparación para ir a Oriente. Inmediatamente empezó a estudiar el idioma y a investigar la literatura china.
Ya que había una estricta prohibición para los misioneros que tenían previsto llegar a China, el 31 de enero de 1807 Morrison partiría a Estados Unidos con el fin de pedir protección. Al llegar a Nueva York, con cartas de recomendación y con ayuda de algunos amigos cristianos influyentes, se dirigió a Filadelfia donde logró obtener una carta del Secretario de Estado dirigida al Cónsul de los Estados Unidos en Cantón (Guangzhou), China, solicitando su protección y residencia americana en la ciudad.
En mayo de 1807 inició su viaje, llegando hasta el 6 de septiembre del mismo año. Se estableció en un enclave restringido en la sección estadounidense, donde el gobierno les permitía a comerciantes extranjeros vivir y hacer negocios con comerciantes chinos. Al llegar se dio a la tarea de aprender el idioma con el apoyo de maestros locales y dos ayudantes, en extremo secreto, ya que mientras los nativos ayudaran a Morrison y mientras este dominara el idioma, estarían arriesgando sus vidas.
El misionero se mudó varias veces de la ciudad a una pequeña isla frente a la costa sur de China llamada Macao, donde sería fuertemente restringido en su intento de evangelizar y se vería enfrentado a la resistencia por parte del obispo catolico romano, quien emitió un anatema contra cualquier persona que interactuara, recibiera material o suministrara libros chinos a Morrison. Los romanistas habían establecido una fuerte presencia en Macao y celebraban el favor que tenían por parte del gobernador portugues.
En 1809, la Compañía de las Indias Orientales reconoció la habilidad de Morrison con el idioma, así que el misionero se ofreció como traductor e intérprete en asuntos oficiales, lo cual le permitió tener un salario, una residencia oficial en el territorio y la oportunidad de expandir y desarrollar sus habilidades lingüísticas. Por otro lado, se enamoró de Mary Morton, la hija de un cirujano del Royal Irish Regiment en China. Entonces lograron casarse y tener a sus dos hijos. Seis años después, la salud de Mary se vería debilitada, lo que la obligaría a regresar a Inglaterra con sus hijos. Finalmente volvería a China en 1820, pero un año después moriría debido a la continua debilidad de su salud. Mary fue enterrada en Macao y sus hijos serían enviados de vuelta a Inglaterra. Morrison se afligió durante muchos años por la pérdida de su esposa y por el constante deseo de volver a ver a sus hijos. A pesar de esto, siguió con sus estudios en el idioma y logró compilar seis volúmenes de un diccionario inglés-chino, que se publicaría en 1822. Este diccionario, junto a la publicación de un libro de gramática, serían usados, impresos y distribuidos por la Compañía de las Indias Orientales como material para enseñar el idioma a sus empleados involucrados con el comercio en China.
La traducción de la Biblia al idioma chino
Morrison había empezado su tarea en la traducción de la Biblia desde su llegada a China. La primera publicación que hizo fue la del libro de los Hechos, como resultado de haber encontrado una copia en el idioma chino en la Biblioteca Británica antes de su partida. De esta publicación, se enviaron tres copias a Inglaterra, lo que animó y celebró la LMS y la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, llevándolos a adicionar 500 libras a sus esfuerzos de traducción. Después de ello, Morrison solicitó a la LMS que se le enviara a un ayudante. William Milne sería enviado para ayudar a Morrison en la traducción de las Escrituras. Llegó a Macao, se trasladó tres días después a Cantón y comenzó sus estudios lingüísticos. A pesar de todos los problemas, aflicciones y diferentes dificultades que ambos pasaron en el proceso de aprender, del mantenimiento de la obra y del desarrollo de las traducciones, el Señor los ayudó a perseverar y a ser pacientes en medio de la oscuridad, para no solo lograr atravesar todas las situaciones que enfrentaron en ese momento, sino también para sentar las bases para que muchos otros misioneros entraran en el servicio en años venideros.
Morrison le aconsejo a Milne trasladarse a Malaca (actualmente en Malasia) y después de seis meses en Cantón, decidió atender el consejo y partir junto a su esposa para encontrar y establecer una base misionera desde la que se pudieran formar a nuevos misioneros y que se pudiera continuar con la traducción de la Biblia sin ninguna restricción. Esta base también permitiría la impresión y distribución desde la cual se distribuirían las Escrituras. Juntos lograrían terminar la Biblia completa.
William Milne moriría a sus 37 años en 1822, un año antes de que se publicara el primer ejemplar de la traducción. Se le recuerda como el fiel ayudante de Morrison en la traducción de la Biblia al idioma chino y por la creación del English-Chinese College en Malaca, donde se proporcionaban estudios en lengua inglesa-china para futuros misioneros.
La imprenta oriental
Los preparativos para la impresión de una Biblia fueron inmensos. Se tenían que tallar los caracteres chinos en madera y colocarlos en el orden correcto en la plancha de la imprenta. Morrison ordenó tallar dos juegos móviles de madera con todos los caracteres de la lengua hablada entonces. Actualmente, es necesario conocer unos 3.000 caracteres para leer un periódico, pero un lector culto conocerá hasta 8.000 caracteres. Así que se tenía que hacer la tarea de tallar varios miles de caracteres para la impresión de la primera Biblia en lengua china.
A menudo se atribuye a Johannes Gutenberg la invención de la imprenta en 1439. Pero, 400 años antes, los chinos ya imprimían con tipos móviles. Alrededor de 1045, un inventor chino llamado Bi Sheng talló caracteres chinos en arcilla y los pegó a una placa de metal para imprimirlos. Más tarde, estos mismos caracteres se tallaron en pequeños bloques de madera. Así, los chinos ya imprimían desde hacía casi 800 años cuando Morrison imprimió los primeros ejemplares de la Biblia.
Morrison se hizo bastante famoso en Inglaterra durante esta época. En 1824, hizo una visita en la que pudo entregar personalmente una copia de la Biblia en idioma chino al rey Jorge IV. También fue muy solicitado como orador, promoviendo las misiones a Oriente. Se casó con Elizabeth Armstrong en noviembre de 1825, partiendo así con su familia de regreso a China en 1826.
Continuó escribiendo y publicando tratados y libros, y colaboró activamente con artículos en revistas misioneras para promover la extensión del evangelio en China. Murió el 1 de agosto de 1834, a sus 52 años, de fiebre y agotamiento. Fue enterrado junto a su primera esposa, Mary, y junto a su hijo James, en el cementerio protestante de Macao.
Morrison desarrolló un gran respeto por la cultura y la lengua china. Además de la traducción de la Biblia, dió a conocer a China a la comunidad cristiana de Europa y América. Así, sirvió de puente entre estas culturas muy diversas. Su traducción de la Biblia allanó el camino para que los misioneros pudieran llevar la Palabra de Dios al pueblo de China en los siglos posteriores.
Con información de Banner of Truth