Para el famoso genetista que lideró el Proyecto Genoma Humano, acabar con una enfermedad del hígado es un asunto espiritual. “Alcanzar a aquellos con hepatitis C encaja con nuestra responsabilidad de ayudar a las personas vulnerables y marginadas que Jesús llamó ‘los más pequeños’”, le dijo Francis Collins a Christianity Today, haciendo referencia a Mateo 25:31-46.
En ese pasaje, Jesús habla sobre Su segunda venida, en la cual dividirá a las naciones en dos: las ovejas, que heredarán el reino eterno, y los cabritos, que irán al fuego eterno. ¿Cuál es la diferencia entre ambos? Jesús dice:
…tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui extranjero, y me recibieron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; en la cárcel, y vinieron a Mí… en cuanto lo hicieron a uno de estos hermanos Míos, aun a los más pequeños, a Mí lo hicieron, Mt 25:35-36, 40 (NBLA).
Los creyentes verdaderos, motivados por su fe en Cristo, sirven a los más vulnerables: atienden sus necesidades físicas y les llevan el evangelio. Collins hizo referencia a los “más pequeños” porque la mayoría de los que sufren la hepatitis C y no acceden a un tratamiento médico están en la cárcel, son parte de alguna comunidad empobrecida o luchan con la adicción a las drogas.
Sin embargo, aunque en esta década es posible erradicar la hepatitis C y eliminar la amenaza de salud pública en muchas poblaciones vulnerables, aún hay bastantes obstáculos por superar. Hoy, Collins sigue abogando por un proyecto nacional en Estados Unidos que requiere miles de millones de dólares. “Curar la hepatitis C es casi un imperativo moral”, añadió el genetista. “[Tenemos] en nuestras manos la oportunidad de prevenir 15 000 muertes cada año”.
En este artículo, daré un panorama del problema de la hepatitis C y de la lucha de Francis Collins por eliminar esta enfermedad en los próximos años.
Hepatitis C: la oportunidad de erradicar una enfermedad peligrosa
La hepatitis C es una infección causada por el virus VHC que afecta principalmente al hígado, provoca una inflamación en él y causa daño a las células hepáticas. Dichas células se encargan de varias funciones vitales para el cuerpo, como procesar carbohidratos, grasas y proteínas; eliminar toxinas; metabolizar medicamentos y alcohol; producir bilis para la digestión y absorción de grasas; sintetizar proteínas esenciales; y almacenar vitaminas y minerales; entre otras. Por eso, la hepatitis C y otras enfermedades del hígado son altamente peligrosas, pues afectan procesos fundamentales.
Esta enfermedad se transmite principalmente a través del contacto con sangre infectada, por lo que el compartir agujas, recibir transfusiones de sangre no seguras y hacerse tatuajes, son medios comunes de transmisión. Algunos de los síntomas de la hepatitis C son la fatiga, la falta de apetito, dolor abdominal, orina oscura, vómitos e ictericia, entre otros, aunque no todas las personas los presentan. Regularmente, solo aparecen cuando la enfermedad ya ha avanzado.
Si este virus no se trata adecuadamente en una etapa temprana, puede llegar a ser letal. Cuando la inflamación del hígado es persistente, es posible que se formen cicatrices, un proceso conocido como “fibrosis”. Con el tiempo, si la fibrosis se agrava, se convierte en “cirrosis”, una condición en la que el tejido hepático sano es reemplazado por tejido de cicatriz, lo cual dificulta las funciones del órgano. En etapas avanzadas, el virus aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de hígado o “insuficiencia hepática”, es decir, el órgano deja de funcionar del todo. En ese caso, solo un trasplante salva al paciente.
De acuerdo con el Reporte global de la hepatitis 2024, desarrollado por la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente 50 millones de personas en el mundo viven con hepatitis C. Según los datos, que fueron tomados en 2022, anualmente aparecen un millón de nuevas infecciones y 244 000 personas mueren a causa de la enfermedad. Entre 2015 y 2022, del total de personas que viven con hepatitis C, solo el 36 % fue diagnosticada y el 20 % recibió tratamiento.
Ya que el virus tiene una tendencia tal alta a mutar y a generar nuevas cepas, no ha sido posible generar una vacuna para el mismo (a diferencia de otros tipos de hepatitis, como la B). Sin embargo, sí se ha desarrollado un tratamiento bastante efectivo a través de los antivirales de acción directa (AAD). El medicamento sofosbuvir, desarrollado por la empresa Gilead y aprobado en 2013, constituyó un hito en el tratamiento de la enfermedad. Desde entonces, la tasa de curación de los tratamientos hechos con AAD, que se administran en un período de 8 a 12 semanas, es superior al 95 %.
Pero, a pesar de la existencia de un tratamiento tan efectivo, aún hay un camino muy largo por recorrer en la erradicación de la hepatitis C. Aunque la OMS ha establecido objetivos para eliminar la enfermedad como una amenaza de salud pública mundial para 2030, hay varios desafíos que enfrentar, principalmente el aumento en el acceso a pruebas de diagnóstico y a medicamentos en poblaciones de alto riesgo, la creación de campañas de educación y prevención del virus, y el desarrollo de infraestructura de salud en países pobres.
Pero esta batalla contra la hepatitis C no es solo un asunto de salud pública; también es un problema atado a la fe.
El caso de Estados Unidos y la lucha motivada por la fe
En la actualidad, quince países, incluyendo Egipto, Canadá y Australia, están en camino de eliminar la hepatitis C durante esta década, según confirmó la Fundación de los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades). Cada uno ha llevado a cabo una persistente campaña nacional de detección y tratamiento.
Sin embargo, Estados Unidos no es uno de ellos. Muchos estadounidenses en situación de riesgo, incluyendo aquellos que están en prisión, que no tienen hogar o seguro médico, atraviesan grandes dificultades para navegar el sistema de salud y recibir el tratamiento correspondiente. “No estamos progresando”, dijo la doctora Dr. Carolyn Wester, directora de la división de hepatitis viral de la Fundación. “Tenemos modelos de atención que están funcionando, pero es una colcha de retazos”. De todas las personas diagnosticadas con la enfermedad en ese país desde el 2013, solo el 34 % han sido curadas.
Es en este contexto que el Dr. Francis Collins está dirigiendo una iniciativa para eliminar la enfermedad. “Una vez en una generación, tenemos la oportunidad de eliminar una enfermedad”, dijo Collins para Christianity Today. “Ese momento es ahora, pero no lo estamos logrando”.
Este genetista dirigió el Proyecto Genoma Humano, el mayor trabajo científico colaborativo en la historia de la humanidad, desde 1993 hasta su finalización en 2003. Además, fue director del Instituto Nacional de Salud (NIH por sus siglas en inglés) desde 2009 hasta 2021, así que supervisó una vasta red de investigaciones médicas y promovió importantes iniciativas en salud pública. En el 2022 fue nombrado asesor científico para el gobierno del presidente Joe Biden, y sigue ejerciendo una gran influencia en los asuntos de salud pública hasta hoy. Además, ha escrito varios libros en los que habla ampliamente acerca de la relación entre la fe y la ciencia, entre ellos ¿Cómo habla Dios?: La evidencia científica de la fe.
La iniciativa de Collins apareció en la propuesta presupuestal del gobierno para el 2025. En ella se piden 11 mil millones de dólares para establecer un contrato de “subscripción” por 5 años, en el cual el gobierno tendrá que pagar una cantidad fija a las compañías farmacéuticas por un suministro ilimitado de medicamentos, en lugar de pagar por cada dosis. Este enfoque está diseñado para asegurar que más personas puedan recibir el tratamiento necesario sin incurrir en altos costos.
Sin embargo, ese no es el único obstáculo a superar. “Cualquiera que intente decir, ‘Oh, es solo el costo del medicamento, eso es lo único que ha impedido el progreso’, no ha examinado [el problema] cuidadosamente”, dijo el Dr. Collins. También es necesario invertir en campañas de sensibilización, entrenamiento de doctores, y programas para el tratamiento de la enfermedad en prisiones y centros médicos. En la actualidad, los especialistas más calificados en este tema son poco accesibles para los pacientes.
Hoy, la gran pregunta es si el presupuesto de 11 mil millones de dólares será aprobado. El Dr. Collins cuenta con el apoyo tanto de republicanos como de demócratas en el Congreso, pero aún no queda claro si el proyecto será aprobado. Según un estudio publicado en una revista académica de Oxford, aunque el precio de la iniciativa es elevado, el sistema de salud ahorraría en el largo plazo más de 18 mil millones de dólares en trasplantes de hígado y tratamientos para pacientes. “Este es un programa de reducción del déficit a largo plazo”, dijo el Dr. Collins. “Solo no esperen que sea una reducción del déficit este año”.
Actualmente, el Dr. Collins sigue abogando ante la opinión pública para lograr la aprobación de la iniciativa y seguir promoviendo la eliminación de la enfermedad en Estados Unidos.
Los cristianos y sus esfuerzos profesionales
Al igual que el Dr. Collins, hoy muchos creyentes promueven todo tipo de causas científicas y sociales para abordar problemas complejos y ayudar a personas vulnerables. Este esfuerzo profesional, además de obedecer al mandato que recibió Adán de ejercer dominio sobre la tierra (Gn 1:26), busca darle prioridad al cuidado de la imagen de Dios, principalmente en los miles de personas encarceladas y con problemas de adicción que tienen gran riesgo de contraer hepatitis C.
¿Vamos a orar por este tipo de esfuerzos científicos y profesionales? ¿Vamos a clamar por aquellos cristianos que tienen influencia entre las autoridades para hacer del mundo un lugar mejor? (Ver 1Ti 2:1-2). La lucha actual de Francis Collins en Estados Unidos es muestra de que necesitamos más creyentes que influyan en todas las áreas de la sociedad, no solo para salvar vidas humanas de terribles virus, sino principalmente para hablar el evangelio que salva almas del pecado.
Referencias y bibliografía
El nuevo proyecto de Francis Collins: Eliminar la hepatitis C | Christianity Today
Reporte global sobre la hepatitis 2024 | Organización Mundial de la Salud
Estados Unidos rezagado respecto a otros países en el tratamiento de la hepatitis C | N.Y. Times
Dr Francis Collins | Coalición para la eliminación global de la hepatitis
¿Cómo habla Dios?: La evidencia científica de la fe | Amazon
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