Antes de hablar de los diversos problemas que enfrenta la libertad religiosa en China es preciso decir que China tiene un problema no solo con la libertad religiosa en sí misma sino con la libertad en todas sus expresiones.
El problema de China con la libertad
Apenas el 29 de junio el gobierno chino promulgó una nueva ley de seguridad sobre el territorio semiautónomo de Hong Kong, cuya soberanía fue transferida por el Reino Unido a China en 1997. La nueva ley prohíbe todo tipo de manifestación pública por la independencia y la democracia o “manifestaciones de odio” hacia China continental. La ley también tipifíca crímenes como la subversión, el terrorismo y la secesión. Quienes sean encontrados culpables podrían enfrentar sentencias de prisión de por vida.
Históricamente China ha tenido problemas no solo de libertad, sino también de derechos humanos. La gran hambruna china de 1959 a 1961 es uno de los episodios que los historiadores tienen en mente junto a la masacre de Tiananmen, en esta última se estima que murieron entre 200 y 500 personas.
Oficialmente China es un régimen de partido único y su ascenso económico ha venido de la mano con lo que se considera un contrato social tácito entre la población y el gobierno, en el que los ciudadanos han cedido sus derechos políticos al gobierno a cambio de que este cree las condiciones necesarias para el progreso económico en el marco de un capitalismo de estado que promueve el progreso individualista. Sin embargo, no todos están de acuerdo con este contrato social, y prueba de ello son las constantes manifestaciones de líderes políticos, artistas y manifestantes que exigen una transición hacia la democracia. El intelectual chino Liu Xiaobo fue uno de ellos, por su manifestación a favor de la democracia recibió el Premio Nobel de la Paz en el año 2010. Liu Xiaobo murió en julio de 2017 bajo custodia del gobierno a causa de un cáncer hepático.
El gobierno chino considera que su visión de nación es la única posible, la voz del Partido Comunista es la única que puede ser escuchada por el gobierno y más allá de esto no existen más voces ni visiones para China que puedan tener cabida dentro de la legalidad. Es en este contexto, en el de un estado autoritario que se opone a toda visión del mundo que no sea la gubernamental, en el que debe entenderse la persecución a la religión y a los cristianos.
El control del gobierno sobre las iglesias
Las iglesias en China deben estar sujetas a la inspección gubernamental si desean realizar sus cultos sin ser perseguidas, los sermones de los pastores que han accedido a la inspección del gobierno son revisados y avalados por funcionarios del Estado, y las iglesias que no cuentan con la aprobación de Beijing se enfrentan a la clausura por parte del gobierno.
El 2 de enero de 2019 el New York Times documentó cómo operan las iglesias en China. Muchas denominaciones cristianas realizan sus actividades religiosas de forma clandestina, debido a que no cuentan con el beneplácito estatal y muchas otras, que deciden acatar las normas del gobierno, pueden verse enfrentadas a un cierre intempestivo si pierden el apoyo de las autoridades. En China no son raras las detenciones de pastores o la confiscación de biblias. Sin embargo, a pesar de los intentos de control por parte del gobierno sobre las iglesias, la vida religiosa en China está prosperando. El New York Times estimó que solamente las iglesias clandestinas podrían albergar a 30 millones de fieles; si a estos se suman los creyentes afiliados a iglesias aprobadas por el Estado y los que, aunque participando de la actividad de las iglesias clandestinas, no pueden ser contabilizados, el número oficial de cristianos en China podría ser mucho más alto. Algunas estimaciones sugieren que el número de cristianos en China podría ser de sesenta millones, esto incluye a iglesias aprobadas por el estado y a iglesias clandestinas de distintas denominaciones.
Los testimonios de los cristianos chinos
Gu Baoluo, un creyente recién convertido al cristianismo, citado por el New York Times, y participante en una iglesia llamada Early Rain, la cual fue clausurada por el gobierno a finales de 2019, afirma que la represión del gobierno ha sido el principal obstáculo en la práctica de su fe. Gu se convirtió al cristianismo debido a la predicación del pastor Wang Yi. Gu descubrió gracias a internet los sermones apasionados del pastor Wang. Sintió que la preocupación de Wang por los pobres se apegaba a su propia opinión de que el gobierno estaba abusando de los trabajadores y violando los derechos humanos al destruir las casas de su vecindario para hacerle espacio a costosos desarrollos inmobiliarios. Gu fue bautizado en el 2018.
“Vi injusticias en la sociedad”, dijo Gu. “Vi que es una mentira cuando el gobierno promociona a China como un país justo en el que se aplica la ley de manera civilizada”.
Preocupado por su propia seguridad, Gu hace poco cerró sus negocios, con la esperanza de evitar el escrutinio del gobierno. Dijo que ha sentido miedo al ver que la policía arresta a sus amigos.
Gu ha recurrido a la Biblia en días recientes en busca de apoyo. A veces, recita un verso de Proverbios: “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto”.
Persecución de otras minorías religiosas
En diciembre de 2018, el New York Times documentó cómo la persecución religiosa también se extendía a los musulmanes, muchos de los cuales han sido detenidos en campos de concentración, obligados a realizar trabajos forzados y a tomar programas de re-educación que incluyen la aceptación de la ideología del gobierno.
Las más recientes acciones del gobierno de China contra los cristianos
A medida que China afianza su visión y poder como nueva potencia hegemónica global, que eventualmente podría sobrepasar a las potencias occidentales que dominaron el mundo desde la Segunda Guerra Mundial, las actitudes dictatoriales de China se han ido consolidando aún más. Esto se ha manifestado en diversas acciones tanto a nivel internacional como a nivel local. Y es a nivel local donde las minorías, como los cristianos, han sufrido las consecuencias.
The Christian Post informó recientemente que las hostilidades del gobierno chino hacia los cristianos han venido en aumento. Hace poco un hombre cristiano fue arrestado y al menos dos mujeres resultaron heridas en la provincia china de Henan después de que 200 funcionarios comunistas irrumpieron en la Iglesia Sunzhuang, que es parte de una red de iglesias administradas por el gobierno, y la derribaron con grúas y maquinaria pesada.
Los funcionarios de la Oficina de Asuntos Étnicos y Religiosos del Distrito de Alta Tecnología de Zhengzhou no mostraron ningún documento legal cuando demolieron la iglesia el 12 de junio, dijo el grupo con sede en Estados Unidos China Aid en un comunicado esta semana.
Tiraron los muebles y otras pertenencias de la iglesia fuera del edificio antes de arrasarlo, informó China Aid, que ayuda a los perseguidos del Partido Comunista de China.
Una mujer cristiana que intentó resistir a los funcionarios perdió el conocimiento después de ser empujada al suelo. Ella y otra miembro de la iglesia que fue golpeada tuvieron que ser hospitalizadas, dijo el grupo, y un asistente masculino de la iglesia fue detenido.
La Iglesia de Sunzhuang se unió al Movimiento Patriótico de los Tres Seres en junio de 2012, cuando el gobierno comunista le permitió construir un nuevo edificio de la iglesia. Después de que el edificio se construyó en junio de 2013, la iglesia recibió avisos de desalojo y demolición de las autoridades de la aldea de Sunzhuang.
China Aid dijo que la decisión de 2013 de demoler la iglesia se tomó sin el consentimiento de los locales y que las autoridades tenían prohibido llevar a cabo la demolición en ese momento. En cambio, los vehículos propiedad de la provincia de Henan arrojaron toneladas de tierra y rocas a la puerta de la iglesia. Los funcionarios también cortaron la electricidad y el agua a la iglesia.
La revista italiana Bitter Winter, una publicación producida por el Centro de Estudios sobre Nueva Religión que cubre temas de derechos humanos en China, informó a principios de junio de 2020 que las autoridades removieron cruces de más de 250 iglesias sancionadas por el estado en la provincia de Anhui entre enero y abril.
"Se ordenó que todos los símbolos cristianos se eliminen como parte de la campaña de represión del gobierno", dijo un empleado provincial de la ciudad de Ma’anshan.
La represión de China contra la religión y las minorías religiosas ha sido objeto de escrutinio por parte de actores internacionales como la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de EE.UU., Grupos de derechos y el Departamento de Estado de EE.UU.
En su informe anual de 2020, la USCIRF (Comisión de Libertad Religiosa Internacional de EE.UU.), señaló que las autoridades no solo han eliminado las cruces de las iglesias de todo el país, sino que también han prohibido que los jóvenes de 18 años o menos participen en servicios religiosos.
Los informes también han indicado que las autoridades han exigido que algunas iglesias cristianas de las denominaciones católica, ortodoxa y anglicana, retiren imágenes de Jesús y de la Virgen María dentro de sus edificios y las reemplacen con imágenes del presidente Xi Jinping.
En la Lista Mundial de Vigilancia de Open Doors USA, China está clasificada como uno de los peores países del mundo en lo que respecta a la persecución de los cristianos. La organización señala que todas las iglesias se perciben como una amenaza si se vuelven demasiado grandes, demasiado políticas o invitan a líderes extranjeros.
Gina Goh, gerente regional de International Christian Concern en el sudeste asiático, dijo recientemente que China ha reanudado su represión contra el cristianismo luego de que la amenaza de la pandemia de coronavirus se ha reducido.
“En las últimas semanas, hemos visto un mayor número de demoliciones de iglesias y mudanzas cruzadas en iglesias aprobadas por el estado en toda China, a medida que las reuniones de las iglesias en casa continúan enfrentando interrupciones y hostigamiento. Es lamentable que las autoridades locales no solo hayan llevado a cabo esta redada sin el procedimiento adecuado, sino que hayan desplegado un uso excesivo de la fuerza contra miembros de la iglesia y transeúntes”, dijo Goh hablando respecto a la demolición de la Iglesia Sunzhuang.
La importancia de la denuncia internacional
A medida que la represión de la comunidad cristiana en China y de otras minorías religiosas se ha vuelto un tema de conocimiento público, la denuncia internacional por parte de gobiernos, organizaciones no gubernamentales y grupos de apoyo se vuelve más importante. En tanto que el poder de China se vuelve más patente en el mundo, su modo de actuar podría ser replicado por otras naciones sobre las que el gobierno comunista ejerce influencia mediante su poder económico o militar. Es por esto que las acciones emprendidas por el Departamento de Estado de los Estados Unidos y de otras entidades como la Unión Europea para condenar las violaciones a la libertad religiosa en China cobran tanta relevancia.
En el más reciente reporte sobre el estado de la libertad religiosa en el mundo, el medio Christianity Today señaló que:
El Departamento de Estado de los Estados Unidos está tomando nuevos pasos para etiquetar a China como uno de los peores violadores de la libertad religiosa en el mundo. La semana pasada (citado el 24 de junio de 2020), tanto el secretario de Estado Mike Pompeo como el embajador general para la libertad religiosa Sam Brownback reprendieron al país más poblado del mundo por intensificar lo que Brownback llamó su "guerra contra la fe".
El último Informe sobre Libertad Religiosa Internacional de la Oficina de Libertad Religiosa Internacional (IRF, por sus siglas en inglés) del Departamento de Estado, publicado el 19 de junio, detalla el estado de la libertad religiosa en todos los países del mundo, excepto Estados Unidos, y detalla los abusos en 10 países en particular. preocupación (CPC): Birmania, China, Eritrea, Irán, Corea del Norte, Pakistán, Arabia Saudita, Sudán, Tayikistán y Turkmenistán.
El informe de este año describe problemas de libertad religiosa en el continente del país, Tíbet, Macao y Hong Kong, donde los cristianos que han sufrido durante mucho tiempo han desempeñado un papel central en las recientes protestas en favor de la democracia.
También incluye una sección especial dedicada a la represión de China en Xinjiang, la provincia autónoma del noroeste, donde entre 800.000 y 2 millones de musulmanes uigures han sido detenidos y, según el informe, sometidos a "desaparición forzada, tortura, abuso físico y detención prolongada sin juicio por su religión y etnia".
“Hemos visto un creciente abuso del gobierno chino hacia los creyentes de casi todas las religiones y de todas partes del continente", dijo Brownback, quien citó las preocupaciones sobre la sustracción de órganos entre los presos de conciencia chinos, la interferencia en las prácticas culturales y budistas tibetanas, y la persecución cristiana.
"Han aumentado su represión de los cristianos, clausurando iglesias y arrestando adherentes por sus prácticas religiosas pacíficas", dijo Brownback. “Y a esto le decimos a China: no se equivoquen, no ganarán su guerra contra la fe. Esto tendrá consecuencias en su posición en el hogar y en todo el mundo".
¿Hacia un mundo donde la religión es controlada por los gobiernos?
Al tiempo que aumenta la represión religiosa en China, también se ha hecho evidente que otras naciones como la India han intentado hacer lo mismo. (Ver reporte sobre el estado de la libertad religiosa en India). La consolidación de regímenes autoritarios como los de China e India pronto podría no ser algo fuera de lo común. El gobierno ruso también ha dado pasos acelerados en cuanto al control de los medios de comunicación, la censura política y la represión de las distintas comunidades religiosas que no gozan de la aprobación del estado. También en Rusia los cristianos no ortodoxos han enfrentado la censura del gobierno en cuanto a la predicación y la difusión de materiales de evangelización. (Ver informe de Protestante Digital sobre el estado de la libertad religiosa en Rusia).
Es en este escenario donde se hace preciso denunciar la violencia contra los cristianos y el modelo de gobierno que no solo permite sino que promueve activamente la persecución de las comunidades cristianas, el estado autoritario. La implicación de los cristianos en la sociedad, con una agenda de transformación social y de permanente denuncia de la persecución, allí donde la haya, será vital para que las personas puedan practicar libremente su fe y contribuir activamente a una sociedad más armónica basada en los principios y valores del evangelio que haga énfasis en el amor al prójimo y en la búsqueda de la paz como señal inequívoca de la presencia del Reino de los Cielos.
Con información de The Christian Post y Christianity Today.
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