¿Qué significa ser “espiritualmente abierto”? A comienzos de este año, un columnista del New York Times dijo al respecto:
(…) la disolución del antiguo orden de la religión estadounidense, la disminución de iglesias y denominaciones y el surgimiento de la espiritualidad desinstitucionalizada, significa que cada vez más vidas religiosas se viven entre visiones del mundo, en un territorio experimental donde es un error esperar coherencia, consistencia teológica, un conjunto definitivo de suposiciones o creencias previas.
En otras palabras, el cristianismo, entendido como una visión de mundo con creencias definidas acerca de Dios y del hombre, está desapareciendo. En su lugar, está surgiendo un caos de creencias en el que no es necesario tener consistencia teológica ni límites claros en cuanto a lo que se cree sobre Dios y lo espiritual.
Los cristianos vivimos en medio de un mundo en el que muchos se consideran “espirituales” sin ser cristianos. Si bien es una buena noticia que no todos se oponen a Dios manifiestamente, y que ciertas opiniones similares sobre estos temas facilitan el compartir el mensaje de la cruz, también es cierto que hay que abordar este asunto con mucha prudencia.
Las investigaciones demuestran la realidad de la apertura espiritual en la actualidad. Barna hizo un estudio en diciembre de 2022 con aproximadamente 2000 adultos y adolescentes para conocer cómo está la población estadounidense en ese aspecto. Hicieron el análisis basándose en una escala de cuatro puntos que mide una combinación de factores: la convicción de que hay una dimensión sobrenatural de la vida, la creencia en Dios o un poder superior, sentimientos positivos hacia la espiritualidad, y una autodescripción de la misma como “abierta”, “exploradora” o “curiosa”.
En este estudio, Barna encontró que el 32 % de la población está en un nivel elevado de apertura espiritual y que el 39 % está en un nivel moderado. Además, que en todas las generaciones la mayoría de las personas pueden considerarse “espiritualmente abiertas”, pero que los adolescentes tuvieron los niveles más elevados, con un 74 %.
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En los resultados de la investigación hubo una correlación bastante alta entre la disposición a lo espiritual y cristianos practicantes. Además, se encontró que aproximadamente 4 de cada 5 creyentes nominales (personas que se autodenominan seguidoras de Jesús, pero no viven bajo sus principios) tenían un nivel moderado de apertura. ¿Es esto una buena noticia? ¿Qué implicaciones tienen para la iglesia estos niveles elevados entre los incrédulos?
El riesgo de la apertura espiritual
Estamos en una cultura que se preocupa cada vez menos por la precisión doctrinal. En un artículo de The Gospel Coalition, Gavin Ortlund explicó la tendencia cultural del “minimalismo teológico”:
La trayectoria general de nuestra cultura parece tender hacia el minimalismo doctrinal y el indiferentismo doctrinal (especialmente en mi generación). Hace cuatrocientos años, si tenías una opinión diferente sobre el bautismo, te podrían haber ahogado. Hoy en día, rechazamos con razón esa respuesta, pero a menudo vamos al extremo opuesto y decimos, en efecto, “¿a quién le importa?”.
Aunque Ortlund dijo esto en el contexto de la división entre cristianos a causa de doctrinas secundarias, el “minimalismo teológico” también es una característica de la cultura como un todo: en la actualidad, no existe el mismo celo por la doctrina que en el pasado. La indiferencia hacia asuntos de esta índole se ha originado fuera de la iglesia y ha comenzado a incursionar en ella progresivamente.
Como bien lo describió Albert Mohler en su libro The Disappearance of God: Dangerous Beliefs in the New Spiritual Openness (La desaparición de Dios: creencias peligrosas en la nueva apertura espiritual), este es el resultado de la secularización de la sociedad. Desde que el teísmo desapareció de la vida pública, cada persona reclama el derecho de pensar en las cuestiones divinas de manera absolutamente personal y sin afiliación de ninguna clase. Mohler describió la disposición espiritual de nuestra época:
En efecto, la renuncia a la fe bíblica es uno de los rasgos distintivos de nuestra época, ya sea que prefieras llamarla posmoderna, hipermoderna o postmoderna. Sin embargo, una vez que la fe se separa de la autoridad bíblica, el cristianismo se convierte esencialmente en algo maleable y cambiable, un sistema de creencias que suplica ser transformado en alguna otra forma y sustancia. La situación se complica aún más por la adopción de una “apertura” que no está abierta a un cristianismo bíblico auténtico. La tolerancia se convierte en un término encubierto para evitar la verdad, y la apertura significa no tener que emitir un juicio sobre la verdad en absoluto.
¿Qué sucede cuando la iglesia se deja permear por la espiritualidad abierta que la rodea? La fe bíblica se transforma en algo distinto, puede tomar cualquier forma, y termina oponiéndose a la verdad sobre Cristo por dar lugar a la “tolerancia”. Este problema no es nuevo, pues Pablo exhortó a los colosenses a tener cuidado de sus creencias: “...que nadie los engañe con razonamientos persuasivos (...) Miren que nadie los haga cautivos por medio de su filosofía y vanas sutilezas, según la tradición de los hombres, conforme a los principios elementales del mundo y no según Cristo”, Col. 2:4, 8 (NBLA).
Lo que los no cristianos creen sobre Dios y Jesús
Después de advertir sobre el peligro de que la apertura espiritual permee la iglesia, necesitamos analizar cómo aprovecharla para impactar al mundo con el evangelio. Para ello, hay que ir más allá de la definición de este término y preguntarnos: ¿en qué creen aquellos que no son cristianos pero que son espiritualmente abiertos?
Dos investigaciones dejan ver que muchos no cristianos tienen creencias acerca de Dios Padre y de Jesús que pueden ser aprovechadas en el evangelismo. En 2009, LifeWay y el Centro de Investigación Misional en la Junta de Misiones Norteamericanas realizaron un estudio con adultos jóvenes entre 20 y 29 años que no estaban vinculados a ninguna iglesia. Encontraron que el 73 % de ellos se consideraban “espirituales” porque deseaban conocer más acerca de “Dios o un ser supremo” y que el 89 % de ellos estaban dispuestos a escuchar lo que alguien cree acerca del cristianismo.
Cabe destacar que estos porcentajes pueden incluir a personas que se consideran cristianas pero que no van a la iglesia. ¿Qué pasa en el caso de aquellos que afirman abiertamente no ser cristianos? Al respecto, en el estudio de Barna sobre la apertura espiritual en Estados Unidos que mencionamos al principio, se encontró que el 36 % (más de un tercio) de los no cristianos que son espiritualmente abiertos creen que hay un Dios, que es el Creador del universo, y están dispuestos a hablar del tema con cristianos.
Pero ¿qué creencias tienen los no cristianos acerca de Jesús? En la investigación de LifeWay, se encontraron estas:
- Que Jesús murió y resucitó de entre los muertos (66 %).
- Que tener fe en Cristo tiene un impacto positivo en la vida de una persona (77 %).
¿Por qué, entonces, quienes tienen estas convicciones no se comprometen con una iglesia? Ed Stetzer afirma en el estudio que las generaciones jóvenes, aunque están abiertas a los asuntos espirituales, tienen todavía una percepción muy negativa de la iglesia como institución.
[Puedes ver: ¿Por qué la sociedad moderna admira a Jesús, pero rechaza a los cristianos?]
Por su parte, el estudio de Barna mostró que 2 de cada 5 no cristianos abiertos espiritualmente han hecho un compromiso personal con Jesús en algún momento de sus vidas. ¿La creencia en Jesús ha dejado de tener importancia en esas personas? Al respecto, los autores del estudio afirman lo siguiente:
Aquellos dentro de la iglesia no pueden asumir que son los únicos para quienes ciertas creencias cristianas tienen un significado profundo y personal. Los no cristianos espiritualmente abiertos tienden a confiar en que Jesús es real, importante y sagrado; sin embargo, no están seguros sobre cuál es su propósito.
Apertura para el Dios desconocido
Las investigaciones mencionadas previamente dejan en claro que entre los no cristianos hay inquietudes, preguntas y creencias sobre Dios que no están resueltas, e incluso un aprecio significativo hacia lo espiritual. Esto representa una oportunidad para que los creyentes hablen del evangelio. En ese sentido, la iglesia de hoy necesita la actitud del apóstol Pablo, quien aprovechó la estatua del “Dios desconocido” en Atenas:
...mientras pasaba y observaba los objetos de su adoración, hallé también un altar con esta inscripción: ‘AL DIOS DESCONOCIDO’. Pues lo que ustedes adoran sin conocer, eso les anuncio yo.
Hechos 17:23 (NBLA).
Cierro con la siguiente meditación de Trevin Wax sobre la importancia de tener conversaciones espirituales con los no cristianos:
El cristiano que solo sabe lamentar el estado de la sociedad es el cristiano que sucumbirá al silencio. El amor a Dios y el amor a los demás deben vencer nuestro miedo. No debemos asumir que nuestros amigos y vecinos no creyentes son hostiles a nuestra fe. Cuando creemos en el mito de que todos nos odian, tendemos a recluirnos en nuestros rincones donde ocultamos nuestra lámpara debajo de una vasija (…) Cuando participamos en conversaciones espirituales, debemos utilizar las preguntas de las personas como punto de partida para la evangelización y luego abrir la comprensión completa de las Escrituras, lo que incluirá preguntas fieles a la Biblia. Podemos comenzar donde está la cultura, responder a las preguntas que la cultura está haciendo y luego avanzar hacia las respuestas y preguntas que surgen a partir de una cosmovisión bíblica.
Referencias y bibliografía
- Douthat, R., Be Open to Spiritual Experience. Also, Be Really Careful. The New York Times (2023).
- Barna Group, What Does it Mean to Be Spiritually Open? (2023).
- Ortlund, G., When Should Doctrine Divide?. The Gospel Coalition (2017).
- Mohler, A., The Disappearance of God: Dangerous Beliefs in the New Spiritual Openness (2009).
- Stetzer, E., The spiritual openness of the younger unchurched, Baptista Convention Of Iowa.
- Barna Group, What Are Non-Christians’ Views of God?, Barna.com.
- Wax, T., Stop Assuming Your Neighbors Are Hostile to Your Faith, The Gospel Coalition (2016).
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