“Si no me va bien en el trabajo, no me va bien en la vida. Así de simple”, afirmó Emilia, una educadora alemana. “No he podido ir a ninguno de los eventos de mis hijos debido al trabajo. Estamos aquí todo el día”, dijo Néstor, un subgerente mexicano. Algunas de las frustraciones más importantes de las personas provienen de su ámbito profesional. El bienestar y la salud mental de los empleados en sus lugares de trabajo son factores determinantes para su felicidad.
Sin embargo, diferentes investigaciones recientes demuestran que la mayoría del mundo no está satisfecho en términos profesionales. Según Gallup, solo el 34% de los empleados a nivel global sienten que están “prosperando” en su bienestar laboral, mientras que el 66% está “luchando” o “sufriendo”, y un abrumador 41% siente que enfrenta “mucho estrés”. Esto tiene consecuencias directas en la economía: la baja conexión en el empleo cuesta a la economía global 8.9 billones de dólares, lo que equivale al 9% del PIB mundial.
El estrés prevalente, el sentimiento de soledad, la desmotivación, el agotamiento y la falta de conexión son algunos de los problemas serios que enfrentan las compañías en todo el mundo. Lastimosamente, los creyentes hacen parte de estos números: una investigación de Barna de 2018 mostró que menos de la mitad de los cristianos estadounidenses se sentían muy satisfechos con cómo sus trabajos correspondían con sus llamados específicos.
Frente a este panorama preocupante en la vida profesional, ¿qué rol juega la iglesia? En este artículo, revisaremos brevemente cuál es el estado de la salud mental de los trabajadores en todo el mundo y qué papel juegan las condiciones laborales y los jefes en su bienestar.
La salud mental de los trabajadores
Recientemente, el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas reveló un dato impactante: “En los últimos 10 años, el número de personas que expresan estrés, tristeza, ansiedad, ira o preocupación ha ido en aumento”. La salud mental de las personas en todo el mundo es uno de los desafíos más importantes de nuestro tiempo, y el trabajo juega un papel clave en dichas emociones.
Por ejemplo, según el Informe sobre el estado del lugar de trabajo global en 2024 de Gallup, uno de cada cinco (20%) empleados en todo el mundo experimenta soledad diariamente. Quienes trabajan de forma completamente remota son quienes reportan niveles significativamente más altos de soledad (25%) en comparación con aquellos que trabajan presencialmente (16%). Según Lisa Berkman, profesora de Harvard, el riesgo de mortalidad entre las personas que carecen de lazos comunitarios y sociales es dos veces mayor que el de las personas que tienen muchos contactos sociales.
Otro aspecto clave analizado por Gallup fue el de la “conexión laboral”. El Informe encontró lo siguiente:
- 23% de los empleados a nivel mundial están “activamente conectados”, es decir, están altamente involucrados, son entusiastas y muestran pasión por su trabajo.
- 18% están “activamente desconectados”, es decir, están descontentos con su trabajo y pueden influir negativamente en el entorno laboral.
- 59% “no están conectados”, es decir, cumplen con lo mínimo, no están emocionalmente conectados con su trabajo y solo hacen lo necesario para mantener su empleo, sin entusiasmo o motivación adicional.
El factor de la conexión laboral influye bastante en muchos aspectos relacionados con el bienestar, como el estrés, la ira, la preocupación y la soledad. Gallup encontró que estar activamente desconectado del trabajo es equivalente o incluso peor que estar desempleado, pues genera muchas más emociones negativas que la falta de empleo. En contraste, “cuando los empleados encuentran que su trabajo y las relaciones laborales son significativos, el empleo está asociado con altos niveles de disfrute diario y bajos niveles de todas las emociones negativas diarias”.
El problema con los sentimientos negativos en el trabajo es que trascienden el ámbito laboral y afectan todas las áreas de la vida. Como explicó un estudio de la firma UKG, seis de cada diez (60%) trabajadores en todo el mundo dijeron que su trabajo es el factor más importante que influye en su salud mental. El mismo estudio reveló que los jefes tienen tanto impacto en la salud mental de un trabajador como su cónyuge, y un mayor impacto que su médico o terapeuta. Aproximadamente siete de cada diez (70%) dijeron que les gustaría que su organización y sus gerentes hicieran más para apoyar su salud mental.
Este difícil panorama de la salud mental de los empleados desafía a la iglesia a desarrollar una teología apropiada del trabajo. Si bien las emociones negativas surgen en diferentes escenarios laborales y muchas se deben a factores que están fuera del control de los empleados cristianos, ¿será posible encontrar satisfacción con el trabajo a pesar de que el ambiente no sea el más propicio para la salud mental?
Por ejemplo, ¿alguien podría estar satisfecho con un trabajo que no quiere hacer? El pastor Timothy Keller explicó que, según el entendimiento de Martín Lutero sobre la vocación, sí es posible:
La comprensión de Lutero sobre la vocación es que la muchacha que está ordeñando las vacas —incluso si es el único trabajo disponible para ella y le gustaría hacer otra cosa— debe ver lo que está haciendo como el llamado de Dios. Ella debe entender que no se trata solo de ordeñar vacas, sino de su manera de participar en el cuidado de Dios por Su creación, porque Él ha decidido que esta es la forma en que ella lo hará.
Sin embargo, para llegar a una comprensión como esta, la iglesia tendrá que darle un lugar importante a la teología del trabajo en la enseñanza y el discipulado.
El rol de las leyes de protección laboral y los jefes
“Todos somos muy, muy desechables, y hay muy poca lealtad por parte de los empleadores. Quieren que les des tu sangre, tu vida, pero es muy fácil para ellos despedirte y reconstruir sus empresas”, afirmó Nick, un estadounidense que trabaja en adquisiciones inmobiliarias. Esta opinión revela la importancia de las leyes y, sobre todo, de los jefes.
El Informe de Gallup mostró que las condiciones del lugar de trabajo influyen notoriamente en que los trabajadores se sientan satisfechos con su profesión y se conecten activamente. Particularmente, las leyes laborales tienen una relación positiva con el bienestar en la vida, especialmente en el caso de las regulaciones relacionadas con maternidad en el trabajo, salarios justos, seguridad social, seguridad en el empleo, trato justo y seguridad en la integridad física.
Sin embargo, por sí mismas, las regulaciones no garantizan que un empleado presente emociones positivas en su trabajo. “Los empleados que se sienten conectados a sus trabajos y están en países con estas protecciones laborales tienen niveles mucho más bajos de soledad y estrés que los empleados menos conectados, en países con una mayor abundancia de leyes laborales”, afirmó Gallup. En otras palabras, la conexión con el trabajo parece ser más influyente que las leyes.
De nuevo, aquí hay una necesidad importante de revisar la teología del trabajo en la iglesia. ¿En qué medida la fe en el evangelio puede llevar a una persona a estar conectada con su empleo, incluso cuando las leyes laborales de su lugar de trabajo no la favorecen? Esto es especialmente importante para aquellos países en los que estas regulaciones no están presentes, ya que, según explicó Gallup, “El Índice de Derechos Laborales identifica la presencia o ausencia de 46 estatutos relacionados con el trabajo en 135 países. Estos incluyen leyes relacionadas con salarios, discriminación, licencias pagadas y seguridad, entre otros”.
Pero, incluso más importantes que las regulaciones, son los jefes. Según Gallup, los jefes o gerentes representan el 70% de la variación en la conexión de los empleados del equipo:
Aunque la prosperidad económica y las protecciones laborales tienen una fuerte correlación con menos insatisfacción en el trabajo, la conexión está más estrechamente relacionada con las relaciones interpersonales con el jefe. Un jefe eficaz motiva a los miembros del equipo, llevándolos de la indiferencia a la inspiración.
Así, cuando los jefes están conectados con el trabajo, los empleados que no son jefes también tienen más probabilidades de estar conectados. Para aquellos cristianos que son jefes en sus trabajos, esto evidencia una importante oportunidad de dar un testimonio positivo del evangelio. En varios lugares de la Escritura vemos que los “amos” (quienes tienen posiciones de autoridad) están llamados a dar un trato digno a las personas a su cargo (Ef 6:9; Col 4:1). Es fundamental, entonces, que el discipulado en la iglesia sirva para que los jefes reflexionen sobre su labor desde el punto de vista bíblico.
Ahora, las investigaciones han demostrado que hay dos obstáculos importantes que impiden que los jefes den un buen trato a sus empleados. Primero, quienes están en posiciones de autoridad enfrentan números más altos de emociones negativas. De acuerdo con un estudio reciente realizado por la firma de servicios profesionales Deloitte:
Al menos cuatro de cada diez trabajadores, gerentes y ejecutivos dicen que “siempre” o “a menudo” se sienten agotados o estresados. La situación es tan grave que el 59% de los trabajadores, el 66% de los gerentes y el 71% de los altos ejecutivos afirman que considerarían seriamente aceptar un trabajo en otra empresa que apoye su bienestar.
También Gallup encontró que los jefes tienen más probabilidades de estar estresados, enojados, tristes y solos que los empleados que no son jefes. “Aunque ser gerente tiene sus beneficios, eso no significa que sea fácil. Los gerentes experimentan niveles más altos de emociones negativas que los no gerentes. También es más probable que estén considerando dejar su trabajo actual”, explicó el Informe.
El segundo obstáculo es la desconexión entre las necesidades reales de los empleados y la percepción que los jefes tienen de ellas. El estudio de Deloitte encontró que alrededor del 90% de los ejecutivos creen que trabajar para su empresa tiene un efecto positivo en el bienestar de los trabajadores, el desarrollo de habilidades, el avance profesional, la inclusión y el sentido de propósito y significado. Sin embargo, solo el 60% de los trabajadores está de acuerdo. Además, solo uno de cada tres trabajadores aproximadamente dice que su bienestar físico (34%), mental (32%), financiero (35%) y social (31%) mejoró el año pasado. Pero al menos siete de cada diez ejecutivos creen que estos aspectos del bienestar mejoraron para su personal.
“Los líderes a menudo parecen estar a oscuras sobre las realidades de los trabajadores”, afirmó el estudio de Deloitte. “Para avanzar en una agenda de sostenibilidad humana, identificar y cerrar las brechas entre la percepción de los líderes y la experiencia de los trabajadores es un primer paso crítico”.
Idealmente, es importante que las necesidades de los empleados lleguen a ser conocidas por sus jefes. Pero ¿qué pasa cuando eso no ocurre? ¿Qué puede hacer el cristiano en su lugar de trabajo cuando sus jefes ignoran su bienestar? Quizás no baste con citar 1 Pedro 2:18 (NBLA), que dice: “Siervos, estén sujetos a sus amos con todo respeto, no solo a los que son buenos y afables, sino también a los que son insoportables”. Más bien, el panorama laboral actual demanda que la iglesia ponga este tema sobre la mesa y lo aborde en el largo plazo con un enfoque bíblico y práctico.
Cristianos contraculturales
Keith Welton, pastor en Alpharetta, Georgia, y autor de Working for Glory: A theology for Doing Work that Matters (en español, Trabajando por la gloria: una teología para hacer un trabajo que realmente importe), dijo que resume muy bien el desafío al que se enfrenta la iglesia en términos de trabajo:
Tal vez la razón por la que hay tanta presión en el trabajo es porque las personas no tienen nada más que el trabajo en lo que confiar. Y quizás tú estás ahí no para ser un termómetro que refleja las condiciones, sino un termostato que ajusta las condiciones.
Los cristianos estamos llamados a ser contraculturales y eso también incluye el área laboral. Si bien las investigaciones de Gallup, UKG y Deloitte concluyen que diferentes estrategias deben aplicarse en el lugar de trabajo para que empleados y jefes mejoren su bienestar y salud mental, ¿qué haremos si las complejas condiciones laborales se mantienen iguales? ¿Esperaremos a que las compañías estén mejor organizadas para traer la luz del evangelio?
Pero, nuevamente, una convicción contracultural requiere de un importante esfuerzo por parte de la iglesia en términos de pastorado y discipulado. Según el estudio de Barna, solo aproximadamente la mitad de los cristianos (53%) afirmó que “Definitivamente mi iglesia hace un buen trabajo al ayudarme a entender cómo vivir mi fe en el lugar de trabajo”. Entonces, ¿qué debe cambiar en nuestras congregaciones para que todos los cristianos, sin importar nuestras condiciones o jefes, podamos ser un “termostato” que ayude para bien en el ámbito laboral?
Referencias y bibliografía
Estado del lugar de trabajo global 2024: Información clave | Gallup
Indicador de bienestar del empleado | Gallup
Salud mental en el trabajo: Gerentes y dinero | UKG
Cristianos en el trabajo (parte 2) - Equilibrio entre carrera y crianza | Barna
Me siento atrapado en mi trabajo. ¿Qué debo hacer? | Desiring God
El importante rol de los líderes en el avance de la sostenibilidad humana | Deloitte
Seis formas en que Dios obra en ti en el trabajo | Desiring God
Cristianos en el trabajo (parte 3) - El rol de la iglesia | Barna