Escucha este artículo en audio:
"El tiempo se ha cumplido para el pueblo alemán en Hitler. Es gracias a Hitler, que Cristo, Dios el ayudador y el Redentor, se ha hecho efectivo entre nosotros (...) Hitler es el camino del Espíritu y la voluntad de Dios para el pueblo alemán". Esto fue lo que dijo Hermann Gruner, un pastor protestante alemán. Otro pastor lo expresó de manera más concreta cuando dijo: "Cristo vino a través de Adolfo Hitler".
Decir esto hoy es una especie de insulto y peor si viene de los labios de un pastor protestante. Aunque nos parezca degradante, esto parecía tener mucha lógica en su momento. Tan desanimado había quedado el pueblo alemán después de la derrota en la Primera Guerra Mundial y de la depresión económica posterior, que el carismático Hitler parecía ser la respuesta de Dios a la oración, al menos para la mayoría de los alemanes.
De pacifista a conspirador
Pero una excepción a este pensamiento fue el teólogo Dietrich Bonhoeffer, que estaba decidido, no solo a refutar esta idea, sino también a derrocar a Hitler. Bonhoeffer no se crió en un ambiente particularmente radical. Él nació en una familia aristocrática. Su madre era hija de un predicador de la corte del Kaiser Guillermo II, y su padre era un prominente neurólogo y profesor de psiquiatría en la Universidad de Berlín.
Los ocho hijos de la pareja fueron criados en un ambiente liberal. Eran practicantes tibios de la religión y siempre animaron a sus hijos a incursionar en la literatura y en las artes. La habilidad de Dietrich en el piano, de hecho, llevó a algunos en su familia a creer que se dirigía a una carrera en la música. Pero a los 14 años, Dietrich anunció que tenía la intención de convertirse en ministro y teólogo, lo que causó una gran sorpresa y mucha controversia entre sus familiares.
Dietrich se graduó de la Universidad de Berlín en 1927, a la edad de 21 años, y luego pasó algunos meses en España como pastor asistente de una congregación alemana. Luego regresó a Alemania para escribir una disertación, que le otorgaría el derecho a una cita universitaria. Luego pasó un año en América, en el Union Theological Seminary de Nueva York, antes de regresar a Alemania para ocupar un puesto como profesor de la Universidad de Berlín.
Durante estos años, Hitler ascendió al poder, llegando a ser canciller de Alemania en enero de 1933 y presidente un año y medio después. La retórica y las acciones antisemitas de Hitler se intensificaron, al igual que su oposición, que incluía a personajes como el teólogo Karl Barth, el pastor Martin Niemoller y el joven Bonhoeffer que, junto con otros pastores y teólogos, organizaron la Iglesia Confesante, que anunció públicamente en su Declaración de Barmen su lealtad primero a Jesucristo: "Repudiamos la falsa enseñanza de que la iglesia puede y debe reconocer otros sucesos y poderes, personalidades y verdades como revelación divina junto a esta única Palabra de Dios..."
Mientras tanto, Bonhoeffer había escrito El costo del discipulado, un llamado a una obediencia más fiel y radical a Cristo, y una reprimenda severa al cristianismo cómodo y conformista de la época:
"La gracia barata es la predicación del perdón sin requerir arrepentimiento, el bautismo sin la disciplina de la iglesia, la Comunión sin la confesión, la absolución sin la confesión personal. La gracia barata es la gracia sin discipulado, la gracia sin la cruz, la gracia sin Jesucristo, vivo y encarnado".
Durante este tiempo, Bonhoeffer estaba enseñando a pastores en un seminario clandestino, ya que el gobierno le había prohibido enseñar abiertamente. Pero después de que el seminario fue descubierto y cerrado, la Iglesia confesante se mostró cada vez más reacia a hablar en contra de Hitler, y la oposición moral resultó ser cada vez más ineficaz, por lo que Bonhoeffer comenzó a cambiar su estrategia. Hasta este punto había sido un pacifista, y había intentado oponerse a los nazis a través de la acción religiosa y la persuasión moral.
En ese momento se inscribió en el servicio secreto alemán para servir como agente doble mientras viajaba a conferencias de la iglesia en Europa. Se suponía que debía recopilar información sobre los lugares que visitaba, pero, en cambio, estaba tratando de ayudar a los judíos a escapar de los nazis. Durante este tiempo, Bonhoeffer también se convirtió en parte de un plan muy ambicioso para derrocar a Hitler.
Como sus tácticas estaban cambiando, se había ido a Estados Unidos para convertirse en conferencista. Pero no podía sacudirse el sentimiento de responsabilidad por su país. A los pocos meses de su llegada, escribió al teólogo Reinhold Niebuhr:
"He cometido un error al venir a Estados Unidos. Tengo que vivir este período difícil en nuestra historia nacional con el pueblo cristiano de Alemania. No tendré derecho a participar en la reconstrucción de la vida cristiana en Alemania después de la guerra si no comparto las pruebas de este tiempo con mi gente".
Tuvo la oportunidad de quedarse en los Estados Unidos en medio de la tensión que pronosticaba una Guerra Mundial, pero él prefirió regresar a su amada tierra a cuidar del rebaño que Dios le había entregado.
Finalmente, se descubrieron sus esfuerzos de resistencia, principalmente su papel en el rescate de judíos. En una tarde de abril de 1943, dos hombres llegaron en un Mercedes negro, metieron a Bonhoeffer en el automóvil y lo condujeron a la prisión de Tegel.
Reflejos radicales
Bonhoeffer pasó dos años en prisión, escribiendo mucho, pastoreando a otros presos y reflexionando sobre el significado de su fe. A medida que transcurrieron los meses, comenzó a esbozar una nueva teología, que enmarcaba líneas enigmáticas inspiradas por sus reflexiones sobre la naturaleza de la acción cristiana en la historia.
Eventualmente, Bonhoeffer fue transferido de Tegel a Buchenwald y luego al campo de exterminio en Flossenbürg. El 9 de abril de 1945, un mes antes de que Alemania se rindiera, fue ahorcado con otros seis miembros de la resistencia. Una década más tarde, un médico del campo que presenció el ahorcamiento de Bonhoeffer habló sobre su experiencia:
"Los prisioneros fueron sacados de sus celdas, y se les leyeron los veredictos del consejo de guerra. A través de la puerta entreabierta en una habitación, vi que el pastor Bonhoeffer, antes de quitarse la ropa de la prisión, se arrodilló en el suelo orando fervientemente a su Dios. Me conmovió profundamente la forma en que oró este adorable hombre, tan devoto y tan seguro de que Dios escuchó su oración. Volvió a decir una oración y luego subió los escalones hacia la horca, valiente y sereno. En los casi 50 años que he trabajado como médico, nunca he visto morir a un hombre tan completamente sumiso a la voluntad de Dios".
Dietrich Bonhoeffer no fue en ningún sentido un cristiano promedio. Fue uno radical que expresó su forma de pensar y de sentir a través de sus escritos, sus enseñanzas y, sobre todo, a través de su vida. En estos tiempos de convulsiones políticas, cuando muchos cristianos quieren tener más protagonismo y reclamar su cuota de poder, en muchas ocasiones aliándose con los poderes establecidos, la vida y la obra de Bonhoeffer puede significar una gran voz profética desde el pasado.
¿Y tú, qué piensas? ¿Crees que las acciones de Bonhoeffer fueron correctas? ¿Qué podemos aprender los cristianos de hoy de la vida de este gran teólogo y activista alemán? ¿Crees que muchos cristianos y denominaciones de hoy están tomando la misma ruta de la iglesia establecida a la que tanto se opuso Bonhoeffer?
Apoya a nuestra causa
Espero que este artículo te haya sido útil. Antes de que saltes a la próxima página, quería preguntarte si considerarías apoyar la misión de BITE.
Cada vez hay más voces alrededor de nosotros tratando de dirigir nuestros ojos a lo que el mundo considera valioso e importante. Por más de 10 años, en BITE hemos tratado de informar a nuestros lectores sobre la situación de la iglesia en el mundo, y sobre cómo ha lidiado con casos similares a través de la historia. Todo desde una cosmovisión bíblica. Espero que a través de los años hayas podido usar nuestros videos y artículos para tu propio crecimiento y en tu discipulado de otros.
Lo que tal vez no sabías es que BITE siempre ha sido sin fines de lucro y depende de lectores cómo tú. Si te gustaría seguir consultando los recursos de BITE en los años que vienen, ¿considerarías apoyarnos? ¿Cuánto gastas en un café o en un refresco? Con ese tipo de compromiso mensual, nos ayudarás a seguir sirviendo a ti, y a la iglesia del mundo hispanohablante. ¡Gracias por considerarlo!
En Cristo,
Giovanny Gómez Director de BITE |