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Las investigaciones dicen que estamos en un mundo cada vez más feliz.
En marzo de este año, Gallup publicó su Reporte sobre la felicidad mundial, en colaboración con Oxford y otras organizaciones internacionales. Basándose en su “encuesta mundial”, esta organización clasificó a más de 140 países según su nivel de felicidad. Esta investigación se ha realizado anualmente desde el 2012, y la versión de 2024 enfatizó en las tendencias relacionadas con la edad.
Según datos recolectados desde el 2006 hasta el 2022, el mundo ha experimentado un incremento leve, pero continuo, en la felicidad de todas las edades, el cual solamente se vio frenado durante la pandemia y los años subsiguientes. Si bien hay diferencias entre las distintas regiones del mundo, la tendencia global es que el mundo es más feliz cada día.
Pero ¿cómo se interpreta el concepto de “felicidad”? ¿Hay alguna diferencia entre la definición del Reporte y la bíblica?
La definición personal de felicidad
Para su medición, Gallup utilizó la escala de Cantril, en la cual las personas evalúan su vida de 0 a 10, donde 0 es la peor vida posible y 10 es la mejor. Esta autoevaluación proporciona una medida directa de la satisfacción general con la vida según la percepción personal del individuo. Adicional a dicha escala, el reporte utiliza siete (7) indicadores socioeconómicos y psicológicos para analizar y comparar la felicidad entre diferentes países:
1. “PIB per cápita”: representa la riqueza económica de un país distribuída entre la cantidad de personas que viven en él.
2. “Apoyo social”: mide la disponibilidad de apoyo en la red social de una persona, es decir, si tienen amigos o familiares en quienes pueden confiar en tiempos difíciles.
3. “Esperanza de vida saludable”: refleja cuántos años se espera que viva una persona con buena salud.
4. “Libertad para tomar decisiones de vida”: qué tanto sienten los individuos que tienen control sobre su vida y decisiones diarias.
5. “Generosidad”: frecuencia con que las personas hicieron donaciones de caridad.
6. “Percepciones de corrupción”: cómo la corrupción percibida dentro del gobierno y los negocios afecta la confianza de las personas en dichas instituciones.
7. Afectos “positivo” y “negativo”: reflejan las experiencias emocionales cotidianas de las personas.
En la lista, Finlandia ocupa el primer puesto a nivel mundial con una puntuación de 7.74, seguida por otros países de Europa del Norte: Dinamarca, en segundo lugar, con 7.58; Islandia, en el tercero, con 7.52; y Suecia, en la cuarta posición, con 7.34. Además, países de América del Norte, Oceanía y Europa Occidental mantienen posiciones elevadas en la clasificación.
La mayoría de los países de Latinoamérica se encuentran en posiciones intermedias, con puntajes de 5.6, correspondiente a Venezuela, o superiores. Solo uno se ubica en una posición destacada: Costa Rica, que tiene el puesto 12, con 6.95. Los últimos lugares de la lista son ocupados por países de África Subsahariana (como Zimbabue, con 3.34), Medio Oriente (como Líbano, con 2.7) y Asia Meridional (como Bangladesh, con 3.88). El último puesto, es decir, el 143, corresponde a Afganistán, con una puntuación de 1.72.
Ante esta clasificación, surge una pregunta: ¿de qué sirve poner a los países del mundo en un listado sobre la felicidad? ¿Es simple curiosidad o hay algún otro propósito? Jon Clifton, el CEO de Gallup, explicó cuál es el valor práctico del Reporte:
[El estudio] ofrece más que solo clasificaciones nacionales; proporciona análisis y asesoramiento para la planificación y la formulación de políticas basadas en evidencia. Nuestro papel en la investigación sobre la felicidad mundial encaja de manera natural con nuestra misión de larga data: proporcionar a los líderes la información correcta respecto a lo que la gente dice sobre qué es lo que hace que la vida valga la pena.
En otras palabras, el Reporte busca ayudar a los líderes mundiales a desarrollar políticas que les permitan a las personas tener lo que, según ellos, les da felicidad y satisfacción.
La definición bíblica de felicidad
Ahora, el problema con medir la felicidad según la percepción personal de los individuos es que, a causa de nuestra naturaleza pecaminosa, los seres humanos no sabemos qué es lo que realmente nos hace felices. ¿Qué dice la Palabra de Dios sobre la felicidad humana? El rey David oró diciendo: “En Tu presencia hay plenitud de gozo, en Tu diestra hay deleites para siempre”, Sal 16:11 (NBLA), y Asaf confesó que su envidia hacia los impíos no tenía sentido, porque “Fuera de [Dios], nada deseo en la tierra”, Sal 73:25 (NBLA). En cambio, los indicadores de Gallup centran la felicidad solo en el bienestar humano temporal.
El pastor Mika Kaltoft, misionero plantador en Dinamarca (país que está en segundo lugar en la lista mundial), afirmó lo siguiente acerca del concepto de felicidad:
Creo que la palabra “feliz” es un poco engañosa. Creo que “contento” es mejor. La gente está bastante contenta con su vida: van a trabajar y pagan altos impuestos, pero no tienen que preocuparse por pagar la escuela o la atención médica de su bolsillo (si les pasa algo, pueden ir al hospital, serán atendidos y nunca verán una factura). Si no tienen trabajo, hay muchos beneficios. Nadie realmente necesita mendigar aquí en Dinamarca si no lo desea.
Joel Magnusson, director de una editorial reformada en Suecia (país que está en cuarto lugar en la lista mundial), también le contó a BITE su opinión acerca del Reporte. Su percepción resume el problema de la definición ofrecida por Gallup:
De alguna manera, creo que [el Reporte] describe cómo es [nuestra] vida en Suecia. En muchos aspectos las cosas funcionan bien: tenemos atención médica y educación gratuitas, seguridad social, corrupción relativamente baja, bienestar y otros recursos para ser felices... Así que, en cierto sentido, puedo estar de acuerdo con este informe, pero en muchos otros aspectos no, porque, en última instancia, la felicidad profunda y duradera no existe en esta forma de seguridad y protección. Puede ayudarnos, pero también puede obstaculizarnos en la búsqueda de felicidad verdadera, y creo que ese es el caso en Suecia.
Esa felicidad profunda y duradera de la que habla Magnusson sí se puede evidenciar en el apóstol Pablo, quien estando preso y sufriendo persecución, dijo: “..de todas maneras, ya sea fingidamente o en verdad, Cristo es proclamado; y en esto me regocijo, sí, y me regocijaré”, Fil 1:18 (NBLA); y en la misma epístola, afirmó estar satisfecho incluso en situaciones de pobreza económica (Fil 4:12-13). Esta felicidad, centrada en la relación con Dios y en Su gloria, es evidente en la primera pregunta del Catecismo menor de Westminster: “¿Cuál es el fin principal del hombre? El fin principal del hombre es el de glorificar a Dios, y gozar de Él para siempre”.
Ahora, es importante reconocer que los indicadores de felicidad de Gallup corresponden a varias formas de bienestar que la Biblia misma describe como buenas para el ser humano. Estos son algunos ejemplos:
- Pablo ordena que las personas oren para tener una “vida tranquila y sosegada”, 1Ti 2:2 (NBLA).
- El predicador de Eclesiastés dice: “No hay nada mejor para el hombre que comer y beber y decirse que su trabajo es bueno”, Ec 2:24 (NBLA).
- Pablo le dice al que es esclavo: “si puedes obtener tu libertad, prefiérelo”, 1Co 7:21 (NBLA).
Sin embargo, aunque esas formas de bienestar humano son buenas, están en un plano secundario a los ojos de Dios. De hecho, en cada uno de los pasajes mencionados anteriormente es evidente que hay un propósito más grande, enfocado en la relación del hombre con Dios:
- El propósito final de buscar una “vida tranquila y sosegada” es tener la libertad de predicar el evangelio, pues Dios “quiere que todos los hombres sean salvos”.
- Aunque es bueno trabajar y disfrutar del fruto obtenido, lo cual es “de la mano de Dios”, el predicador afirma que eso solo “es vanidad y correr tras el viento”, Ec 2:24-26 (NBLA). En cambio, el mandamiento realmente importante es “Acuérdate… de tu Creador”, Ec 12:1 (NBLA).
- Sobre la esclavitud, el matrimonio, la circuncisión y otros estados, Pablo llama a no preocuparse, “porque la apariencia de este mundo es pasajera”, 1Co 7:31 (NBLA).
En resumen, aunque el bienestar humano viene de Dios, no debe ser esa su principal preocupación, y mucho menos debe pensarse que constituye una fuente de felicidad duradera y profunda.
Pero es mejor estar en un país feliz… ¿o no?
Existe un dicho popular: “El dinero no es la felicidad, pero siempre es mejor llorar en un Ferrari”. Si bien los indicadores de Gallup no ofrecen una definición bíblica de la verdadera felicidad, parece lógico pensar que siempre es mejor estar en un lugar próspero. No sorprende que tantas personas en diferentes partes del mundo se esfuercen por migrar a Europa y Norte América.
Sin embargo, los países de Europa del Norte distan mucho de ser perfectos. Entre los muchos problemas que tienen, hay al menos dos que vale la pena considerar. El primero es de tipo psicológico: muchos enfrentan soledad, depresión y adicciones. En palabras de Magnusson:
[Un] desafío es la soledad, que, estoy convencido, es una consecuencia de nuestra riqueza… el hogar unipersonal es la forma de vivienda más común en Suecia. Sí, en un sentido, la gente en Suecia es feliz, pero al mismo tiempo muchas personas están solas y luchan con la inseguridad, la ansiedad y la depresión, especialmente los jóvenes.
Esta problemática se hizo evidente en las tendencias etarias del Reporte de Gallup. A nivel mundial, aquellos que nacieron después de 1980 tienen puntajes de felicidad menores que quienes nacieron después de 1965. Esta caída en los puntajes de felicidad de los jóvenes se hizo más evidente en los lugares más prósperos del mundo, como Norteamérica y Europa Occidental.
Katloft describió una situación similar en Dinamarca:
Todos luchamos con el pecado en nuestros corazones. Esta es una cultura de consumo de alcohol: en Dinamarca, la gente bebe mucho. Viven para los fines de semana, cuando pueden beber. Consumen drogas. Hay mucha depresión. También hay mucho individualismo que separa a las personas. Así que estamos experimentando los mismos síntomas de pecado que en cualquier otro lugar del mundo.
El segundo problema, sin duda el más grave, es de tipo teológico. El hecho de que las personas cuenten con bienestar, riqueza y seguridad las hace más susceptibles a creer que pueden ser independientes de Dios. Los incrédulos pueden resistirse a escuchar del evangelio, pues se consideran autosuficientes y ven que sus gobiernos pueden proveer lo necesario para su felicidad sin la necesidad de una intervención divina. Los creyentes corren el peligro de estar demasiado cómodos y de olvidarse del evangelio radical que escucharon. Magnusson lo explicó así:
Aunque en cierta medida la riqueza puede ser una bendición y una ayuda para servir a Dios, también conlleva un gran peligro porque puede hacernos olvidar de Él y llevarnos a pensar que somos soberanos y tenemos todo bajo control, cuando la realidad es justo lo contrario. Por eso Pablo advierte a quienes desean enriquecerse que este camino está lleno de mayores peligros y tentaciones (1Ti 6:9-10); Santiago advierte que la riqueza puede hacernos arrogantes y pensar que podemos arreglárnoslas sin Dios (Stg 4:13-16); y nuestro Señor deja clara la imposibilidad de servir a Dios y al dinero (Mt 6:24). En resumen, la mayor desventaja es que somos tentados a confiar en nosotros mismos y en nuestra riqueza en lugar de Dios, lo cual nos hace cómodos y tibios en lugar de valientes y deseosos por compartir el evangelio. Otra desventaja es que los incrédulos se vuelven autosuficientes y rara vez se confrontan con preguntas sobre la eternidad, el pecado y la salvación.
Por su parte, Katloft enfatizó la dificultad que enfrentaban los cristianos en Dinamarca para llevarle el evangelio a una sociedad tan secular:
Lo que he visto en Latinoamérica es que... tienes la Iglesia católica, por lo que al crecer tienes una comprensión general de que Dios existe. No es una sociedad poscristiana donde necesitas hacer apologética. Puede que no tengan una relación correcta con Él, pero entienden que Dios existe. Aquí en Dinamarca, por otro lado, la gente te mira como un tonto si crees en un Dios que no puedes ver. Entonces, como ministerio, estamos en un país que carece mucho de recursos cristianos, mentalidad y personas que hablen de la fe cristiana desde una perspectiva bíblica.
Bueno, pero no demasiado
En conclusión, hay muchas bondades en los países prósperos o, en palabras de Gallup, “felices”, bondades que también fueron diseñadas por Dios para el disfrute humano. Sin embargo, no podemos ignorar sus profundas carencias, relacionadas con su riqueza y bienestar, y sobre todo, el gran peligro de que las personas opten por una cosmovisión que saca a Dios completamente del panorama.
El único país completamente feliz estará en la Nueva Tierra (Ap 21), donde no solo habrá libertad, plenitud, riqueza y una comunidad perfecta, sino que tendremos una relación eterna con Dios, la única fuente de satisfacción plena para el hombre.
Referencias
World Happiness Report | Gallup
World Happiness Report (WHR) 2024 | Gallup
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