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*La siguiente es la transcripción de una entrevista realizada por Tony Reinke a John Frame, autor de Historia de la filosofía y la teología occidental.
Los cristianos no son los únicos que saben algo del universo. Los no cristianos también saben muchas verdades sobre este mundo y su funcionamiento. Por supuesto, todo conocimiento es de alguna manera una revelación de Dios, pero parece que incluso ellos pueden percibir (a cierto nivel) lo que es verdadero, bueno y bello. Sin embargo, la Biblia también deja claro que los incrédulos ocultan la verdad con injusticia (Ro 1:18).
Entonces, Dr. Frame, ¿cómo describiría usted la verdad que los incrédulos suprimen? ¿Y a qué se refiere cuando dice que el pensamiento no cristiano vacila entre el racionalismo y el irracionalismo?
Bueno, es muy difícil de describir, Tony. Personas mucho más sabias que yo lo han intentado y han descubierto que está más allá de su capacidad el poder expresarlo con claridad.
Romanos 1 es el pasaje en la Escritura que más claro nos habla del conocimiento del incrédulo. Nos dice que la gloria de Dios se revela claramente para que los no creyentes, es decir, los paganos de los que se escribe en ese mismo capítulo, tengan un conocimiento claro de Él. De hecho, en Romanos 1:21, incluso dice que estos paganos conocen a Dios. No solo saben de Él, sino que lo conocen, así que no son ignorantes.
En cierto modo, lo que necesitan no es información adicional. Ahora bien, en una conversación entre un creyente y un no creyente a veces se produce un intercambio de información. Si el no creyente afirma no saber algo, como mínimo tenemos que remediar el asunto, explicándole lo que ignora.
Pero en el sentido más profundo, el no creyente conoce a Dios aunque lo rechace. Pablo continúa diciendo en Romanos 1 que, como un no creyente suprime la verdad con injusticia, cambia la gloria de Dios por la gloria de las cosas del mundo creado y hace estatuas e imágenes; adora a estos ídolos en lugar de adorar al Dios verdadero. Esto es inconcebible si conoces la gloria de Dios.
Luego, Pablo sigue mostrando cómo eso lleva naturalmente a pecados muy graves en el área de la sexualidad. Después, hacia el final del pasaje, da una lista muy larga de diferentes tipos de pecados que surgen de la supresión de la verdad, es decir, del cambio de la verdad por la mentira.
¿Qué significa esto? ¿Qué significa conocer a Dios tan claramente y, sin embargo, suprimir ese conocimiento? Bueno, los psicólogos tienen ideas sobre el subconsciente y sobre cómo la gente a veces reprime la verdad en una parte de su conciencia, de la cual ellos mismos no son del todo conscientes. A menudo, somos misterios para nosotros mismos; no podemos entendernos en muchos sentidos.
No sé si esa es una buena descripción, porque la Biblia no me da detalles precisos de lo que ocurre. Pero en la práctica, creo que lo que sucede es que, cuando hablas con un no creyente, puedes estar de acuerdo en cosas como que el cielo es azul, o que esto es un árbol de hoja perenne y no es una calabaza. Así que concuerdan en cosas ordinarias. Pero cuanto más te acercas a hablar de Dios, cuanto más te acercas a hablar de Jesucristo, más desacuerdos surgen y cada vez se vuelven más fervientes.
Es una situación paradójica. El incrédulo siempre es empujado de un lado a otro. Vive en el mundo de Dios, por lo que tiene que reconocer ciertas cosas acerca del mundo de Dios. Cuando saltas hacia arriba, vuelves a bajar. Si ignoras ese conocimiento, no vivirás mucho tiempo. El no creyente tiene que reconocer ciertas cosas y, sin embargo, se esfuerza mucho por excluir a Dios de su conocimiento.
Pienso en Satanás, digamos, como el peor ejemplo posible en esa línea. En cierto sentido, él sabe más de Dios que yo o cualquiera de nosotros, pero intenta llevar a cabo el terrible proyecto de intentar sustituirlo en el trono. Es simplemente ridículo que alguien intente eso. Pero, en esencia, eso es lo que Satanás trató de hacer y lo que los incrédulos tratan de hacer.
Ahora bien, esa es una descripción bastante buena del irracionalismo desde un punto de vista filosófico. Es realmente un repudio de la razón, porque una persona razonable no se aparta de lo que es claramente evidente a sus ojos. El no creyente, por lo tanto, es un irracionalista. Pero, ¿por qué?
Lo es porque quiere ser el señor de su mente, la autoridad final de lo que es verdadero y lo que es falso. Quiere gobernar sus propios pensamientos en lugar de adoptar los pensamientos que Dios tiene de él. En realidad, esa es una muy buena descripción filosófica del racionalismo. Un racionalista es alguien que confía en su propia razón como la norma final y última de la verdad. Entonces, según esto, he dicho que el incrédulo es un irracionalista, pero también un racionalista. ¿Cuál de los dos es?
El hecho es que rebota de un lado a otro. El deseo de su corazón es ser irracional, pero cuando de esa manera se mete en problemas, cuando descubre que está viviendo en el mundo de Dios y no puede comportarse así, entonces trata de establecer algún tipo de pensamiento ordenado basado en su propia razón, y eso tampoco funciona. Y cuando eso lo mete en problemas, entonces salta al irracionalismo.
Tony, creo que esa es una guía bastante buena de la forma en que progresa la historia de la filosofía. Una generación de filósofos, como los escépticos de la antigua Grecia, adoptó un punto de vista irracionalista y relativista. Otro grupo, como Platón y Aristóteles, intentó demostrar que la razón es fiable. Luego, otra generación cuestionó las afirmaciones de Platón. Así, la historia de la filosofía tiende a pasar del racionalismo al irracionalismo, y algunos filósofos, por supuesto, intentan llegar a combinaciones de ambos, las cuales siempre son inestables.
Esta es la forma más útil que conozco de describir la mentalidad del incrédulo, pero es paradójica. Es difícil de comprender. De hecho, es imposible entenderla consistentemente, porque no es consistente.
Fascinante. Concretemos y situemos este debate en el contexto de los novelistas no cristianos. Parece que en la mejor literatura no cristiana, los autores captan algún sentido de lo que es verdadero, bueno y bello, como la belleza del amor abnegado. Es hermoso dar la vida por los demás. También comprenden la condición humana de maneras realmente auténticas y profundas.
Hace años, recuerdo que leí un artículo tuyo en el que decías algo así como que nadie puede suprimir toda la verdad todo el tiempo. Para mí, eso fue esclarecedor. La imagen que tengo en mi mente es que la verdad está por todas partes en la creación, y estar en el mundo es como una piscina. La verdad es como estar rodeado de pelotas de ping-pong, y la supresión de la verdad es como intentar mantener bajo el agua cien pelotas de ping-pong en todo momento. ¿Funciona eso para entender a los novelistas no cristianos y sus percepciones?
Sí, es una gran ilustración. Aprecio la tradición novelística porque a menudo lo que se les ocurre (y es sorprendente) son historias e imágenes análogas a la historia de la redención en la Biblia.
Creo que eso se da porque todo el mundo sabe en su corazón que lo que necesitamos como seres humanos es la redención del pecado. Lo que necesitamos, por encima de todo, no es más comida, más entretenimiento, más golosinas. Lo que necesitamos es perdón. Por eso se escriben historias que lo permiten, que lo describen de diversas maneras, pero que la mayoría de las veces no cuentan ni de lejos toda la historia.
Sí, y en cierto sentido, los novelistas pueden hablar de lo que saben que es verdad, pero que quizá no aceptan como cierto. ¿Es así? Quizá en una novela salgan a la superficie más pelotas de ping-pong.
Sí, es cierto y, por supuesto, cuando escribes una novela, mantienes cierta distancia de los personajes. Así que estás escribiendo algo a lo que no necesitas instar a nadie más; no necesitas predicar ni afirmar que es verdad. Solo pretendes que puedes verlo objetivamente desde fuera.
Bingo. Eso es oro. Gracias, Dr. Frame. Aprecio su tiempo.
Gracias, Tony. Ha sido un gusto compartir contigo.
Este artículo fue traducido y ajustado por el equipo de redacción de BITE. El original fue publicado en Desiring God bajo el título: Why Do Non-Christian Novelists Know the Human Condition So Well?
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